Partida Rol por web

Nos equipamos bien y seguimos a Amy, la cuál nos indicó cuál era la salida al exterior. Su gente había despejado el camino para que no tuviéramos problemas al abandonar sus instalaciones. La doctora estaba lejos y había decidido quedarse, así que ahí se quedaría. No tendríamos que cuidarla en nuestro peregrinar a la torre, ya que no sabía manejarse con un arma.

-"Por mí que se quede. Ella ya ha tomado una decisión y ha sido quedarse a investigar a los infectados. Nosotros hemos tomado la nuestra y es irnos de este puto planeta. Yo estoy listo para salir fuera e ir a la jodida nave."

- ¿Tres cuartos de hora? - Sonrió Snake. - Soy viejo ya... tres cuartos de hora podría ser lo que me queda de vida, así que no lo malgastaré en ir a despedirme de Olsen. - Negó con la cabeza más serio. - No, vamos a la Torre. Suficiente hemos estado ya en las alcantarillas. Es hora de machacar... - Fue a decir algo más, pero se contuvo. - Venga, vámonos.

Por fin se ponían en marcha. Debía reconocer que reencontrarse con Amy había sido una grata sorpresa, no obstante, habían perdido mucho tiempo. También era cierto que en teoría, la nave no podía despegar sin la tarjeta que estaba en su poder, no obstante, era cuestión de tiempo que alguien pudiera replicarla o simplemente burlar la seguridad de la nave y ponerla en marcha. Todo se reducía a tiempo y tiempo era lo que no debían perder. Por ello, sin más, Robert se puso al frente siguiendo las indicaciones de Amy. Era hora de marchar y de no mirar atrás.

-Entendido

Como siempre... respuestas escuetas y claras; iban a lo suyo; tanto mejor, la otra habái tomado su elección. Preparó su arma; en cuanto dejasen este escondrijo.... volverían al fregao normal y corriente; casi lo echaba de menos.

Sin muchos más protocolos, centró su atención en Amy, y en el camino que pudiese tomar. Como tenía por costumbre... a base de tantas veces hacer cosas similares... según la posición en que estuviese en el grupo, prestaría especial figilancia al frontal, flancos (en forma de corredores convergentes o puertas), y la trasera.

El túnel se veía viejo y estable. El agua sucia corría por su interior ocupando el centro del mismo. En esta ocasión todos llevábamos linternas y podíamos alumbrar bien el camino. Yo llevaba el rifle a la espalda, mientras que una de las pistolas estaba en mi mano y en la otra sostenía la mano de Mya.

- No te preocupes. El lugar es feo, huele mal pero es seguro. - Estuve a punto de añadir que era como Gru cuando lo conoció, pero dudaba que este estuviese para muchas bromas. Cuando me disponía a seguir las indicaciones de Amy junto con mi amado y la pequeña y justo antes de despedirme de los demás, escuché su cambio de opinión. Miré a mi hombre y le guiñé un ojo. - Seguro que estará bien. Ella eligió su camino al igual que nosotros elegimos el nuestro.

Dicho esto, comencé a caminar por un lateral, evitando tocar el agua con las botas y dejano a Mya pegada a la pared. Sabía que Amy no tardaría en darme alcance y adelantarme para guiarnos, así que caminaba sin prisa. Ya marcaría ella el ritmo. Era parte del equipo de la tercera edad que nos acompañaba y lo suyo era seguir sus pasos para no cansarles demasiado y que se quedasen atrás.

- ¿Tendremos que estar mucho tiempo en la superficie cuando completemos este tramo? - Le pregunté a Amy. No me gustaba la idea de cruzarme con marcianos ni con policias. Allí abajo se estaba más seguro, eso desde luego, aunque en mi mano siguiese empuñando mi pistola con fuerza. No quería sustos y ya sabíamos que algunos de esos infectados podían estar paseando por las alcantarillas en aquel momento.

Mya se abrazó a Man en cuanto pudo y le mostró el oso con orgullo. Cuando el hombre le dedicó aquella palabras, Mya se rió. - No. Yo le protegeré a él, tonto. - Le dijo con una amplia sonrisa. - Pero podré abrazarle cuando tenga miedo y no estéis a mi lado ni Grace ni tú. - Añadió cambiando su semblante.

Luego Grace cogió de la mano a la pequeña y tras equiparse en la armería, salieron a las alcantarillas. - ¡Puag! - Exclamó Mya al notar el golpe del olor del agua residual y se agarró con fuerza de la mano de Grace al notar tanta oscuridad, mientras que con la otra se abrazaba a su Gruñiditos.

Con las luces de las linternas dadas, todo cambió para ella, pero aún así buscó a Man con la mirada. Estaba claro que la pequeña había establecido lazos muy fuertes con ambos después de todo lo que habían pasado juntos en aquel corto espacio de tiempo. Cuando Grace hizo que Mya se pegase a la pared, la pequeña no tardó en hablar. - ¿Sabes? A mi mami tampoco le gustaba que pisase los charcos. Decía que eso no era algo que hiciesen las señoritas y que debía comportarme como tal.

Era la primera vez que la niña hablaba en pasado sobre su madre.

La Olsen era como un jodido grano en el culo. Incluso cuando no estaba, suponía un quebradero de cabeza, al menos para quienes intentábamos seguir adelante. A mí me importaba una mierda lo que fuese de ella, pero algo me decía que lo que había dicho Raegan significaba tanto como el papel que tiraba por el retrete.

-Claro, si lo ha dicho Raegan seguro que es cierto –gruñí -. Me importa poco lo que haya sido de ella pero mucho me extrañaría que su cuerpo no estuviese ya descomponiéndose en algún rincón, así que será mejor que nos dejemos de gilipolleces. Su vida nunca valió nada para mí así que yo no pienso perder el tiempo yendo a buscarla.

Menos mal que el resto opinaba igual, porque sabía que antes que después, nos necesitaríamos unos a otros si queríamos que alguno saliese de aquel apestoso planeta. Me alegré cuando por fin nos pusimos en marcha, cogiendo inconscientemente de la mano a Grace mientras avanzábamos, y también de Mya, como si fuésemos una jodida familia de verdad.

Por otro lado, andar por aquellas alcantarillas era algo a lo que ya estaba acostumbrado, y también Grace, no me cabía ninguna duda, pero la mocosa volvió a mostrar su lado más inocente, así que me detuve un instante y me agaché delante de ella, mirándola duramente durante unos momentos antes de arrancarme a decirle algo.

-Tu eres una señorita y vas a pisar estos charcos y todos los que nos encontremos, porque eres la niña más valiente de este jodido mundo y este oso te necesita. Y no te hará falta abrazarlo porque estaremos siempre contigo –le dije.

A continuación me puse en pie, la cogí de la mano y reanudé la marcha, mirando en todas direcciones y alumbrando tan lejos como pude.

Grace había hecho una buena pregunta. Una vez fuera, resultaba interesante saber cuánto nos quedaría de camino, pero lo cierto es que independientemente de eso, sabía, al igual que todos, que la entrada a la torre estaría fuertemente vigilada, nos gustase o no. Así que teníamos otra cosa más de la que hablar.

-Creo también deberíamos ir pensando en crear una jodida distracción para poder entrar en la torre. Dos de nosotros deberíamos atraer su atención, dar la vuelta y cuando regresemos, tener el fuego de cobertura de los demás, y aunque me pese, deberían ser los dos más jóvenes y veloces, por lo que eso nos elimina a Snake y a mí. Grace tiene que cuidar de Mya, así que tendréis que jugároslo los demás.

Como siempre, era una mierda de plan, pero mejor eso que nada.

Esbozó una media sonrisa; había visto indirectas menos directas que esa...

-Bien... acercárseles, tocarles las narices, sacarles de la cueva donde están en ventaja, y a traerles a una emboscada... no veo por qué no iba a funcionar; es tan peligrosa como cualquier otra maniobra de infiltración... solo que cualquier otro plan necesitaria que estuviésemos todos en forma...

Total... podría funcionar; el caso era mentir bien y huir en el momento idóneo; tan viejo como el mear.

Amy se encogió de hombros ante el cambio radical de opinión de ir a ver a Olsen. De Man se lo esperaba, de Grace seguramente también, pero de los demás después de oírles hablar así de ella y del interés mostrado, que ahora decidiesen lo contrario la descolocó un poco. - Esta bien, vayamos pues.

Observó con cierta nostalgia a la pareja con la niña. Ella no tuvo eso con Junior, no tuvo un padre físico que ofrecerle. Solo uno que salía en los periódicos, en las noticias y al que no podía ver. Ni ella ni él. Pero ya era demasiado mayor para tener algo así de nuevo. Su vientre hacía años que se había secado por dentro y aún pudiendo engendrar una nueva vida, no lo haría, puesto que no sabía si viviría lo suficiente como para poder criarla o educarla hasta la mayoría de edad.

Se limitó a mirar a Robert y suspirar dolida por lo que ambos se perdieron.

Entonces comenzaron las preguntas sobre el exterior. - Una manzana más o menos. Tendremos que callejear un poco, pero los accesos subterráneos están cortados en tramos y lo mejor es ir directos a la entrada de la alcantarilla siguiente que cuenta con el subsuelo desbloqueado. - Le respondió a Grace y luego escuchó los locos planes de Man, secundados por Vásquez.

- O podemos entrar como dije por las alcantarillas. Esa zona no está vigilada o al menos no lo estaba. Nunca se le dio importancia. ¿Quién va a querer dar un golpe de estado en una ciudad casi perfecta? - Preguntó con sarcasmo. - Antes de irme del cuerpo policial, estudié bien la zona y no creo que hayan hecho muchas obras en la Gran Torre en estos años. - Se estaba autoinvitando a entrar en ella con ellos, cuando dijo que simplemente les guiaría hasta allí. Pero estaba claro que necesitaban un guía por el edificio.

Aunque seguramente Grace, por su status de comandante conociese parte del mismo, ella fue la encargada de la seguridad del mismo durante años y se lo conocía al dedillo... solo tenía que entrar y comenzar a recordar.

Mientras caminabáis llegastéis a un cruce de caminos y el eco os trajo el sonido del chapoteo del agua. Amy, que ya se había colocado en cabeza para guiaros, alzó el puño para que os detuviéseis y poder identificar de donde venía ese sonido.

Se encogiño de hombros...  ciertamente, había quien conocia mejor el terreno que ella... aunque podría ser que, actuando así, apareciesen en medio de un auténtico avispero... Pero quien conocía el terreno, eran otras personas, no ella... mejor no opinar de lo que no sabes, que malo es ser tonto,... peor es parecerlo.

.. pero cuando Amy se paró en seco e hizo seña de detención... dejó de pensar en esos temas; algo había... intentó mantener los ojos alertas y el oido limpio de mierdas...

... pero el tema del oido... como que no distinguía ningún sonido concreto...

La posibilidad de salir justo en el edificio a través de las alcantarillas no estaba mal, pero me parecía que el exceso de confianza de la Amy no nos beneficiaría. Todo lo que no pudiera ver, para mí, era una jodida amenaza, y podíamos aparecer en mitad de un jodido ejército, en el aseo de la gran puta o a saber en dónde.

No me gustaba absolutamente nada.

Pero al final, se trataba de llegar y si no resultaba, daba lo mismo, estaríamos igual de jodidos.

-Haced lo que os de la jodida gana. Yo solo quiero llegar de una pieza y poder alcanzar la maldita nave antes de que nos agujereen -comenté de malhumor.

De todas maneras, todavía estábamos lejos, así que no había que decidirlo en aquel preciso momento, por no decir, que yo era más de improvisar que de preparar. Quizás por eso, cuando Amy hizo una señal para que nos detuviéramos, algo en mi interior supo inmediatamente que tal y como sospechaba, al final los planes eran una auténtica mierda y había que agarrarse a lo que tuviéramos, por mierda que fuese.

-Joder, aquí no se oye una puta mierda. Todos los tubos son iguales -murmuré, casi más para mí que para todos los demás, pero molesto por tener que aguantar el ir por allí y además, no poder reaccionar -. Será mejor que nos demos prisa. Da igual hacia dónde, pero como no desaparezcamos de aquí, dudo que tarden en atraparnos.

Por supuesto, como a bocazas no me ganaba nadie, me acerqué a Amy.

-¿Qué decías de que esto no estaba vigilado? -le susurré, haciendo una pequeña mueca de "ya lo sabía".

Salimos del seguro complejo de esta pequeña resistencia, para adentrarnos en las apestosas alcantarillas y recorrer la distancia que nos separaba de la torre. Íbamos bien pertrechados, para montar una buena fiesta. El aroma a putrefacción se me metía por las fosas nasales, haciendo que mi estómago se moviera inquieto. Man expuso su plan, aunque a mi no me gustaba demasiado; prefería el de Amy. Infiltrarnos hasta la misma torre y entrar por el sótano a través de las alcantarillas. Probablemente estuviera poco defendido, dada la situación en el exterior. Esperaría para dar mi opinión hasta saber qué decía la comandante Grace, pero ya sabía que su acción acompasaría a la de Man.

De repente, al llegar a una encrucijada, Amy Malahostia nos hizo la señal de alto. Nos quedamos todos parados y en silencio. Todos menos uno, porque el mamonazo de Man no cumplió, ya que empezó con su verborragia habitual. Yo me preparé para la contienda, sacando un par de granadas de humo y atento a los sonidos perceptibles.

Como supuse, Amy no tardó en adelantarnos, justamente cuando mi amado se paró para hablar con Mya. No pude hacer otra cosa más que sonreírle y literalmente babear al verle así con la pequeña. Y en ese momento traté de imaginarle con su pequeña Grace en sus brazos, ambos felices, jugando y riendo y sentí un intenso dolor por él y por mí. Por él por su pérdida y por mí por no llegar a ver aquellos momentos tan felices y vivirlos a su lado. Pero seguramente por aquel entonces yo tendría, ¿cuánto? ¿Diez años? ¿Quince como mucho? Aún viviendo bien con mi padre, sin pasar aquel calvario, seguramente ni nos llegásemos a encontrar en la vida.

Y saber eso dolía. Que tuviese que perder a su pequeña Grace para poder encontrarse conmigo años después era un precio muy alto a pagar por un padre. Pero ahí estaba de nuevo. El padre que una vez fue se veía salir ahora con más claridad. Mya había llegado al corazón de mi amado casi con tanta fuerza como lo hice yo o como él mismo entró en el mío y eso me devolvió la sonrisa a mi rostro.

Y continuamos caminando y surgió el plan de mi amado. Le miré arqueando una ceja, puesto que proponía un suicidio. La entrada principal no era precisamente la mejor opción. - Cariño, habran pulsado el botón de alarma antes de que pongamos un pie dentro del edificio y estaremos muertos. - Le dije tras la respuesta de Vásquez a quien le iba la marcha.

Al menos Amy parecía tener otra idea mejor. - En todo el tiempo que estuve allí, jamás oí hablar sobre esa entrada, ni de nada en referencia a pisos inferiores, salvo los que se usan para almacenaje... y sí, esa zona si la recuerdo bastante descubierta. Usaban las habitaciones para dejar basura más que nada.

Entonces vi el gesto de Amy y me quedé quieta en el sitio, atenta a todo y escuché la voz de mi amado a mi lado. - No me jodas... ahora no... nos descubrirán... - Pegué a Mya a mí, alejándola del cruce y sin dudarlo me lancé a los labios de Gru y le besé con intensidad, empujando su enorme cuerpo contra la pared mientras que arrastraba a Mya con nosotros. Esa iba a ser la única manera de mantenerle callado en aquel momento y de que al menos alguien, descubriese algo.

Irisa seguía al grupo. Iba bastante maltrecha por el exceso de comida en su cuerpo y el asqueroso olor de las alcantarillas no hacía más que revolver cada vez más su perjudicado estómago. En ese momento vio que todo el mundo se detenía y respiró aliviada por aquel momento de pausa y silencio, irrumpido por Man... no sabía que le pasaba a ese hombre, parecía que tenía que ser el jodido centro de atención siempre.

A veces se le hacía raro que hubiese vivido tantos años. Al menos Grace sabía como hacerle callar.

En ese momento, Irisa señaló en silencio el túnel de la derecha al tiempo que mantenía la cabeza agachada y su mano derecha sobre su vientre. Esa mano que parecía siempre descontrolada insistía señalando con fuerza hacia el lugar, era como si estuviese convencida de ello. Sus gestos se repetían: guardar silencio, mirar hacia ese túnel os indicaba una y otra vez.

Amy no llegó a identificar bien de donde venía ese sonido que parecía un chapoteo, pero si supo de donde venía la berborrea de Man. Parecía que no sabía estar callado. Al menos Grace le hizo guardar silencio el tiempo suficiente como para que alguien señalase el lugar del cual venía el sonido.

Encaró su rifle hacia el túnel señalado y miró a los demás si la seguían o que hacían... a parte de meterle Grace la lengua hasta la garganta a Man, claro estaba. No había realizado nunca una maniobra con ellos y, aunque sabía que la mayoría eran o habían sido parte del Cuerpo Policial de Marte, eso no quería decir que conociesen todas las formas de actuar. Menos aún las de las Blackstorm Guards.

Así pues se mantuvo en silencio, apuntando hacia el túnel, mientras los demás se movilizaban para darles cobertura.

Menos que Irisa tenía mejor oído que todos nosotros, porque estaba más que claro que el jodido súper grupo de la tercera edad, en el cual me contaba, no teníamos más que cera y solo oíamos lo que escupía delante de nosotros.

Rápidamente, y en un paso, me eché con la espalda a la pared y tiré de Mya para colocarla a mi izquierda, oculta y lejos del túnel. A mi entender, solo dos clases de animales vagaban por un lugar nauseabundo como aquel: las ratas que huían y las que perseguían, y si eran del segundo grupo, dudaba mucho que fuesen a preguntar primero y disparar después.

Miré a Grace y le hice una señal con la cabeza para que se situara a nuestro lado. Quien quiera que apareciese, quedaría acribillado a balazos si no demostraba que no era enemigo. De hecho, yo sí que prefería disparar primero y lamentarme después, porque ya tenía demasiados muertos a mis espaldas como para preocuparme por más. Siempre que no fuesen aquellos que me importaban, les podían ir dando por todos lados. Ya los vería en el jodido infierno.

Saqué mi revolver* y me aseguré de que tenía el cuchillo a mano. Lo llevaba en la cintura, así que sería cosa de un segundo agarrarlo y degollar.

Mirando al resto del grupo, pensé que en realidad, pobre del que se atreviese a encontrarse con nosotros, porque Amy era sin duda una zorra de cuidado, y nuestro grupo ya había pasado por suficientes problemas como para poner en duda su resolución. Sí, desde luego que si venían buscando problemas, lo que iban a encontrar era su jodida cara hundida en las asquerosas aguas de las alcantarillas. Eso y una buena dosis de balas.

Snake iba a lo suyo, pensando en Junior, en Amy y en como salir de aquel puto planeta los tres juntos y con el resto de su equipo intacto. Aquellos hombres y mujeres se habían convertido en su familia y daría el ojo que le quedaba por ellos. 

Man propuso algo. Pareció que a Vásquez le pareció buena idea y a Jericho no tanto por su cara. Fue Amy quien dio otra opción, la que a Robert le parecía más factible, pero tampoco se pronunció. Al final, sin duda se  enfrentarían quea lo que el destino les tuviera preparado. Hacer planes no siempre era buena idea. A medida que avanzaran irían tomando decisiones.

Fue cuando llegaron a un cruce en las alcantarillas, cuando Irisa pareció escuchar algo procedente de la derecha. Detuvieron la marcha. Robert trató de escuchar, pero nada. Podía ser que no fuera nada, pero por si acaso, Snake desenfundó su pistola. Miró a sus compañeras. Alguien tenía que avanzarse para tratar de descubrir a que se enfrentaban. O podían simplemente esperar. 

Robert se decidió por lo segundo. No iba a precipitarse. Aguardar unos segundos hasta que la amenaza fuera revelada podía salvarles la vida. Siempre estaban a tiempo de arriesgarse y acercarse la zona donde se había localizado el sonido, de no acontecer nada en un par de minutos...

Miré hacia la oscuridad de la derecha cuando Irisa nos avisó. Yo no escuchaba nada, pero no había que confiarse. En un leve susurro, les dije a los demás:

-"Esperémosles aquí agazapados. Si son pirados o una patrulla los acribillaremos."

Me puse en una posición adecuada, con el rifle apuntando hacia ese túnel. Había vuelto a guardar las granadas. Si se ponía chunga la cosa, una granada los haría volar por los aires y otra nos camuflaría cuando siguiéramos camino de la torre.  Estábamos tan cerca del objetivo que nada ni nadie nos pararía para lograrlo. Indiqué a Irisa que se agachara y cogiera una buena posición.

Vió como algunos echaban mano a las pistolas... en su caso, era de las que pensaban que el tamaño, SIEMPRE, importa, así que no soltó el fusil de asalto; a unas malas, un culatazo mandaba a reflexionar sobre el sentido de la vida a cualquiera...

Estando claro que la estrategia parecía que iba a ser esperar... se puso en cuclillas, apuntando hacia el cruce, pero sin dejar de lanzar miradas a Amy. Era su territorio, ella conocía los peligros de estos túneles mejor que ellos, y probablemente se habría visto en más de una como estas. Esperar no parecía la peor opción; otra sería cruzar corriendo al otro lado del cruce de túneles y echar una mirada fugaz a lo que quiera que hubiese.

Pero tomar la iniciativa, en este caso, no era lo idóneo.

-¿Esperamos entonces? -Preguntó desde su posición. No era la peor táctica... salvo que los otros tuviesen algún tipo de granada y les diese por usarla, claro.

Inicialmente hice caso a mi amado y me coloqué a su lado, esperando que se escuchase algo o alguien dirigiese la acción. Pero en vista del silencio opté por el plan B. Atacar nosotros. Había preparado mis pistolas y no me quedaban manos, pero a Mya le dejé llevar el cuchillo que propuso Gru y un par de granadas cegadoras. Me incliné a su altura para hablarla.

- ¿Recuerdas esas cosas redondas que te di antes? - Le pregunté a la pequeña entre susurros. - Vas a usar una, ¿vale? Pero antes de hacer nada, te explicaré como funciona. Coge una. - Cuando la niña la tuvo en su mano le enseñé el sistema. - Antes de quitar esta anilla, tienes que presionar esta palanca y mantenerla sujeta todo el tiempo. Luego la lanzas hacia el sitio donde quieres que explote y te das la vuelta. Porque lo que hará será lanzar un fogonazo de luz que no dejará ver en un rato. Y si la lanzas rodando con fuerza, llegará más lejos. ¿Lo has entendido? - Con el gesto de Mya, Grace sonrió.

- Cuando la lances recuerda, no mirar. Agárrate a Gru y a Gruñiditos. Ellos cuidarán de ti. Yo te avisaré cuando debes hacerlo. - Luego miré a todos. - Irisa y yo nos adelantaremos para ver lo que es, vosotros estaos quietos y cubrid nuestra retirada. Nos pegaremos al otro lado del muro para dejaros blanco limpio. Apagad las linternas para no delataros. - Miré a mi amado al ojo. - Todo irá bien. Es mirar y correr. - Volví a besarle una vez más, no sabía si era como despedida o para calmarnos.

Me incliné de nuevo a la altura de Mya. - Irisa y yo estaremos pegadas en ese lado de la pared y tendrás que lanzar la granada delante nuestra, en el túnel, ¿vale? Nos verás allí por la luz. Tu lanza sin miedo, no nos harás daño...

Irisa no parecía encontrarse demasiado bien, pero quizás el subidón de adrenalina le ayudase a levantar cabeza. Y si no, ella se quedaría en esa esquina y podría cubrirme desde aquel lado. Los importantes eran los demás y que no supiesen que estaban allí. - Apagad las linternas. Irisa, nos toca.

Dicho esto, cruzamos al otro lado del túnel y desde allí hice una señal con mi linterna a Mya, para que realizase su parte del plan.

Mya asintió con la cabeza y tenía miedo por Grace al escuchar que se iba a separar de ellos. Se quedó más tranquila al saber que estaría cerca, pero la responsabilidad era grande. La pequeña se agarró a Man al ver salir a Grace con una lenta y torpe Irisa detrás. Por la situación de las linternas, la pequeña supo que estaban en su destino.

Era su momento.

Las manos de la pequeña temblaban. No quería fallar. Quitó la anilla como dijo Grace, sujetando la palanca y la lanzó con todas las fuerzas que tenía. - Va. - Dijo la pequeña al lanzarla. Pero los nervios le fallaron y la granada rodó hasta los pies de Grace. Irisa, que estaba detrás estaba de espaldas y se cubrió de la explosión, pero Grace, mirase hacia donde mirase, se la comió de lleno, dejándola ciega y aturdida temporalmente.

Al menos había llegado a la esquina y seguramente cegó a quien estuviese delante.