Partida Rol por web

Yo estando así no voy a ir ni por pan a la panadería, me quedo aca.

Alasa vio como el mago al que acababa de resucitar y devolver su salud ignoraba sus palabras y le daba la espalda, sólo para decir que él se quedaba allí.

Harta, estaba harta. Por un momento incluso pensó en el desperdicio de polvo de diamantes para alguien que ahora los dejaba abandonados. En todo caso no podían obligarle. Lo recogerían a la vuelta, si es que alguno volvía con vida para abrir esa puerta.

- Bien, subamos, está claro que por aquí no es, subamos por el tobogán y busquemos en la siguiente torre. No os separeis mucho en la escaleras que bordean esta torre, ni os alejéis de mí por si hay más no-muertos volando. Cedric nos indicará el camino a la torre que estaba llena de agua...

- Si, acá no podremos hacer mucho... y subir ese tobogan será complicado... por lo menos para mi - contestó el lenauro mirando su enorme corpachón. Askritt, sorprendido ante la actitud del mago, optó por no hacer comentarios al respecto mientras se encaraba al tobogan y haciendo fuerza con sus enormes brazos comenzaba a trepar...

- No creo que me resbale... pero esperen que llegue arriba antes de intentarlo. Soy un poco pesado para caer encima de nadie - intentó bromear - Les mando una soga para que puedan trepar... o si prefieren, los subo yo con la misma -

Con admiración y sobrecogimiento leyó la Arquera el pergamino con el Oráculo que el lenauro había anotado con precisión de su anterior visita a la Ciudadela Oscura. Y no le extrañó que lo hubiera hecho, a fuego habrían quedado grabadas en su mente esas mismas palabras de haberlas leído ella misma, probablemente ahora no se le borraran jamás, si es que el destino le permitía salir con vida de este páramo de demencia.

-Gracias, Askritt, creo que ahora quedan más claros los recovecos de esta complicada misión en la que nos hemos adentrado. Acertijos, llaves, dragones, arañas... todo para poder acceder a la Fortaleza del Nigromante. Es decir, que ni tan sólo estamos en ella. Hemos de ser muy prudentes, por lo que veo mucho más de lo que yo, en mi ingenuidad, había considerado. Se volvió hacia Zizel, que con los ojos cerrados se había sentado en un rincón, la espalda apoyada en el muro. -No sé cómo prefieres aguardar aquí solo a acompañarnos. Tu mente puede ser tan necesaria como tu magia, o quizá más. Los acertijos no serán simples, y eres alguien astuto. No puedo pedirte que te replantees tu decisión, pero sí que reconsideres las consecuencias de ella...

Y entonces se situó junto al tobogán, esperando su turno. Ella no tendría problemas en ascender, gracias a  sus botas. Pero, si alguno de ellos les ayudaba con una cuerda, no pensaba desperdiciarla.

Maldición, por que la elfa tiene razón?
Sisisi, ya se que debo ir... Ya se...
Pero has visto lo que sucedió?
Vengarme del que me agarró?
Mmmmmmmmmmm puede ser...
Una trampa?
Pero no ahora, viene cuando cambiamos de plano, así que bueno, ya sabemos como llamarlo no Kricco?
Se que ahora soy increíblemente vulnerable de todas maneras... Estando lejos a lo mejor algo podre hacer.

Alessëa tiene razón...

Zizel se levantó y arremango sus mangas.

Al menos puedo vencer a un tobogán.

Dicho esto último el mago se transformó en un águila y subió por la resbaladiza superficie.
Llegado arriba tomó la forma de un mono y se aferró a la estructura para subir por la misma, su familiar lo seguí de cerca.

Por los mil demonios, no me iré de aquí sin llevarme conmigo a varios de ellos.

Tras ver que todos estaban diuspuestos ya a continuar con la empresa que tenían entre manos, retomado el buen camino hacia su detractor, Drysiel se dispuso a ascender por el hielo, cavando profundamente en su superficie si fuese necesario.