Partida Rol por web

Los dos houscarl que montan guardia junto a la Piedra Sagrada te saludan con un gesto serio. Les has visto la noche anterior, aunque te cuesta recordar sus nombres..., ¿no eran Olafersson y Jobär, o algo así?. Es curioso que hayas olvidado como se llaman dos hombretones con tan buena planta, ¿no?. Guntar Pies Fríos debe haberles ordenado vigilar la zona.

Fudrem el Cojo, marido de la señora Gudrum, parece el encargado de realizar los preparativos para la gran hoguera que deberá iluminar la noche. Se encuentra en lo alto de la Explanada, tras la Piedra, amontonando trabajosamente los atos de leña que, a juzgar por las huellas que puedes ver en la nieve, ha traído arrastrando. Apenas te dirige una mirada cargada de desprecio antes de seguir con su trabajo. Por lo demás, nada más de especial puedes apreciar por el momento.

La angustiada mujer sin nombre atrapada en una celda oscura, intenta aprender todo lo que puede de lo que siente. Acecha en silencio a Su Oscura Majestad. Cada pensamiento distraído, cada intención, cada emoción. Mantiene un discreto silencio e intenta pasar desapercibida. Aprovecha cada instante en que Cuervo toma el protagonismo, que, como bien sabe, es casi constantemente. Cada minuto, cada segundo. Es docil, es una página en blanco sobre la que se escribe, es una esponja que absorbe conocimientos... Si Cuervo pregunta, intenta atrapar ese pensamiento o imagen que surge siempre inevitablemente cuando alguien es estimulado a contestar.

-He aqui, Oscura Majestad, ¿es esto lo que ha de profanar el impío sacrificio? ¿es para esa Megaera, tu diosa? ¿el ojo rojo? Craaaak

Y la mujer sin nombre acecha cada impulso que llega del ente oscuro, cada instinto, cada estremecimiento...

Vamos a la essssplanada y dejemooooos que esta buena mujer siga con sus queheaaaceres, comenta Sveim un poco aturdido por la sabrosa cerveza.

Dico esto último Sveim echa a andar hacia el lugar en cuestión mirando hacia atrás a ver si le sigue el resto del personal.

Al llegar y oir lo ocurrido, me paro unos segundos.

Espera un segundo Sveim. digo sin mirar a Sveim y manteniendo la mirada en la mujer

¿qué pasó ayer para que pensases que Olaf quería castigar a Oktel?

Brunhild mira la escena, observando atentamente cómo se dirige Tornbjorg a la mujer de Oktel...
Parece a punto de intervenir y decir algo, pero se contiene.

Deja a la mujer que hable por sí misma... sé paciente.

Mira con tranquila seriedad para ver lo que dice la mujer

Sveim se detiene al oir la voz de Tornbjorg, y se alegra de que una fresca brisa acaricie su piel, ayudando a despejar su mente y a prestar atención a la conversación que se está produciendo.

-A todo esto, he aqui, su Negra Eminencia: no hemos desayunado!!

-Sssssss, puess passad hambre -Responde despectivo su Negra Eminencia sin importarle un carajo el estado del cuerpo que domina.

-Oh, Oscura Majestad -A estas alturas el Ente Oscuro debería ir sospechando que en el tratamiento hay algo de rechifla -Si la fiesta debe ser por la noche, y suponiendo que quieras estar en ella, hay que alimentar este cuerpo, tan denostado por sus mismos propietarios. Si no lo haces, entonces si que van a comenzar a sospechar.

Sin más preambulos, Olaf, una vez estudiado el terreno, se vuelve al gran salón. Mascullando, tambaleandose de vez en cuando. Es que su Oscura Eminencia no tiene por costumbre manejar cuerpos, aunque se le da bastante bién. En eso, ni Cuervo ni La Mujer Sin Nombre colaboran demasiado.

-Ya esta borracho el hombre de las runas...

A punto están unos chavales de ponerse a practicar el sano deporte de tirarle piedras, habitual por otra parte, pero un hombre les detiene. Es conocido ya que ha sido admitido en la guardia del Jarl.

-Tan de mañana, que vergüenza -Dice una mujeruca.

-¡Calla Olga! -Responde su marido -Es un juramentado, un vikingo, y puede emborracharse como le plazca.

-Menudo Vikingo -Resopla la tal Olga.

Bueno... - comienza a decir, con los ojos como platos por el asombro - Cuando no recordáis el incidente, es probable que no tuviera tanta importancia como yo creía...

Claro que Oktel no sabía que era un houscarl, o no se hubiera metido con él. Es un buen hombre mi Oktel...

No obtienes respuesta, por el momento. Sin duda su oscura majestad no tiene un pelo de tonta, tal vez incluso sea calva.

Así que la cosa rápidamente degenera en un monólogo dialogado contigo mismo, lo que no es que te importe demasiado, la verdad.

Brunhild ve que la mujer siente demasiados ojos sobre ella... ya tiene bastante con aguantar las borracheras de su marido como para que encima se lo restrieguen más...

Salud... creo que todos tenemos mucho que hacer todavía...

Se dirige a Tornbjorg

¿Hay alguien cuidando del semental? No hablaría bien de nuestros nombres el que otro percance le sucediera... estando tan bien advertidos

Meneando la cabeza Ese incidente no tuvo importancia. luego me giro hacia Brun Si, he dejado dos hombres a su cuidado, dando orden de que no le quitaran el ojo hasta que le llevemos a la piedra. mientras me alejo, me vuelvo a girar hacia la mujer Y dime buena mujer ¿has visto algo o alguien extraño entre ayer y hoy?

Olaf pasa como una exalación en dirección al gran salón murmurando algo sobre "desayuno" "jamón" y "hambre". Tras unos minutos alcanza al grupo en su marcha hacia la explanada enarbolando media hogaza de pan con diversos adminículos en su interior. Ni el cuervo tiene mucho que decir con la boca llena... Se limita a caminar junto al resto.

Brunhild se queda un momento mirando....

Mmmmhh..... bueh, ya lo haré más tarde... además creo que sería peligroso hacerlo sola... mejor que busque ayuda

Se mantiene con todos, andando hacia la Thing, y lo que allí espera.

Será mejor que tengáis todos vuestros rezos preparados... allá vamos

Es media mañana. Pronto empezarán los festejos, como anuncian los apetitosos olores que os llegan desde cada una de las casas de Upplands. En el hogar de Oktel huele deliciosamente a guiso de bacalao.

La señora Gudrum prepara un pollo con diversas especies, mientras su marido Fudrem, que cojea desde que intentó cazar al oso más grande de la región para hacerse una capa, realiza los preparativos para la gran hoguera que deberá iluminar la noche elegantemente arropado en su abrigo de piel de conejo.

-Pues no, he aqui: nosotros somos bastante mindundis, lo prueba el hecho de que nos hayas derrotado precisamente tú, que no es que seas de lo mejorcito, creeme.

Olaf se reincorpora al grupo a tiempo de escuchar las palabras de la Godi, con la boca llena comienza a poner su granito de... migas a la conversación. Hete aquí que salpican en todas direcciónes. Calla un momento al ver a la buena de Gudrun y mira para otro lado mientras pasa, como si disimulara algo...

-Reffoff, reffoff. Lo importante efff que Ffffirbanandan effftá en condifionefff. ¿No ha ido la fuena de Ffffffvala a felar por él? ¡Por lafff barbaff de Odín! ¿Por qué no fffe me hafe caffffo en efffte bendito pueflo?

-He aqui, cafffi nadie hafe cafffo al agorero. Normal que tampoco te hagan caffo a ti Offcur... -En ese momento Olaf se atraganta con una miga de pan y da un espectáculo digno de ser relatado en una saga. -Arrg, ¡malaffff noticiafff! Ya, ya me callo... cof...