Partida Rol por web

Parecía un anuncio publicitario de la típica web de contactos, pero te percataste de que había algo extraño en él, parpadeando entre imágenes sentiste algo, había una especie de mensaje oculto. A pesar de todo, no le diste importancia y seguiste con tu rutina habitual. 

Más tarde, escuchando música volviste a sentir lo mismo, pensaste en lo típico: publicidad subliminal; esto es todo aquel mensaje audiovisual (compuesto por imágenes y sonidos) que se emite por debajo del umbral de percepción consciente y que incita al consumo de un producto.

Movido por la curiosidad recordaste el nombre del anuncio publicitario, y entraste a la web; no había nada interesante, era la típica página de contactos.

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Creíste que se trataba de una compañía más que usaba el matchmaking, aún así, creaste una cuenta. Sin embargo a la hora de validar tu perfil, la página se cerró. Reiniciaste y daba error. 

Al poco, te llega un sms a tu teléfono, establecía una hora y una dirección, firmaba "Elite"

Estaba excitadísimo cuando entré en la página web. Era una mezcla del placer de lo prohibido y del hecho de que llevaba casi seis meses sin sexo. Incluso desde antes de que descubriera la infidelidad de Lidia y que todo se fuera a la mierda. Me masturbaba como si volviera a tener veinte años. Al principio con muchísima vergüenza y remordimientos, pero luego se convirtió en mi rutina: la paja por la mañana antes de ir a las clases y la paja nocturna sentado solo ante el portátil por la noche. La primera era en el baño pero la segunda... Sudo cada vez que pienso qué habría sucedido si mi hija Valeria me hubiera pillado... De hecho más de una vez me he escondido para desahogarme en el cuarto de mi hijo Tomás que estudia en la otra punta del país. No me siento orgulloso de ello; pero sí de haberme desahogado un par de veces en la cama, teniendo a Lidia junto a mí durmiendo o fingiendo dormir. Aquello fue una especie de declaración de intenciones.

Sin embargo, cuando la página se cerró mientras completaba mi perfil, la calentura dejó paso al temor. ¡Ja, maldito imbécil! Has metido tus datos personales en una web fraudulenta, fue lo primero que pensé. Revisé el portátil con todas las aplicaciones antimalware que tenía instaladas. Aquella era mi herramienta de trabajo y en dos o tres ocasiones, al pinchar el USB de algún alumno, me había infectado con virus bastante molestos. Afortunadamente Valeria me había enseñado todo lo necesario para proteger la seguridad de la máquina; pero nada de eso me servía si yo mismo, voluntariamente, entraba en un sitio sospechoso.

Cuando me llegó el SMS (Pero, ¿quién usa SMS hoy día aparte del banco?) lo vi todo más claro: debe tratarse de algún tipo de club de prostitutas de las de 500 dólares el polvo. Pero no he borrado el mensaje. De hecho, creo que voy a presentarme en el lugar de la cita. Sé que es mi polla la que habla por mí pero, joder, ¿medio año sin follar?

Espero que las chicas valgan los 500 dólares.

La dirección te conduce a un edificio de oficinas, el mensaje del móvil había sido escueto pero lo suficientemente claro para identificar piso y puerta. En el portal de edificio, un hombre revisando las cámaras no levanta los ojos siquiera para verte, confiado en la supervisión de las imágenes que aparecen en su pantalla.

Te diriges hacia los ascensores sin coincidir nadie más, te has fijado que en los paneles informativos refieren al símbolo de la "E" como única información en el piso al que te diriges. Cuando sales del ascensor, te encuentras un mostrador en la planta con una señorita - le estábamos esperando, sr. Herrero, si me permite - te guía hasta una puerta, tras abrirla e informar de que has llegado, la abre totalmente y te invita a pasar.

Al fondo hay una mujer en el centro de una mesa, delante de una gran cristalera. La estancia es amplia, moderna con diversas pantallas de ordenador desplegadas donde se proyectan diseños de trajes de ropa, con todo tipo de atuendos, desde ropa interior hasta trajes de fiesta con diferentes modelos en otras pantallas.

- Quizás no sea el método más convencional de seleccionar a nuestros clientes, pero es tremendamente efectivo - te ofrece asiento, así como cualquier bebida que quieras tomar. Acto seguido te concreta brevemente los fines de la empresa - diversión y entretenimiento, no perdemos el tiempo. Preferimos una atención personalizada y directa a que nuestros clientes rellenen formularios sin más.

- ¿Qué está buscando, sr. Herrero, cuáles son sus gustos?

Al principio me desenvuelvo con cierto nerviosismo. La oficina, las dos mujeres tan guapas que me reciben y el hecho de no saber dónde me estoy metiendo realmente, mantienen todos mis sentidos en alerta y me hacen dudar de mis movimientos.

Sinceramente esperaba algo más típico: un lugar cerrado, pan de oro, cortinajes negros, humo de tabaco, una madam de edad avanzada vestida de forma sugerente y un salón donde saldrían a desfilar las chicas. Nunca había estado en un burdel, pero siempre eran así en las películas.

Sin embargo, esto tiene pinta de no ser más que una oficina de contratación, por lo que enseguida consigo retomar el control de mí mismo, me sereno y me siento con confianza, abriendo el botón de mi americana, colocando bien la corbata y cruzando cómodamente las piernas. El mundo de los despachos me es completamente familiar.

—Pues verá, realmente no sé qué tipo de servicios ofrecen aquí, señorita... Lo siento, creo que no me ha dicho su nombre...

- Mi nombre es Sarah, suelo entrevistar a las personas que acceden por primera vez a nuestros servicios, administro los recursos de la empresa tratando de lograr una satisfacción por todas las partes. ¿Le apetece tomar algo?

- Ahora mismo le sirvo una copa - se levanta y camina contorneando su silueta hasta un mostrador donde sirve la bebida y vuelve de la misma manera - Ha sido usted quién entró en nuestra página web, líbremente rellenó el formulario y nosotros tan sólo le hemos citado en esta dirección para llevar a cabo un perfil más personalizado. Todo legal.

- Somos una empresa que gestiona el tiempo libre de nuestros clientes tratando de que alcancen el mayor grado de satisfacción... digamos que, nos encargamos que ha venido al lugar correcto, aquí podemos ofrecerle un relax conforme a lo que desee en cada momento.

Te empieza a hablar de los diferentes recursos con los que cuenta la empresa, tanto en relación a viajes como actividades recreativas, un despliegue por diferentes países - si lo que desea es un mayor contacto, le invitamos a que participe de una recepción privada que llevamos a cabo todos los meses - teclea una serie de códigos en el portátil - por suerte, aún nos quedan plazas para la fiesta que celebramos el próximo viernes - sería dentro de tres días, te comenta que se celebra un evento con varias actuaciones plásticas muy acorde a los gustos de nuestros clientes - le recomendaría asistir, por ser la primera vez, todos los gastos corren a cargo de la organización, es como una propuesta de prueba, si le gusta... siempre puede suscribirse.

- Le enviaríamos un coche para recogerlo y llevarlo al lugar del evento, incluye cena y habitación durante la velada nocturna por si desea quedarse a pasar la noche, sino también hay vehículos para llevarle a casa.

No puedo dejar de contemplar las evoluciones de Sarah por el despacho. Es joven, hermosa, provocativa y con mucha confianza en sí misma. Me conformaría con montar una fiesta aquí mismo en el despacho con ella; la típica fantasía del hombre casado... O bueno, tal vez, simplemente del hombre maduro.

Todo lo que acaba de mencionar suena muy bien y parece caro. El dinero no es un problema ahora mismo porque al menos Lidia tuvo la decencia de no entrar al barro a discutir por el patrimonio de ambos. En cuanto a experimentar sensaciones nuevas... Bueno, si es en lo que respecta al sexo, sí, claro.

—La primera es gratis, ¿verdad? Si me permite la broma fácil. Está bien, me acercaré a esa fiesta; pero antes me gustaría que me confirmara que en dicho evento no habrá ningún tipo de actividad ilícita ni sustancias ilegales —me siento un mojigato con esta advertencia, pero tengo mis motivos: —Soy profesor de en una prestigiosa institución pública, como habrá podido leer en mi perfil. No quiero ningún tipo de escándalo que pueda afectar a mi vida profesional. Entiéndame...

- Todo legal, sr. Herrero - tecleo para inscribirlo en el programa de prueba y tramitar la reserva pertinente - es más, para que vea que está todo conforme, le imprimiré el contrato de adhesión y la fase de prueba para que sepa a qué atenerse - era un documento legal en el que cubríamos a modo de seguro cualquier accidente o suceso que no guardara relación con la actividad programada bajo el concepto de "actividades lúdico-culturales".

- Pues nada más por mi parte, tan sólo desearle que tenga una estancia a su gusto y cualquier duda, tendrá a nuestro personal para que se la resuelva de la manera más gratificante y sin ningún coste. 

Agarro la copia del contrato y le echo un vistazo rápido por encima. No quiero parecer un viejo desconfiado y, además, ¿quién puede estudiar un contrato en tan poco tiempo. Nah, lo hecho, hecho está, así que estampo mi firma en él con firmeza.

—Pues, ya está —le entrego la hoja a Sarah, me pongo en pie y le tiendo la mano a la chica—. Espero verla en la fiesta, Sarah.

- No se preocupe, siempre me paso para revisar que todo funciona correctamente - recojo el contrato y lo guardo junto al resto - Entonces le veo allí, sr. Herrero, no se arrepentirá, ya verá.