Partida Rol por web

-Quieres decir que tú... que ella...- balbucea Hellen con los ojos muy abiertos. Hace tiempo que conoce a Sonya y ha conseguido que muchas cosas que antes la ruborizaban le parezcan más o menos normal, pero en ésta ocasión, aunque intenta disimular, es evidente que está completamente descolocada.

-¿Pero cuándo?¿Cómo? Yo...- consigue alcanzar a decir roja como un tomate.

-Lo sé, es una maldita locura, creo que estoy desestabilizada por este sitio, por volver al sur. No se bien explicarte cómo sucedió. Sencillamente se presentó en mi cuarto, semidesnuda, y yo la hice pasar, con intención de hablar, y entonces mi mente regreso a Montmatre, al vino tinto y al aroma de aquella poetisa...no sé.
Susurró todo aquello visiblemente liberada, sin duda necesitaba contarlo.
- Bueno, la chica quiere que su tío venda y largarse de este horrible lugar, me recuerda un poco a mí, cuando me fui a Europa, solo que ella ya está bastante suelta, no sé si m explico. Mi idea es hablar a solas con Isaac y convencerle, y que tú hables con su esposa. Yo no le caigo bien a esa mujer. A ver si entre los dos logramos que abandonen esta idea de vivir aquí.

La revelación de Sonya deja un tanto perpleja a Hellen que tarda unos segundos en retomar el hilo de la conversación. Intentando correr un tupido velo sobre el tema de la noche movida que había tenido su amiga, continúa con el siguiente tema de conversación, aún con la mejillas arreboladas.

-Creo que Hanah está más que convencida. ¿Has visto su cara? Está completamente agotada, seguramente porque no se encuentra cómoda aquí. Lo de Isaac es más complicado- añade mirando hacia el techo y poniendo los ojos en blanco -Ya sabes como son los hombres, cuando consiguen un juguete nuevo les cuesta soltarlo. Fíjate en Jonathan y Jeremy, con que ganas están intentando conseguir su trocito de mansión para jugar-.

Una sonrisa asoma a sus labios. Eran como niños.

Sonríó admirada. La claridad de de pensamiento de esta mujer nunca deja de sorprenderme.
-Son como niños, pero sin el cómo. Querida, tu agudeza, es maravillosa. Bueno, pasemos dentro y no cojamos frío, creo que tratare de hablar con Isaac, si no me iré al estudio a organizar mis notas sobre esta familia y la historia de la casa, todo lo que sacamos de la gaceta, después de un viaje perdido, tal vez pueda redactar un pequeño reportaje, después de todo. Me lo tirarán a la cara pero, así practico. Estaré en el estudio hasta la hora del almuerzo.

Pensar en poder pasear por la casa y poder ver todas las reparaciones posibles, me llenaba de alegría. Una hacienda de estas características debía estar en el mejor estado posible y para eso había venido yo. Estaba seguro, para que si no me habría llamado.
Sin embargo, la actitud de mi amigo me hacía dudar.
-"Algo sucedía.....nos llama...para nada...tanto misterio" pensé

Como Sonya decide quedarse haciendo papeleo, Hellen se dispone a dar una vuelta por la mansión y echar una ojeada al estado general del inmueble, así como aprovechar para ver si localiza a Hannah o a cualquiera de los habitantes de la casa.

-Caballeros, voy a estirar un poco las piernas, me vendrá bien para el largo viaje que nos espera ésta tarde- se despide de los hombres que conversan en la sala del desayuno y saliendo por la puerta gira sus pasos a su derecha, hacia la cocina, desde la que se accede a las habitaciones posteriores de la planta baja.

Tendiendo libertad de movimiento me dirijo hacia el sótano para ver su estado.
-"El sótano de una gran mansión siempre estará más descuidado que el resto de la casa, por no hablar del desván."
Si había que arreglar algo, el sótano era lo primero que había que mirar.

Revestido de piedra para mantener alejados a los insectos y roedores, el sótano es más fresco que el resto de la casa, pero apenas hace frío. Contiene casi en su totalidad alimentos salados o adobados, cajas de comida enlatada, y botellas de vino. Las lluvias torrenciales inundan en ocasiones la estancia; una bomba manual ayuda a extraer el agua estancada.

Os disponéis a dar un paseo por separado, pero al ver que ambos tenéis la misma iniciativa, pensáis que tal vez sería mejor ir juntos.

Tras toda la noche lloviendo el suelo está blando, y vuestros pasos se hunden unos pocos milímetros en el suelo. Camináis por el camino principal y veis que, a la izquierda, por delante vuestro, hay unas pequeñas edificaciones las cuales, por motivo de la tormenta, no habíais llegado a ver. Os parecen una colonia de esclavos abandonada. Estos lugares solían tener varias colonias para albergar a todos los esclavos que trabajaban en los campos a diferencia de los que trabajaban en la misma casa, que vivían en ella.

Al parecer Jonathan también pretende dar una vuelta por la plantación, por lo que Hellen considera que llevar un acompañante puede ser más seguro para ambos, el terreno está blando y podrían torcerse un tobillo o quedarse atrapados en alguna parte.

-Bueno querido, ¿me acompañas a dar una vuelta por los alrededores?-

-Claro-dijo Jonathan ofreciéndole el brazo a la mujer-¿Sabe usted algo de cultivos, plantaciones...? Tengo curiosidad por saber en qué estado sen encuentran las zonas de cultivo, la calidad de la tierra...esta zona debe ser buena para patatas, coles y remolachas.

Hellen sonríe y acepta el brazo de su acompañante.

-No tengo ni idea de cultivos. Lo único que sé sobre patatas es que las de Frenchy's en la 8va son maravillosas. Pero tengo curiosidad por ver que más cosas al borde de la ruina hay por los alrededores, me gustaría comprender por qué Hannah está tan... triste- añade mientras tira de Jonathan hacia el camino que se extiende frente a ellos.

Jonathan sonríe al escuchar la recomendación culinaria de su acompañante, pero recupera su flema habitual cuando se refiere a la mujer de su amigo.

-Sin duda es un cambio drástico para una persona de ciudad-contesta Jonathan-Imagínese lo que es cambiar su vida en la gran ciudad por una recóndita plantación y hacerse uno a la idea de que va a pasar el resto de su vida aquí. Habrá quien lo lleve mejor y quien lo lleve peor. No sé...puede ser eso...o cualquier otra cosa. Pero sí que hay algo...extraño. La invitación de nuestro amigo, que quiera ocultar a su mujer el verdadero propósito de la misma...supongo que deberemos esperar a ver cómo se desenvuelven los acontecimientos.

El paseo sigue sin emociones. A medida que avanzáis podéis ver que los campos están muy descuidados y requerirían mucho trabajo para volver a plantar nada en ellos, y no hace falta ser un experto para eso. Las casas de los esclavos están abandonadas y algo descuidadas y al igual que la casa, hay algunas enteras, otras en parte, que se caen a pedazos y muy pocas las que están en buen estado como para en ellas vivir alguien. Lo único que si está en perfecto estado es el mausoleo de la familia, el cual si intentáis entrar os percatáis de que está cerrado con llave, por otro lado cosa lógica.

Llevas un rato preparando tus notas para el artículo cuando entra en la habitación Hannah acompañada por Gullah. Esta se sienta ligeramente apartada de ti para no molestarte -Buenos días- es lo único que dice y luego pide un te al mayordomo. Acto seguido este marcha a por la taza de té para la señora.