Partida Rol por web

Escuchando la respuesta de Hate, no había duda, marcha atrás y a encontrar otro camino para ir a enfermería. Me di la vuelta y le indiqué a mi compañero que me siguiera. Iríamos de nuevo a los vestuarios e intentaríamos salir de allí por los conductos de aire.

Ambos retrocedisteis hacia los vestuarios, olvidandoos de momento de la posibilidad de salir de allí, aunque por vuestro último vistazo había algo que os quedaba claro. Mientras estuviese aquella mujer, no podríais salir. Además, a la vista de lo que había sucedido, ahora no teníais una nave para marcharos porque los dos miembros de la nave de Clark habían salido a toda velocidad hacia ella.

La puerta se cerró detrás de vosotros al menos, os pudisteis sentir seguros en los vestuarios, lejos del peligro inmediato.... pero atrapados.

La chica miró como la androide se quedaba completamente clavada en la sala, y también como John y Jeremiah huían, cerraban la cámara de presurización detrás de ella y se dirigían hacia su nave. Una vez dentro, cerraron la puerta y respiraron tranquilos. Al menos ellos estaban a salvo, pero nadie más, y si querían salvar el culo lo mejor era no esperar a nadie. 

¡Qué ellos se buscaran la vida!

Los disparos de McFadden no sirvieron para gran cosa. Impactaron en uno de aquellos bichos, pero había tantos no supuso una gran diferencia. Cuando la puerta de la enfermería se cerró detrás de vosotros, suspirasteis aliviados. Estabais a salvo, por el momento, pero durante cuánto tiempo... eso no podíais saberlo. Además, los hombres de Clark habían huido por lo que seguramente ya no dispondríais de una nave a la que huir. Así que ahora.... qué haríais.

Al mirar a vuestro alrededor visteis puntos de acceso hacia los sistemas de ventilación. Los sistemas de conducción podían llevar a cualquier lugar de la nave, si es que no os perdíais antes.

- ¡Rápido, a los conductos de ventilación! - Comentó un agotado McFadden. - Tratemos de llegar a la esclusa. Podría ser que los hombres de Clark todavía estuvieran allí. 

Y sin pensarlo ni un solo segundo más, se introdujo en los conductosnde ventilación. Si no recordaba mal, la esclusa estaba muy cerca. No debería ser muy difícil llegar hasta allá.

- ¡Vamos Harry! - Le dio prisa al Doc.

- Muy bien capitán - respondo ante la confirmación de que la situación está jodida. Me dirijo a uno de los ordenadores e intento acceder al sistema...

- Maldito trasto de mierda... - grito al ver como mis intentos de acceder al sistema se vuelven totalmente infructuosos e incluso una carita sonriente del firewall de la nave aparece en la pantalla. - Serás #€@# ... En un arrebato de ira agarro con fuerza una pesada llave inglesa de una mesa cercana y comienzo a golpear con saña el terminal con una mueca lunática.

- Te... vas... a... reír... de... tu... p##a... madre... - grité con las palabras entrecortadas por los golpes.

Cuando el terminal no era más que un amasijo de hierro humeante frente a mí, solté la llave con indiferencia y me volví hacia el capitán.

- Creo que necesitaremos un plan nuevo, capitán... -

John observa con estupor como Tristan descarga su frustración contra la consola.

- Shhh, para hombre, silencio! - intenta detenerlo. Vas a atraer visitantes no deseados. Bueno, fallaron ambos planes. Creo que deberíamos volver a la escotilla y esperar que esté el camino despejado para hacer el intento de llegar a enfermería antes de que nos alcancen. Si nos quedamos aquí tarde o temprano nos encontrarán. Otra opción es ir hacia la esculsa para ver si está allí atracada la nave de Clark.

En principio volvió a la trampilla para ver si escuchaba a los bichejos por ahí.

Las criaturas se acercaron a la enfermería, moviendo sus pequeñas antenas. La chica miró a sus criaturas, los miembros de su colmena, sabiendo instantáneamente en dónde se encontraban los que habían huido. Así que se dirigió hacia ellos y al llegar, miró el sistema de apertura con una sonrisa en los labios.

Después de todo lo que había ocurrido, estaba más cerca que nunca de conseguir lo que necesitaba.

McFadden se había metido en los conductos de ventilación sin dudarlo un segundo, pero Harry todavía estaba pensándoselo. Mientras lo hacía, un siseo a su espalda hizo que miraseis hacia la puerta. En ella se encontraba la chica, que os había encontrado, y un buen montón de aquellos malditos bichos empezaban a entrar entre sus piernas y a dirigirse rápidamente hacia el doctor.

En cuestión de segundos, Harry estaría rodeado por ellas.

- ¡Corre Harry, corre! - Le ordenó McFadden mientras se perdía a través de los túneles. 

Esperaba que el Doc reaccionara de una maldita vez, pero no podía quedarse allí a comprobarlo. Necesitaban alejarse de aquellos seres y quedarse boquiabierto frente a ellos no era la manera de conseguirlo.

¿Pero, qué? - Cuando Harry se quiso dar cuenta Roger se había largado sin esperarlo y estaba solo en la enfermería con decenas de pequeños seres entrando. Dio un salto y se agarró a los conductos, y trepó como pudo para echar salir pitando.

Si salía de esta tenía claro que no iba a volver a por ningún otro miembro de la Greta en apuros.

Smith abrió la trampilla con más miedo que curiosidad. Nada más hacerlo, vio el cuerpo de Clark en la misma postura que antes, con los ojos igual de abiertos y el rostro mudo y sorprendido por su propia muerte... pero no acertó a distinguir nada más. Cuando por fin terminó de levantarla, salvo Clark, no había nadie más. 

La sala estaba vacía y la puerta de la esclusa, cerrada.

Los pasillos también parecían estar vacíos aunque desde su posición, tampoco podía distinguir demasiado.

Harry saltó en el último momento, elevándose hacia el conducto con ayuda de McFadden y dejando atrás, pero sobre todo, abajo, a la chica y sus "mascotas". Después, ambos se adentraron por los conductos, que rápidamente se estrecharon hasta el punto de que les obligó a estirarse y arrastrarse para continuar.

Después de moverse durante un metro o así, el conducto se dividía en tres, a la izquierda, la derecha y recto. McFadden marchaba primero, así que le tocaba a él decidir.

La chica observó a los dos humanos subiendo por el conducto y sin inmutarse, miró hacia abajo, a sus criaturas. Ellas los atraparían y acabarían con ellos, ofreciéndoselos para sus fines. Pero debía atraparlos. Lentamente, varias de aquellas criaturas comenzaron a ascender por la pared y a dirigirse hacia los conductos, detrás de los dos miembros de la Greta.

McFadden de detuvo en la encrucijada. Pensativo, trató de dirimir cual de aquellos túneles le conducirían a la exclusa. 

- Harry, ¿hacia dónde? - Le preguntó al doctor.