Partida Rol por web

- "¡Bien hecho! Si el viejo Cho está viendo esto espero que no se le pare el corazón. De ser así puede que pronto le veamos por aquí también..." -

Avanzaba rápido, pero desconocía si era lo suficientemente rápido. Ellos, mis asesinos, seguirían campando a sus anchas por Minas de Jade mientras se emborrachaban y carcajeaban de la estupidez de los guardias por no haber sido capaces de descubrirlos todavía. Pero yo los conocía, yo había visto su verdadera forma y era el único que sabía quiénes eran. Yo debía detenerlos.

- ¿Ya está?- dije tras soltar un gruñido al ver como bromeaba sobre la muerte del anciano Cho, aunque también había algo de impaciencia en él.- ¿Podemos seguir…? Sifu.

- "Oh, no me juzgues con severidad, discípulo mío. No le deseo ningún mal al viejo Cho. Su lealtad y devoción a la Escuela del Halcón le honran. Estoy seguro que cuando pase a la otra vida seguirá cumpliendo con sus deberes, aquí en el Halcón Negro.

Es gracioso ese gesto tuyo, una vez tuve un nieto que gruñía igual y ponía la misma cara cuando le mandaba un entrenamiento desagradable. Su padre era demasiado blando con él. Mis métodos siempre fueron más arduos.

Bien, a partir de aquí, la Senda de la Arcilla Antigua se bifurca en tres senderos. Uno permite convertir la Luz de Pantano en un verdadero fuego fatuo capaz de atraer a los vivos. Otro permite animar un cuerpo débil hecho de desperdicios que encuentres por ahí, en el mundo físico. El tercero crea un cuerpo sólido hecho de Esencia, que puede ser visto, puede hablar y puede mover los ojos, aunque está completamente inmóvil e indefenso.

El último puede parecerte poco útil, pero conduce a otros Arcanoi que permiten crear cuerpos sólidos capaces de moverse y de interactuar con el mundo físico. Los otros dos senderos no tienen continuidad, aunque pueden ser útiles a su manera.

¿Deseas aprender alguno de los tres?" -

“Un nieto suyo...Debe estar tan muerto como el abuelo.” Meneé la cabeza librándome de aquel inútil pensamiento. Para mí no tenía la menor importancia, tan solo importaba el entrenamiento y el escaso tiempo que tenía para completarlo. “Y los Yomas, sobre todo los Yomas…”

Sopesé las opciones que el anciano me daba. A lo de las lucecitas no le di ni la menor oportunidad. Era un truco estúpido e inútil, de nada servía contra los monstruos que poblaban el mundo. Por un instante dudé sobre el cuerpo hecho de desperdicios, pero tan pronto me di cuenta de lo deshonroso que resultaría hacer uso de las enseñanzas de la escuela en un cuerpo de chatarra, lo deseché.

- El del cuerpo- respondí.- El Arcanoi que me permitirá tener un cuerpo. No me importa que el camino sea más largo mientras me lleve a donde quiero.- Aunque no estaba muy seguro de tener tiempo suficiente para recorrerlo.

- "De acuerdo, discípulo mío. Este es un poco más difícil. Tienes que condensar la Esencia oscura del Inframundo y redirigirla hacia las tierras vitales de la Creación, como si fueran grumos engañando a un tamiz. Es difícil pasar los grumos al otro lado, y más difícil todavía condensarlos allí en una forma física y sólida.

Los muertos no necesitamos respirar, pero la Esencia se respira, y el Calendario de Setesh facilita mucho las cosas, pues permite que el tiempo pase y la Esencia circule.

Así que lo primero es inspirar Esencia y acumularla dentro de ti de esta forma. Después extiendes los brazos así. Fíjate en la posición de los dedos, es como si sostuviese un gran manto hecho de gelatina. Y ahora lo arrojo gentilmente al otro lado, así.

Ahora prueba tú." -

- "Asombrosa capacidad para el dominio de la Esencia. ¿En vida ya eras capaz de hacerlo? Debiste ser un Maestro Garra de Halcón especialmente Iluminado.

Yo tardé años en adquirir una soltura que en ti parece algo natural." -

El Halcón Anciano se queda mirando el oscuro cielo nocturno y las extrañas estrellas apagadas.

La paciencia de los Muertos es proverbial.

La respuesta a la pregunta del anciano era muy sencilla, aunque tan solo en apariencia. Sí, había conseguido dominar la Esencia, pero no había llegado a ser un verdadero Iluminado. Un verdadero Iluminado no habría muerto como yo lo había hecho, como una rata en una caverna que apestaba a muerte, atacado por dos patéticos Yomas… Podría haber sido más, mucho más pero en vida el orgullo me había cegado.

- “Aunque la culpa es de los Yomas”

- Cuando era Maestro Garra de Halcón sí, pero ya no lo soy- respondí finalmente.- Ahora tan solo soy Halcón de Sombras. Un muerto…- escupí con rabia.- ¿Seguimos? Sifu.

- "Creo que el Arcanos que precisas es el Nacimiento del Maestro Perfeccionado, pero es un Arcanoi avanzado que consumirá durante un tiempo tu capacidad de aprendizaje.

Creo que has agotado tu vitalidad de Muerto reciente. A partir de ahora notarás que te cuesta mucho más aprender cosas nuevas. Los Muertos somos seres estáticos." -

Otra desventaja más. Nunca me habían molestado demasiado, había sido educado para creer que la única manera de mejorar era con obstáculos que se debían superar. Muchas veces el obstáculo había sido mi propio cuerpo, y para fortalecerlo había necesitado ejercicio, tiempo y esfuerzo. Lamentablemente en esta ocasión no estaba seguro de disponer de tiempo.

- No me importa cómo se llame, solo que sea lo que preciso. Sifu.- añadí al percatarme de que quizá sonaba demasiado tajante.- Estoy dispuesto y listo para aprenderlo. Ahora, lo del tiempo… ¿Cuánto tiempo?

- "El Nacimiento del Maestro Perfeccionado crea un cuerpo físico que es una versión idealizada de ti mismo cuando estabas vivo. Sería un cuerpo más fuerte y resistente, sólo que aparecería en la Creación desnudo y desarmado.

Alternativamente tenemos el Nacimiento de la Forma Guerrera, que crea en la Creación un cuerpo exactamente igual que el que tenías en vida, pero que se materializa con una armadura puesta y con un arma en la mano.

Este último poder tal vez puedas aprenderlo deprisa haciendo acopio de los restos de las energías de venganza que todavía te embargan, producto de tu muerte y la rabia que generó.

Después de eso, probablemente tengas que ir a la Creación y cosechar algunas victorias antes de poder volver a mí para aprender más." -

Si era así, si aquel “truco” lo aprendía rápidamente, podría salir de aquel infierno gris en cuanto terminase para cumplir mi venganza. Notaba mis puños tensos, deseosos de golpear hasta la muerte y después de ella a los bastardos que me habían hecho aquello, a los engendros que me había enviado a aquel lugar.- “A los Yomas que me han arrebatado la posibilidad de convertirme en el más grande de los Dorados.”

El sabor de la derrota era amargo. Cada cinco años había sido derrotado y apaleado, así que lo conocía bien. Aun así nada era comparable a la sensación de que me arrebatasen vida, la sensación de que con un simple golpe destruyesen un futuro tan brillante como el que me había esperado. Por su culpa ahora estaba condenado a vivir en un mundo de sombras, apartado de los vivos, olvidado…

- “Cualquier cosa para destruirlos. Cualquier cosa para matarlos.”- Maestro Garra de Halcón había muerto; ya no me regía por las normas de los vivos, por sus códigos. Estaría en igualdad de condiciones con los monstruos que me habían hecho aquello.

- El Nacimiento de la Forma Guerrera entonces, sifu. Rápido.

- "En este poder debes de volcar todo lo aprendido anteriormente. El Velo del Durmiente es un buen ejercicio, pues permite crear un cuerpo sólido, aunque inmóvil.

Ahora buscamos una materialización física completa. El volumen de Esencia del Inframundo que ello requiere es mucho mayor, como también la capacidad de concentración y la fuerza de voluntad. Es más que un acto de fe, más que un acto de creación, es un nacimiento.

Recuerda como has creado el Velo del Durmiente, y ahora impulsa a través de tu ser una cantidad todavía mucho mayor de energía...

Así, concéntralo todo. Y ahora, inténtalo..." -

- "Una vez más has demostrado tu capacidad para el dominio de la Esencia. Bien hecho discípulo.

Creo que esto es todo cuanto puedo enseñarte por ahora. Vuelve en otro momento, más adelante, cuando te sientas dispuesto a aprender más.

Recuerda que en la Creación el uso de estos Arcanoi resulta agotador. Comprobarás que tus energías merman muy deprisa y que te resulta complejo reponerlas. Deberás intentar mantenerte cerca de aquellas cosas que te importan tanto como para aceptar voluntariamente continuar esta gris existencia como uno de los Muertos." -

Había terminado, por fin. Ya me faltaba tiempo para poner en práctica lo último que había aprendido, para hundir mis puños en los monstruosos rostros de mis asesinos. Pero primero debía escapar de allí, regresar a la Creación y al lugar en el que había sido asesinado.

- “Minas de Jade. Los borrachos… Los Yomas ”

- Lo recordaré Anciano.- Con creciente impaciencia eché un vistazo a mi alrededor, a aquel oscuro reflejo de la Escuela de Maestro Garra de Halcón. Buscaba la salida de la que me había hablado, la puerta que me permitiría cobrarme mi venganza.- Ahora dime cómo regresar al mundo de los vivos. Sifu- añadí.

- "Sígueme, pues, mi discípulo." -

El viejo fantasma te guía por el interior de la Escuela. Todo te resulta extraño y familiar a un tiempo.

La distribución interior es casi igual a la Escuela del Halcón, en el pueblo del Halcón Rojo.

Finalmente te conduce a una alcoba que conociste bien, pues en ella agonizó durante un año alguien que te era muy querido, debido a haber recibido una mortal paliza por parte de unos Inmaculados.

- "En este lugar, un Maestro de la Escuela del Halcón sufrió largamente antes de morir. El centro de la cama es un conducto que comunica con la tierra de los vivos. Debes recostarte en ella y concentrarte en la Creación para traspasar el Velo." -

Me quedé observando largo rato el lecho nada más verlo. Lo conocía bien y aun mejor conocía al hombre que había yacido allí agonizando durante demasiado tiempo. En su tumba le había hecho una promesa, justicia para devolver todo su esplendor a la Escuela. Pero la justicia había fallado y las gentes del reino seguían siendo engañados por las ponzoñosas palabras de los Inmaculados.

Una promesa más incumplida, otra mentira que manchaba el nombre del hombre que había sido en vida. Debía poner solución a aquello de igual manera que debía acabar con la vil existencia de todo Yoma.

Miré al Anciano pero no dije nada. Aquello no había conseguido más que aumentar mi impaciencia por dejar aquel reino de sombras.

Asentí y me senté sobre la cama primero, todavía saboreando tan amargos recuerdos. Luego me recosté con contrición mientras enumeraba las promesas que no había cumplido. Por último cerré los ojos y me concentré en la Creación. Pensé en ella, en cómo la había conocido, en cómo era, aunque la rabia no tardó en hacer que todo se difuminara en un caos de sonidos, formas y colores. Aun así pude ver con meridiana nitidez los desconocidos rostros de los enemigos que me aguardaban.

- Por ellos estoy aquí. Por ellos regreso. Puede que Maestro Garra de Halcón haya muerto, pero con Halcón de Sombras tampoco estarán a salvo.

- "Podrás ir y venir desde el mundo de los vivos desde este lugar, aunque no sin cierto esfuerzo.

Concéntrate, Halcón de Sombra, concéntrate como yo te he enseñado.

Buena suerte en tu viaje." -