Madrid - Distrito de Barajas (Aeropuerto Adolfo Suarez Madrid-Barajas) Paracuellos del Jarama/San Sebastián de los Reyes/Alcobendas (España)
Domingo. 30 de julio de 2023. 11:12.-horas. Despejado y sin viento. 32º C.
Tras una semana de descanso y algunos preparativos, pudiste conseguir concertar un viajecito de vacaciones. Sería una semana entera en Japón. Tu hermano tenía que visitar Tokio, Saitama, Yokohama y Chiba. Eran por un control de las Tiendas de la Franquicia, y por lo visto, también quería visitar una chica que había conocido por el trabajo. No tenías nada claro, pero, llegaste a pensar que quería "mejorar" su relación. No que fuera una novia. Puede que una "Amiga con Derecho a Roce", pero no lo veías con una mujer que vivía a medio mundo de distancia.
Era una escusa ideal para hacer turismo, para visitar lugares interesantes, y además, la vista del Monte Fuji era algo precioso. Los de tu "grupito" habían localizado un bosque un tanto especial. Aokigahara o Mar de los Árboles. También se le conoce como El Bosque de los suicidios. Era un "trabajito", ya que habría que presentarles que habéis visto, visitado y descubierto. Sobre todo, lo "que sea fuera de lo normal". La dotación de dinero era discreta, pero, para vivir comiendo por el camino, algo barato, viviendo en albergues, y con una mochila pequeña (Nada de grande que en el vuelo no admiten cosas más allá de una maletita de mano y la mochilita a la espalda, pequeñita).
Pero ya estaba de soñar y de pensar en el lugar. Ahora había que llegar. Vinisteis en tren hasta Madrid-Chamartín. Luego metro hasta el aeropuerto, y ya dentro, había que encontrar el lugar. Lo mejor es que había 3 horas para que vuestro vuelo partiese. Tu hermano miró los billetes (Los tiene todos él) y os dijo: - Terminal 3, puerta 311. Os quiero allí a las dos y media, con todo y si queréis comer conmigo, allí estaré, para comer a la una y media. Levanto la mano, como si soltase la correa de unos perritos salvajes. - Sois libres, pero si os quedáis en tierra, vendrá Papá por vosotras en coche y pasareis la semana aquí en Madrid con él. Estaba trabajando en las Oficinas Centrales de la Franquicia, y estaban aquí, en Madrid. Y eso significaría vivir estos días con él, con sus normas, horarios y todo eso. - Seguro que os pone un "Vigilante" y os hace "chuparos" visitas a todos los museos y esas cosas... con este calor.
Amaya observó a su alrededor.
Bueno, no nos venían nada mal unas vacaciones despues de lo ocurrido. Entre lo del bosque, el accidente y... Niyi -miró a su alrededor en busca de su "gato fantasma"- desconectar sería lo más apropiado.
Cuando por fin quedaron solas se agarró del brazo de Miren y le dijo
Estas vacaciones tenemos que disfrutarlas a como de lugar -le dijo sonriendo. El interés que sentía por su amiga, un interes diferente al que había sentido hasta hace bien poco, se había mitigado un poco. Sabía que tarde o temprano tendría que afrontarlo y tomar una decisión. Se lo diría con el riesgo que ello conlleva o, simplemente, lo guardaría para ella- Vamos a Japón -no pudo evitar ponerse a dar saltitos de felicidad- Pero ahora tenemos que matar estas 2 horas y que mejor forma que... ir de tiendas!
- Si... si. Aún estaba presente en la mente de ambas el entierro por Emmanuelle y por Andoni, por lo de la furgoneta la mañana después de aquello. Esta triste. Y lo notabas.
Cogí la mano de Miren y me la llevé a la cara, restregandome con ella.
Yo también los echo de menos, Miren. Han pasado tantas cosas que ya no se que pensar ni que hacer -la abrecé con fuerza, las lagrimas volvían a amenazar con surgir cual torrente- Quiero que este viaje sea una catarsis para las dos -no puede evitar llorar- hay un pesnamiento horrible que me cruza continuamente en la cabeza. La sensación de estar vivas y ellos muertos. La sensación de que estan muertos por que yo me perdí en el bosque, por que no estabamos con ellos para evitar que hicieran cualquier locura.
Sin soltarte se alejó un poco para poder mirarte a la cara: - Joder tia, ni que leyeras la mente. Pero vuestro abrazó se rompió al un hombre local preguntar en su lengua, y como no soltabais, carraspeó sonoramente para hacerse ver.
El carraspeo la sobresalto. Giró la cabeza para mirar al hombre que había interrumpido el momento. la mirada que le lancé fue fulminante, aunqeu duró poco. Rápidamente me recompuse. Solté a Miren con evidente desgana, pero aproveché para sujetar su meno mientras preguntaba.
Si? Ocurre algo? -mi pregunta fue más cortante de lo que pretendí.
En un inglés muy antiguo y con mucho acento comentó el señor algo, pero al ser tan malas en la lengua local y en la inglesa, la comprensión fue imposible. Hizo el señor algo que en todos los idiomas se entiende. Señas. Decía que os esperaseis y no tardó en llegar con un muchacho que parecía sueco o noruego; y en un castellano con tono andaluz ajaponesado os preguntó - ¿En qué les puedo ayudar señoritas?
Miré al muchacho y luego al hombre.
En realidad no sabría que decirte -le comenté con cierto aire de sospecha- el señor es quien ha hablado con nosotras, pero no conseguimos entenderle bien -comentó acercandose un poco más a Miren para sentirse más segura- supongo que deberías preguntarle a él.
busqué con la mirada a la gata, a la que había perdido de vista.
Hizo una leve reverencia quebrando la cintura y con el torso rígido como una tabla. -Soy Akashimi Joppiloka, y soy el nieto de Ajashimi Hoiro, y ayudo en este establecimiento. Estaba claro que el señor mayor era el dueño, pero por muy bueno que fuera en su trabajo, lo de los idiomas estaba bastante mal. Era el albergue que habíais elegido para quedaros por las noches. Al erguirse pudisteis ver que portaba las típicas ropas de instituto que un chaval portaría en los mangas y animes que habíais visto. Era muy típico, y en los colegios o institutos de "alta gama" era obligatorio el uniforme. - ¿En qué les puedo ayudar señoritas?
Era bastante ... guapo, a pesar de su acento andaluz.