Partida Rol por web

Aquella situación superaba al bueno de Dave, él era un tío sencillo con gustos simples, no un héroe que rescata a damiselas en brazos ni capaz de grandes hazañas, no tenía ni idea de como actuar, estaba totalmente bloqueado. Por lo que tras un instante, se tomó un respiro y analizó toda la situación como buenamente pudo:

A ver, en primer lugar tuve el accidente, tras el cual parecía que Susan estaba muerta, después llamé a Jeff, que debería estar de camino, pero visto el atasco que hay le será imposible llegar; luego llamé a la policía la cual también debería estar llegando pero tendrá el mismo problema que Jeff, por lo que en éste aspecto debería renunciar a que llegara cualquier ayuda. Por otro lado está Susan que de estar muerta parecía haber revivido y estar aparentemente amnésica y muy agresiva, quizás se pueda deber a su amnesia al no conocer donde está la primera reacción en éste caso sería la de atacar a todo lo desconocido; mientras tanto, una parte de su mente empezaba a sugerirles ideas fantasiosas productos de tantos años de televisión y videojuegos en el que la palabra que mejor definía al estado de su novia era "zombie", pero la locura aún no era uno de sus atributos por lo que desestimó éstas ideas producto de su atribulada mente, y tampoco podía fiarse de la teoría de la amnesia dado que no sabía mucho de enfermedades. En fin, lo importante es que parece que está viva pero es peligrosa, por lo que lo mejor sería no molestarla o intentar reducirla hasta que tenga al menos otra persona con él. 

Por último miró a la zona del reciente accidente y se dio cuenta de cual era su mejor opción:

¡Eso es! tengo que llegar hacia la zona de los nuevos accidentes y ver si hay alguien al que pueda ayudar y que luego me devuelva el favor, además puede que aún haya algún coche operativo y puedan salir de allí en él.

Mientras se dirigía a la zona apresuradamente no paraba de rondarle la cabeza las advertencias de la agente de policía sobre el peligro que había, aún no tenía ninguna razón para creerlo, pero era mejor ser precavido, por lo que en vez de ir directo a la zona se quedó en una posición algo más alejada pero en la que podía visualizar como estaba la zona del siniestro, y en la que pudiera estar lo más oculto posible.

Tras recibir la respuesta de uno de sus compañeros sintió como se le caía el mundo encima. Muchos sentimientos la embriagaron. Rabia por no poder ayudar al pobre hombre de la carretera, tristeza por no saber que habría sido de todos aquellos a los que quería, miedo de no saber que le ocurriría a ella misma...

Dió un golpe a la mesa y exclamó.

¡Ya basta de gilipolleces, contrólate!

Tras serenarse llamó de nuevo al señor Savage. Bendito fuera el registro de llamadas del teléfono.

¿Michael, me oye? El único compañero que ha conseguido responderme me ha dicho que tenemos que salir corriendo de la ciudad, esto es el maldito apocalipsis...Verá, hay un hombre que ha tenido un accidente a las afueras de Oaktown, en la 47 con la 85. Se llama Dave, su novia a muerto en el accidente. Si puede vaya a recogerle y vengan hacía aquí, pero solo si puede, no podemos arriesgarnos mucho. Necesitaremos todo lo posible de la comisaria. Dese prisa, se lo ruego.

Veo por el retrovisor como el fulano que me seguía ha parado al lado de la vieja de la caravana, pero no tengo tiempo que perder - Dave me necesita y para más cojones el puto teléfono comunica.

Con este pensamiento en la cabeza veo como empieza a desaparecer el otro coche junto a la caravana por el espejo y me concentro en acelerar un poco más en busca de mi colega.

¡La comisaria! Si quedan supervivientes en la ciudad deberían estar ahí. Además seguro que la policía es capaz de manejar mejor esta situación, tienen armas y municiones, y saben usarlas.

Brevemente animado, Michael retomó sus quejumbrosos andares hacia el esperanzador edificio. Habían pasado ya un par de horas desde que tuvo que abandonar el coche en aquella carnicería de atasco. Había sido una putada pero prefería estar vivo huyendo a esperar que un puñado de jodidos infraseres destrozasen y abriesen su coche, y sus entrañas. Desde entonces, había tenido que ir a pata, escondiéndose en numerosas ocasiones de las criaturas cadáver, todo esto mientras cargaba con su maletín forense y las bolsas de comida al hombro, y llevaba su revólver en una mano temblorosa. Esperaba poder relajarse un poco y encontrar ayuda en la maldita comisaría.

Desciendes por el terraplén, abandonando la carretera; mientras te acercas al coche accidentado, ves cómo el caminante se dirige hacia la ventanilla del conductor, que sigue abierta. Estás pensando en qué vas a hacer para alejarlo del vehículo cuando, de repente, escuchas el gruñido de Sandra a lo lejos. Su rostro tiene la misma mirada vacía que éste. Ella también se ha convertido en... ¡un zombi! Te detienes en seco. El primer caminante, al quedarse sin presa, se gira de nuevo hacia ti. Echas a correr hasta alcanzar de nuevo la carretera. Estás conmocionado por lo que acabas de vivir.

Las horas pasan. Tienes hambre, sed y estás cansado, pero continúas caminando, bajo el sol abrasador. Olvidas las ampollas de tus pies y prosigues. No piensas detenerte hasta llegar a un lugar civilizado. 

Mientras caminar por el arcén de la carretera te sorprende que no haya coches; piensas en cómo ha cambiado todo en pocos minutos. Tu novia y tú ibais a la fiesta de cumpleaños de un amigo común, precisamente el que os presentó cuando os conocisteis. Eso te recuerda que todavía os estará esperando. Su chalet queda más cerca que tu casa, así que es una buena opción. Encaminas tus pasos hacia allí.

Tras una larga caminata bajo el sol abrasador, llegas a una zona civilizada. Por fin encuentras una acera. Divisas los primeros chalets de las afueras. En una de esas urbanizaciones megapijas vive tu amigo Chema. Qué ganas tienes de estar frente a él y contárselo todo. Pero todavía te falta rodear la manzana para acceder a la verja de la entrada.

Mientras avanzas, notas que algo no va como debería. Apenas hay gente en las calles, y se respira un silencio extraño. Hay un coche abandonado en mitad de la calzada, con las puertas abiertas y la llave en el contacto, como si sus ocupantes hubieran echado a correr precipitadamente. Casi todas las casas tienen las persianas bajadas, a pesar de que aún es de día. Piensas que algo muy chungo ha pasado o está pasando, y tú, como siempre, eres el último en enterarte. ¿Será un ataque terrorista o los mayas tenían razón y un asteroide está a punto de estrellarse contra la Tierra? A lo lejos, ves una columna de humo. A pocos metros, un coche arde. No parece que nadie vaya a apagarlo. Unos instantes después, explosiona violentamente. Agradeces no estar más cerca. 

Sigues caminando por las calles cercanas a la urbanización donde vive tu colega. Oyes un ruido de cristales rotos. Desde la distancia ves un coche que ha "alunizado" en el escaparate de una tienda, y un grupo de jóvenes que entran por el agujero para saquearla. Salen al poco rato, cargados con el fruto de su pillaje. Aunque se trate de delincuentes, son las primeras personas que te encuentras en muchas horas.

Algo está obstruyendo otra vez la carretera. Los coches que se dan cuenta, frenan a tiempo y dan la vuelta. Pero la nube de humo, que sale de los coches estrellados te impide ver qué sucede más allá. Hay gritos y mucha confusión todo se vuelve a repetir. Miras a los lados y ves un coche fuera de la carretera, parece que salió de la carretera por un cuerpo que yace ya desparramado en partes, en el interior del coche escuchas unos gruñidos, un cadáver viviente de una mujer con el cinturón puesto saca sus garras por el cristal roto, supones que alguien la ha querido ayudar pero al ver sus ojos velados por una bruma blanca, como si tuviera un glaucoma te das cuenta que son aquellos monstruos que se echaban antes sobre la gente en la carretera principal. No tienes más escapatoria que seguir a pie, las carreteras se encuentran bloqueadas por los numerosos accidentes, tienes opciones llegar a la ciudad andando o darte la vuelta...

La comunicación se pierde o es que nadie te oye unos pasos apresurados se adentran en el interior del edificio, escuchas sus gemidos, su falta de aire, descansa o eso parece lo escuchas por el auricular de la sala. La pantalla está conectada y pronto ves a un hombre de color, con unos kilos de más que parece bastante asustado adentrarse en el interior del edificio. No sabes muy bien qué hacer, cuando te lo encuentras cara a cara, parece un ser humano normal, lo único que se le ve asustado y muy sudado parece como si hubiese corrido un maratón. Los cristales de la oficina es lo único que os separa y una puerta cerrada. Nada más, sigues sin obtener contestación del conductor...

Mientras andaba hacia la urbanización de chalets me acordé de Jeff, debía avisarle que mi anterior posición no era segura y que ahora estaba cerca de la casa de Chema, por lo que cogí el móvil y lo llamé empleando un tono bastante exacerbado y nervioso:

-¿Jeff? ¡No vayas a la carretera que te dije antes!, ¡Hay zombies, joder!, no se si estoy loco o qué, pero eso es lo que vi, tuve que dejar a Susan ¡Era una de ellos! - dijo mientras transcurría un silencio incómodo y se escucha como Dave gimoteaba e incluso lloraba, luego se tranquilizó y dijo- Ahora mismo estoy en una barriada de chalets a 3 km de la carretera. Mejor que tengas cuidado, y si aún estás a tiempo atrincherate en algún lado, yo intentaré salir de ésta como pueda. Te llamaré en cuanto tenga algo nuevo que decirte.

Dave se sintió algo más reconfortado al ver a personas normales, por lo que no le importó la acción indecente que estaban haciendo, es más, puede que el también se metiera a ver si podía encontrar algo que le ayudara con la sed, el hambre y las ampollas, por lo que dijo:

-¡Hey! Al fin encuentro a alguien por aquí, me llamo Dave y necesito vuestra ayuda, ¿sabéis donde puedo encontrar la casa de Chema? - dijo mientras describía como era la casa y como era Chema - y, ¿tenéis alguna idea de lo que está pasando?.

Entendido pues en cuanto pueda me acercare allí, usted espéreme en la comisaria. Conteste a la agente Victoria. Mientras me acercaba a la jodida caravana de las narices.

La vieja me dijo para subir, su marido estaba al lado, pero no sabía bien que decía hablaba algún idioma extranjero. Accedí a subir pero con cuidado, en las situaciones caóticas la gente con miedo, aunque pareciera normal, podía volverse loca.

Hola soy Michael ¿Qué les pasa? Pregunte mirando de reojo a la calle, aquellos pitidos no me gustaron y temía que atrajera algo no deseado. Mantenía la distancia solo deseaba saber que querían esos viejos. Tenía que ir cuanto antes a buscar al muchacho que había perdido a su novia.

Michael entró a la comisaría sudando y hecho polvo. Las esporádicas sesiones en el gimnasio no habían sido suficiente preparación para el maratón que llevaba haciendo desde hace unas horas. Pero había conseguido sortear a todos esos bichos y entrar en el edificio, que era lo que importaba.

Esperaba haberse dado de bruces con una barricada, defendida por los agentes de la ley que, habiendo reaccionado a tiempo, habían conseguido salvarse y podrían ofrecerle ayuda, pero la realidad era otra. No encontró nada al entrar en la comisaría, literalmente. La entrada y los pasillos colindantes estaban desiertos. Había restos de sangre, lucha, y algún cuerpo al que prefirió no acercarse por prudencia, pero ni rastro de supervivientes. Estuvo un rato deambulando por el interior del silencioso edificio hasta que un reflejo captó su atención.

Unos metros más adelante, en el pasillo, había unas oficinas de seguridad, con cámaras y eso, y tras el cristal, una joven pelirroja vestida de policía. Era un poco pálida, pero parecía bastante viva. ¡Al fin!

Avanzando pesadamente con el maletín y sus otras pertenencias, Michael intentó captar su atención:

¡Eh! ¡Por favor! ¡Ayúdeme!

Seras miró de reojo a la figura que se movía detrás de ella, todavía fuera de su oficina. Con un ágil movimiento sacó una pistola del cajón de su escritorio plagado de papeles y se levantó, quitándo el seguro del arma y apuntándole a la cabeza. Era un hombre rellenito, afroamericano, con cara de haber corrido una maratón y más sudado que los novatos del cuerpo de policia después de un entrenamiento intensivo con Jack Swanson, el sheriff y mejor amigo de su difunto padre, el anterior sheriff.

¡Alto o disparo! ¡Identifiquese y dígame si esta herido o me tendré que abrir fuego contra usted!

¡No dispare! ¡Me llamo Michael Rogers, soy forense, y estoy agotado pero no herido! -dijo sobresaltado soltándo el maletín y poniendo las manos en alto.

La policía bastante tensa, y dado lo sola que se encontraba en el edificio, esto no pintaba nada bien...

La pelirroja suspiró levemente y bajó el arma, pero sin apartar el dedo del gatillo.

Venga aquí, rápido.

Se giró un momento para volver a rebuscar en sus cajones y cogió un juego de llaves de toda la comisaria. Ya era hora de preparar las bolsas con todo lo necesario...

Señor Rogers, soy la agente Victoria. Pero dadas las circustancias puede llamarme Seras. Tenemos que ir a la sala de al lado a por armas, munición, comida y todo lo que creamos necesario. Quizás hasta podamos conseguir las llaves de alguno de los coches policiales que hay aparcados en la entrada. ¿Como está la cosa ahí fuera? ¿Ha visto algo en la entrada o dentro del edificio?

Había estado pendiente de las cámaras de seguridad, pero más valía prevenir que curar.

Buenas, en la escena en la que estoy, ¿no es viable sacar el coche de la carretera e ir por fuera?

Hola Jeff perdona por la espera, puedes ir en coche, de hecho el coche que se fue fuera de la carretera ha destrozado la valla. No obstante el conducir por los terraplenes no están hechos para ir por ellos en coche, según a la velocidad que vayas me tendrás que hacer una tirada para no estrellarte contra la valla de la izquierda o meterte en algún hoyo que bloquee la rueda del vehículo. Ya me lo describes en tu post, de todas formas si quieres puedes hacerme seguidamente la tirada para aligerar.

Echas un vistazo al interior de la autocaravana, más amplia y confortable de lo que parecía por fuera, y descubres que hay otro miembro de la familia: su hija, una joven que lleva un piercing en la nariz y que no aparta sus ojos de ti. Ella es la única que te responde y te explica que sus padres no conocen la lengua de Shakespeare. Te enteras por su hija que ella se llama Inga, su madre, Karen, y su padre, Soren. La joven te dice que la autocaravana lleva radio incorporada, y que han escuchado por el canal de noticias: - hay varios muertos que regresan a la vida y se ponen a atacar a los vivos. Si no hubieras vivido lo que has vivido hoy, creerías que se trata de una broma radiofónica, pero sabes que, por esta vez, la cosa va en serio. La familia danesa decide que, visto lo visto, lo mejor será interrumpir sus vacaciones y regresar a su país de origen. Tú lo entiendes, y te dice su hija que si quieres puedes ir con ellos. 

La oferta sonaba bien, más que bien ideal. Pero había dicho que ayudaría a ese chico que perdió su novia y de todas formas dudaba que huir así de golpe fuera lo mejor.

Gracias querida, pero tengo unas cosas que hacer. Os daré un consejo no os paréis, seguir sin deteneros. Le dije a la chica amablemente, esperaba que pudieran salir de aquel sitio y lograr escapar de aquella mierda.

Después de eso salí de la auto caravana, fui hacia mi coche y levante un pulgar hacia Jeff para indicarle que la cosa estaba bien y que me siguiera. Arranque y volví a encaminarme a mi destino, esperando que el chico estuviera bien “Espero llegar a tiempo”

¿Qué quieres, tío? dice uno, mostrando la barra de hierro que lleva en la mano.

- ¡Vaya pinta traes! Se ríe otro, echándote un vistazo.

No sé quien es ese tal Chema te dice otra vez el primero, ni sé qué está pasando pero si necesitas algo entra dentro y sírvete. Tienes Samsungs... muy bien de precio... dice irónico.

Todos ríen la broma.

Se puede decir que las putas navidades se ha adelantado este año. Mira añade, enseñando su botín-, a mí el "gordo de rojo" me ha traído una tablet.

El grupo se dirige a la siguiente tienda para continuar robando.

Jeff no paró siguió y sin aminorar xD. Perdona por haberme olvidado comentarlo.