Partida Rol por web

¡Mierda! ¿Se puede saber qué coño estáis haciendo, panda de tarados? Estamos aquí para curar un percance que ha sucedido en nuestras vidas, no para actuar como una panda de colegialas con la regla sintonizada. ¿O no? ¿Y si alguno de nosotros ha hecho algo peor que drogarse?, ¿y si nos llegamos a reunir para comprobar si se ha provocado un asesinato?-Jürgen, enfurecido se levanta de su silla y agita el puño mirando a John Stuart.

Doctor, ¡¿¡estamos aquí por algo peor que las drogas verdad!?!

No me dio tiempo a levantarme, pues John se lanzó contra ese malnacido para golpearle. Sin duda, el puñetazo iba a ser suyo o mío.

-Cabrón, si vuelves a tocarme te mato -dije con una mirada amenzadora.

Tampoco entendía a John. No entendía que tras sus bromas y las de los compañeros tarados y excéntricos quisiera ayudarme. Lo miré. el médico nos miraba a todos... en esos momentos, creí oir la voz del enfermero corriendo, acercándose... menudo derechazo... Además... no sé que estaban mirando en la ventana... joder.. ¿se habían vuelto todos locos?

Esta claro que tenemos que hacer algo juntos -dije apoyando las palabras de Jürgen. No, no penséis en cosas raras ni digáis comentarios obscenos. No tienen gracia. No tenéis gracia. Centrémonos en lo que importa. ¿qué habeis visto en esa ventana...?

Me recompongo, acomodándome en la silla. La actuación de Victor, muy a mi pesar, me resulta graciosa. Y eso me hace detestarle más... El cabrón consigue hacer chistes buenos cuando yo estoy más bloqueado que una autopista en operación retorno. El ataque de John lo hace todo más gracioso todavía... sin embargo, la reacción del doctor se me hace sospechosa.

- ¿Que qué hemos visto? ¿Es que alguien más puede verlo? Joder, yo creía que estaba sólo dentro de mi cabeza. Ahí fuera hay un payaso... un mimo... está jodiéndonos. Odio a los mimos. ¿A quién coño pretenden hacer reír sin utilizar las palabras? ¿Y por qué hay un canguro en el jardín? Esos animales son peligrosos, deberían mantenerlos en cautividad... No me jodas que estamos en Australia... Puta isla de presos...

Dicho esto, miro a Victor...

- Vale, estar callado puede ser cómico pero... ¿Qué es toda esa mierd de maquillaje? ¿Y qué cojones decís de asesinatos? Yo sólo recuerdo al abuelete contándome chistes de pedos y a Víctor hablándome de filosofía... y todos sabemos que Jürgen no tiene sentido del humor y que Víctor carece de cerebro, así que debo estar flipándola... Herr Doctor, ¿Podría darme otra pastilla? Creo que se me está pasando el subidón.

Me giro hacia John, con doliente ironía.

- Pequeño caballerete... eres un cachondo, tío... ahora te dedicas a defender la virtud de la princesita, cuando sabes que sólo es una calienta-miembros. ¿Quieres que te cuente las lindezas que ha hecho tu idolatrada Magdalena?... Buf, ¿para qué? Seguro que te sabes su currículum de cabo a rabo, aunque no la hayas catado... debes ser el único de la sala que no se la ha tirado, y sin emabrgo la defiendes como si fuera tu putita. Me parto contigo, John.

¿Estamos aquí para intentar desvelar un posible asesinato? ¿O estamos aquí para que yo cometa uno? Porque todos quieren joderme...

La cara se le encendía a John, nuevos insultos, nuevos intentos de destruir. Lo que dijeran sobre él solo le tocaban un poco los cojones, pero lo que decían y se atrevían a hacer a la actriz pisoteaba su alma. Y no había necesidad de joder así a nadie, pero a las hienas con las que estaba les gustaba apoderarse de la atención de la gente, se crecían insultando y ninguneando al resto, y Stuart lo estaba empezando a comprender, se alimentaban de eso.

Matty o como te llames, eres pésimo. Quieres imitar a todo el mundo, ¿verdad? Es difícil ser fuerte y tener personalidad propia en estos tiempos, ¿me equivoco? Quieres copiar a Victor, a mí, al doctor, no eres capaz de enfrentarte a la realidad por ti mismo, estás asustado como una colegiala, y cuando no sabes qué hacer te metes drogas para huir. Eres un cobarde y no voy a caer en tu juego psicótico.

En parte contento por llevar la razón y ganar la contienda sin necesidad de los golpes por segunda vez, John se debatía por levantarse de su silla y patear al penoso circense. Por decir esas cosas sobre una chica que no ha hecho nada, que intenta seguir con la terapia, como él, la única aliada en una jungla psiquiátrica. Sin embargo, la miró directamente a los ojos, preguntándole sin palabras si lo que decía Matt era cierto, aunque solo fuera en parte. Temía una reacción que confirmara sus sospechas, pero de momento, quería confiar en ella.

No puede ser cierto, es un hijoputa envidioso que no ha conseguido llevártela a la cama y está resentido.

 Me hubiera encantado tener un paquete de palomitas para disfrutar aún más de aquel momento, realmente esa escena de la discusión entre Matty y John era muchísimo mejor que cualquiera de sus guiones ficticios.

- Igual... deberías dedicarte al teatro realista, vuestra discusión me hace pasármelo en grande- Dije mientras por un momento volví a recordar la imagen del mimo en la ventana, si mis compañeros decían que no todos lo habían visto, ¡significa que igual era producto de la pastilla arcoiris! no dudé en acercarme a la ventana y mirar a través de ella, quería intentar recordar el paisaje exterior, igual había estado aquí anteriormente si no ¿como  habría sabido llegar?

La discusión se ha puesto acalorada y el doctor contempla el cruce de cuchillos de pie, en tensión. Mira hacia la ventana, donde no hay nada y niega con la cabeza. Mira expectante la puerta de la habitación.

Victor se acerca al ventanal y echa un vistazo fuera.

Y en ese momento la puerta se abre.

Jonas entra con paso firme y mira extrañado la escena.

- ¿Ocurre algo, doctor?

Adopta la postura de un guardia de seguridad dispuesto a actuar.

Van Der Kolk cierra su carpeta, cruza la habitación farfullando, y lanza alguna mirada recriminatoria a John.

- La sesión terminará antes de lo previsto, dile a Charlie que hoy necesitarán más medicación.

El doctor Van Der Kolk y el enfermero Jonas salen de la habitación haciendo oídos sordos a vuestras discusiones.

Aun escuchais algun comentario del doctor por la bajo, donde repite varias veces "..son insufribles... tonterías... ¿asesinatos?... discusiones..."

Se oyen dos giros de llave y unos pasos que se alejan por el pasillo. El eco del portazo retumba en vuestro oídos y por un momento se hace el silencio en la habitación.

Estáis solos de nuevo.

Os mirais unos a otros... y tenéis una visión.

Cuando salis de la visión, volveis a miraros, con la certeza de que habeis visto lo mismo... o al menos lo mismo desde cada punto de vista.

Se escuchan los pasos de una persona por el pasillo.

Cuando el doctor los dejó solos, John tuvo otro de esos recuerdos que tenía desde que empezó este día. Aún habían muchas piezas sueltas en su mente, y muchas dudas sin resolver. Esa visión era importante, seguramente reveladora y triste. Y tenía que seguir esforzándose en recordar. Sin embargo, para Stuart, esta última visión era una mierda comparada con la que tuvo antes de irse el doctor, y por la que Mat podía ganarse algo más que un ojo morado.

Rojo de furia, John señaló a Mat, con una expresión de rabia, cercana casi a la locura. No era una expresión que el cómico debiera ignorar, pues parecía que John saltaría sobre sus ojos.

Tú...

Era lo único que dijo, ya que John se debatía en si contar o no lo que había recordado. Era algo que se necesitaba hacer, pero que salpicaba a la pobre Alexandra.

¿Recordará ella lo que he recordado yo? Si no lo hace y se vuelve a enterar por las malas, ¿Como lo encajará? ¿Y Mat? ¿lo recuerda?... Seguro que ese cerdo es capaz de saberlo y fingir y seguir con sus gilipolleces. No le durará mucho el humor.

Tomando una dura decisión, John decide que gane su buen fondo a su instinto asesino. Con un rostro destrozado por la tristeza, se acerca a Alexandra, muy compungido.

Siento ser yo el que te lo diga, si no recuerdas lo que pasó y no me gusta que vuelvas a pasar por ello, pero tienes derecho a saberlo. Ese cabrón que tienes delante tuya, el "más gracioso monologuista", mató a tu hermana, Carla.

John se quedó esperando una reacción de Alexandra, que podía ir desde el llanto histérico a la reacción más violenta jamás vista. Y también dispuesto a ayudar a Alexandra a pasar el mal trago.

Después de las palabras de John, Jürgen, a pesar de que sabe que todos esperan una respuesta proveniente de cada uno, incluído él, se vuelve a sentarse, apoya los codos en los muslos y la mandíbula en las palmas, listo para estudiar la reacción de cada uno de ellos.

Él ya se temía algo así, todos, especialmente Matt habían estado muy raros desde la muerte de Carla, pero no suponía que John lo supiera a tanta certeza.

Justo antes de la reacción de todos, Jürgen suelta en voz baja:-Ya la hemos liado.-

No sabía cómo reaccionar... ¡Carla! en esos momentos me enfurecí. Sabía que ese capullo (Matty) había estado  saliendo con ella durante un tiempo. Sabía que sólo era un pretexto para estar conmigo.

Me quede helada.

¡¡Tuuuu!!! -grité...-. Maldito seas pedazo de...¿qué coño tienes que decir de mi hermana? ¡jodido descarriado! ¡Si vuelves a nombrar a mi hermana te juro que te mato! ¿Es acaso John uno de tus fantoches corruptos? No somos tus "correveidiles" particulares!!

Todo el mundo quedó sorprendido. El médico y el enfermero seguro que me oyeron.

¿Y tu te atreves a acusar a nadie? Aaah! claro -prosegui en tono sarcástico. Quizá John sea otro de tus estúpidos camellos, ¡o sicarios!, no me sorprendería que él la hubiera matado... ¡y tu lo hubieras ordenado! ¿Acaso también mataste a Baldwin? ¡joder! ¿Y qué coño te decía Downey desde la cárcel?

Si.. señores... este tio -dije señalando a Matt y avanzando recuerdos a propósito-, recibía las llamadas de derecho del desgraciado de Downey... ¡habiéndolo encerrado por narcotráfico y...! Y luego zás.... ¡acabado!, pero Matt, no.. Matt está aquí... haciendo comentarios obscenos y misóginos... ¿Por qué John y no tu has matado a mi hermana, capullo? ¡Confiesa, Joder!

En esos momentos estaba recordando porqué estabamos allí, pero con aquel sobresalto iniciado con las palabras de Matty prefería guardarme esos pensamientos.

 Yo seguía mirando a través de la ventana, el paisaje era relajante, los columpios recordaban a mi niñez y lo feliz que era con poca cosa, escuchaba gritos detrás de mi, pero incluso ver a aquel tipo desnudo a lo lejos me hacía sentirme bien. La palabra muerte y asesinato flotaban de nuevo en el aire, esta vez ya no lo veía como algo natural, sabía que había mucho odio encerrado en esas palabras. De pronto, escuche el nombre de Carla ¿Carla?¿Hermana de la actriz?¿por que me suena tanto?¿todo esto tiene algo que ver? tenía el cuerpo tan sedado por el exterior, que no tenía intención de girarme y oír la discusión, era mi momento de trance, lo necesita ¿si no como iba a recobrar fuerzas para seguir creando arte?.

Ahora tan solo quedaba organizar mis pensamientos, el dolor del pecho venía de algo, el deseo de saber es tan fuerte...

La sonrisa se congela en mi rostro, como el maquillaje de un payaso sádico, ante las acusaciones de John y de Alexandra.

- ¿Te atreves a hablar de los Baldwin? ¡A mi no me mires por ese tema! El bastardo que los liquidó fue aquí nuestro querido Santa Claus de la crítica constructiva. ¡Yo era su amigo! Me invitaban a cenar, todos ellos, en sus reuniones familiares... Los cuatro hermanos Baldwin, las dos hermanas... y yo. Alec me llamaba, cariñosamente, el quinto Baldwin. Incluso me llegó a decir que era el cuarto, porque Daniel no era casi ni de la familia... Daniel... Joder, Daniel era un tío estupendo.

Noto cómo empieza a decaer mi ánimo, así que recupero fuerzas e instinto destructivo. Ahora lo único que deseo es hacer daño.

- Y tu querida hermanita Carla... ¿Todavía crees que me la tiraba para estar más cerca de ti? Puta egocéntrica. Desear acercarse a ti es desear la gonorrea. Tu adorada Carla vino a mi arrastrándose, suplicándome que la levantara al estrellato. Si, era una envidiosa, y una yonkie de cuidado. Le dije que no se metiera tanto. Ni caso. Se colaba en mi cama cuando me daba la vuelta. Estaba pirada. Sacó una copia de las llaves de mi casa. No llamé a la policía para pedir una orden de alejamiento de puta casualidad. Cuando menos me lo esperaba... ahí estaba. Me acosaba. Y lo hacía todo para joderte. Ahora soy yo el culpable de que la imbécil te odiara tanto, y de que se suicidara para joderte. Para que lo sepas, me jode que haya muerto; la chupaba mucho mejor que tu. ¡Y no metas a Downey en esto! Es mi colega, tengo derecho a hablar con él cuando quiera. ¿Quién crees que le consiguió el curro en Iron Man? - Me giro hacia Stuart - Y tu, Johnnie be good... Te atreves a acusarme de mierdas... ¿Qué le paso al idiota de Mark Dacascos por tu culpa? ¿Es que te has olvidado de eso, pedazo de cabrón?

Aunque las palabras son ofensivas, mi tono es el de un monologuista que pasea por el escenario con un micrófono en la mano.

El sonido de las llaves en la puerta se oye claramente, con sus dos vueltas.

En la habitación entran dos enfermeros. Uno de ellos es Jonas, y el otro suponéis que debe ser ese Charlie, ya que lleva una bandeja con cinco vasos pequeños de plástico.

- Bueno, el doctor me ha dicho que están ustedes un poco inquietos. Esto os relajará durante dos o tres horas. El doctor Van Der Kolk quiere retomar la sesión antes de la hora de comer

Charlie se acerca y os va dando un vasito a cada uno.

Jonas se queda en la puerta y os mira más suspicaz. Mira a Victor junto a la ventana y niega con la cabeza. Luego se fija en John Stuart

- Nada de violencia, John, o te llevo al ala A. - le señala con el dedo

- Y dejar de gritar, por dios, ¡se os oye en toda la clínica!

 ¿El ala A es donde lleváis a los que se portan mal? Entonces deberías llevarte al chistoso que da pena.

Puto chicano. En este sitio solo hay sudamericanos, negros, alemanes... ¿esto qué es? ¿Una clínica o un locutorio?

John vuelve su atención a Matt y pone una sonrisa sacástica.

¿De verdad estás comparando lo de Dacascos con lo tuyo? Yo solo escribí un guión y él quiso hacer la escena sin dobles, fue un accidente, culparme a mí sería como culpar a los guionistas de las pelis de Jackie Chan que este se partiera la crisma en una escena, gajes del oficio. Pero aprovecharte de una persona para dañar a otra y quién sabe si hasta darle una jeringa o algo para que le diera una sobredosis es algo peor, ¿no crees?

Finalmente, se gira sobre la actriz, y pone una voz quebrada, causada por la pena que le da escuchar a alguien a quien aprecia sospechas tan injustas.

¿Esbirro de Mat? ¿yo hacerte daño a ti o a alguien que quieres? Recuerda, soy incapaz de hacer algo así, siempre me he preocupado por ti. Y nunca me juntaría con alguien como el cuatroojos repelente. Por favor, nunca  escuches a Matty Matt, solo quiere que enloquezcamos todos con sus mentiras y engaños. Lo hace siempre, es cruel, y más teniendo en cuenta a lo que se dedica.

De repente cae en que los enfermeros siguen mirándole con mala cara, y seguramente sus palabras no los tranquiliza, así que decide coger el baso que le ofrecen y vaciar el contenido en su boca.

Pero Stuart no traga el contenido, intenta esconderlo entre la lengua y procura mantener el pico cerrado para que nadie se entere de su decisión de intentar engañar a los enfermeros.