Partida Rol por web

Joana no cogió el teléfono a la primera y Alanis maldijo para dentro. ¿Se habría cambiado de teléfono? Lo dudaba, así que volvió a marcar. Esta vez, Joana descolgó.

- ¿Sí? - preguntó temerosa una voz femenina. - ¿Alanis? Hola... - saludó de forma neutral. - ¿Qué quieres?... ¿Quieres que nos encontremos? ¿Para qué...? Ya veo... Está bien, será mejor que no nos vean dentro del barrio, te espero en The Dugout...

Unos veinte minutos después, Joel aparcaba el coche en la esquina más próxima al pub. Alanis entró con su compañero y no tardaron en ser el centro de atención, no por ella, sino por el tamaño del negrazo que  la acompañaba. Joana estaba acodada en la barra, vestida de esa forma que solo una puta puede vestirse: falda de tubo hasta medio muslo con una raja hasta la cadera, botas de caña alta y un top dos tallas menos que aprisionaban dos pechos turgentes. Su piel de ébano y su melena rizada no iban conjunto con su aspecto. Era guapa y estaba buena, pero no sabía complentar los colores. Pero eso daba igual, seguía siendo puta y a los clientes poco les importaba como fuese vestida cuando todos se la imaginaban desnuda.

 Bastian cerro con suavidad la puerta tras de si. Avanzó pero algo le detuvo, quizas su instinto y se giro para mirar la cerradura. Quizas estuviera forzada o tuviera alguna marca por la parte de dentro. Despues avanzó lentamente mirando la casa, sin encender la luz. No le gustaba la luz, al menos no en las casa agenas donde no debería llamar la atención. Se acercó al cenicero y comprobó las colillas. Era una estupidez, no recordaba ningun caso en el que "el culpable" fuera a la casa de la victima a fumarse un pitillo. Sonrrió con aquella ocurrencia pero siguió analizando las colillas para saber si alguien podia haberlas fumado hace poco tiempo. Como sea, denotaba que quien fuera el fumador o fumadora estaba nerviosa. Y no es para menos... pensó despues de como había acabado la victima. Despues se acercó a los cuadros y los bustos y los examinó por igual, deteniendose en cada marca que tenían. Luego empezó a investigar las habitaciones y el baño en busca de cualquier rastro. 

La carta, la carta lo tenía desconcertado, pero no tenía ninguna dirección ni nada por el estilo. Era parecida a las otras...luego tendría tiempo para revisarlas tranquilamente y en un ambiente mejor.

"Moteros, musica country, y artistas, no es una mezcla usual. Tampoco lo es un asesinato y un show, Carla debio de ser una persona bastante peculiar, y seguramente, tenia algo que atrajo su asesino hasta ella ¿Pero de que se trataba? Hasta ahora, no habia encontrado un perfil comun con todas las victimas, y eso era jodido para el caso, al igual que un monton de cosas mas que estamos pasando por alto." Aunque podria con facilidad forzar la puerta, no tenia ganas de que me pillen con las manos en la masa y de explicarle a la gente que iba de camino a investigar el apartamento de una persona que oficialmente no esta muerta, solo desaparecida, por mucho que su frio cadaver y el corrupto video testifiquen lo contrario, asi que pulso un boton al azar del intercomunicador que deberia haber junto al portal, molestando algun hogar en tal piso con tal numero.

-Pizzeria Diabola, venimos con su encargo.

Un truco muy viejo y sucio, pero si funcionaba, hey, un cuarto de hora que me ahorro en forzar la cerradura del portal.

Alanis entró confiada en el local. La compañia de Joel hacía que no solo se sintiera protegida, sino también encantada de que la vieran pasearse con un hombre como él por un sitio como ese, no pudo evitar excitarse un poco al pensar en un encuentro sexual con él en alguno de los rincones del Bronx, pero se obligó a apartar esos pensamientos de su mente.

-Hola Joana- sonrió al ver a su amiga. Seguía siendo bonita, pero los años pesaban mucho en aquella profesión, había envejecido bastante desde la última vez que Alanis la vió -¿Cómo estas amiga? ¿Podemos hablar un minuto a solas?¿Necesitas algo?-  Para Alanis aquella chica, más de 10 años menor que ella,  era una especie de hija a la que había ayudado en momentos muy dificiles, se apreciaban mucho ...

En el cenicero Bastian encontró colillas, y además, de dos marcas diferentes. Uno de los bustos que examinó estaba incabado, pero era imposible saber qué era lo que Carla estaba modelando. Justo frente al busto encontró un sofá frente a una televisión y en medio de ambas cosas, una alfombra un tanto removida. Parecía cómoda y mullida. La alfombra.

El pasillo destacaba por que el techo estaba empapelado con carteles de película, y películas con un alto contenido erótico. Eran clásicos del cine, como El último tango en París, 9 semanas y media... Justo a mano derecha encontró la cocina. Era un espacio muy insulso, en la nevera había comida podrida, alguna pieza de fruta arrugada, una botella de vino blanco a medio beber, un pequeño recipiente con
sopa... nada destacable ni sospechoso. Las hormigas deambulaban entretenidas entre la grasa de los fogones y el fluorescente no funcionaba del todo bien.

En el dormitorio la cama estaba sin hacer. Las estanterías estan llenas de libros y apuntes universitarios.

El cuarto de baño estaba relativamente limpio, en el lavabo había maquillaje y espuma para el pelo, un perfume sin etiqueta y un taburete que hacía las veces de revistero. 

Cuando Andrew se apoyó en la puerta esperando a que quien fuese le abriera la puerta, esta cedió antes de que el vecino contestase. Estaba abierta.

Esperando que nadie lo hubiese visto hacer el tonto, Andrew entró. El descansillo era sobrio y estaba mal iluminado. Era un habitáculo cuadrado de suelo un tanto irregular debido a la vejez del embaldosado. Al fondo y a la derecha se encontraban los buzones, algunos llenos de propaganda hasta rebosar. A la izquierda, la única puerta de la planta baja, era la de la portería. Las escaleras, anchas y combadas por el tiempo, ascendían hacia los pisos superiores dejando un gran hueco intermedio desde el que se veían las diferentes plantas del edificio, seis en total. No había ascensor y Carla vivía en el 2º1ª.

Se hizo el ánimo y subió hasta el piso de la víctima. Al entrar no encontró a Bastian en el recibidor. Lo primero que el detective encontró fue un amplio habitáculo con dos grandes ventanales que daban a la calle principal. Estaba desordenado y varios elementos que llamaban poderosamente la atención: cuadros originales en las paredes (de artistas desconocidos) que mostraban desnudos masculinos; una mesa circular, encima de la cual había un cenicero de colores repleto de colillas, varias carpetas apoyadas en la pared y algunos libros y revistas de arte y diseño. Junto a la mesa había un torno para arcilla y, algo más allá, varias estanterías sucias sobre las que reposaban algunas esculturas: bustos de gente, cisnes sin cabeza con las alas extendidas y senos de mujer. En el torno había una masa informe de arcilla, una escultura inacabada.

Escuchó trastear a Bastian al otro lado del pasillo...

 Dos tipos de tabaco...quizas el asesino estuvierá aqui con ella-pensó mientras metia unas muestras de las colillas en una bolsa de plastico. Seguramente podrían sacar algún tipo de adn de la saliva de estas y tener al asesino o si no a un sospechoso. 

Despues registró la casa, alli no parecía que hubiera nada de interés. Se acercó a la puerta y escuchó con la oreja pegada en ella...no escucho nada raro. Volvió a la estantería y rebuscó entre los libros y albumes. Algo debía escaparsele. Por experiencia siempre se encontraban mas de una pista en la casa de la victima, y seguramente, aunque solo fuera por probabilidades, a él se le debía estar escapando una.

"Vale, eso ha sido facil. Deberia estar mas atento a partir de ahora, antes de tener que recurrir bromitas de mal gusto." Una vez en el apartamento, vi ciertos aspectos de la victima a la vista de cualquier extraño, dejando el hecho de que tener tu porno colgado de la pared y llamarlo arte no evita el hecho de que tengas ciertos problemas con tu libido, vi un cenicero que bien podia representar problemas de ansiedad y dependencia, una falta de orden y equilibrio en su vida, una afinidad con su parte creativa representada en sus gustos artisticos, y un cisne con tetas... No estoy muy seguro que representa el cisne con tetas, pero eso es bueno, me preocuparia si comprendiera porque poner genitales humanos en animales decapitados.

-...- Pongo las manos engautadas en los pechos del cisne, y finjo apretarlos.-!Honk Honk¡

De repente oigo un ruido extraño, giro la cabeza preocupado, mientras me llevo una mano a la pistola.

-¿Bastian, eres tu?

 Bastian se sobresaltó al escuchar ruido. Despacio salió de la habitación donde estaba y se encontro con su compañero en el salon.

¡Joder! Me has dado un susto de muerte-le dijo enfadado- ¿que haces aqui?¿Has encontrado algo? Yo he encontrado esto-le dijo enseñandole las colillas de dos tipos- creo que alguien estubo aqui fumando con la victima, tambien hay vino a medio acabar en la nevera. Estaba rebuscando entre los albunes y libros para ver si encntraba algo cuando has lelgado tu haciendo ruido y tocandolo todo.

Bastian negó para si con la cabeza. Ya conocía a su compañer y sabía como era, pero le acababa de dar un susto de muerte. Joder le podía haber avisado o algo...igualmente Bastian sonrrio pues la tension acumulada se había borrado de un plumazo gracias a él.

Dime que sabían algo en aquella tienda...

-No gran cosa, al parecer nuestra chica habia reservado un cd de musica country en la tienda, que curiosamente ha sido robado el disco, dejando la caja atras, y para mayor concidencia, el cd contiene la misma cancion que se oye en el video snuff. Segun mi instinto, la conclusion es evidente, el country apesta, pero mucho.- Saco la caratula del cd del interior de mi chaqueta, y se la paso a mi compañero, el le gustaba mas guardar estas cosas, y de paso clasificarlas y ordenarlas por nombre alfabetico y limpiarles el polvo cada semana.- Podemos hacer una comprobacion de huellas con la botella de vino, las colillas y el cd, si encajan, podremos asumir que el ladron y el asesino son la misma persona. Oye, cuando termines ¿Podemos pasarnos por el bar de enfrente? Necesito despejar la cabeza un momento de todo esto, y tambien te vendria bien, he visto muchos tios con cuero hasta las cejas, ya sabes como los que aparecen en las revistas porno que me ocultas bajo tu cama.- Bromee con una sonrisa.

 Que te den- le digo cogiendo el cd y guardandolo en otra bolsa, pero no puedo evitar sonrreir- Aun no podemos asegurar nada pero...no lo entiendo. Si el asesino y el ladron son la misma persona...¿por que robar un cd de musica, "ese" cd de musica en lugar de cualquier otro? ¿Era un encargo especial?¿Que coño tenia ese cd para que alguien se arriesge a robarlo? y mas si es nuestro asesino...-Bastian se queda unos segundos pensativo y despues niega con la cabeza- Es igual, vamos a dejar esto y vayamos a tomar algo antes de que empiece a pensar en extraterrestres o algo asi...cada vez tiene menos sentido, joder...-dice desanimado.

-Bastian, nos enfrentamos a un psicopata cuyo hobby es grabar personas mientras las tortura hasta la muerte. Creeme, si le encontraras sentido, ahora mismo estarias ingresado en un manicomio, o peor aun, serias un psicologo.- Le pongo la mano sobre el hombro, intentando confortarle como puedo, ambos estabamos jodidos, pero no iba a permitir que nos derrumbaramos tan pronto.- Vamos, te invito yo a esta, me siento generoso despues de haber gastado media paga en una caja vacia, tengo ganas de gastarme el resto en vino barato producido en algun caseron y quedarme ciego. Asi por lo menos tendria una excusa para no ver mas videos en mi vida.

Junto a Bastian, bajo las escaleras, suerte que la tal Carla no vivia en un decimo, y me dirigo al bar de moteros, a emborracharnos, y quien sabe, encontrar alguna pista. Seria todo un encanto que en algun rincon oscuro hubiera algun tipo con la cara cortada, mala dentadura y un pequeño pin idenficativo que ponga "Soy el asesino del video snuff", aunque dudo que sea tan facil.

Una vez reencontrados, los dos compañeros decidieron visitar el bar de motoristas que había justo al lado del portal del piso. Mientras Andrew hablaba con Bastian, los dos policias escucharon un grito en el rellano...

Joana miró a Alanis como si estuviera bromeando.

- ¿Qué crees que necesito? - azuzó la muchacha. En cuanto su vista se posó en Joel, le cambió el gesto. - Vaya, sabía que te iban los negrazos, no sé como lo haces que siempre te llevas a los más cachas. ¿Te cuida bien mi amiga Alanis? - preguntó resuelta aproximándose estratégicamente al de operaciones especiales.

- ¿Y de qué quieres hablar a solas? - le preguntó a la policía mientras le ofrecía un cigarro de su paquete de tabaco.

Los dos policias salieron al rellano y se asomaron por las escaleras. En el pasillo se toparon de bruces con una muchacha pelirroja y algo rolliza que señalaba hacia arriba. Tan solo Andrew vio movimiento en la parte de arriba de las escaleras. Alguien estaba huyendo hacia la azotea.

Alanis sonrió entre orgullosa y avergonzada cuando oyó el comentario de su amiga, en parte tenía razón y eso le hacía sentirse bien -No es lo que parece ...es ... un compañero de trabajo- rió a la vez que obserbaba la reacción del hombre ante la proximidad de la joven prostituta. Hasta el momento, Joel se estaba mostrando demasiado tímido y callado. La situación hizo que la mujer lo observara una vez más, su poderosa espalda, su torso, los brazos ... un cosquilleo volvió a recorrerle el cuerpo imaginando lo que podría llegar a pasar, aunque en seguida apartó la mirada para que Joana no adivinara sus pensamientos, sin creer que lo hubiera conseguido -Quiero preguntarte algo ... quiero hablar sobre un asunto algo delicado con el negro Davidson- dijo comprobando que nadie más la oía -venía a ver si me puedes decir donde puedo encontrarlo y como se las gasta ...-

Me mantengo firme serio profesional, con los brazos cruzados y una posición erguida y solida con el gesto serio, el cual me caracterizaba, pues rara vez cambiaba el semblante y más aún en horas de trabajo. Posé mi mirada en la prostituta tras haber dado un estrategico vistazo a nuestro alrededor, en lugares así uno nunca podía relajarse, entonces observe a la muchacha más detenidamente pero sin ser descarado, había qué reconocer que era una chica bonita, con buena figura, pero las prostitutas no eran mi tipo, después observe tambien a Alanis que obviamente a ningun hombre se le podría escapar el mirar a una madurita tan atractiva lo cierto esque depertaba en mi un interes algo fuera de lo común pero prefería mantenerlo en mi cabeza y concentrarme en el trabajo.

Finalmente miré de nuevo a la prostituta, le conteste serio y sin descruzar mis brazos -No me quejo, es una compañía muy agradable -Digo mostrando una pequeña sonrisa apenas apreciable sino fuese porque, al ser un tipo tan serio esos pequeños gestos se notaban a leguas

Tras esto volví a mirar a nuestro alrededor, para cercionarme de que todo estaba en orden.

-!Bastian, por ahi¡

Persiguiendo la figura misteriosa que habia escapado por las escaleras, subi lo mas rapido que pude por los escalones, un gran fallo, que pague tropezandome con mis pies como un pato idiota y comiendo literalmente un escalon, sobra decir que el frio granito del suelo es el peor dentista y mas dolorosamente sadico que me he encontrado hasta ahora. Me levante como pude, y segui corriendo con la mano en la boca, me dolia y juraria que empezaba a saborear sangre, pero mi mente esta enfocada en perseguir a mi presa. Al final llego al ultimo piso, la azotea, esta acorralado, extasiado cruzo la puerta, y me encuentro con un gran rival, oscuridad, y nadie a la vista.

-!Policia, salga donde le pueda ver con las manos en alto¡- Dije nervioso, sudando y con las manos agitandose, mientras saco una pistola y un movil para alumbrar, sigh, ojala me hubiera traido linterna.-!No me obligue a disparar¡

"No lo veo ¿Donde esta?¿Espera, y si esta en mi espalda?¿Armado?¿Bastian, porque no esta aqui?¿Le oigo caminar, esta detras mia? No, espera, eso es mi corazon palpitando." Es curioso, como incluso el mas entrenado agente, puede derrumbarse por un poco de oscuridad, y aun mas, despues de ver los videos. Si era el asesino, y me pillaba desprevenido ¿Me convirtiria en una de sus victimas?¿Años de entrenamiento, acabados en que me graben en pelotas mientras me las cortan?!Ni de coña¡

-!SALGA AHORA MISMO¡

Bastian no tuvo tiempo de reaccionar, su compañero Andrew salió disparado hacia arriba, mientras que el sargento solo tuvo ojos para la mujer que señalaba hacia arriba. Rojo. No solo rojo era su cabello, también la sangre que chorreaba por su cuello. Estaba herida. Y aún así, tenía fuerzas suficientes para seguir señalando hacia arriba, justo por las escaleras por las que Andrew subía.

Cuando su mirada se cruzó con la de Bastian, se desplomó justo a sus pies, débil por la pérdida de sangre.

- Salió de las sombras... Tiene... un cuchillo... - balbuceó.