Partida Rol por web

Voy detrás de el mientras entre el jaleo se escuchan disparos a nuestras espaldas.

Has oído?, o los guardias han perdido los nervios o algunos presos se han puesto las pilas colega.

Dada la situación, me arranco los brazaletes aprovechando que están desactivados. Si alguien pregunta mas tarde ya veré que le respondo. Lo que tengo claro es que no me arriesgo a que algo o alguien los active de nuevo.

Observo aquello, y una maquiavelica sonrisa aparece en mi rostro....

Con que no me ayudaras? por mi perfecto... No te debere nada!!!! JAAJAJAJAJAJA Te mostrare lo que soy capaz de hacer!!!!!

Y por fin me siento ... liberado... como hacia mucho no me sentia... Y salvo por una pequeña sensacion muy en lo profundo de mi mente, no tengo niuna duda, de que matare a quien quiera que se me ponga en el camino... No logro entender porque me negue antes a salir de aqui, pero ahora es mi oportunidad...

Ya habra tiempo despues para venir por Cuervo, y preguntarle personalmente, porque me tiene tanta bronca...

Maxwell ya no tenía dudas, aquello era algo mas que una carcel para super héroes...

Flicker estaba en peligro, le gustaría ayudarla pero no podía hacer nada, no mientras llevara esas jodidas muñequeras. Había que salir rápido de allí o estaban muertos.

Agarrando con fuerza a Karizma, echó a correr a la vez que gritaba con fuerza:

¡Tank! ¡Rote! ¡Por aquí!

Acto seguido se encaminó a toda velocidad hacia la enfermería. Era cuestión de segundos que algun guardia, o aún peor: Giro, viniese hacia ellos. Pero era el momento de jugarse el todo por el todo. Tenían que salvar a Karizma como fuese y Maxwell tenía que encontrar a cierta persona...

Era la hora, el momento que Vortex había estado esperando, la distracción que tanto ansiaba por fin había entrado en escena, le daba exactamente igual quien fuera y si quería matar a todos, era problema de otro. Una muestra subita de imagenes, pasaron fugazmente por la mente de Jeh. Con las explosiónes Vortex se tiró a una esquina, oscurecida donde sólo brillaban las muñequeras, mientras la rabía interior se hacía cada vez má grande, tan grande que ahora no pensaba ya en el castigo de los guardias, sino en el castigo divino que impondría  al humanidad por haber encarleado a un Dios, si, finalmente Vortex recordaba que era, quien era, y porque estaba ahi. Sobre todo, recordaba quien le había encerrado, y debía encontrar su venganza tan pronto cómo fuera posible

En su mente dos nombres---Crusher........Flicker.......sreís pasto de mi venganza.

Aprovechando el momento en que Flicker se teleportaba, Vortex golpeó con tantza fuerza los brazales contra una pared, que ésta se resquebrajó un poco, los brazales cayeron inertes al suelo, no sin antes dar una gran descarga al Dios caido.

Agazapado en la esquina, y dolorido, Vortex por fin estaba libre, y podría empezar a destruir todo a su antojo, cómo hizo antaño.

Crusher....Crusherrrrr...!!!CRUSHER!!!!!!!

Vortex sabía que podía aprovechar su oportunidad para destruir al humano, mientras la confusion reinaba en aguas negras.

Tus ojos se nublan, al sentir como tu verdadero ser vuelve a tí. Como una tormenta de piedras, como un río soltándose de su presa, te sientes lleno, golpeado, aturdido... poderoso.

Parpadeas y puedes ver que ya no estás en el Taller. Te encuentras en un lugar nebuloso, extraño, oscuro. Crees que es tu imaginación, pero entonces observas a José, un preso que alguna vez se burló de tí, gimoteando cerca tuyo.

- Engendro, dónde estamos?!?!? aulla con desesperación, mientras intenta tomarte de los brazos. Con un gesto te deshaces de la mosca, que sale volando hacia el infinito. Puedes ver como al recorrer un par de centenar de metros su carne se pudre, se cae, sus huesos se pulverizan mientras aún chilla, aterrado.

- Jeh, soy Jeh... repites como un mantra. Concentras tu mente adormecida, con los recuerdos de tu vida pasada que te golpean. Una vida inmortal es demasiado para asimilar en un instante, aún para el Dios del Tiempo y el Caos. Dios del Tiempo y el Caos?

Miras tus manos, las flexionas. Sientes poder infinito dentro de tí. No recuerdas exactamente cómo usarlo, pero sonríes... porque estás a punto de averiguarlo.

Trepais por los conductos, por pasillos evidentemente diseñados pensando en la utilidad pero también en seres corpulentos, por escalerillas de apariencia endeble, por corredores de hormigón gris y cuarteado. De vez en cuando una sacudida os llena los ojos de polvo y hace visible una nueva grieta.

Por fin llegais a un panel. Yunque lo abre de una brutal patada, sale al exterior y escuchas un Crack!. Cuando asomas, vez a un guardia colgar de sus manos, la cabeza en una dirección totalmente antinatural, como una muñeca de trapo.

Yunque toma el arma, que se oxida entre sus dedos. Por un momento la piel de tu compañero se vuelve de un color hierro herrumboso, sus músculos crecen, sus ojos se inyectan en sangre. Ahhh... no hay nada mejor... dice entre dientes.

- Bueno Pelotilla, esta es la cuestión. El grueso de los Guardias no conocen de nuestras operaciones. El lugar se está yendo a la mierda, Cosmos está como loco allí adentro y el héroe grandote quiere frenarlo... es nuestro trabajo asegurarnos que ese héroe, junto con los guardias, sean... daños colaterales, entendido? Una buena limpieza.

Corres hacia la enfermería con Karizma en brazos, nadie parece prestarte mucha atención. Sales al pasillo, ves el ascensor cerrado con las puertas levemente abiertas en un ángulo que indica a todas luces que no funciona. A su lado, un panel de la pared está removido y vez un pasillo lleno de caños, cables y conductos; evidentemente alguien se ha colado por los pasillos de mantenimiento que pueblan las paredes.

Giras a la izquierda, hacia la Enfermería. La compuerta que sella el pasillo descendente se encuentra sólida en su lugar; aislando el Taller como medida precautoria.

Karizma tose un instante. La miras, ves que sus muñequeras están desactivadas; las tuyas también. Una fuerza vital reaparece en los ojos de la muchacha, quien te obliga a dejarla en el suelo.

Apoyándose en la pared con una mano, Karizma vomita un poco de sangre, sonteniéndose el vientre desgarrado. Las heridas se han cerrado un poco... la curación acelerada no es extraña en ciertos individuos como ustedes. Quien dijo que es malo ser mutante... susurra Kari mientras te mira con ojos pequeños y enrojecidos, débil por la pérdida de sangre.

Sientes el calor dentro de tí, en tus manos, en tus dedos... tus dedos; los observas asombrado como si fuera la primera vez. De ellos se elevan volutas de vapor, humo.

Las muñequeras se deshacen pulverizadas por la temperatura que emite tu cuerpo. Tus ropas se deshacen, mientras te elevas unos centímetros del suelo. Recuerdos de otro lugar, del espacio, de otra vida recorren tu cerebro sin que puedas frenarlos ni entenderlos, solo está la furia caliente como lava que recorre tus extremidades.

El brillo y calor que emites hace que otros presos retrocedan unos metros. Algunos se escapan, otro están teniendo también transformaciones de este estilo. Los guardias comienzan a disparar, pero sus perdigones se deshacen en el aire antes de tocarte.

Tu luz comienza a rivalizar con la de Ráfaga, quien se vuelve para enfrentarte. Un poco más allá, Giro está luchando por inmovilizar a Flicker, la heroina teleportadora... qué bien te vendría que un teleporter te deba un favor, piensas... sobre todo si es uno de esos favores estúpidos atados al honor de un superheroe.

La descarga de Ráfaga no te llega por sorpresa, pero sí es mucho más grande y rápida de lo que esperabas.

Cuervo toma el casco y escucha un segundo por la radio. Casi todos en el Taller, el sistema no anda... y advierten que las contenciones fallan. Te mira con atención...

Luego toma un extremo del bastón para electrocutar del guardia, lo introduce entre su brazo y los brazaletes, hace palanca, y se lo quita. Una enorme sonrisa corta su rostro, y parece fundirse con las sombras.

Notas que tu vista es más aguda, que puedes vislumbrar los contornos aún en la oscuridad absoluta. También oyes el estrépito que envuelve a la prisión; el combate en el Taller, el combate increible en los niveles más superiores, allí arriba de todo.

Y algo, alguien, todo alrededor, como una seda rozando con la piel de una modelo. Un riz-riz suave, inaudible para alguien normal... pero no eres normal. Eres Down Cage. O Down Conrad?

Maxwell parece realmente sorprendido, las muñequeras se encuentran desactivadas. ¿Realmente vuelve a tener sus poderes?. Sin pensarlo ni un instante, se arranca las muñequeras y las parte a la mitad. Están desactivadas pero no quiere llevarlas puestas nunca mas y así se asegurará de si realmente han vuelto sus poderes como deberían...

Observó a Karizma un instante:

¿Como te encuentras? Vayamos a la enfermería, allí podremos curarte o al menos tapar esa fea herida.

Maxwell deseaba volver y ayudar a Flicker pero ahora mismo Karizma le necesitaba, no podía dejarla atrás.

Casi había besado a la muerte, pero gracias a un extraño giro del destino, nuevamente me encuentro rehabilitada. Estoy adolorida y un poco confundida aún, pero puedo sentir que mis poderes están colaborando con mi recuperación. Todavía necesito apoyarme un poco en Max para caminar, pero será tan solo por un tiempo corto.

-Gracias Maxwel Conrad por sacarme de allí. Te debo una- agrego sonriendo de lado. Al parecer, el sistema de seguridad ha colapsado, este momento es el que tanto anhelé durante mi reclusión. Debo recuperarme cuanto antes, así puedo escapar.

-Puedo seguir sola desde acá. Ve a ayudar a la teleportadora o el hijo de puta de Giro acabará con ella.- Noto que el ex- super héroe desea estar en el medio de la acción, defendiendo sus ideales, que al parecer no ha perdido. Y si no lo tengo revoloteando a mi lado, mi huida será más sencilla. Lástima que Tank se haya quedado en los talleres... En fin, el se lo pierde

Podia sentir el poder crecer dentro de me sentia libre... o casi... Aun sentia una vos como un susurro dentro de mi cabeza. Aunque no entendia que decia

Y los recuerdos... Tantos, que nisiqeuira podia ordenarlos, para que tubieran sentido... Pero no importaba... Estaba libre... Las muñerqueras, que tanto me limitaran se habian ido finalmente. Podia sentir todo mi poder liberarse... Y esta vez no habria represalias...

O  por lo menos eso pensaba. Vi los perdigones deshacerse en el aire antes de alcanzarme, y me hizo sentir invencible... Tanto, que apenas estaba preparado para el ataque de Rafaga.

Parece que hemos llegado al nimbo, si no fuera porque ese insecto insignificante de José estaba aqui tambien, habría jurado que estaba drogado de nuevo. Pero éste sentimiento tan puro, tan salvaje, que me llena y me pide más, y más, casi cómo una droga a la que no puedes dejar en ningun momento..éste sentimiento de provocar muerte, y destrucción, de sembrar el caos y la desesperación allá donde vaya, es, en cierta forma, nostalgico.

Una secuencia se formaba de nuevo en la dolorida mente de Jeh, veía cómo un joven y esquelético esclavo, conseguía desafiar a su destino, consiguiendo los poderes que un dios, lleno de curiosidad por la forma y comportamiento humano, inspirado por la forma que los acontecimientos tomarían, dió al joven, que se mostro despiadado, y cruel contra su enemigo, contra sus amigos, y contra toda forma de vida. Probablemente el dios se esperaba eso de el, y dio castigo a tan poderosa criatura, condenandole con la vida más larga y solitaria posible. Algo que hizo que ese joven, ahora convertido en un dios viviente, y alabado por los pocos supervivientes, se tornara cada vez más y más sadico, y cruel.

Entiendo, eso fue lo que pasó, por eso odio a la humanidad, y por eso fui encarcelado, por eso y mucho más. Ahora todos deberán pagar por sus errores, sobre todo por mantenerme con vida, cuándo deberían haber acabado conmigo. No añoro la muerte, no la deseo, sólo hago qu ellegue a quien se la merece, pues soy su heraldo en éste mundo, y si alguna vez un dios me castigó, yo, Jeh Osm, no, Vortex, eliminaré a todos los que adoran a esos dioses, y despues, les declararé la guerra a ellos mismos, cuándo hayan perdido toda la fe en sus subditos. Ahora, tengo una misión, pero antes, debo obtener venganza primaria.

Los dedos de Vortex emanaban un cierto haz de luz negra y azulada, cómo pequeñas burbujas formando un hilillo ascendente, que brotaba de cada dedo. Con un simple gesto inconsciente, Vortex, rasgó parte de la zona, dejando ver de nuevo la habitación donde momentos antes había estado el taller. Aun había algo de movimiento, temblores y explosiónes, y observaba con claridad, cómo algun guardia pedía ayuda, pues no podía moverse, tras estar atrapado bajo parte del techo.

Jeh, atravesó el nimbo, y volvió dentro de la sala, y se acercó al guardia.

Tu.....preso...cómo te ....has... da igual, ayudame por favor, estoy atrapado, eres un clase D, seguro que tienes algun poder que te pueda ayudar a levantar tanto peso.....tjjt, suplicaba el guardia, mientras escupia y tosía sangre.

Jeh se acercó al moribundo, mientras le tendía una mano, con el mismo brote luminoso que tenía en el nimbo, mientras el guardia miraba con esperanza.

En el fondo, sabía que eras buena persona.. atjj..atjjdate prisa por favor, no aguantaré mucho.,,

Jeh acercó su mano a la cara del humano, que empezaba a descomponerse lentamente, cómo un incesante goteo de piel y musculo, allá por donde tocara, mientras el guardia chillaba de dolor y agonia, pues aun sufriendo, seguía vivo. Uno de los dedos tocó por error un ojo, que inmediantamente se descompuso, dando una muerte final, y muy dolorosa al guardia. Probablemten, alguien lo hubiera escuchado, pero eso, no le importaba en absoluto, debía encontrar a Crusher para obtener venganza, y probablemente los guardias lo supieran.

Quien sería el que atacó mientras se apagó la luz-.... parece un sujeto interesante.....

Le miro algo extrañado antes de entender.

Quieres decir que todo el que no este en el ajo de los...chanchullos de aquí dentro tiene que palmar?.

Le miro un par de segundos mas antes de añadir.

Tu sabias que esto iba a pasar?.