Partida Rol por web

Alice completa su conjuro, y una luz azul forma un arnés sobre su cuerpo. A su vez, Flame se interpone entre la pelirroja y uno de los lobos, matándolo de un tajo. La rubia no tiene la más mínima intención de dejar a morir a una de las pocas personas que pueden arreglar a Ayash.

Mientras, el enano da un par de pasos y golpea a uno de los lobos con extrema rudeza. Ante la gravedad de las heridas, otro de los lobos se amedrenta y sale huyendo. Klasius ha aprendido a mantener la formación, y espera pacientemente a que los lobos se acerquen, clavando a uno de ellos su daga.

Dos de los lobos se ensañan con Flame, pero parece que la bendición de Hala de ayer aún perdura. Los lobos que muerden carne bendita, se acaban haciendo daño.

A lo lejos, tras una casa, la Capitana no se ha olvidado de ellos. Dispara dos flechas, cogiendo uno de los lobos por sorpresa. Pero una débil flecha no es suficiente para abatir a uno de los fieros depredadores.

Fosco trepa por la cuerda y se descuelga hasta la habitación donde está Azaron. Onfale, más intrépido (por lo menos esta vez), se columpia en la cuerda como si fuese una liana y entra por la ventana con mucho más estilo. Pero vuelve fuera, para trepar de nuevo hasta el tejado y desatar su cuerda.

Mientras, cuando Leiath sale de la habitación, echa un vistazo sin querer al final del pasillo. Con la puerta entreabierta, la sacerdotisa mira a Andaas tirarse por la ventana de un segundo piso. ¡El Barón de los viñedos se marcha!

El pobre lobo que ya estaba malherido sucumbió al segundo envite del enano cuando se le acercó demasiado. Extasiado por el fragor de la batalla y (¿por qué no reconocerlo?) por sentirse al fin útil en lo suyo, el viejo volvió a soltar un poderoso cadenazo, esta vez sobre el cánido más próximo.

-¡Hoy cenamos lobo a la brasa! ¡Ja, ja, ja!--continuó la alocada arenga el aguerrido guerrero.

Onfale entra por la ventana con la agilidad de un gato. Si esto no impresionaba al mediano no sabía que más hacer. Saludó al guardaespaldas con un gesto de la cabeza y se fue a recoger su preciada cuerda de seda. Al bajar preguntó a los presentes cómo iba todo y les puso al día.

- Hemos prendido un bloque de dos casas. Habrá que esperar un poco para que el fuego avance y genere el humo suficiente.- El mago llevaba tapada la boca y la nariz por un trapo atado en la nuca.- ¿Cómo está Leiath?- Aunque la mujer estaba presente dirigió la pregunta a Azaron.- ¿Qué es lo que vais a hacer? ¿Os quedáis aquí?. Llamamos la atención de tres lobos, pero seguro que vienen más ahora. - Había conseguido que la casa se prendiera y esperaba que alguno de los lobos también ardiera.- ¿A dónde va ese?- Juraría que el Barón de los Viñedos había decidido quedarse. A lo mejor se meaba en los pantalones ante la idea de que Leiath se transformara en lobo.

Fosco mira por la ventana y ve la niebla Se avecina niebla dice como si no supiera que es la niebla mágica que tanto interés despertaba en Onfale. Luego ve a Onfale bajar como un gato. Fosco aplaude y dice Bravo! Luego espera que Leiath y Azaron contesten a las preguntas de Onfale. A su última pregunta añade Déjale que se largue, luego en combate sólo sabe desmayarse! Tras esto se acuerda del incidente del fuego.
¡¡Onfale!! Hemos dejado atrás a Ulmo y a mi pariente, creo que era Milo, pero estaba muy desganado para ser Milo. Si era Milo me echaré unas risas burlándome de su aspecto. También estaba Rufus, pero él seguro que está bien... menudo es. ¡Pero el tonto de Ulmo seguro que se chamusca el culo!

Leiath no se sorprendió al ver al Barón escaparse. Sin la supervisión de sus mayores aprovecharía a seguir sus impulsos seguramente, como cualquiera haría.

Apostaría a que ha ido a buscar a sus familiares. ¿No tendríamos que seguirlo?

- Fosco, cariño.- Empezó a hablar al mediano con dulzura, tratando de disimular su exasperación. - Lo que has visto desde el tejado era magia, una ilusión. - Se quedo mirando al mediano para ver si comprendía finalmente, por si acaso lo cogió por los hombros y lo zarandeó suavemente.- Como un dibujo realizado por mi mente. Además de perfumista soy mago, manipulo   la Esencia Universal, o el éter como quizá se conozca por estas tierras. ¿Entiendes?. No eran realmente ni Ulmo, ni Rufus  ni tu familiar. Era tu imagen reflejada como en un espejo gracias a mis poderes. Los movía a mi antojo. Lo mismo el salto desde el tejado. ¿Acaso crees que flotábamos en el aire así por que sí?. 

Cuando acabó de explicarle al mediano, respondió a Leiath.

- Pero si antes había decidido quedarse aquí, ¿que le ha hecho decidirse ahora por salir?Deberíamos ceñirnos al plan...- El mago se quedó pensando si debían ir a pro el joven Andaas.

Parecía que estábamos bastante rodeados por los lobos pero el mantener la formación les hacía ser más fuertes. Encaró al lobo que había herido antes y el arma vuelve a impactar, esta vez en el hocico del animal, haciendo que la sangre gotee de nuevo iluminada por la luz de la mañana.

El lobo se vuelve hacia mí lanzando un mordisco pero antes de que me alcance saco otra daga con la mano izquierda que se incrusta en el cráneo del animal sin que este pueda alcanzar su objetivo.

No se porque diablos ha salido él solo, pero alguna razón de peso tiene que tener para ello- dice el guerrero- salir puede ser peligroso dadas las circunstancias.

Fosco miraba atónito la explicación de Onfale. ¿Un mago? ¿Qué diantres era eso?. Intentó pensar y para ello se sentó en el suelo intentando concentrarse y visualizar lo sucedido. Según decía el ex-perfumista, ahora recién renacido en mago, el podía visualizar imágenes y estás se hacían realidad. Tras meditar profundamente en esta idea quito los dedos índices de su sien se reincorporó ¡Entendido! ¡Pues visualiza un bocata que tengo hambre! la expresión del feriante era de meditación, con una mano apoyada sobre la otra y su cabeza coronando sus manos. Y sus ojos mirando a las nubes. Además podía hacer que las cosas flotasen... va eso era inútil. Un bocata con sólo pensarlo, la de cosas que pensaría el bueno de Fosco...

Fosco ve a Zlatko terminar de rodear la posada y encaminarse hacia el sur, hacia el río, y quizás su mansión familiar. Es el mismo camino que han seguido Fortich y los otros, solo que le llevan varios minutos de ventaja. Si no quiere unirse a ellos, sino llegar a su casa, no está teniendo en cuenta que las Brumas cubren el puente. Ese joven adolescente de dieciséis años no sabe nada de lo maléfica que es la niebla que hay sobre el Strecura.

Por otro lado, según el plan original, Onfale y Fosco deberían ir hacia el oeste por los tejados de las casas, pero ahora Onfale ya ha desenganchado la cuerda. Además, el fuego empieza a aumentar. Los lobos de la zona sur empiezan a aproximarse por el olor a humo. En contraposición, el camino al sur está libre. Salvo... por unos cuantos cadáveres. Deben de ser cadáveres de lobos, pero así a lo lejos, alguno de ellos también podría ser el cadáver de Rufus.

Alice empezó a recitar las palabras del conjuro mientras permanecía atenta a las dentelladas de los lobos. Un rápido mordisco del animal hizo que separara las manos y parte de los componentes del conjuro se esparcieran por el suelo, un profundo olor a azufre envolvió la zona. La maga cambio de las palabras arcanas a las maldiciones e improperios dirigidos hacia el lobo, la diferencia era que los insultos no afectaban al lobo.

Flame cayó al suelo al ser golpeada por uno de los lobos. La mujer blasfemó por haber sido golpeada de aquella manera, y no haberse podido sobreponer al envite de ambos cánidos. Si hubieran sido personas normales se hubieran dado cuenta de la mirada de odio que les lanzó, aunque de poco sirvió.

Flame se puso en pie al tiempo que se cubría con las manos, para después moverse lateralmente, rompiendo la posición que antes había pedido a sus compañeros no deshacer. La mujer tramaba algo, pero aún no se sabía el qué.

Acabad con aquellos, dijo Flame señalando a los que estaban detrás de ella, (1, 3 y 4) ¡Yo me encargo del resto! Si se me da bien lo que pretendo, ¡lo lograré!

Ulmo y Klasius acaban cada uno con un lobo, con estilos de combate bien distintos. El enano se dedica a hacer bailar su cadena en el aire dando golpes demoledores, mientras que el mediano lanza una ráfaga de rápidos cortes con sus dos dagas.

Por contra, las débiles mujeres del grupo malsobreviven contra sus lobos. Alice se tiene que preocupar más por defenderse que por atacar, y eso que solo se enfrenta a uno. Flame es derribada, y se pone en pie con mucho esfuerzo.

Rufus vuelve a usar la maniobra del día anterior. Finta al lobo, y este se hace daño al morder una roca. Otro de los lobos trata de morder la pierna de Flame, pero esta se aparta, y por error muerde la pata de su compañero.

- Hammm, ¡Vishuddha mouna!- Las palabras salieron de la boca del mago cuando se inclinó para mirar por la ventana dónde estaba el Barón. Untado en sus dedos una crema espolvoreada con limaduras de cobre. Si estaba aún a su alcance podría hablarle para tranquilizarlo o saber por qué se había ido. Susurró un mensaje, que iría flotando por el aire, como si fuera un perfume hasta su objetivo, el Barón Andaas. Trataría de embriagarlo con sus palabras para que detuviera su avance.

- ¡Barón, aguarde! Soy Onfale, el perfumista. ¿A dónde va? Frene su ímpetu y espérenos. No sabe a dónde se dirige. Esas brumas no son normales. Son un maleficio en cuyo interior habitan terribles criaturas. Nosotros ya nos hemos enfrentado a ellas. - Trató de suavizar sus palabras cuando en realidad lo que quería decirle era "¡¿dónde coño te cres que vas puto crío?!". 

Con otro soberbio golpe de cadena armada, el potente enano desencajó la mandíbula del asustado lobo con el que luchaba. Satisfecho y lleno de moral, el guerrero enano se giró hacia el resto del grupo para ver cómo iba la cosa.

-¡Hmm! ¿Y ahora por dónde seguimos? Sí, eso. ¡Por aquí!--se dijo a sí mismo mientras se ubicaba entre Alice y uno de los feroces cánidos.

La maga comenzó a recitar otro conjuro, sin perder de vista al lobo. Puñetero perro que no llegas a la altura de lobo, eres mas como Rufus que como un lobo. Refunfuñaba la maga cabreada por la perdida de los preciados componentes del conjuro anterior. 

Pero otro ataque del lobo hizo que que tirara otra vez parte de los componentes por el suelo. Parecía que los insultos de la maga no conseguían hacer retroceder al lobo, y esta comenzaba a estar en apuros. Por ahora había tenido mucha suerte con el lobo y su torpeza a la hora de morderla.