Partida Rol por web

El transporte cruje y se sacude por enésima vez.

Se trata de un navío anticuado y renqueante, pero es todo lo que había disponible. Y además se necesitaba con cierta urgencia de vuestros servicios. En realidad no de vuestros servicios, sino de los servicios de un equipo inquisitorial de verdad, de la gente que sí sabe hacer su trabajo, pero solo os tenían a vosotros a mano. Vuestro maestro no evitó el dejároslo claro con la forma en la que hablaba, con el mohín de disgusto en su rostro, con sus gestos. Sois soldados de segunda en una guerra que no termináis de comprender del todo. Por eso tenéis que probaros a cada segundo, y qué mejor que esta ocasión para ello. Al menos confiáis en salir con vida.

Las cosas están muy feas por ahí abajo, en Sepheris Secundus. Se ha producido una rebelión que ha tenido que ser erradicada de inmediato (el Emperador nos bendiga a todos), y se ha trasladado un batallón de la Guardia Imperial hasta el planeta para acallar las masas y demostrarle a esos traidores que la luz del Emperador alcanza hasta el montón de barro más apartado de Terra. Cuando pasó lo peor y la GI aseguró la zona, se encontró con ciertos problemas en las Minas Gorgona, donde la lucha había sido encarnizada. Los informes resultan confusos, ya que muchos pelotones se perdieron en las entrañas de la tierra, pero baste con decir que el Comisario al mando selló las minas y declaró en cuarentena la región entera. En otras circunstancias, la Inquisición se habría ocupado del problema a su ritmo, pero dado el daño que puede ocasionar a la economía del planeta y, por tanto, a la de todo el sector, se decidió actuar cuanto antes. No es lo habitual enviar a reclutas a misiones tan delicadas, pero eráis los Acólitos más cercanos a la zona, así que desviaron vuestro transporte (de camino a Scintilla a completar vuestro entrenamiento) hacia Sepheris Secundus.

Ahora os miráis los unos a los otros sin saber muy bien qué os espera en el planeta. Aguardáis en la sofocante atmósfera del camarote del navío a llegar a vuestro objetivo.

 El ruido del Transporte atravesando la atmosfera es ensordecedor.

Puto cacharro de mierda.- dice Xanthia golpeando una de las mamparas con su puño.- He visto naves en el desgüace imperial en mejor estado. ¿No había nada peor para bajar?

Se siente molesta, no le gusta el entrenamiento, no le gusta el inquisidor y no le gusta en la clase de marrón que la han metido.

Bajar y limpiar, dice el tío mamón. Como si fueramos jodidos friegasuelos.

Cimbria revisa el panel de informacion una vez mas, apartando un mechon rebelde con el dorso de la mano. Sus finos y delicados dedos pulsan, arrastran y señalan, mostrando una y otra vez los informes de los comandantes de la Guardia Imperial y de sus subordinados.

Las cifras se reflejan en la cara de Cimbria, dando a su palido rostro un aspecto mas fantasmal que de costumbre. El tiempo dedicado a estudiar la pantalla de datos ha enrojecido sus ojos hasta convertirlos en dos diminutos lagos de sangre enmarcados en mechones de lacio cabello.

Con un bufido apaga el proyector de datos y contiene el impulso de revolver su cabello... A oscuras, como le gusta estar, se concentra en controlar la respiracion, alejando pensamientos frustrantes y dudas sobre su capacidad para afrontar esta prueba.

Con un impulso, agarra su pistola laser y desliza su cuchillo en su vaina... cierra los ojos y sale de su camarote al brillante pasillo de la nave... a ciegas se orienta y se encamina hacia la sala de recreo donde se reune la tripulacion y sus compañeros cuando no tienen nada mejor que hacer... abre los ojos poco a poco,  para acostumbrarse a la iluminacion.

Los tripulantes con los que se tropiezan, se apartan para dejarla pasar y evitan mirarla, a pesar de que el habito deja entrever el ajustado mono que se ciñe a ella como una segunda piel...

"Mataria por un té"

Xanthia está sentanda en una mesa de la cantina en la que hay varias botellas de cerveza baja en alcohol (no le dejan tomar otra cosa). Hace solitarios con una baraja. Cuando está de mal nadie quiere estar cerca de ella y está de mal humor. Ve entrar a Cimbia y le hace un gesto con la cabeza para que se siente con ella.

Praetus entró en la sala acompañado del perenne olor a lho que siempre le envolvía, apestoso, dulzón y levemente adictivo. Delgado, fibroso, retorcido y duro como el clavo de un ataúd, Praetus pronto se había ganado el odio patente de la tripulación del carguero. Pero también le tenían miedo pues la marca a fuego grabada en el lado derecho de su cuello le identificaba como un ex-convicto imperial. Lo mas extraño de todo era que en dicha marca no figuraba ningún codigo de prisiones imperiales conocido.

Porqué Praetus estaba ahí? De donde había sido sacado? Eso solo lo sabían su maestro inquisitorial y él mismo.

Antes de llegar al asiento giró el rostro y escupió contra el suelo, encendiéndose acto seguido otra barrita de lho.

Mir camina ligero aunque lento hacia la mesa donde se sientan sus compañeros. Sus tatuajes rituales y su largo pelo blanco lo hacen parecer un salvaje, aspecto que se ve atenuado por el uniforme militar de camuflaje.

"Qué hay?"

¿Que hay?.- dice Xanthia con cierto rintintin.- Puta mierda es lo que hay.

Y sigue tirando furiosa las cartas sobre la mesa mientras la nave vuelve a moverse.

Habéis tenido la oportunidad de conocer a Xanthia durante el tiempo que habéis pasado juntos. Poco acostumbrada a la disciplina y las ordenes, se ha llevado muchos arrestos y sanciones físicas durante todo el entrenamiento, aunque no han conseguido doblegar su carácter indómito. Os sorprender que el Inquisidor haya mantenido una persona así en el equipo. De cualquier forma sabéis que bajo esa capa de dureza, en alguna parte tiene buenos sentimientos y sabe ser buena compañera, menos cuando esta nerviosa y cabreada, como ahora. 

A ver si el inútil del pilóto nos lleva de una puta vez al suelo.

- Para qué? Para limpiar la mierda? Para hacer algo símplemente porque nosotros eramos los mas cercanos pero no los apropiados? - Chasquea la lengua, ladea el rostro y vuelve a escupir a un lado. - Al menos aquí la comida no intenta comerte a tí.

"... Estan desmoralizados... sin concentracion ni disciplina..."

"Tenemos una tarea que cumplir. Me da exactamente igual si nos la han asignado por que somos los mas cercanos... si resolvemos este problema... se daran cuenta de lo afortunados que son al tenernos aqui en este preciso momento"

Mira a Praetus a los ojos... "Si es mierda lo que hay que barrer, mierda es lo que barreremos" ...el tono de desafio es claro y sin asomo de duda...

En pie, enmedio de la sala, con los brazos cruzados al pecho, espera la respuesta de sus malhumorados camaradas...

- Quédate tú la mierda y la escoba, que parece que es tu única aspiración. Pero la morralla como tú es la que le sobra a la Inquisición y al Imperio. - Escupe nuevamente a ún lado. - Vaya mierda de misión de inauguración. - Vuelve a mirar a Cimbria. - Además, que digna por tu parte dejar tan claro que nuestro Señor es tan afortunado por tenerte. Ilusa. Tú, yo y todos los demás no somos mas que herramientas de la Inquisición... Vigila ese orgullo no te vaya ha hacerte creer mejor que nosotros.

Xanthia recoge las cartas de la mesa con cierta mala leche y le mete un trago a la cerveza.

Lo que sea, pero que sea rápido. Paso de estar más tiempo en esta tostadora de mierda.

Un nuevo crujido, esta vez más intenso de lo normal, resuena por todo la nave.

Parece como si el transporte se quejare ante el maltrato del viaje. Después, un siseo, otro crujido, y la nave sufre una sacudida. Estáis entrando en la atmósfera del planeta. No tardaréis mucho en aterrizar.

"Si sobro... podras cavarme un agujero en este planeta y enterrarme en una tumba sin nombre... si somos herramientas... es nuestro deber ser utiles... un martillo puede clavar un clavo... una piedra tambien... tu elijes lo que quieres ser..."

Despues de este estallido de furia pueril, Cimbria resopla y consigue llevar algo de color a sus mejillas... "Pero tienes razon Praetus."

Descuelga los brazos con desconsuelo y se deja caer en una silla... "El orgullo desmedido puede acabar conmigo... con nosotros."

Levanta la mirada y la pasea por toda la sala  "No volvera a suceder"

"... Mierda... si olvidamos nuestro lugar... si nos creemos mejores de lo que somos...no puede suceder"

Jodido simio que tenemos de piloto.-Xanthia arruga el gesto y da una patada en el suelo.- No adelantéis acontecimientos, lo mismo tienen que mandar a otros a recoger nuestros putos pedazos por todo el jodido planeta.

Continúa haciendo su solitario.

Lleváis un buen rato diciendo estupideces.

Ishmael acaba de entrar en la sala. Su mirada fría y calculadora, falta de sentimientos y carcomida por el dolor y el paso del tiempo recorre el habitáculo de un extremo a otro, reparando en sus compañeros.

Vuestros rebuznos retumban en toda la maldita nave. Callad la boca de una vez, nos ha sido encomendada una misión, y debemos cumplirla. Yo no tengo nada que perder, así que por mi parte haré lo que esté en mi mano para cumplir el objetivo, o morder el polvo en el intento.

Al sentir el traqueteo de la nave, alza la mirada, pensativo. Una sonrisa maliciosa se esboza en su rostro, mientras susurra:

Ya estamos llegando...

Y aquí tenemos al hombre de paja directo desde Oz , sin cerebro pero con dos cojones.- levanta las vista de las cartas.- Me callaré cuando me dé la gana o cuando me muera, no cuando me mandes callar Ihsmael.

Ishmael clava su mirada en Xanthia, y con una mueca burlona, le espeta:
Venga, mujer. Reserva tu mala hostia para lo que nos espera ahí abajo, ¿quieres? Después de todo, hay que dar la vida por la causa...-da un tóno sarcástico a ésto último, y después ríe de forma chabacana. ¡Ha, ha, ha ,ha!

 Jodido bastardo.

Xanthia se sonríe ante la risa de Ishmael, en el fondo le tiene aprecio al tipo.

"Nos reuniremos en la rampa de desembarco" Pasa junto a Ishmael, intentando no tocarle y sale de la habitacion. Despues vuelve a su camarote y se equipo con el resto de sus pertenencias... Una vez lista, reza un letania para si misma y corre hacia la rampa para desembarcar en el inhospito y misterioso Sepheris Secundus