Partida Rol por web

Echemos un vistazo rápido. Si no es nada importante, nos largamos. No tenemos nada que perder. Digo mientras me dirijo hacia la última sala sin explorar.

Percibo el miedo de los demás y quizá debería ser más prudente, pero no puedo arriesgarme a perecer en el desierto. Antes muero luchando por algo de agua.

Se sintió incomprendido cuando uno de sus compañeros de cautiverio para hacer caso omiso a los elfos. ¡¡Idiota!! ¡No han asaltado el carro solo para liberar a los esclavos! ¿Crees que van dejando las provisiones y los tesoros a los cautivos?, piensa enfadado, pues no es la primera vez que le ponen en una situación peligrosa.

Desvió su mirada del humano y se dirigió al elfo para intentar despistarlo mientras seguía caminando hacia la salida:

- Señores, ¿pueden llevarnos hasta un pueblo cercano, verdad? No me gustaría escapar para morir en el desierto...

Si el elfo no le entendía, miraría de reojo a su compañero de celda, buscando una traducción del común al élfico.

Los elfos buscan venganza, pero no son estúpidos, aprovecharán todos los víveres que existan en la caravana. Pensaba Khossur mientras andaba hacia la salida envainando la daga de obsidiana en el taparrabos.

¡Ey! Deberíamos salir de aquí no me gustaría encontrarme con ninguno de nuestros antiguos captores, ni con ningún elfo que nos confunda con enemigos. Susurra sus últimas palabras a sus compañeros.

No puede haber un oasis demasiado lejos... si no... como alimentar y dar de beber a todos esos asaltantes que vimos a través de  la cubierta de fuego. Aun siendo consumados exploradores debe existir algo de lo que alimentarse.

Comenta el sacerdote mirando de soslayo y atusándose la barbilla.

 El elfo que habla con Alief, levanta una mano censurando los movimientos de Shoren y las palabras de Stravos. Mientras tanto, el resto de elfos os miran amenazantes y el interlocutor de Alief sigue hablando en su lengua racial.

 El elfo sigue hablando mientras mira amenazante a tus compañeros:

- Podéis llevaros dos armas de las que habéis encontrado, sólo dos. También os proporcionaremos dos litros de agua por persona, no somos los culpables de vuestra desgracia y debéis abandonar el carro ahora.

Aunque algo más amigable contigo que el resto, el elfo es claro y firme. Quiere que abandonéis el carro inmediatamente y no os proporcionará ninguna ayuda más que un par de litros de agua. Ahora fija de nuevo su mirada en ti y continúa:

- Por cierto, ¿Qué es esa caja? ¿Qué contiene?

Viendo que los elfos me advertían de que no pasara, levanté las manos sonriente como indicando: tenía que intentarlo, pero os respeto, me estaré quieto. Miro a Alief y espero que capte la señal de que necesitamos provisiones. Alief, necesitamos indicaciones. Odiamos a los esclavistas como ellos mismos. Podemos ayudarles. Le digo en común. Miro el objeto que dice el elfo.

Mientras, espero pacientemente a que acaben la conversación aunque les escuche.

 Conversación entre Alief y el otro elfo:

Elfo: No os haremos daño, sabemos que no estáis aquí por propia voluntad, por favor, abandonad el carro.

Alief: Lo abandonaremos mi generoso salvador, pero me gustaría saber si podríamos disponer de algo de agua para el arduo viaje que comenzamos con esta nueva libertad.

Elfo: Podéis llevaros dos armas de las que habéis encontrado, sólo dos. También os proporcionaremos dos litros de agua por persona, no somos los culpables de vuestra desgracia y debéis abandonar el carro ahora. Por cierto, ¿Qué es esa caja? ¿Qué contiene?

- Les estoy muy agradecido por la ayuda que nos dieron y pienso hacerles cumplir a mis compañeros tus palabras. - Miro un momento la caja que tengo en la mano a simple vista de todos. - Y esto no se que es. Me llamó la curiosidad y lo tomé. - Digo con simplesa al interlocutor, dado que no tengo intenciones de perder la vida por algo así de simple, respondo con franquesa.

Ignoro por un momento a mi compañero que me está hablando, dado que se nota que no tienen intenciones de dirigirse a ellos.

 Alief sigue hablando, sin prestar demasiada atención a lo que dice Shoren:

Alief: Les estoy muy agradecido por la ayuda que nos dieron y pienso hacerles cumplir a mis compañeros tus palabras.  Y esto no se que es. Me llamó la curiosidad y lo tomé.

Se trata de una caja de madera, por ella resbala un líquido viscoso. Alief debió encontrarla en una de las estancias.

 Al parecer, el líquido viscoso de la caja es algún tipo de veneno. De repente, tus manos empiezan a arder como el fuego, causando un gran dolor.

- Aaahh. - Grito desaforado por el dolor que siento en las manos, es peor que ponerlas en el fuego mismo, suelto la caja inmediatamente, sin importarme que sucede con su contenido o si se rompe o no. - Maldita caja, maldito idiota el que puso algo así en ella. - Maldigo en todos los idiomas que conozco.

Me quedé sorprendido por lo que veía y lo que dicía Alief. Miré la caja y luego me fijé en si tienía heridas Alief en las manos. Todo esto se sale de lo normal. De dónde ha sacado esa caja? Luego recuerdé lo revuelta que estaba la habitación que miré, pero no recordaba haberle visto a él entrar. Quizá sea suya? O la encontró aquí?

 Khossur se giro despacio hacia los asaltantes elfos. No era de su incumbencia aquella caja.

Lo único que importa es salir de aquí, debo encontrar a mi familia. Pensó

¿De donde son estos esclavistas? Preguntó a los elfos en su idioma. Necesito encontrar el rastro de mi familia...

Seguidamente comento a sus compañeros

Nuestros libertadores del desierto nos dejan marchar con 2 armas y con dos litros de agua... Es una pequeña oportunidad que creo que deberíamos aprovechar .

No hay tiempo que perder. Indicó a raudamente a la vez que miraba a sus compañeros.

El joven se había puesto nervioso ante la posibilidad de que fuera demasiado tarde para sus seres queridos y aguardo la respuesta de los elfos...

- ¿Nos dejan marchar con armas y agua? nunca lo habría imaginado. Yo no voy a poner ninguna pega, tan sólo quiero saber la dirección que vamos a seguir, que creo que debería ser en línea recta hacia donde iba la caravana. ¿Nuestros libertadores nos podrían decir dónde queda el poblado más cercano?

Pregunta con pocas esperanzas de que la respondan.

- Una dirección es todo lo que necesitamos.

Señores elfos, gracias por su generosidad. Podrían decirnos en qué dirección encontraremos el lugar habitado más próximo o un oasis? Si podemos ayudarles en algo, cuenten con nuestra ayuda. Les estamos muy agradecidos.

Digo en élfico.

Miró a sus compañeros de presidio, y supo de inmediato que él era uno de los menos hábiles con armas del grupo. Tiró su daga al suelo para que fuera otro quién ocupara una de las dos plazas.

Salió de la caravana, y esperó a los demás mientras contemplaba los cadáveres de la reciente batalla.

 El elfo observa la caja y continua hablando con Alief, siempre que algún otro de vosotros intenta hablar levanta la mano en señal de calma y silencio.

- Podéis llevar dos armas cada uno y os proporcionaremos también dos litros de agua. Parece que tus amigos no comprenden muy bien nuestra lengua, quizá hablando en vuestro mundano argot me entiendan mejor. No es de nuestra incumbencia los problemas que podáis tener, dad gracias a que os dejamos con vida y somos tan solidarios de dejar que cojáis algo de sustento. Ahora marchaos si no queréis morir incinerados. En cuanto a esa caja, nos quedaremos con ella.

Un elfo ofrece un morral de agua a Starvos antes de que abandone el carro. Varios de ellos empiezan a hacer fuego por distintas partes del carro.

 Al salir, uno de los elfos te ofrece un morral con dos litros de agua. Una vez en la arena, empiezas a oler a quemado, los revolucionarios elfos parece que quieren quemar el carro. Por un momento piensas en tus compañeros: "¿Serán tan estúpidos como para arriesgar sus vidas por una dirección?". 

En el exterior ves la imagen de un millar de elfos rodeando el carro que empieza a arder. No parecen tener una actitud ofensiva, pero sí algo despreocupada. Uno de ellos se acerca a ti y te dice algo que no puedes comprender:

- Ali sanar, e ekahal.

Tras sus palabras, te ofrece un manuscrito con ambas manos, de forma muy educada. Tus ojos hacen chiribitas al comprobar que se trata de tu libro de conjuros.