Partida Rol por web

La actitud de Ishmael y Xanthia previene a Cimbria de que algo ocurre. En el silencio absoluto de la mina, los ruidos de masticacion y los gruñidos satisfechos resuenan como los motores de la lanzadera que les trajo a este miserable planeta.

"Es la hora" En silencio, la albina acolita hace un gesto con los dedos a Ishmael para que avance... un segundo despues repite el mismo gesto a Xanthia... cuando sus hombres empiezan a desplazarse para tomar posiciones, da un paso adelante a la vez que susurra a su intercomunicador...

"Ishamel y Xanthia , avanzad lentamente. Praetus y Mir, conmigo... no dudeis... tirad a matar" A pesar del entrenamiento inquisitorial que todos han recibido, Cimbria no puede evitar dar esas estupidas ordenes...

"Claro que van a tirar a matar, estupida... ninguno de ellos pretende dejar el pellejo en esta asquerosa mina..."

Ishmael observa cómo Cimbria les da las órdenes. Fija la vista al frente.

Bueno, amigo... parece que una vez más te vas a jugar el culo. Está bien, allá vamos.

Asiente hacia Cimbria. "Órdenes captadas."

Avanza hacia el recodo, preparado para lo peor, con el arma cargada y listo para apretar el gatillo al más leve movimiento por parte de "esa" cosa.

- Santa mierda del Emperador... - Blasfema Praetus cuando ve la escena de las cabezas. Joder! Quién o qué puede hacer esto? Quién querría? Hideputas... Una cosa es matar, ya sea por ser un asesino o un matón, pero otra es... es... es esto joder! Por Terra que esta mierda tiene que ser purgada a fuego y la mina volada si es necesario. Mierda... Me estoy reformando y cada vez parezco mas una buena persona, agh!

Praetus no se enteró qué habían visto u oído sus compañeros, pero verlos ponerse en guardia bastó para que él hiciese lo mismo.

Xanthia respira profundamente y aquel aire pegajoso le llena los pulmones y esta a punto de toser dle asco. Mira con cierto enfado a Cimbria aún cabreada por lo de la grieta. Pero no dice nada, no va a dejar que un compañero avance sólo hacía la muerte. Flexiona las piernas y avanza despacio hacía el recodo.

Vamos... es como cazar, como cuando cazabas en los bosques de Ulu Mahno....

Giráis el recodo y delante de vosotros, sentado sobre una roca porosa y deformada, un ser de pesadilla devora los restos de una pobre criatura inidentificable. La criatura, a todas luces humanoide, sorbe los huesos con afán y devora y tritura la carne con un énfasis que solo puede calificarse como morboso. El olor a sangre, heces y miedo resulta tan intenso que ni siquiera la atmósfera tan enrarecida que pende sobre vosotros consigue disimularlo.

La bestia os recuerda a un hombre vagamente, pero su cabeza enorme, recubierta de ojos brillantes y de pupila rojiza, parecen desmentir esta atrevida aseveración. Sin embargo ¡viste harapos de la Guardia Imperial! Aciago en verdad ha sido el destino del condenado que ha sufrido semejante destino.

Xanthia y Cimbria, moviéndose en silencio consiguen situarse en una posición de ventaja mientras que el resto se queda atrás. La visión de semejante ser y la posibilidad de que su destino también sea el vuestro, basta para que vuestras tripas se encojan de miedo y la garganta se os seque. Parpadeáis repetidamente para eliminar el sudor que os cae sobre vuestros irritados ojos. La luz verde, y la neblina tóxica que exuda la pared de la caverna en este punto, se confabulan para crear una escena terrorífica e irreal, hasta el punto que os parece vivir una pesadilla.

Cimbria avanza cuidadosamente, pegada a la pared para cubrir su retaguardia... lucha denodadamente por evitar la nausea que pretende brotar de su garganta... dejandole un regusto amargo en la garganta.

"Sa.. santa Terra... gulp" La acolita debe tragar saliva y concentrarse para mantener un tono bajo y controlado, mientras se comunica con su equipo. "Tenemos un contacto... tipo aberrante... un mutante antropofago... procedamos con cuidado. Voy a eliminarlo. Xanthia, atenta por si aguanta el primer golpe"

Embraca la correa del fusil de caza y apoya cuidadosamente la mejilla sobre la culata del arma. El ojo carmesi de la albina Arbites se centra sobre la mira y todos los detalles del rostro de la criatura adquieren un realismo... aterrador

"Los labios, hinchados por las pustulas... los dientes, arrancado la carne de un trozo de muñon, amarillento, rotos... las encias sanguinolentas... las manos, cerradas como garras en torno a su alimento... la lengua sorbiendo con fruncion el tuetano... Santo Emperador... voy a vomitar"

Cimbria tira del gatillo y un estampido seco atruena la estancia... mientras sus labios se mueven en silencio:

"...Padre..." 

Xanthia mira aquel ser deforme y escupe al suelo, levanta su arma, mueve la cabeza para liberar tensión en el cuello y abre fuego sobre el mismo.

Vuelve a tu puto infierno, monstruo.

Xanthia dispara e impacta en el ser en un brazo.

Ishmael da un paso hacia atrás al ver semejante espectáculo.

Dioses... Esto... es totalmente anormal...

Mientras sus compañeras abren fuego sobre la bestia, Ishmael se apoya en una de las paredes, con la respiración forzada, manteniendo un poco la calma sobre lo que acaba de ver. Está bastante nervioso, algo raro en él. Nunca le había pasado ésto. La presión del lugar y las continuas aberraciones que han presenciado han terminado por superarle psicológicamente.

Tranquilo, ahora no es momento de venirte abajo. Tienes... que sobreponerte...

Observa cómo Xanthia dispara al monstruo en un brazo y puede ver la rabia en el brillo de sus ojos.

Praetus no pudo reaccionar cuando vio la informe bestia que se alzaba en la cercanía.

No... No... No...

Era lo único que su catatónicamente repetía.

Xanthia esta en mita del pasillo, de perfil hacia el monstruo al que apunta impasible con su pistola laser.

El primer disparo alcanza al enjendro en un brazo. Este chilla de sorpresa y de dolor. Se gira hacía Xanthia soltando los despojos de su comida mientras se pone en pie. Xanthia vuelve a hacer fuego sobre la criatura, impactando en una pierna. 

Joder, si estuviera más cerca o tuviera un rifle, piensa mientras ve que sus disparon impactan pero no terminan de parar a su objetivo.

Los nervios han jugado una mala pasada a la Arbites, que maldiciendo y farfullando, recarga su arma con un movimiento repetido hasta la saciedad...

"Mierda, mierda, mierda" "Maldita sea, abrid fuego..." La diestra mano de Cimbria acciona el mecanismo de palanca de su rifle de caza y un humeante casquillo salta con un sonido metalico, que se repite y rebota hasta perderse en la lejanía... el mismo movimiento inserta otro proyectil en la recamara, dejando el arma lista para efectuar un nuevo disparo... "¡¡¡Matad al Mutante, Purgad al Impuro, Destruid al Hereje...!!!"