Partida Rol por web

Al ver que los veteranos saludaban a una conocida, Roberto prefirió quedarse en un segundo plano, dibujando su sonrisa simpática habitual y sin oerder detalle de lo que ocurría a su alrededor.

Kris asintió cuando habló Sammala.

—Como siempre —contestó a la pregunta de Jenna.

Ella sabía que no era muy dado a las frases largas y elaboradas.

—Efectivamente estamos en una misión y necesitamos ese contacto. ¿Tienes acceso? Me interesa sobre todo si sabes como soltarle la lengua... ya me entiendes.

Mientras los otros hablaban Bouddica no perdía detalle de aquel hangar. Echó un vistazo alrededor para comprobar que había varias cajas con destinatario claro: Anna Granados. Por lo tanto no le sorprendió la respuesta de la conocida de Vernet.

- Supongo que no es casualidad que estéis en su hangar ¿no? La Estrella Negra está tras esa puerta, en la sección de naves y ella está a bordo. De mal humor, como suele ser normal en esa mujer.

Señaló unas cajas que en ese momento estaba mirando Boudicca:

- Esos son nuevos componentes para reparar su motor de avance. He pedido una excedencia y estoy trabajando aquí en el astropuerto. En realidad me estoy planteando si seguir en Estigma o dejarlo. Estoy un poco cansada de todo esto. Sobre todo de las cosas que no nos cuentan.- dijo mirando fijamente a Vernet - Supongo que como siempre estaréis cumpliendo una misión sobre la cual tenéis sólo parte de la información ¿no? A mí me resultó agotador. Sobre todo después de... lo último.- dijo mirando a Orlop - Simplemente estoy cansada. Quizás me embarque con Anna en dirección a cualquier sitio desmilitarizado. Hay trabajo para una buena Ingeniero ahí afuera.

Pareció recordar la pregunta inicial de Vernet:

- Claro que os la puedo presentar. Pero no le gustan especialmente los militares. Va por delante. Es una mercader curtida, quizás tenga también algo de contrabandista. Yo la conocí hace un par de semanas cuando solicitó ayuda para reparar esos motores. Parece legal. Arisca, pero legal.

Sin variar su gesto amable, Roberto tomó nota de las palabras que decía aquella belleza. No sólo era guapa, sino también una chica lista... ¿ingeniera? ufff... eso era un suma y sigue. No obstante, aquello de que había pedido una excedencia para tomarse un tiempo y alejarse de Estigma le preocupó un poco. Él si pudiera también lo haría pero... ¿dónde ir? Si se iba de allí, le estaría esperando algún hijo de puta en alguna esquina con ganas de matarle... o sacarle información. Por desgracia para él, tendría que seguir en aquel siniestro lugar. Aunque sonara extraño, era el más "seguro" para él... por el momento. Bueno, también podría pedir asilo en Pyra y hacerse inquisidor... ¿¿funcionaría así?? Había oído que era un lugar de mierda pero ¿peor que Estigma?

Definitivamente debía volver a hablar con aquella chica. Para preguntarla por sus desventuras claro... quizá pudiera darle algo de consuelo...

Sin saber "porqué", la sonrisa de Sparky se amplió.

Un poco más tranquila tras su inspección ocular a los alrededores, la eskatónica volvió su atención a la ingeniera.

-Disculpa... será por casualidad Anna Granados de los Hazat de Aragón? hace tiempo conocí a una integrante de esa familia llamada así... Lo siento, no me he presentado. Boudicca Undyck, de la orden eskatónica.

—¿Y a qué mercader le gustan? —apostilló Vernet.

Una leve sonrisa se dibujó en su rostro e hizo un gesto con la mano para invitar a Lynch a tomar la iniciativa. Por el camino se acercó a Roberto y le dijo algo al oído. Todos los cercanos pudieron oírlo.

—Quizá tú podrías negociar con ella para que nos de la información. De todos tú eres el menos militar y con mayor don de gentes. ¿Podrías?

- La misma.- contestó Jenna mientras abría paso hacia la zona posterior del hangar - Venid que os la presento.

Orlop se habia quedado ensimismado en sus pensamientos. El recordatorio de aquella misión estaba aún fresco en su memoria*. Aceptó cuando dijeron de ir a hablar con ella.

Aunque le costó entender aquello que decia Jenna. ¿Legal? ¿Una tipa que se decía que sacaba a gente de contrabando? Pues sí que le habian engañado bien a la ingeniero. O eso, o sus fuentes estaban perdiendo eficacia,... que también podia ser.

Encogiendose de hombros siguió a la comitiva. Poco podia saber de aquella mujer, pero estos últimos pensamientos si que los puso en conocimiento del grupo.

- No va a entrar fácil al trapo. Ella se hace pasar por una tipa legal, como ha dicho Jenna. No se si engañarla sería buena idea, porque igual nos pilla fácil, lo que está claro es que unos deberiamos esperar y otros deberiamos ir a hablar con ella. Y pensar muy bien lo que vamos a decir, porque si no conseguimos que cuele... igual nos echa a patadas.

Pensó un segundo rascandose la cabeza.

- Quizás si le enseñamos algo de pasta de manera un poco disimulada...

A Roberto le sorprendió que Vernet se le acercara y le comentara aquello... Hacía unos momentos le había echado la peta por su recriminación de la radio y ahora era el tipo "adecuado" y "menos militar" para llevar a cabo el trabajo. Suspiró.

Pero la intervención de Orlop -que si que era el menos militar de todos- hizo que asintiera y se retrasara un momento lejos de los oídos de Jenna.

-Nuestro compañero tiene razón. -siguió susurrando- Podemos optar por un careo directo o intentar contratar sus servicios. En el primer caso debemos estar todos, en el segundo... tendrás que dejarme a solas con ella... o al menos con poca compañía -dijo refiriendose con la mirada a Orlop y la eskatónica. Vernet y Sammala tenían pinta de ser demasiado militares.

- A no ser que se te ocurra una tercera vía... Intentar sobornarla para que nos diga si va a coger a quien tú ya sabes va a ser una tarea muy peliaguda... -añadió abierto a posibilidades.

Vernet asintió.

—Creo que es mejor que vayas tú solo. Ya sabes el margen que tienes... pero no creo que se niegue a cobrar por la información. A fin de cuentas los mercenarios trabajan por dinero.

-Hey, yo solía frecuentarla cuando éramos adolescentes. No es una mala tipa, o al menos no lo era en su momento. Y dudo, con la férrea disciplina que le ponían en casa que fuera a aceptar un soborno. Si ha sacado gente de manera ilegal del planeta habrá sido por una causa que creía justa. Si la idea es ir a confrontarla o tratarla de delincuente, lo único que conseguiremos es que se cierre en banda y que, si aún no había considerado la posibilidad de ayudar al Decados, ahora quiera hacerlo.

Habían pasado muchos años desde los veranos compartidos en las fincas del padre de Helena Granados, su amiga y prima segunda de Anna, nexo entre las dos mujeres, pero Boudicca creía en la esencia de las personas y sabía que la de Anna era confiable.

-Iré con él. Una cara conocida jugará a nuestro favor. 

Asi que era alguien legal... ¿entonces por qué andarse con subterfugios?- pensó Roberto tras la intervención de Boudicca.

-Me parece buena idea que me acompañe. Como dice, una cara conocida vale por tres en los negocios. -respondió de forma socarrona guiñando un ojo a Vernet para tranquilizarle.

Luego se acercó a la hermosa eskatónica y añadió: Si la conoces tendremos una buena forma de romper el hielo ¿mmm? -añadió dejando que la primera interlocutora fuera la cara conocida y no la cara desconocida.

La mujer estaba en la sala contigua revisando la parte inferior de su lanzadera. Parecía malhumorada mientras tomaba notas en las hojas de una carpeta de inspección que llevaba consigo.

Anna era una muchacha alta, de aspecto atlético aunque frágil. Sin embargo esa fragilidad era pronto desmentida por su mirada decidida y sus gestos bruscos. Parecía habituada a dar órdenes y, sobre todo, a que fueran obedecidas. Por si quedaba alguna duda de su actitud en su cinturon portaba una pesada pistola y en la bota un cuchillo de combate. 

Cuando oyó la puerta abrirse se giró hacia Jenna: 

- Mañana tenemos que salir y sigo sin ver arreglado el casco inferior. Como Hedrick no aparezca pronto voy a usar su soldador para quemarle los... 

Se calló al ver que la ingeniero no venía sola. 

- ¿Quienes son estos? - dijo aparentemente sin reconocer a Bouddica - ¿Es otra inspección de mierda para ver si llevo simbiontes a bordo?

El resto del grupo se había quedado prudentemente en la puerta dejando a Bouddica y Sparky que se aproximasen acompañados por Jenna.

Sammala llevaba un rato callada pensando en las palabras que diria al conocer a la tal Granados. Asi que, cuando aparecio, dio una serie de pasos rápidos y le ofreció la mano.

-¿Anna Granados? Puedes llamarme Sammala. Según nos han dicho, quizás puedas ayudarnos...

Una vez presentada, Sammala esperó a que Cisneros o Vernet se hicieran cargo de la situación. Lo suyo no eran las palabras. 

Anna había cambiado bastante desde la última vez que la viera. Ya no era aquella niña flacucha y desgarbada que solía enojarse con facilidad cuando Álvaro, el hermano de Helena, la molestaba diciéndole "espantapájaros". Si ella se veía tan diferente ahora, era normal que no hubiera reconocido a la eskatónica. Mucha agua había corrido desde aquel entonces.

Iba a saludarla cuando Sammala se le adelantó. Boudicca no pudo evitar sonreir ante aquel gesto impulsivo y franco, reflejo de lo que la hermana de batalla era en su interior.

-Hola Anna... tanto tiempo sin verte -ante el desconcierto de la otra mujer, ensanchó la sonrisa y tendió sus manos en un gesto de amistad que compartían las tres (Helena, Ana y ella) en los veranos de su juventud-. Soy Bouddica, Boudicca Undyck... amiga de Helena -aguardó un tanto dubitativa. Si el Pancreator me puso aquí, frente a ella, es por algo, se dijo. Para bien o para mal, nuestros caminos vuelven a encontrarse.

Orlop se acercó en silencio. No tenia demasiado de lo que hablar con la mujer, estaba claro que Vernet era todo un autoritario y haría las cosas a su modo. Ya había demostrado su caracter con anterioridad y aprovechaba cualquier oportunidad para hacerse ver como el supuesto lider del equipo.

Tampoco le caía en gracia Boudicca, pero no por su trato. Lo cierto er que la chica le habia tratado con cordialidad siempre y además era una persona con cabeza, pero Orlop estaba lleno de prejuicios, y no podía dejar de pensar que era una mujer dedicada a la religión, y habia pocas cosas que impusieran su voluntad de igual modo que las religiones.

Asi pues, no era momento para que un tipo como Orlop tomara la iniciativa. Y prefería pensar en otras cosas. Mientras el grupo comenzaba a hablar con la mujer, Orlop miró hacia el cargamento. En seguida vió a un par de chicos que subían unas cajas a la nave. Eran chicos morenos de tez y con cabello negro encrespado. Estaba convencido de que eran gentes locales, así que se alejó con normalidad para charlar un poco con ellos.

Se presentó amablemente. Quizás ellos podrían darle información acerca de la situacion o de los ultimos encargos que habia tenido Anna. Asi que trató de crear cierta empatía con ellos antes de preguntarle acerca de esos temas.

La reacción de Sammala pilló a Roberto algo por sorpresa. Enarcó una ceja primero y luego sonrió. Parecía que Vernet no era demasiado seguido por sus compañeros. Se sintió por un momento algo estúpido por darle una autoridad que quizá no tenía, pero tampoco su idea de acercamiento era mala.

Por otro lado, echo un vistazo a la noble con su sonrisa habitual. Todo un caracter, como era de esperar de una Hazat. Se tomó un momento para ver cómo reaccionaba Granados. Si reconocería a Boudicca o no. En función de aquello actuaría de una forma o de otra.

Orlop se escabulló hacia los mozos de carga. Era un tipo bastante despierto el nativo. Todo un recurso para el grupo, no había duda.
 

La mujer miró primero sorprendida a Sammala y luego con curiosidad a Boudicca. Sus ojos se abrieron un poco más, lo que indicaba reconocimiento, pero ese gesto no fue acompañado por ninguna sonrisa.

- Boudicca. Cuanto tiempo. - miró al variopinto grupo de nuevo y optó por responde a Sammala - ¿Mi ayuda? Estoy bastante ocupada preparando mi salida de este infecto agujero y la verdad no me pilláis del mejor de los humores. Sabía que hacer negocios en Estigma siempre es un riesgo pero no esperaba esta soberana mierda. 

Torció el gesto y levantó una mano:

- Oh, mierda. Disculpadme. Simplemente las cosas no han ido bien. Boudicca... cuanto tiempo. Demonios. Éramos unas niñas. Eres la última persona que esperaba encontrarme en este agujero. ¿No te habías ordenado sacerdotisa o algo así? 

Orlop se acercó a los dos hombres que cargaban mercancía mientras los otros hablaban con Anna.