Partida Rol por web

Tras una abatida búsqueda, el trío se encaminó hacia el templo. Pero, para ello, debíais de subir aquel pequeño montículo.

Con esfuerzo lo conseguisteis (¡¡AL FIN!!) y entrasteis en él. En un templo sagrado no se debe de derramar sangre...

La japonesa fue junto a la mujer de pelo rizado todo el camino de subida hacia el templo, no le apetecía quedarse rezagada y tener que escuchar los improperios del alemán.

La emoción inicial ya había pasado y solamente quedaba la tristeza de haber perdido a uno de sus compañeros, pese a estar rodeada de belleza para ella eso apenas significaba nada si la muerte les acechaba tras cualquier columna o cúmulo de algas.

Esto es una auténtica locura..., Aún así debemos continuar..., Por ella..., Quizá esa..., Cosa... -dijo refiriéndose a el Fruto del Edén.

Y si tuviesen realmente razón y esa cosa tuviese la capacidad de hacer cosas extraordinarias...

Tras una larga ascensión al fin estuvieron ante el majestuoso templo y en ese momento fue consciente de la grandeza de los habitantes de aquella mítica ciudad.

Esto es maravilloso..., Como una civilización tan adelantada a su tiempo ha permanecido oculta hasta ahora..., Es increíble... - dijo mientras pasaba la mano sobre la columna para notar su tacto en la mano.

Necesitaba saber que era real, que todo no había sido un mal sueño después de todo y se hallaban allí abajo a tantos metros de la superficie en la mítica Atlantis.

Vayamos con cuidado..., No sabemos que otras cosas con las fauces llenas de dientes afilados están esperando ahí para devorarnos..., Además si esos tipos son realmente de esa maldita organización y se nos han adelantado..., Nada bueno se puede esperar

Trite volvió a doblar los papeles y volvió a guardárselo en el sujetador deportivo. Luego se cargó a la espalda una bolsa y empezó a andar con el ceño fruncido, como si algo le rondara la mente. Mako no se separaba de ella pero no le molestó la pequeña remorilla. No molestaba demasiado. 

A medida que fueron subiendo fue inspeccionando el lugar. Estaría guapo ponerlo como lugar de visita, si no fuera por el perrito guardián con forma de dinosaurio titánico que merendaba personas. Ése pequeño inconveniente jodería el negocio.

-Una locura. La locura ha sido venir, y creer que ésa empresa y ésa gente traman algo bueno. No me gusta una mierda el trío Z, el dinosaurio, éste sitio y la misión en general. Cuando volvamos, si volvemos, les denuncio y a la trena todos, me cago en todo...-hablaba de forma distraída mientras caminaba. No sabía si debía desconfiar de Mako a raíz del holograma. De Pestes ya desconfiaba de calle. Pero lo importante era ceñirse al plan-¿Sabes algo sobre ésa cosa? A mí me contrató ésa gente para traeros aquí y devolveros a salvo, pero imagino que vosotros seréis gente lista. ¿Qué es?-le preguntó con curiosidad sana a Makoto. De hecho, le creaba mucha curiosidad aquél supuesto objeto que habían venido a buscar.

Miró alrededor al llegar al templo, como siempre, mapeando mentalmente el lugar. 

-Sí, fantástico-dijo con sarcasmo tras el comentario maravillado de Mako- Ahora entremos. Quiero encontrar primero al enano. ¿Valientes primero? ¿O dejarás que una mujer negra no sólo te gane nadando, sino también en tener huevos y valor?-le preguntó a Pestes. Con suerte, no pisaría ninguna trampa. Con más suerte, sí la pisaría.

Miró a ambos lados de la pronao. Según el mapa, había un pasillo que daba a una cámara a la derecha. Pero sería absurdo que estuviera el objeto ése de TAN VALOR junto en la entrada. Su intención era adentrarse directamente hacia el pórtico central y de ahí hacer pito-pito-gorgorito a ver qué sala iba a matarlos primero.

- Uhm... - comenzó a decir, pensativo. El arte no era su punto fuerte, directamente nunca le había interesado. Pero Makoto si que era especialista en ese campo, y no había sido devorada por ningún animal todavía. Podría utilizarla. - Volvamos, se quien puede decirnos que hay aquí. - y sin más espera, se dio la vuelta y marchó una vez más.

Las huellas indicaban que el dúo dinámico partió hacia la sala 7, sin embargo, escuchásteis el ruido de unos zapatos trapichear en vuestra dirección...

Al darse media vuelta, Akanni caminaba al lado del hombrecito un tanto malhumorado. Parecía que estaba ejerciendo de niñero más que de cazatesoros...

-Esos no son...

Miró perplejo al trío lalalá que allí se mostraba delante de ellos. De arriba a abajo inspeccionó a los tres. Parecían ... En fin, eso.

Dagomaru había visto días mejores. Tenía la nariz partida por un golpe directo a la cara y las muñecas marcadas por lo que debían ser ataduras de cuerdas. Estaba claro que el profesor había visto días mejores. - Ah, hola. - se paró delante de los recién llegados, mirándolos uno a uno. - Como información gratuita, he visto días mejores y uno de vosotros es un capullo. - dejó bastante claro, volviendo a mirarlos uno a uno.

- He visto lo que le ha pasado a la Doctora. - dijo antes de que alguno dijese nada. Ya lo había visto él. No lo olvidaría. - En fin, si queremos salir de aquí, lo mejor será terminar cuanto antes. - dejó unos segundos de silencio y miró a Makoto. - Tu. - inclinó la cabeza en su dirección. - Necesito de tus conocimientos sobre un tema. Sígueme. - y dicho esto, se dio media vuelta y echó a andar por uno de los pasillos.

 Como información gratuita, he visto días mejores y uno de vosotros es un capullo.

FAN 

Heinrich, por algún motivo se sentía directamente atacado por aquel comentario tan irrespetuoso y salido de tono del herido y ensangrentado Dagomaru. ¿Acaso se podría quejar él si no vio con sus propios ojos el rostro frío y vil de un ser terrible?... Ah, y al Megalodon. El del rostro frío y vil es Anfítrite, tal y como lo describiría Tolkien en sus libros.

-Pues yo nunca te he visto mejor. Ese aspecto te sienta bien, es como si alguien te hubiera dado la hostia que te tendrían que haber dado de pequeño para que dejaras de decir datos irrelevantes y tonterías varias....

Fijándose en aquel hombre que también los había descubierto.

-¡Buenas Ubuntu!. -Por algún motivo llamaba a todos los hombres de color por ese mismo nombre- He visto que el submarino pasó de largo... no me lo digas, iba conduciendo una mujer... Ya sabes lo que se dice, mujer al volante peligro constante... y claro, en un submarino eso no iba a ser una excepción.

Con una sonrisa decidió acercarse a aquel grupo saludando desde la distancia con un brazo y una enorme sonrisa, no porque se hubieran encontrado, sino porque el viaje estaría a dos tiros de piedra de terminar. O al menos, eso era lo que él creía y esperaba.

La japonesa miro sin comprender al hombre que la instaba a acompañarlo.

¿Para que me necesitas?, ¿Crees que voy a dejar que me dejen la cara como a ti? - después miro al hombre negro.

¡Tú!, ¡No me subestimes!, ¡Eso de que todos los japoneses sabemos artes marciales es cierto! - dijo mientras se ponía en guardia.

Después comenzó a caminar hacia Dagomaru despacio sin dejar de mirar al otro hombre.

Vamos a ver qué me tienes que enseñar... - dijo al hombre para después girar la cabeza hacia los otros dos compañeros. iré a echar un vistazo..., Vosotros tened cuidado..., Volveré enseguida..., Si tenéis algún arma quizás es el momento de que me la presteis...

Al verlos venir de frente se sorprendió, quedándose de pie y observándoles cómo se acercaban. Primero analizó el aspecto del enano: era deplorable, pero al menos estaba vivo y su cerebro funcionaba, por lo tanto sabría como volver. Luego miró al pelele A. Le devolvió la mirada analítica, con cierto recelo. Seguía sin fiarse de el trío que casi los sacrifica para entrar en el templo.

El enano habló con su encanto personal. De hecho, le caía especialmente bien porque al menos lo que decía tenía lógica y sentido. En sus segundos de silencio después de afirmar que importaba terminar cuanto antes asintió con la cabeza-Perfecto. Andando-dijo pasándose la mano por el pelo rizado. Miró con sonrisa burlona el aspecto ofendido de Pestes.

Miró como Makoto exclamaba como un perrito sin antes intermediar palabra. Suspiró y se acercó a Mr.A.
-Eh, ¿qué ha pasado? ¿Porqué pasásteis de nosotros en el submarino y ahora el pequeño está hecho polvo?-le preguntó con un movimiento de la cabeza señalando a Weird-¿Quién ha sido?-le preguntaba a él porque el alemán había iniciado la comitiva y de hecho ella quería que fuera aquél tipo que le dijera su versión.

Makoto parecía tener diferentes personalidades. Ahora era Indiana Jones. Suspiró y empezó a caminar sin decir nada siguiéndoles mirando de reojo al negro con quien había intercambiado palabras. A Pestes lo ignoró, porque estaba claro que sólo quería meter cizaña.

Caminásteis hacia P7 rumbo a la sala. Había un mosaico ,sin significado aparente o, al menos, no se lo encontrabais. La sala 7 seguía siendo inaccesible.

Ser gwis.in weydagosen 

Sólo nuestros visitantes... 

Pudiera ser una advertencia, sin embargo, no lo puedes leer del todo bien.

- ¿Has necesitado treinta y nueve palabras solo para decir una gran gilipollez? - Le preguntó al Alemán de forma directa. Le dolía la cabeza, estaba seguro que iba a morir y encima tenía que escuchar estupideces de un kartoffel pseudo-evolucionado. - Hasta un mono tartamudo podría haber usado menos palabras que tu para lo mismo. - Resopló con fuerza. Acababa de dejar claro que parecía un poco enfadado. Su mirada entonces se dirigió a la japonesa, que le preguntaba para que la necesitaba.

- No, no es cierto. Y lo estás haciendo mal. - la acusó sobre las artes marciales, esperando que esas palabras fueran el detonante para que dejara de cazar moscas, y se pusiera en marcha. Al menos la última no había dicho ningún disparate a esas alturas. Así que se limitó a avanzar a la altura de Makoto para ponerla en antecedentes.

- La sala está cerrada, su único acceso es por este pasillo. - señaló por el lugar que estaban andando. - El lugar no tiene más datos relevantes, con la excepción de un mosaico central, que es el único punto relevante de la sala. - Se paró nada más llegar, y señaló el mosaico en cuestión.

- Es ese. Desarrolla tus conocimientos sobre arte antiguo. -

Escuchaba al pequeño alemán dándole caña a Pestes. Ése individuo estaba claro que hacía migas allá donde iba. El negro, por su parte, había pasado de su puta cara*. De modo que decidió moverse, ya que estarse quieta le aburría.

La explicación de Weir a Makoto, por suerte para Trite, era en voz alta, de modo que auqnue ella no estaba invitada a ésa conversación de todos modos participó de ella. Por ello caminó directamente hacia el mosaico y lo miró con el ceño fruncido.

Pasó la mano por encima como si lo acariciarse en espiral e intentó girar el círculo central del mosaico.

La joven japonesa comenzó a pasar el dedo por el grabado de la pared en completo silencio, necesitaba concentrarse para traducir aquél extraño mensaje.
Éste grabado que tenemos aquí es una mezcla de distintos idiomas mediterráneos..., Algunos de los dialectos ya ni se utilizan..., Por ejemplo..., Aquí - dice señalando una parte del mismo.
Weydagosen..., Es como llamaban las tribus del bajo Nilo a los extranjeros..., Es decir a los Visitantes..., Y aquí..., Gwis.in es un posesivo utilizado por las tribus Otomanas que significa nuestros o nuestras..., La otra parte del mensaje está ilegible..., Así que deduzco qué es algún tipo de mensaje de bienvenida..., Algo así como "Para nuestros visitantes"... - dijo mientras fruncía el ceño.
Lo siento..., Pero no consigo traducir el resto del mensaje

Henrich no entendía ni papa, pero a juzgar por su rostro impasible no le importaba lo más mínimo. No porque tuviera a una letrada en ver dibujitos y formas y darles significado, cual psicóloga de pacotilla en un viaje de tripis; sino porque sabía que todo edificio debía tener al menos una puerta y sea donde se encuentre dicha puerta, estaría a un nivel accesible para la gente del lugar de usarla. El motivo de esto es sencillo, si no hubiera una puerta... ¿Cómo saldrían los obreros?. Y lo mejor, ¿Cómo entrarían los propietarios?. Por lo que, si no tiene puerta es porque solo hay cadáveres con cascos de colores.

-Y como era de esperar, Pinkie Pie no ha servido de ayuda. De todas formas si habla de "visitantes" y está en distintos idiomas, lo único que se me ocurre es... esto es un parque temático. Apuesto a que la "mascota" del parque es un Atún Surfero... o una Beluga Rapera...

Con esto en mente, el Alemán se cruzó de brazos y esperó a que alguno de los "otros" hiciera su movimiento, a fin de cuentas, ellos parecían ser los más interesados en encontrar la cosa que estuvieran buscando, no había prestado demasiada atención, y a fin de cuentas, siempre que fuera entregada al destinatario -o a un nuevo destinatario con una cartera más grande- todo iría bien.

-Siempre y cuando no diga "Intruso Cabrón...", o algo así. No hay que temer nada excepto los Souvenirs a un precio exageradamente alto y las camisetas horteras de "Yo estuve en la Atlantida y me acordé de ti"...