Partida Rol por web

Tanto volando como en caballo no le tardo mucho en llegar al campamento, solo variaría la notoriedad de Robin cuando llegara a las cercanías del campamento.

Al estar cerca se dio cuenta que la información que le habían dado era correcta. El campamento era de gran tamaño y tenía unas carpas mucho más arregladas que tal vez marcaba un mejor status que otros. También había unas murallas de madera no demasiado impresionantes sirviendo solo como una simple barrera para que no los embistieran con caballería pero intuías que con unas cuantas bolas de fuego ya sea de un mago o de una catapulta quedaría demolida.

En una de las varias entradas del campamento, la mas cercana a Robin, se encontraba protegida por dos demonios rojos con unas poras con pinches.

“Quien viene ahí?” pregunto uno de ellos rascándose los huevos sin mucha decencia.

Al final Robin se despidió de sus amigas…viajando a aquel campamento, el cual tenía que ser un lugar bastante peligroso. Un gran ejercito se asentaba ahí…habían carpas, empalizadas, incluso pequeñas murallas, ¿Por qué no habían atacado ya?, ¿querrían asentarse ahí?, ¿o estaban preparándose para algo más? Aquello era lo que preocupaba a Robin, el cual se rascaba la nuca, observando aquel campamento.

El problema fue cuando uno de los demonios apareció…preguntando quien andaba ahí. ¿Qué iba a hacer?. El joven guardó silencio, con un poco de suerte…no se enteraba de que estaba…y si le encontraba…habría que pelear, o tal vez engañarle…no parecía ser muy inteligente.

Robin se escondió entre los arbustos…esperando en silencio por si aquel enorme mastodonte no le encontraba…si no era así, esperaría al anochecer, se colaría en el recinto…e iría a las carpas.

El demonio pasó de largo, dejando a Robin con un alivio y una sensación de tranquilidad. “Esperaré a que oscurezca…” Pensó mientras se tumbaba entre los arbustos. “Cuando esté todo más oscuro, saltaré la empalizada y me esconderé entre las tiendas…pan comido…tiene que ser pan comido…” Pensó dejando escapar un suspiro.

En cierto modo estaba intranquilo, esperaba que Jianq y Anais estuvieran bien, que no hubieran tenido ningún tipo de percance ni nada parecido…lo deseaba de corazón. Fuera como fuera, el joven cerró los ojos y esperó a la noche, entonces…comenzó el plan.

El demonio volvió a su lugar cerca de la puerta tan comprobar que no era nada, el otro demonio no le dijo nada de su búsqueda fallida estando ahí como una estatua aburrida esperando algun enfrentamiento.

El tiempo paso y los demonios aunque vulgares permanecieron en su lugar como buenos guardias, sin caer en ningun momento victimas del sueño aunque cada vez mas se los notaba aburridos. Fue solo cuando escucharon unas voces detrás de ellos que estos se emocionaron un par de hermosas súcubos eran llevadas con cadenas en los cuellos por un hombre. Los cuernos del hombre lo delataban como un demonio y el trato con las súcubos lo dejaban como un claro proxeneta.

Ignorando la entrada que debían proteger ambos se fueron retrocediendo dentro hacia donde estaba el hombre, sin disimular la dureza marcada de sus miembros. Entonces comenzaron a hablar y negociar con el tipo dejándole una posibilidad a Robin de meterse.

Con algo de prisa se metio en el campamento aunque nadie lo noto hacerlo o nadie esperaba eso. Al internarse aun mas entre las carpas podía notar algunas mas grandes que parecían servir como puntos de referencia, junto con algunos locales que parecían servir como tabernas rusticas. Aunque lo mas rustico era eran los moteles al costado de esos lugares o las carpas donde solo se escuchaba las gemidas de las mujeres. Esta parecía ser la actividad mas importante en el campamento al menos esa noche convirtiéndose en una música que Robin no podía evitar escuchar.

El campamento era un paraíso para cualquier demonio, habían tabernas, moteles…y aquellos gemidos que se propagaban por la zona…El joven tuvo que hacer esfuerzos para no ir hacia allá, como si aquello fuera el cántico de una sirena atrayendo a un marinero hacia las rocas. Rápidamente apretó los dientes y se dio un par de golpes en la cabeza. “Concéntrate maldita sea…tienes que encontrar a los líderes del campamento…una vez los hayas dominado, tendrás poder sobre ellos…” O al menos eso quería pensar. Así que nuevamente se fijó en las enormes carpas…tendría que dirigirse a la primera, pero como precaución, intentó taparse la parte inferior del rostro con la capa…tal vez así no le reconocían, o se imaginaban que era un demonio inferior.

Fuera como fuera, emprendió la marcha hacia la carpa más grande.

Nadie impidió sus pasos, los únicos obstáculos eran algunos demonios tirados en el suelo borrachos o algunas armas y ropas extraviadas. Lo mismo paso cuando tuvo que entrar a una de las grandes carpas pasando tras la tela a un mundo diferente al de afuera…aunque no tanto.

Ahí adentro se sentía un calor casi mágico que hacia sentir el ambiente mas calido y reconfortarle que afuera. Esa no era la única ventaja del lugar que tenia una alfombra bastante suave como suelo junto con varios almohadones para sentarse. El olor también era distinto con un dulzor que le hacia difícil querer salir a Robin. Pero eso es lo que sentía sin darse cuenta, ya que su atension estaba centrada en lo que pasaba en medio de la sala.

Dos demonios tenían sexo sin vergüenza siendo observados por todo el resto, aunque no parecían que serian los únicos ya que el ambiente y los demás parecían prepararse para unirse.

Robin bien podría huir de esa orgia pero sintió su brazon ser atrapado y al voltearse vio a una guapa demonio. Esta tenia color de pelo rojo y una piel que copia ese mismo color. Sus alas se mostraban como si quiera impresionarlo con ello y unos cuernos que mostraba su estado. Su única ropa era un apretado corse rojo que parecía fácil de librarse.

“Pareces algo nervioso. No me digas que es tu primera vez aquí.” Dijo casi burlon, antes de volverse algo mas seria. “Quien eres? no recuerdo haberte visto aquí antes.”

Nadie se interpuso entre los pasos de Robin, permitiéndole caminar por todo aquel lugar, esquivando a los borrachos e intentando ignorar todo lo que ocurría a su alrededor…al menos fue así hasta que llegó a la tienda de campaña. Adentro…era extraño, hacia calor, el ambiente era reconfortarle, como si le pidiera quedarse ahí sentado, disfrutando de uno de esos almohadones y deleitarse con el dulce olor que se propagaba por el aire.

Pero en el medio de la sala había alguien…dos demonios acostándose frente al resto, los cuales estaban preparándose para montar una orgia. Pero antes de poder pensar con claridad, una demonio le agarró del brazo…una demonio realmente hermosa, piel de color rojo, cuernos, grandes alas…y un apretado corsé que parecía a punto de reventar.

Ella comenzó a preguntarle que hacia ahí y quien era.Robin se liberó de su agarre con tranquilidad.-¿Nervioso?...por favor, más bien me preocupa mancharme la ropa con la lluvia de fluidos que comenzará de un momento a otro.-Gruñó.-Yo tampoco te he visto a ti antes, ¿Quién eres?

“Erza, sierva de Alouqua.” Se presento sin pensarlo mucho sonriendo ante los comentarios del hombre y sin importarle que se soltara. “Eso no tiene que preocuparte, todas de ella saben como contener los fluidos de su amantes sin que se les escape nada. Son todas unas egoístas."  Dijo divertida mirando de costado como el centro se empezaba a poblar aun mas.

“Aunque si quieres vamos a otro lugar mas…tranquilo.” Dijo casi riendo porque incluso Robin sabia que en ese campamento no habría mucha tranquilidad esa noche. “Vamos que esta noche estaras conmigo o es que en realidad quisieras a un ogro de esos que cuidan la puesta, señor misterioso?” pregunto inclinando sus alas hacia èl como si lo envolviera con ellas.

-Erza…-Repitió Robin mientras la escuchaba.-Yo me llamo…Gelt, sirviente de Baal.-Se presentó con tranquilidad. Fuera como fuera, aquella súcubo o demonio, seguía junto a Robin, bromeando e incluso ofreciéndose a buscar un lugar más tranquilo para sus “fechorías”, dejando caer que si no era con ella sería con un ogro…envolviendo a Robin con sus alas en el proceso.

El joven no tardó en sonreír mientras sus alas se desplegaban a la vez, envolviéndola a ella.-¿Hummm?, ¿con un ogro?, tenía pensado buscarme un par de hembras más…o a la mismísima Alouqua, he oído que le gustan los demonios seguros de si mismo…los suficientemente machos.-Susurró chasqueando la lengua mientras se acercaba con suavidad a ella, acercando su rostro a su cuello y olisqueándolo antes de susurrarle junto al oído.

-Tal vez estarías mejor con un ogro…soy demasiado para ti…-Susurró juguetón.

“Siervo de Baal?” pregunto dándole un largo vistazo al joven mientras este le respondia su sugerencia de ir con un ogro. Sorprendida un poco cuando el este despego sus alas también aunque no busco pelearle por ver quien envolvía a quien.

“Sin duda tienes la seguridad de un siervo de Baal…” afirmo tras terminar de escucharlo, dejando que se acerque para olfatear su aroma delicioso. Era como si ella tuviera un perfume natural que lo atraía fácilmente al joven. “Aunque tu físico parece algo mas pequeño que la del típico siervo de este.” Comento siguiendo de buen humor.

Lo miro fijo tras mirar a los costados por un momento, ya los primeros gemidos comenzaban a sonar. “Alouqua es una demonio muy importante. No creo que tengas posibilidades de acostarte con ella y menos si ninguna de las siervas te recomienda.” Le explico colocando sus manos en los hombros del noble y apoyando su rojo cuerpo contra èl. “Podemos buscar a una mas, aunque no se si seas lo suficiente macho.” Comento tentandolo y esperando su respuesta.

Aquel olor que desprendía la demonio era cuanto menos reconfortante, el cual en cierto modo excitaba a Robin, pero aun así tenía que concentrarse…estaba ahí por una misión, no podía olvidarse de ello y dejarse perder en aquel paraíso del placer.-¿Mi físico te parece pequeño?...tendrías que verme sin ropa muñeca…-Bromeó con suavidad antes de comenzar a escuchar los gemidos. Fuera como fuera…ahora tenía un contratiempo.

Tendría que yacer con esa demonio o más para poder acercarse a Alouqua, tendría que aguantar y resistir todo lo posible hasta que llegara el momento. Así que cuando la demonio se acercó a el, el joven no dudó en recorrer sus curvas con las manos.-Soy lo suficientemente macho para aguantar lo que se me eche “Erza”…-Susurró mientras la acercaba más a el, dejándole sentir aquella potente erección a través del pantalón.

“Oh…ansio hacerlo y que me pruebes equivocada.” Comento sonrio encantadoramente pareciendo complacida que esta vez Robin no la apartara de ninguna forma. “Quiero ver tu razon para tanta confianza.”

La demonio se dejo tocar copiando la confianza del noble y yendo con su mano ante su duro miembro que parecía no darle mucha importancia al plan que debía realizar y estaba ahí disfrutando con el resto. Su mente también se sentía mas liviana aceptando la invitación que la demonio le daba.

“Ya lo veremos…” dijo invitándolo afuera y yendo a una carpa cercana que por extraño que fuera estaba vacia. En ella habia un espacio grande aunque este estaba ocupado por una cama grande de dos plazas. Ahí fue empujado Robin para sentarse, mientras la demonio con un movimiento de sus manos abria su escote revelando unos senos firmes y de un rojo atrayente. Mas abajo se encontraba con su sexo afeitado y un culo tan suave que parecía hecho para moldear. Aunque lo que mas llamaba la atension era su cola de demonio que era pronto lo único que quedo que la identificara como tal con sus alas desapareciendo también y sus cuernos quedando.

“Bien ahora fuera con esos pantalones…” dijo tirando fuerte de ellos sin importarle que el cinturón seguía puesto, pareciendo con la intensión de rompérselos mientras reia. “Vamos que si prubas mucho talvez llame a mis hermanas a ayudarme.”

Robin no pudo evitar sonreír al notar como la demonio le acariciaba el miembro por encima del pantalón. En cierto modo estaba deseoso, tenía ganas de yacer con esa demonio...lo deseaba, pero aún así intentaba con mucho esfuerzo mantenerse de "una pieza", no podía abandonar su misión.

Así que aceptó la invitación y acompañó a la demonio a una tienda de campaña, la cual estaba vacía. Era un lugar casi tan tranquilo e embriagador con el otro...incluso había una gran cama de dos plazas. Pero no pudo detenerse a mirar demasiado, Erza le obligó a sentarse y se quitó el corsé, enseñándole a Robin aquel cuerpo de infarto.

Podía notar como su miembro ya estaba comenzando a emanar líquido preseminal solo de ver aquel trasero...era realmente preciosa. Pero nuevamente no pudo deleitarse demasiado, la demonio le agarró con fuerza de los pantalones y comenzó a tirar, bromeando sobre llamar a sus hermanas. El joven no dudó en sonreír, desatando el cinto de la espalda y los calzones dejando que su miembro saliera como un resorte. Glorioso, con la punta húmeda, hinchado y latiendo vigorosamente, parecía ser que su miembro no tenía constancia de aquella misión...y Robin esperaba que no le ocurriera lo mismo.

Casi se cayo para atras cuando Robin desato su cinturón, pero a se mantuvo en pie y dejo tirados los pantalones de Robin por ahí. Se quedo mirando su miembro bastante contenta de lo que tenia para jugar esa noche. “Que lindo y vigoroso…supongo que no te han atendido bien, que se lo ve muy animado.” Dijo Erza acercándose a Robin.

Ambas manos volvieron a apoyarse en los hombros de èl, dejando al miembro sin atension por el momento, mientras la mirada de ella se enfocaba en la de Robin. Sin decir nada se adelanto hasta el rostro de èl dándole un beso pasional al noble frente suyo. Jugetona como parecía empezó a danzar con su lengua en el interior de robin, mientras sus labios se cerraban en los de èl con distintas combinaciones aunque dejándole poco tiempo para respirar.

Las manos de ella empezaron a moverse con algo de prisa por la ropa de èl sacando y desatando nudos para luego ayudarle a desprenderse de esa estorbosa ropa. Aunque no por eso el miembro de èl no fue atendido, porque de pronto sintió algo mas fino pasándose alrededor de este y si bien lo primero que se le pudo ocurrir era que se trataba de una serpiente con solo mirar para abajo termino comprobando que era su cola. Pareciendo tener total control de ella la hizo moverse en un principio para rodearlo casi por completo y luego empezó a masturbarlo, si bien dándole una sensación que no habia sentido antes pero no por ello una mala.

Pronto lo desvistió por completo mientras lo masturbaba, aunque se notaba que ella también estaba ansiosa ya que su sexo estaba bastante húmedo y sus ojos mostraban un deseo casi irreal.

Erza parecía fascinada con el miembro de Robin, lo estuvo mirando un rato, piropeándolo antes de comenzar con la acción. La demonio se subió sobre Robin, acercándose para darle un beso de lo más pasional y juguetón…uno de esos besos que quitaban la respiración durante unos segundos. Fuera como fuera, el joven no dudó en cerrar los ojos y dejarse llevar como tan buenamente podía.

Era un tanto complicado teniendo en cuenta que Erza sabía lo que quería…y tenía bastante experiencia con ello. Con prisa intentó desvestirle de su ropa, Robin intentaba ayudarla, pero se detuvo en el momento que sintió algo que envolvía a su miembro…al bajar la mirada y ver la cola, no pudo evitar mirar aquello de manera extraña…pero aquella mirada pronto se desvaneció una vez comenzó a masturbarle.-Hmmm…-Jadeó Robin mientras posaba sus manos en las caderas de la demonio, siguiendo con aquel beso mientras ella hacia su trabajo.

Se la veía realmente deseosa. Robin estaba extrañado al respecto, ¿Cómo podía estar de esa manera?, ¿acaso le gustaba el?, no, aquello no era probable, tampoco sabía demasiado sobre los demonios, pero parecían estar excitados a todas horas…en cierto modo igual que el.

Estuvo unos segundos más correspondiendo a su beso antes de mirarla con diversión.

-Se te ve muy…excitada, ¿Qué ocurre?, ¿tanto te estoy gustando?...a este paso si que vas a tener que llamar a tus hermanas…no te veo muy preparada…-Bromeó mientras su mano acariciaba el trasero de la demonio.

El trasero de la demonio era tan dulce como habia visto moldeándose ante las manos de Robin, incluso su cola de demonio era suave como su fuera una mano mientras se envolvía en su miembro y lo masturbaba con rapidez. Mientras la lengua de ella jugaba disfrutando de cada vez y de vez en cuando lamiendo el cuello de Robin dejando sentir el calor que se desprendía de ella.

El comentario de Robin no se le paso de largo y le devolvió la mirada divertida dejando de besarlo por ese momento. “No estas mal, aunque esperaba a un sirvo de Baal siendo mas…impulsivo.” Le devolvió sonriendo grande pareciendo ver como reaccionaba el joven. Mientras tanto se fue moviendo por encima de su miembro dejando que la humedad llegara a èl.

“Aunque te veo ansioso de conocer a mis hermanas…tal vez te las termine presentando.”