Partida Rol por web

Me alegré al ver a mi hijo de vuelta, pero me molestó que no pudiese hablar directamente conmigo o cun su padre, sino que eligiese a Nathan para ello. En ese momento no pensé en la cercanía de Lucy y de la chica que nos acompañaba y lo que le cohibían las mujeres, lugar donde me encontraba yo ahora también. Pero habló lo suficientemente alto para que le escuchásemos todos y luego le vi mirarnos a su padre y a mí y le sonreí cuando se acercó a nuestro lado, solo que evitó mirarme y hablarme aunque me incluyese en sus palabras.

Iba a ser duro recuperar a mi hijo.

Notaba que Rick se desenvolvía muy bien, pero aún así seguía a su lado, por si me necesitaba como apoyo y entonces llegó la noticia del agua helada. Sin lugar a dudas, la chica y yo tendríamos que entrar las primeras, pero Arthur tenía razón, con mi calzado que no era nada y ella descalza... miré a Rick y le besé en la mejilla.

- Sé como intentarlo, pero necesito que sea Nathan quien lo haga, mi vida. Para él será más cómodo. - Le dije a mi amado esposo.

- Lucy, intenta que nuestra amiga vea esto... - Y lo primero que hice fue señalarme a mí misma y luego a Nathan, para luego señalar a mi hijo y a ella y corrí a alcanzar al vaquero. - Señor Nathan, necesito que me coja en sus brazos y me lleve. Quiero que ella vea que no pasa nada y que Arthur puede hacer lo mismo con ella. Si el agua está tan fría las primeras que sentiremos su efecto seremos nosotras y si la puerta no se abriese bien... la verdad es que el efecto lo sentiríamos todos. Pero al menos cruzar la bodega hasta la entrada del batisfaco poder hacerla así nos dará algo de tiempo a las dos. - Le dije al hombre esperando su respuesta.

Si acababa en sus brazos, volvería a señalar a Arthur y a ella, con la esperanza de que mi hijo se acercase a la muchacha y esta se dejase coger por él y caminar con ella hasta la entrada del submarino. Sino, tendría que sentir el frío intenso en su cuerpo...

- Dentro el sitio estaba justo para todos, así que Lucy... te tocan los mandos. Si pilotas aviones espero que esto no sea muy diferente... Yo iré sobre mi marido, en su defecto, si no le importa, lo haré sobre usted, Nathan y ella... si confía en ir en tus brazos espero que confíe en subirse en tu regazo, pero vas a tener que controlarte, hijo... a las malas puedes sentarte sobre ella si se deja... sino sobre Kyle... no hay otra cariño.

Pero aún quedaba como salir de allí. Yo no era experta en aquello, pero al llegar y ver como estaba el casco y como se movía el submarino... - Creo que si soltamos algunos anclajes, no todos, solo los de metal y alguno de las cinchas, dejando que las otras aguanten y se rompan... o incluso sosteniéndolas con parte de la estructura dañada de la bodega, la inercia hará lo demás... Las cinchas ayudarán a que cedan las paredes de la bodega y al soltarse y romper el batisfaco quedará libre de ataduras y con una salida por las sacudidas... A las malas... podemos dejar el submarino agarrado, meternos dentro y que el barco sea tragado por el remolino. Más seguros no estaremos y si se acaba rompiendo este trasto, al menos estaremos respirando y vivos en el submarino...

Las dos opciones eran una locura, puesto que ambas requerían confiar en la estructura del barco y en la del batisfaco, dejando todo al azar. Pero yo no había sido entrenada para esto así que no se me ocurría nada mejor. - Creo que deberíamos votar. Yo prefiero soltar los anclajes de metal, meternos dentro y cruzar los dedos...

Veo llegar a Arthur pero lo que dice no es precisamente agradable. Y es que con sus palabras finales miro a las dos mujeres sonrojándome al instante y volviendo a agachar la cabeza. Aun así seguiré al grupo hasta llegar a la bodega.

Creo que la mejor opción es soltar algunos anclajes de metal. A menos que haya algo por aquí, como un explosivo, que se pudiera adherir al casco por fuera y volar una parte sin que la explosión se quedara dentro. Pero para eso deberían ser explosivos plásticos, o quizá valdría con dinamita a la que se le dispare. Aunque esto último es muy difícil digo de forma pensativa hasta que me doy cuenta de que no tenemos explosivos así que el plan no importa, pues es inviable.

Cuando llegamos a la bodega, la situación no era nada buena, las grietas en las mamparas dejaban pasar cientos de litros por segundo y ya con la altura que tenía el agúa no tardaría mucho en alcanzar niveles peligrosos. Pude ver como el chaval parecía más centrado ahora que veía peligro por la vida de sus padres y tener un objetico claro que no fuera matar a alguien, así que esperaba que mantuviera esa concentración. Según hablaba el chaval y los demás miraba la estancia analizando el modo de salir-¿El submarino lo metieron en la bodega por una escotilla superior? si hubiese alguna manera de abrir esa compuerta podríamos salir con facilidad, soltar los anclajes de metal ayudaría a tener movilidad pero no sé cuánto durará la estabilidad del sumarino aquí dentro-dije mirando Rick y Sarah.

Entonces ella dió en el clavo, tanto ella como la chica desconocida estaban casi desnudas y descalzas y tocar esa agua helada las llevaría a la congelación con rapidez. Miré a la madre y a Rick y asentí con gesto serio-no tenemos otra opción, bien pensado o terminaréis tullidas en ese estado-comenté mirando sus pies, acercándome a ella pobremente cubierta, intenté mirar su escote y fijé la mirada en la suya-pongámonos en marcha-pronuncié con voz grave esperando a que Sarah pusiera su brazo rodeando mi cuello y en un seguro movimiento pasé mi brazó por la parte posterior de sus rodillas y la alzé en un suave movimiento, soportando su peso con facilidad. Noté que mis manos palpaban una musculatura aún firme y pegué su cuerpo al mío-no se preocupe señor Heatherly, pretendo que no la moje ni una gota de agua-comenté con voz firme y luego miré a Lucy guiñándole un ojo aportando ánimo.

-Agárrese fuerte, el viaje va a ser movido-susurré mirándola a los ojos, en una suerte de recién casados solo que en éste caso intentábamos salir vivos de un barco que se iba a pique. Comencé a caminar con firmeza, y determinación, sentía en mi pecho el calor que emanaba, la piel tibia y desnuda en algunas partes bajo la llema de mis dedos y noté como el corazón se aceleraba ligeramente y no era por el esfuerzo físico-Si llegamos dentro del submarino y con los anclajes sueltos, con unos golpes del submarino contra el casco tan agrietado quizás podamos hacer un agujero lo suficientemente grande como para salir, el casco del submarino es más resistente por los kilos de presión que tiene que soportar y debería de aguantar los impactos... la cosa está jodida señora, pero yo no me doy por vencido fácilmente, se lo aseguro-volví a susurrar, aprentando ligeramente mis dedos en su piel mientras nos acercábamos con rapidez al submarino, esperando que la chica desconocida aceptase la ayuda masculina tras ver mis acciones.

Marchábamos de camino cuando Arthur reapareció, después de haber llegado hasta la bodega, y sus noticias no eran las mejores. Había agua que estaba ya entrando en ella, lo que significaba que había que darse más prisa todavía, y por lo que decía acerca del sumarino... aún más.

-Está bien, entonces hay que seguir moviéndose. El submarino podría volcarse y ponernos difícil la entrada -comenté. 

Pero antes de que llegásemos e incluso de que pensáramos en todo lo que debíamos hacer, y en qué orden, nos indicó que el agua estaba helada. Esa era una mala señal para todos pero para ellas todavía más. Pero mi mujer tenía recursos para todos y al mirarme y darme un beso, supe que deducía que no me iba a gustar. 

En realidad, no era muy alocado lo que estaba haciendo. Gestos básicos y en este caso, usar a Nathan para que cogerla a ella y que viese que no ocurría nada. No sentía celos porque la agarrase... sino pena de mí mismo, por no poder hacerlo yo. Además, me fiaba de Nathan. Ya había demostrado de qué clase era y no se trataba de otro Bennet.

Cuando llegamos y vi el estado en el que estaba la bodega y como el submarino se movía... supe que íbamos a tener problemas de verdad. Sarah ya había dispuesto cómo nos colocaríamos dentro... pero antes había que entrar.

-No, mi vida. Alguien tiene que quedarse fuera y soltar los anclajes o no podremos subir, e incluso podríamos morir aplastados. Después tendrá que abrir las compuertas de la bodega y arriesgarse a entrar como buenamente pueda antes de que el agua termine de cubrirlo, pero una vez lo haya estabilizado. No es muy lógico, pero creo que es nuestra única opción. Y puesto que yo no tengo el físico para ello, ni tampoco los chicos... eso deja únicamente a Nathan. Lo lamento.

Después, Kyle sugirió volar los mamparos, pero no hacía falta, y Nathan dijo que seguramente la meterían por la escotilla superior.

-No es necesario, chico. Tiene que haber una palanca para abrir la compuerta... manualmente. Nathan, ¿podrá usted hacerlo?

La chica se apoyaba en mí cada vez más y con tanto movimiento del barco, yo no era capaz de mantener el equilibrio. Era como intentar aprender a andar en un tiovivo.

-Joder, con tanto giro la cosa no se pone nada fácil -dije, justo antes de que reapareciese Arthur con las buenas noticias. Lo raro no era que en la bodega entrase agua, sino que no lo hiciera en todas partes. 

Desde luego, como siempre a perro flaco todo eran pulgas.

-Estupendo, además agua helada. Y yo qué esperaba que estuviese a la temperatura corporal. ¡Qué ingenuo!

Miré entones a la muchacha, dándome cuenta de que con la no-ropa que llevaba, sus posibilidades de morir congelada eran demasiado grandes. De hecho, ya estaba temblando de frío. Así que la abracé con fuerza.

-Tranquila, no te pasará nada.

A la vista de los problemas, a Arthur se le ocurrió que alguien cargase con la Mayor y la chica, pero el problema era que esta no iba a dejar que nadie lo hiciera. Entonces a la Mayor se le ocurrió dar ejemplo. Asentí con la cabeza, llamé la atención de la muchacha y señalé en su dirección para que viese como cargaba Nathan con ella.

Entonces, señalé a Arthur, para que ella se diese cuenta de que este iba a hacer lo mismo con ella.

Cuando finalmente llegamos a la bodega... aquello no pintaba nada bien. El agua estaba helada, sí, pero el submarino era como un gigantesco tronco, moviéndose de un lado para otro, amenazando con caernos encima.

-Estoooo... ¿cómo vamos a entrar ahí? -pregunté, echándome hacia atrás.

La Mayor sugirió soltar algunos anclajes, pero a Rick y a Nathan no les pareció del todo bien. Yo pilotaría, o manejaría el vehículo, lo que fuese, pero antes había que meterse dentro.

-Decidan lo que decidan, que sea pronto, porque o bien nos aplasta o morimos congelados, y ninguna de las dos alternativas me gustan, pero he de decir, Teniente, que se ha equivocado. Si hay alguien que debe quedarse soy yo. En el peor de los casos, perdería este cuerpo pero podría buscar otro. 

No es como si fuese a gustarme la idea de dejar a Lucy tan pronto... pero no iba a permitir que alguien muriese sin necesidad.

La situación en la bodega era preocupante. Con cada giro que efectuaba el barco, no solo estabais más cerca del remolino, aunque no estuvieseis en la cubierta para verlo, sino que también se desplazaba a mayor velocidad, haciendo que los vaivenes de vuestro único medio de transporte se incrementaran.

No obstante, había una escalerilla para subir y entrar, siempre y cuando ninguno de los anclajes se rompiesen.

Finalmente, Arthur había podido cargar con la chica, que había accedido a dejarse llevar después de ver como Nathan lo hacía con la Mayor. Su desnudez no podía pasar desapercibida para el hijo de los Heatherly, que prácticamente se movió con los pechos de la muchacha amenazando con llegar hasta su rostro.

Mientras tanto, un silencioso Smith caminaba detrás del grupo, rezando en silencio por su propia salvación. Cuando había aceptado aquel trabajo, no esperaba que fuese algo tan físico, sino mucho más una cuestión de astucia y saber estar. Aún no había llegado ese momento y no estaba seguro de que fuese a hacerlo.

Lo que sí hizo en cuanto se vio en la bodega fue correr hacia el submarino y empezar a subir el primero. Si su salvación estaba allí, no pensaba quedarse atrás. Que los demás pensaran lo que convenía más pero él, entraba.

Y subir no le resultó sencillo porque el submarino continuaba yendo de un lado a otro, golpeando ligeramente los mamparos más cercanos, creando una sinfonía similar a la de cualquier enorme catedral, solo que si estaba anunciando algo era su cada vez más próximo hundimiento.

No había tiempo que perder, sobre todo porque... algunos de los cables parecían estar tensándose y amenazando con romperse.

Pasé mi brazo por el cuello del vaquero para sujetarme a él y pude notar ese olor a tabaco. Odiaba el tabaco, pero era eso o acabar caminando con las rodillas. Mientras avanzaba por el agua helada me preguntaba como estaría y me acerqué a su oído para susurrarle unas palabras sin que los demás las escuchasen, precisamente por el sonido del caminar dentro de aquel agua helada.

Luego miré a mi amado y le sonreí, tendiéndole la mano un momento, aquella que pasaba por el cuello del vaquero para poder tocar la suya. Y es que le quería tanto que me dolía que no fuese él quien me pudiese llevar así. Pero sabía que no podía forzarle... pero al vaquero sí.

Oí a Rick decirle a Nathan lo de soltar él todo y me pregunté si no serían celos lo que habrían ahora en mi amado y que estos hablaban por él. Pero cuando habló Lucy, la corregí. - Dejó de ser teniente hace mucho tiempo. Salió del ejército siendo capitán. Mi hermoso capitán. - Volví a mirar a Rick agarrada esta vez al cuello de Nathan.

El submarino se movía y daba miedo subir, pero había que hacerlo. Nathan me acercó a la escalera y trepé por ella... si el vaquero mirase hacia arriba mientras yo subía se iba a poner ciego. - Nathan, haga caso a Lucy y suba. Desde arriba podemos ayudar a subir a los demás. - Le dije mientras trepaba.

- Y si Lucy no lo consigue... nos queda usted... y si lo consigue pues... conduce ella. Y si lo consigue pero el cuerpo no aguanta, le dejaré poseerme para que saque este trasto de aquí. Ya vimos a Bob hacerlo en su día, dijo que si la persona poseída cooperaba se cansaba menos y aguantaba más, así que si me posee un rato y colaboro, podremos tener piloto igualmente... - ¿Y si diésemos con su cuerpo congelado en el fondo del mar? ¿Lo recuperaría cuando se descongelase? ¿Podríamos sacarlo de allí abajo?

- Arthur, cariño, trae a la chica que suba cuanto antes y así sepa que está bien contigo aunque tú no lo estés con ella. - Le dije a mi hijo. - Sube detrás de ella y no mires hacia arriba... vamos a necesitar organizarnos aquí arriba. - Y músculo si a Rick le falla la rodilla.

Íbamos delante, nadie veía lo que hacía el vaquero con mi piel, pero yo lo sentía. Así que con mi mano libre, le ayudé a buscar lo que realmente quería tocar en mi cuerpo. Luego, con voz sensual me acerqué a su oído y le susurré unas palabras mientras que mis labios rozaban su oreja.

- Aún tengo que darte las gracias por salvarme de ese capullo... - Le dije mientras mi mano acariciaba su pecho y sentía su corazón palpitar con fuerza. - ... tendremos que encontrar un momento de intimidad... porque cuando encuentre a Bennett... dudo que halla sitio para alguien más... o puede que a Rick no le importe... total, va a saber que me voy a acostar contigo en cuanto pueda...

Y mi mano buscó su piel igualmente hasta que llegamos a la escalera y todo aquello se cortó de golpe, fue como si no hubiese pasado nada. Al menos para mí. No sabía si Nathan tendría presión en el pantalón o no por el frío del agua...

La chica lo puso fácil para que la cogiera. Era la primera vez que llevaba a alguien así... bueno, salvo a mi primo y mi prima, cuando éramos pequeños y hacíamos el ganso por ahí. Pero pasado ese tiempo de hacer el payaso de esa manera y de una manera tan seria, jamás. Así pues la sostuve con cuidado sintiendo el frío de nuevo en mis pies y piernas al llegar a la bodega.

Evitaba mirarla a los ojos e incluso directamente, pero tenía curiosidad por ver su rostro y saber si no entendía o no. Al final me atreví a mirarla y dibujé en mi rostro una leve sonrisa mientras seguía a los demás. No me podía creer que la estuviese llevando en mis brazos y encima la hubiera mirado a los ojos y medio sonreído.

- No te pongas nervioso Artie, tranquilo... a ver si os váis a caer.  - Me tuve que decir a mí mismo para no liarla.

Al llegar, mi madre ya estaba trepando y animando a Nathan a subir y diciéndole que hiciese todo Lucy, pero quizás la mejor idea era que los dos lo hiciesen... pero no pude decir nada. Si cooperaban, todo saldría mejor, más mis labios estaban sellados por culpa de aquella joven.

Entonces mi madre me dijo que llevase a la chica allí para que subiese y fue una alegría para mis brazos, pues tenía fuerza, pero no era el Superman ese de los comics. Así pues, acerqué a la joven para que trepara y esperé mi turno para subir.

Por supuesto comprendo que yo no soy precisamente el más indicado para trepar por una escalerilla así. Me va a costar en el mejor de los casos, y eso si no me caigo al agua y me doy un chapuzón. Porque en ese caso igual el fantasma de Lucy consigue otro cuerpo congelado que poseer.

Y es que seguimos con las pruebas físicas. Eso no es lo mío. Joder, si hubiera sabido que mi vida podía depender de ello no hubiera insistido tanto en los justificantes para no hacer gimnasia y hubiera practicado el trepar por la cuerda. Pero ahora tenía que intentar subir por una escalerilla que se movía más que las hojas al viento.

Dejo que todos suban antes que yo, excepto Lucy si finalmente decide quedarse para liberar el submarino, y subo el último. Más que nada porque supongo que me caeré al menos una vez.

Mientras me alejaba paso a paso con Sarah entre mis brazos, ella comenzó a hablar y sus palabras no podía negar que me sorprendieron pero tampoco podía negar que me gustaron así que la miré con una sonrisa pícara perforando sus pupilas-Vaya...no esperaba ésta proposición pero he decir que mis deseos están parejos a los suyos y no negaré que me atrae muchísimo y tenerte así tan cerca con tu mano tocándome...me enciende deprisa,ya te lo aviso..me hubiera gustado pillarte en las duchas tú y yo solos..- bajé mi brazos unos centímetros para que con su costado notase el disimulado bulto de mi paquete para luego volver a alzarla porque me conocía y si había más roce ya eso se convertiría en una erección total y no era agradable en ese instante con la muerte acechándonos.

-Nunca he sido muy egoísta y si tú no haces ascos y tú marino es permisivo creo que ibas a gozar lo nunca visto...-fue lo último que dije con un gesto neutro como sino hubiésemos hablado de nada importante durante el trayecto una vez llegamos a los pies del submarino. Sentía los pies fríos, pero las botas impermeables y forradas, evitan cualquier filtración de esa agua helada. Me aseguré de que Sarah se apoyase en superficie seca disimulando como mis manos recorrían tanta piel desnuda como pudieran-Vamos agarrate a la escalera y sube, tengo que ver que los demás llegan a salvo, entonces entraré, ésto se está poniendo muy jodido-dije mirando los mamparos agrietados y el agua, que entraba a borbotones como una arteria femoral seccionada.

No tuvieron que decirlo dos veces. En cuanto llegamos, me dirigí junto a los demás para subir por las escaleras al submarino. Dejé, eso sí, que subiesen antes todos menos Lucy y Nathan, que iría al final, sobre todo porque sabía que mi rodilla podía fallarme en cualquier momento y no quería dejar a nadie cortado.

Cuando solo quedé yo, miré a Nathan y a Lucy.

-Nathan, no se entretenga. Jack, ten cuidado y no te arriesgues. Ahora que me he acostumbrado a esa cara tuya no me gustaría tener a otra -le dije, sonriéndole, antes de subir.

Tuve suerte, porque no fue tan complicado como esperaba. Sin embargo, el interior era bastante estrecho. Sabíamos, cuando lo adquirimos, que tendríamos poco espacio, claro que no contábamos con que fuésemos tantos.

-A ver, háganme un sitio y sobre todo, dejen espacio para que entre Jack, que tiene que pilotar esto si logra entrar. Si no, no sé lo que haremos, la verdad -comenté, intentando encontrar dónde sentarme. Me agarré entonces a Sarah, sintiendo un pinchazo en mis partes al ver su cuerpo expuesto, aunque sabía que aparte de una fuerte erección momentánea, eso no estaba preparado para aguantar demasiado -. Creo que ahora mismo estarás un poco incómoda al sentarte sobre mí, pero por desgracia, desaparecerá pronto.

Sonreí y la coloqué sobre mis piernas, mientras los demás se organizaban.

-Smith, será mejor que se apriete como pueda con Kyle y Arthur. Pero deje las manos quietas; no quiero que la muchacha se ponga nerviosa.

Mientras tanto, aquello se movía de un lado a otro, haciendo que fuese complicado quedarse en vertical, lo habría sido, de haber existido sitio para caerse, porque aquello era como estar en una maldita lata de sardinas.

-Más nos vale que Jack se de prisa -comenté, rezando en silencio porque aquello saliese bien.

¿Por qué llegar a esa Tierra Hueca era siempre tan complicado?

Finalmente, tras lo que dijo Sarah, me quedé atrás mientras todos los demás subían. Esperaba no haberme equivocado y sobre todo, no perder a Lucy, que me caía demasiado bien. Arthur llevaba a la chica y yo decidí ir detrás de él, sobre todo para que ella pudiera estar tranquila. Lo último que necesitábamos era que se pusiera nerviosa y las cosas fuesen más difíciles de lo que era. Cuando empezó a subir, me quedé a un lado.

La verdad era que subir no era tan sencillo como podía parecer. El barco, el submarino y definitivamente, la escalerilla, se movían más que los pechos de una chica de pole dance, lo que hacía que la gente tuviese que moverse deprisa y con fuerza para evitar caerse.

A mí lo que más me me preocupaba en esos momentos era que se me cayese la petaca. La tenía en mis bragas, el único lugar que nadie iba a registrar sin mi permiso, y por un momento pensé que se me iba a caer. Resoplé, aliviado, al palpar que estaba en el mismo lugar, y me agarré a Nathan para no caerme.

-Venga, moviéndonos que esto tiene toda la pinta de hundirse de un momento a otro -dije, mirando a Nathan.

Cuando por fin estuvo en la escalera, me acerqué a la palanca de apertura manual. Lo único que tenía que hacer era accionarla y subir; pan comido.

Tomé aire... y abrí la compuerta. Después, sin perder tiempo, me dirigí hacia los anclajes, que estaban sujetos a los mamparos del barco, y los miré. Tenía que soltar al menos un par para que me diese tiempo a subir, y si eran opuestos, mejor, para darme una oportunidad. Así que me acerqué rápidamente a uno y lo solté. Después fui corriendo hacia el otro lado... e hice lo mismo.

Finalmente, me dirigí a toda prisa hacia la escalerilla.

La falda me molestaba a la hora de correr, porque no me dejaba extender las piernas, así que me detuve un momento para deshacerme de ella, bajándomela, y me dirigí corriendo en bragas hacia la escalerilla.

-Anda que... menudo espectáculo vamos a dar; una chica desnuda, la Mayor más encendida que una bombilla roja en un burdel y yo en bragas. 

Y sin pensármelo más, empecé a subir.

El barco continuaba moviéndose y los giros se producían cada vez a mayor velocidad, lo que dificultaba que todos subieseis las escaleras hasta el minisubmarino. La chica se aprovechó de la seguridad que mostraba Arthur y parecía darse cuenta de la urgencia, por lo que no dudó a la hora de subir, colocándose en el interior lo mejor que pudo. No era el momento de protestar porque no había tiempo, al igual que tampoco espacio.

El último en subir fue Nathan, que se dio cuenta rápidamente de que allí dentro no tardarían en asfixiarse si permanecían sumergidos durante demasiado tiempo. El exceso de dióxido de carbono y la temperatura harían sin duda alguna casi inhabitable aquel vehículo.

Pero la prioridad era salir de allí, del barco, y para eso necesitaban que Lucy/Jack quitase los anclajes y entrase a tiempo. De no hacerlo, quizás tuvieseis que cerrar la compuerta para evitar que el agua entrase.

Jack lo hizo todo bien; accionó la palanca, haciendo que las compuertas superiores se abriesen y un soplo de aire fresco inundase el interior de la bodega y por extensión, del minisubmarino. Desde todas partes podía verse el cielo encapotado, pero las nubes parecían moverse a toda velocidad, aunque evidentemente no eran ellas sino vosotros quienes lo hacíais.

Después de abrir las compuertas, desató dos de los anclajes, con la idea de que los otros dos lograsen mantener el tiempo suficiente el minisubmarino en la misma posición y que le diese tiempo de entrar. Por desgracia, la acción de aquel remolino fue demasiado intensa como para que Jack lograse subir las escaleras y sus pies perdieron uno de los peldaños, quedando suspendido en el aire.

Al mismo tiempo, otro de los anclajes se soltó, haciendo que todo el minisubmarino se balancease más de la cuenta, empujando a sus ocupantes unos contra otros y obligando a Jack a hacer una acrobacia para no caer al suelo.

Al submarino no parecía quedarle demasiado porque con un solo anclaje era muy probable que en el siguiente giro terminase de romperse y cayese de cualquier manera, aplastando el cuerpo de Lucy, pero tampoco al barco, que aunque desde dentro no pudieseis saberlo, estaba ya en el borde del remolino, a punto de entrar en él y de hundirse por completo en las frías aguas del ártico.

-Joder, ésto es una lata de sardinas, respirad de forma relajada, calmad vuestra respiración que nos tiene que durar el aire-dije mientras miraba como se acomodaban todos y todas lo mejor posible en aquel minúsculo cubículo. Miré hacia la escotilla esperando a que Lucy apareciera, pasaban los segundos y no asomaba por el estrecho y metálico agujero, cosa que me empezó a preocupar, de repente vi a través de la escotilla como las compuertas del techo se habrían y dejaban ver un cielo gris y nuboso, fruncí el ceño y los miré tenso-si alguien tiene idea de cómo activar la energía en éste cacharro que lo vaya haciendo, no creo que nos queden muchos minutos dentro de éste barco..- apreté los labios y no dudé.

-Voy a salir para asegurarme que Lucy está bien y que esté el submarino lo suficientemente suelto-mascullé mientras con mis grandes brazos me sujetaba a las paredes del submarino que no paraba de moverse-sino volvemos pronto, creo que ya sabéis lo que tenéis que hacer- miré a Rick con gravedad-siempre ha sido un gran líder, no deje de hacerlo, señor-entonces eché mano dando un rápido vistazo a Sarah mirándola a los ojos para luego ascender por la escalerilla hacia el exterior. Pero en ese momento el submarino dió un vuelco demasiado brusco y nos convertimos en cubitos de hielo dentro de una coctelera.-¡Maldita sea!- mascullé cuando mis pies resbalaron pero mis manos aguantaron el envite, recuperé el equilibrio y comencé a subir como un rayo.

Una vez fuera, vi como Lucy estaba colgando de un hilo literalmente-¡Joder Lucy te gusta dar el toque de tensión eh!- grité mirando su peligrosa situación, así que hice lo que mejor se me daba, arriesgar mi vida por la de los demás.

Subí y fui ayudando a los demás hasta que lo hizo Rick, con quien me quedé por si necesitaba algo. Y bueno, más que él en sí, su entrepierna era quien había despertado y eso me hizo sonreír. Hacía tiempo que no se ponía así tantas veces y aquello me alegraba. Al sentarme a horcajadas sobre él, sentí la fuerza y dureza de su miembro. Con mi ropa hecha con pedazos de manta, no llevaba ropa interior, así que mi gesto travieso en el rostro ya le dio la pista.

- No me importa lo que dure, siempre que sea dentro de mí. - Le susurré dispuesta a montarle delante de todos, dejando que fuese el mismo submarino quien se encargase del movimiento.

Pero Lucy comenzó a soltar las correas antes de que yo lograse bajarle la bragueta a mi amado y aquel cacharro comenzó a zarandearse con fuerza. Me sostuve a Rick y aguanté los primeros movimientos, pero cuando oímos como soltaba el segundo amarre, aquello parecía un toro salvaje.

Agarré con fuerza el maletín y la ropa que había dejado entre Rick y quien se sentó a su lado quedó desprendida, así que teníamos los pantalones, el polo de Kyle y el otro pedazo de manta volando por ahí. Yo caí al suelo de espaldas, antes de que Rick lo hiciese sobre mí. - Sabía que me tenías ganas, pero no pensé que tantas. - Bromeé pensando que aquello había acabado, pero no fue así.

Pronto nos pusimos a rodar y me puse en pie en cuanto pude. - ¡Arthur! ¡Ayúdame con tu padre! - Grité a mi hijo que no paraba de ir de un lado a otro como si fuese un borracho y entre los dos logramos levantar a mi esposo, pero un nuevo zarandeo nos separó a los tres, haciéndome golpearme de frente con Smith para terminar luego abrazada a Kyle para no caerme.

Mientras, parecía que Lucy tenía problemas y vi como el vaquero se lanzaba a ayudarla. De paso que me daba la espalda, aproveché para mirarle el trasero. No estaba nada mal. Me recordaba al que tenía Rick de joven. Un culo perfecto. Ahora era igual, solo que  más grande.

Yo comenzaba a marearme. Cosas de la edad y de la tensión alta. Tanta sacudida no era buena y sabía que si eso no paraba acabaría vomitando y estar en un lugar tan pequeño con ese olor todo el tiempo... me quedaba la opción de sedarme y ya me despertaría... o no.

Con mis zarandeos y golpes, busqué regresar a los brazos de Rick. Al menos él tendría suficiente fuerza para sostenernos a los dos, pues lo que era yo, no estaba dispuesta a soltar el maletín médico y perderlo. Ya lo sufrí una vez, no serían dos... solo quedarme K.O. haría que me desprendiese de él.