Partida Rol por web

El humo del cigarrillo se disipaba casi antes de tocar el techo de madera de la habitación. Era una casa vieja, quizás cien años, puede que más, hubiera pasado desde que se construyo. Antes de las guerras mundiales sin duda.

Era increíble que estuviera en tan buen estado, y sobre todo, que fuera tan grande, pero precisamente hoy, eso, era motivo de desgracia, porque ahora, ya no estaba llena.

Su marido había fallecido hacia poco, aun estaba tan reciente, que solo recordarlo hacia que le temblara el pulso, y el corazón se sobresaltara. O podía ser quizás, por aquella carta que aun tenía en la mano.

La luz de la calle entraba por la ventana y se colaba entre las cortinas del despacho. Y una lagrima sola, indolente, caía sin miedo por la mejilla de la mujer.

Iliana Varsova, la viuda de Petrof Varsov, el ministro de Economía de la Republica Checa. Un hombre que había luchado cada día para convertir a su país en un referente de energías limpias y políticas de empleo eficientes para los empresarios, dignas para los trabajadores.

Un hombre, que apenas tres semanas antes había fallecido, tras un extraño incidente en el que unos hombres armados habían proclamado su lucha contra la muerte del planeta a tiros, y que dejo como única víctima a su marido.

El crujir del viejo sillón se dejo sentir en aquel despacho, pues la mujer se dejo caer con rapidez en el respaldo. Estaba demacrada, habían sido semanas muy duras. El funeral, la prensa, el trabajo de su marido. Los acreedores, que se cebaban con aquellos que aun tenían el alma en los pies.

Se querían quedar con aquella casa. Una de las mejores de la ciudad decían. Una que su marido no había terminado de pagar, y que asumían que ella no podría mantener. No se equivocaban, con la muerte de Petrov había perdido mucho más que un marido, un amigo, un compañero, y también la mayor parte de los ingresos.

Pero eso solo era solo un dolor de cabeza. Su verdadero problema era cuidar del pequeño Misha. El niño apenas comía, estaba siempre distraído. No era capaz de hablar del dolor que le producía la muerte de su padre.

Y por si fuera poco, aquella carta ahora, le ponía una daga al cuello, una incertidumbre que la perseguiría hasta la misma muerte.

“La muerte de tu marido no fue accidental, lo sé, porque fui su asesino, y mi trabajo no acaba con él. Tú y tu hijo sois los siguientes”

Aun tenia los dedos apretando el sobre con fuerza, cuando volvió a leer con calma aquellas palabras. Sabía que eran verdad, pues venían acompañadas por el reloj de pulsera de su marido.

Ni ella misma había caído en cuenta de que no había aparecido entre los efectos personales del difunto. Y ahora, volvía a ella.

El reloj descansaba ajeno al malestar de la mujer sobre una mesita baja de madera. Era un Casio, bien mono, pero barato. Fue el primer regalo que Iliana le hizo su marido, cuando aun eran novios.

Él lo llevaba a todos lados, para recordar que era una persona humilde decía. Aquella era una prueba escandalosamente dolorosa.

Aun estuvo sin moverse, con la vista clavada en el papel durante otro par de minutos, mientras, la ceniza del cigarrillo caía a plomo sobre el suelo de parque del suelo. Se consumía, como también lo hacia el alma de la mujer.

Entonces la mujer se puso en pie, encendida, dispuesta a luchar para salvar la vida de su hijo, el legado de Petrov. Recordó, que tenía un numero por algún sitio. Un numero que su marido dijo que no perdiera. Por si necesitaban algo importante. Por si tenían verdaderos problemas.

La mujer se movió por el despacho como un vendaval. Era un molino de viento que abría cajones y cerraba libros tras abrirlos y mirarlos a la carrera.

Cayo entonces una taza de la mesa y se rompió. La mujer se quedo petrificada, no quería por nada del mundo despertar a su pequeño.

Pero eh hay las ironías de la vida, que donde estuvo la taza, estaba la nota con el número de teléfono.

Tras recomponerse, la mujer marco el número de teléfono, y le explico a la voz al otro lado de la línea, que estaba sola, que la iban a matar, y que necesitaba ayuda…

Era un duro día gris. El tiempo no era bueno, no al menos en aquella parte de Londres. El taxi paro en la dirección indicada, era un nave industrial, de aquellas que habían sostenido la economía de la zona hacia treinta o cuarenta años. Ahora era un erial.

El taxista no espero propina, en cuanto estuvo pagado el viaje salió sin miramientos del lugar, dejándoos frente a una pared de ladrillos desgastada y un charco de agua de lluvia.

Tres hombres, tres hombres muy distintos, no solo en lo físico, sino también en lo personal. El silencio fue la tarjeta de visita.

El edificio parecía vacio en un primer momento, pero la luz del día ya estaba anunciando nuevos colores, aunque las nubes dijeran lo contrario.

Sin embargo fue el sonido el que primero os alerto de que allí realmente había alguien.

Tras pasar lo que debió ser la zona de carga y descarga, y luego las oficinas, llegasteis aun pequeño almacén que aun tenia la integridad del techo firmemente sujeto sobre vuestras cabezas.

Allí había tres sillas plegables, una mesa, una pantalla, y un par de técnicos que se afanaban en colocar el material lo antes posible.

Una mujer, pendiente de un teléfono personal esperaba impaciente a que los hombres se sentaran.

En cuanto tomasteis vuestros lugares, los técnicos abandonaron el lugar, y ella tomo la palabra.

Gracias por venir tan rápido, no tenemos tiempo que perder.

Tenemos un caso en la Republica Checa, y debéis estar allí en un par de horas.

Esta es Iliana Varsova, la viuda del difunto ministro de economía de ese país.

Una imagen de una mujer alta y rubia, con unos imponentes ojos azules, y una cálida sonrisa salió a la pantalla.
Sin duda una persona de gran belleza, que por otro lado, inspiraba también cierto calor cotidiano, y no de estrella de cine.

Este es su hijo Misha, de ocho años.

Una imagen de un niño pequeño y rubio, con media melena y una camiseta de la selección de su país en lo que sin duda fueron unas vacaciones en Eurodisney.

Esta pasada noche recibió una carta. En esta, se la amenazaba de muerte. Esta es la firma.

Last Order.

Según nuestros analistas se trata de una asesino a sueldo, de mucho cache, ósea, muy peligroso. Además se sospecha que puede tener algún tipo de poder mutante. Lo que lo convierte en una prioridad para la Organización.

Noto que alguno de vosotros tenía sus dudas acerca de porque habían sido llamados a aquella misión. Así que os dejo unos segundos para digerir lo que acababa de decir.

Seis horas antes.

Ya era de noche cuando sonó el teléfono de la casa. Sabias por experiencia que eso significaba que te iban a activar.

Así que esta vez, tenias una pequeña mochila lista con ciertas cosas de interés. Aunque bien era cierto que os surtían cada vez que ibais a algún lado.

No te importo la hora, porque aquella tarde, también al teléfono habías conseguido hablar con Sharon.

Estaba viva y bien. En Rumania. Al parecer estaba infiltrada en un centro educativo para superdotados, porque se sospechaba que había uso de fármacos sobre los jóvenes que allí estudiaban.

Sin duda, la clásica vida de espía que ella detestaría reconocer que disfrutaba. Sobre todo, si era lejos de cualquier peligro.

Su voz te había bañado en vida. No sabías que la echabas tanto de menos hasta aquella misma tarde.

Finalmente tus cábalas habían resultado, sus padres tenían que tener algún contacto con ella, y así le hiciste llegar el recado.

Ahora tenias una vía de contacto con la que comunicarte con ella. Eras un hombre feliz, y estabas en forma. Las drogas habían sido sustituidas por la adrenalina estos dos últimos meses, y parecía que funcionaba. Al menos de momento.

Recogiste el teléfono, como siempre, una conversación corta, y estrafalaria, como no podía ser de otra manera.
Pero estaba claro que era una medida de seguridad.

Esta vez, tenias que viajar a Londres, a un calle, esperar a un Irlandés y un Africano, y montaros en el primer taxi, rumbo a cierta dirección.

Parecía que se entrenaran en volver las cosas más complicadas de lo que eran.

La cuestión, es que tenias menos de seis horas para llegar a aquel lugar, y era de noche.

Dos horas antes.

Vivías en un pequeño apartamento de Londres, pequeño, cálido gracias a la calefacción, y con pocos lujos. Justo lo que necesitabas.

Después de las últimas semanas en la graja, y ahora que ya sabias sacarle realmente partido a tus poderes, vivir en una ciudad llena de rastros era un verdadero reto.

Aun así, seguían viejas costumbres, como dormir poco, y hacerlo siempre con un ojo abierto.

Así fue que cuando sonó el teléfono no te pillo desprevenido, y lo cogiste antes de que sonara el segundo tono.

La mala hierba solo se poda con explosivos.

La frase era la correcta.  Así que contestaste.

Pero los explosivos son menos discretos que una tijera de podar.

El código estaba completo, una voz distinta, esta vez de mujer, te habla desde el otro lado de la línea.

Chui, soy Olimpo. Sé que habíamos dicho que tendrías tiempo para adaptarte a Europa y a tus poderes, pero me temo que no puedo dejarte descansar.

Dentro de una hora y media, baja a la calle. Justo delante de tu casa aparecerán dos hombres. Cuando estéis los tres juntos en la esquina un taxi ira a buscaros.

Uno de ellos sabe a donde tenéis que ir. ¿alguna duda?

Tres horas antes.

Estabas en Londres, en el hotel Excelsior. Te habías fugado de tu nueva vida de pega, sabias que te localizarían, así que daba lo mismo.

Un viaje de vez en cuando, te venía bien. Eras un hombre acostumbrado al turismo.

Lo que no esperabas es que sonara el teléfono del hotel. Nadie debía de saber que estabas allí, y mucho menos en donde te alojabas. Al menos no tan rápido, pues te habías hospedado aquella misma noche a última hora.

El tiempo siempre es frio en Groenlandia.

Aquella era tu frase de activación. Dudaste, porque para esta agencia era la primera vez, y estas cosas te parecían de patio de colegio. Pero contestaste.

Sí, pero más frio tendría un pingüino en la casa de Papa Noel.

Menuda chorrada, aunque no podías dejar de pensar, que aquella combinación no podría darse ni en la mas disparata película de humor americana.

Se puso una mujer.

Me alegro de ver que está en Londres, eso facilita las cosas. Tiene que ir a la dirección que le mandamos ahora, y estar a la hora convenida.

En ese momento sonó el vibrador del teléfono móvil.

Y reunirse con un africano y un ingles, subir a un taxi. El resto de información ya lo conocerá.

Sin tiempo a decir una sola palabra la persona colgó. No había tampoco mucho más que añadir.

Tenías una misión, de improvisto, pero esa era tu vida. Sin duda.

Vaya, parece que empezamos bien, si vamos un irlandes, un ingles y un africano en el coche conduce el ingles y nosotros vamos esposados detras fijo.

Tendre que llamar a ELi para hablar con Thomas antes de entrar en acción sino luego no se cuandro tendre tiempo de llamarlo de nuevo.

Marcando el teléfono de prepago, Eli, Hola,....... Estoy bien......... Ya se que es tarde........ ¿Thomas esta dormido?...... Hola campeón ¿que tal te ha ido el cole?..... ¿Yo?.... Si trabajando como siempre, mira Tom estaré fuera un tiempo cuida de mama, haz los deberes y has caso a tu madre y te llevaré un regalo cuando vuelva de viaje...... Pasame con Mama...... Eli... Si ya se que estos viajes son imprevistos.... pero..... Eli amor es elprecio que tengo que pagar para que estemos a salvo.... Si yo también te quiero,...... No, no se cuanto será esta vez.... te llamaré en cuanto pueda. recuerda que el siguiente telélefono acaba en el 376. Cuidate y cuida a nuestro hijo.

LA verdad es que el tema de la organización me viene bien, es la excusa perfecta, quiero a Eli pero, de vez en cuando, tengo la imperiosa necesida de entrar en un aeropuerto o una estación de tren y coger el primero que salga sin destino, como condicion no haber estado ahí antes, si no nos hubiera separado  la organización Probablemente Eli y Yo habríamos acabado divorciados, de esta forma siguen estando en mi vida, sin el tedio de la rutina en un mismo sitio haciendo las mismas cosas.

Cojo la pequeña maleta de viaje mi portatil y me dirijo a la estación, al encuentro de mis 2 nuevos compañeros.

Sales a la calle, la noche lo llena todo, y con la noche, sus colores y sus sonidos. Incluso en alguna esquina, el olor de las noches también se deja oler.

Tienes un mapa de Londres. Y ya la conoces, tras un rápido vistazo, sabes que puedes ir a pie, o coger un taxi, el caso es que te sobran dos horas aproximadamente, seguramente un poco más.

Londres es una de las urbes mejor comunicadas, no debería de suponer un esfuerzo moverse por ella en más de 35 minutos.

De tus otras visitas a esta ciudad, que han sido muchas, sabes con certeza que hay 33 distritos, cada uno organizado y contabilizado empezando desde el interior, es decir desde el centro de Londres hasta las afueras. Los barrios del centro están en la zona 1 y los barrios de las afueras llegan hasta la zona 6. Por lo general la zona 1 es la más antigua y donde se encuentran los la mayor parte de los sitios turísticos.

Sabes por tu propia experiencia, que incluso podrías llegar andando, y te sobraría tiempo para hacer algo mas, como desayunar.

Las horas no ayudan, pero es Londres, siempre hay gente a cualquier hora.

Consulto el mapa y pienso Aún da tiempo, dejaré la maleta en mi casillero de la estación de Marylebones, y pasearé por Baker Street.

Al llegar a mi destino no puedo evitar hacerle una foto, sacó la cámara de la bandolera y pienso:

Esta foto se la tengo que llevar a Tomy le encanta Sherlock Holmes.

Bien se hace tarde, ire dando un paseo y aprovecharé para pasar por la catedral. desayunaré en alguna cafeteria cerca  del Tate monumet y me acercaré Newcomen street unos 15 minutos antes, sasí vere a mis nuevos compañeros y podré echarles un vistazo antes de que me vean.

Cuando llego a la cafetería me siento en una mesa que me permita visualizar la entrada y la cristalera que da a la calle

pido un desayuno y me relajo, mientras voy controlando la hora para luego acercarmecon tiempo al lugar de encuentro.

Me alegre por recibir noticias de Sharon. Estaba bien y ya la habían activado. Antes que a mi, lo que me pareció normal porque es más poderosa que yo, y en una misión en la que se siente más cómoda de lo que quiere reconocer. Ya que no se puede librar de esta vida que nos ha tocado y que ha sesgado su vida normal, que no le obligue a estar en situaciones que le disgusten más.

Aun tras colgar mantenía una sonrisa y una felicidad que me llego a durar todo el día. No recuerdo cuando fue la última vez que me sentí así por una mujer... Quizás cuando aun estaba en la calle jugandome la vida y sobreviviendo a duras penas. Pero Sharon no tenía nada que ver con aquellas chicas.

No tarde en coger la guitarra para tocar algo, estaba inspirado, excitado y me sobraba energía después de practicar tanto deporte los últimos dos meses. Eche una mirada rápida al cajón donde guardaba algo de droga, no me hacía falta, no por ahora.

De nuevo sonó el teléfono. Esta vez fue mi activación con esas frases raras de espías que nos pasan ¿qué pensara quien las escuche? ¿sospechara que es un tipo de código o ignorara rápidamente la conversación pensando que son un par de locos? Supuse que lo tendrían contemplado. 

Intente dormir pese a que estaba muy emocionado, la adrenalina que conseguía generar en los deportes de riesgo no llegaba al nivel de jugarte la vida en una misión y ya empezaba a saborearla, un leve cosquilleo avanzaba por mi cuerpo. Pensé en ir caminando para aliviar mi nerviosismo y mi ímpetu, pero sabía que necesitaría toda esa energía durante la misión. Por ello hice unas cuantas flexiones para aumentar mi cansancio y conseguir dormir unas pocas horas antes de partir.

Desperté una hora y media antes de la cita, incapaz de seguir descansando. Llame a un taxi y coloque todo lo que pensaba llevar al lado de la puerta. Aunque saque la guitarra de su funda para realizar unos punteos mientras esperaba mi transporte. Ademas llevaría la mochila que había preparado pocos días después de ser destinado a aquella casa y a aquella vida, cuando esperaba ser activado lo más pronto posible, y las drogas que aun conservaba de mi anterior misión, quizás me fueran útiles. En la espera empece a plantearme la necesidad de aprender a conducir un día de estos, quizás al acabar esta misión.

  El taxi te deja en el sitio convenido a la hora indicada, poca gente se ve por la calle, ya que hace frio, pero aun así, ves movimiento, entre el King`s College y el Hospital cercano,  coches van y vienen.

Aun así nada te desanima a ponerte a tocar, como el perro callejero que siempre has sido.

Ya queda poco menos de diez minutos para la hora, así que esperas ver acercarse al menos a un par de personas.

Te orientas perfectamente por la ciudad, no ha cambiado nada desde la última vez que viniste, nada de calles cortadas o cosas por el estilo.

Tras el frugal desayuno en una cafetería que abría a horas muy intempestivas vuelves al camino. Llegas al lugar convenido con un poco de retraso, quedan menos de diez minutos, en vez de quince, pero en cualquier caso antes de la hora.

Allí puedes ver como un tipo con gorro en el suelo y guitarra en la mano, está tocando para un público inexistente.

Pero lo más curioso, es que la música es muy buena. Realmente es muy buena. Pero así son los artistas callejeros, dignos de lo mejor.

Faltaban 8 minutos para la hora convenida, y allí, en aquella húmeda y fría esquina de Londres solo había dos personas.

Un guitarrista callejero, que tocaba con maestría las cuerdas de una guitarra, sin que la gorra se llenara de dinero, por la falta de gente.

Y ahora un señor, con traje y un tres cuartos, con la clásica bandolera cruzada al pecho. Sin duda, un turista por sus ojos abiertos y su mirada inquieta.

http://www.youtube.com/watch?v=AY7W-hLXO_M

Intento alegrar la triste y fría mañana regalando algo de mi música a los viandantes. Aun puedo tener público Sharon, aunque no de la misma manera. Me pregunto cuando podré volver a tocar solo para ella...

Se que me resultara fácil reconocer a mis compañeros, y más al haber tan poca gente, por lo que toco con los ojos cerrados para sumergirme totalmente en la música, abriéndolos tras intervalos algo amplios para comprobar si han llegado. ¿Les habrán dicho que busquen a un músico? ¿a un hombre con una guitarra quizás? No importa.

Cuando creo localizar a uno de los miembros de mi nuevo equipo le sonrío y sigo tocando. ¿Cuántas misiones tendrá a sus espaldas? ¿qué poderes tendrá? ¿seré de nuevo el menos poderoso del grupo, el comodín? Aunque ya había mejorado mi manejo sobre mis poderes no podía evitar sentirme bastante débil al compararme con Driver y su actuación en plan Moises, o con Sharon, quien iba a convertirse en una de las mutantes más poderosas del mundo. 

Pese a mis precauciones llego casi con el tiempo justo, al escuchar el músico facilmente aprecio su talento esperando que lleguen mis compañeros decido acercarme a escuchar, mientras espero a los otros, el músico me sonrió y viendo su gorra vacia le pongo 5 £.

아주 잘 재생 하지만 여전히 일찍 또는 너무 늦게 좋은 상자 활용 주고 내 건강에서 저녁 식사에가 서 라고 생각 합니다. 친구입니다.

Es una pena como a afectado la crisis a estos pobres extranjeros, talentos desperdiciados, si tuviera tiempo me gustaría adquirir esa habilidad, a Eli siempre le ha gustado esa canción. Se lo repetiré en Español por si mi coreano esta algo oxidado.

Tocas muy bien, pero creo que aún es temprano o demasiado tarde para que hagas una buena caja, aprovecha y vete a cenar a mi salud. Amigo.

Tu poder a veces te da sorpresas, y esto es lo que "oyes" del tipo que amablemente te pone cinco libras. 

Es una pena como a afectado la crisis a estos pobres extranjeros, talentos desperdiciados, si tuviera tiempo me gustaría adquirir esa habilidad, a Eli siempre le ha gustado esa canción. Se lo repetiré en Español por si mi coreano esta algo oxidado. 

Ademas, notas que el hombre venia a ese lugar en concreto. Sin duda, este debe de ser uno de los agentes para esta misión. Ademas, no hay nadie mas es la esquina donde estas puesto, y parece que no va seguir de largo.

Notas durante unos segundos, como si alguien hurgara en tu mente. Es algo que no habías llegado a notar desde que te hicieron todas aquellas pruebas en la granja. 

Rara vez habías sentido aquello, así que te costaba reconocerlo, pero aun así. Creías que así era. 

Amplio mi sonrisa cuando echa algo de dinero en mi gorra y amago una risa, aun sin parar de tocar. Me habla en un idioma extraño para mi, la mueca que aparece en mi rostro es todo un poema. Después parece repetirme lo mismo en español y ahora consigo entender la mayor parte de sus palabras. ¿Es un código? ¿se supone que el otro miembro conoce coreano?...

- Gracias, no estar pidiendo, la gorra me cayo. - le respondo con mi pobre español - ¿No hablas inglés? - me estaba costando recordar y formar las frases, por lo que pase al inglés esperando que me entendiera. - ¿Puedes guardarte el dinero y ponerme la gorra, por favor? Haremos algo de tiempo mientras esperamos al que falta por llegar. - me quedo mirándolo para comprobar si me entiende. 

La canción que estaba tocando llegaba a su fin, pero en vez de dejar que se apagara realice un cambio para enlazarla con la siguiente que ya empezaba a tomar forma en mi cabeza. 

http://www.youtube.com/watch?v=ftNYvMZ-aGI

Ups, Parece que si voy a aprender a tocar la guitarra, Tocas muy bien amigo le digo en ingles, mientras recojo el dinero y le doy la gorra.

Falta uno más y parece que llega tarde, Me puedes llamar Pretender, ¿Cómo me dirijo a tí?

Recuerdo el adiestramiento básico, Te vas a enterar pienso y bloqueo la intrusión colocando una barrera de imagenes dispares como un muro de fotografias inconexas.

Vaya, parece que este músico desarrapdo es mi nuevo compañero, mucha casualidad sería que me encontrara con un telépata en el mismo punto que tengo que encontrarme con mis otros compañeros.

En fin toca muy bien y parece que voy a poder tener tiempo de adquirir esa habilidad.

Me dirijo a él y....