Partida Rol por web

MAZO:

- Buena parte de lo que se está diciendo en la mesa te parece absurdo.

- El humano habla de acudir a las autoridades... ¡Qué iluso! Los eunucos desbandaron hace años el ejército regular para evitar un posible golpe de estado y para embolsarse entre ellos las pagas de la soldadesca. La milicia y el Alguacil no harán nada, ni siquiera querrán creer a la muchacha. El Regente no le concederá audiencia, y si lo hace sólo tendrá palabras vanas y vacuas para ella, pero nada de ayuda real.

- Esta muchacha no tiene a nadie a quien acudir, a nadie. Y la insistencia del monje del Dragón de saber más, también es una necedad. ¿Qué más hay que saber? El hermano de la muchacha se ha convertido en un monstruo, ha matado a los padres y ha incendiado la hacienda familiar. Si es un monstruo puede que no muera de un solo golpe de tu arma, puede que por fin sea un desafío interesante, que luche un poco antes de morir aplastado como un gusano bajo tu poder.

- Y si alguno de los otros te acompañan para ver cómo lo haces, mejor, más fama y gloria para Martillo Blanco.

La joven muchacha había continuado contando su historia seguramente por las palabras del lord carroñero, que con todo el tacto con el que podía la alentaba a continuar hablando. Ante sus palabras eché el vaso hacia delante extrañado y giré la cabeza con descaro para poder escuchar con mayor facilidad el relato. El trauma no podía ser más reciente y de ahí la confusión con la que en algunos momentos hablaba, pero tras la confusión se veía con claridad el terror causado por la truculenta escena que describía con el hermano que no era más hermano y sus manos manchadas de sangre.

No puedo decir que están muy acertados en sus palabras. La verdad, es que la mitad de lo que estoy escuchando de sus bocas no son más que sandeces o estupideces. ¿Qué se necesita para ir a buscar a ese monstruo y sacudirlo un poco? Quiero decir, no es que a mi me interese mucho el bienestar de la señorita, que por cierto, es muy bella, pero... uno no tiene la oportunidad de matar un monstruo de algún infierno del Yomi en esta época.

Y creo que esta es mi oportunidad.

- Habláis demasiado. -

Mazo levantó la mano, gesto poco extraño en él, y carraspeó un par de veces antes de vovler a hablar.

- La solución es sencilla, dulce dama. Simplemente, decidme dónde se encuentra esa casa y yo mismo me dirigiré a ese lugar para demostrarle a ese demonio de ojos de fuego lo que vale un costal de arroz. - Dijo el enorme hombre con el Mazo blanco a su espalda. - Sencillo y rápido. Con un par de golpes le aseguro que no le molestará más y además, vengará a sus padres. -

El hombretón cogió una taza de licor y se la bebió de un sorbo, al mismo tiempo que se incorporaba en la mesa y sonreía a los presentes.

- ¿Alguien quiere acompañarme para darme una mano o mirar como lo hago con mis propias manos? -

Miro a los presentes, las lágrimas aún ruedan por mis mejillas.

Mi casa está en el Arrozal Uno, estaba... ahora no... no queda nada... o poco... es un día de camino, hacia el este, por el camino principal.

Bajo la mirada de nuevo a mis manos.

Estoy sola, no tengo más familia, nada... mi hermano... Cierro los ojos. No se qué le ha pasado... no se... es la única familia que me queda... los criados... no se... los perdí, murmuraban cosas, todo el camino... Suspiro, niego ligeramente, mirando mis manos que aún tiemblan. No puedo acudir a ninguna autoridad, sólo para que... me traspasen la propiedad... creo... no se... debería volver a casa, pero tengo miedo, me dijeron que... que debíamos venir aquí, para ver cómo hacerlo con el magistrado, yo soy la única que queda... no.... está Bambú...

Niego de nuevo, estoy confusa, no se qué tengo que hacer, no me gustaba lo que susurraban, decían algo de denunciar, no se por qué, intentó matarme, lo hizo, lo vi en sus ojos. Me seco las mejillas con la manga del kimono.

No se...

Patán miró a Riqueza un segundo. Él era muy sabio y sabía bastante de estos temas, y con lo que había compartido con él Patán también podía hacerse una idea de la posible naturaleza de lo que la atacó.

- Señorita Dulce Loto, comunicar lo acontecido a los magistrados es importante, pues huir os hará parecer culpable. Y habiendo encontrado estos gentilhombres dispuestos a escoltarla y responder por usted no tendrá ningún problema. Sería terrible que después de perder a vuestra familia y vuestra casa, perdierais también el honor y las tierras. Después podemos ir a investigar el lugar donde sufristeis el ataque.

Patán miró a Riqueza nuevamente. Plantear la denuncia podría tener un problema, y es que hiciera demorarse mucho y se enfriaran las pistas que pudiera haber en ese lugar.

RIQUEZA EFIMERA:

- Por una vez las palabras de Patán Sabio tienen bastante sentido.

- Miras por un momento a Emisario del Dragón, él es abogado y sabe de leyes, podría resolver cualquier fleco con las autoridades mientras el resto viajáis a donde ocurrieron los hechos en busca de pistas. Puede que dividir el grupo sea una buena idea en este caso.

- Nunca se habla demasiado cuando se dicen las palabras adecuadas a cada situación, joven e impaciente muchacho - dijo Riqueza a modo de respuesta al comentario de Martillo Blanco -. Pero no te falta razón en lo que afirmas. Ni a mi querido Patán, que hoy muestra un acierto sin parangón en sus actos y afirmaciones. Mmm - murmuró pensativo atusándose la perilla -. Sin embargo, si algo me ha enseñado la vida es que un sombrero de paja no tapa dos cabezas al trabajar en un arrozal.

Riqueza se tomó unos segundos para pensar. Tomó la tetera para rellenar su taza de porcelana con una nueva dosis de té caliente y observó el fino caudal de la infusión cayendo. Una última gota dibujó ondas concéntricas que golpearon suavemente contra el fino borde.

- La muchacha necesita ayuda. Tanto aquí en la ciudad como en las tierras de sus padres - señaló bebiendo un pequeño sorbo -. Aquí, su causa deberá ser defendida para que las propieddes de su familia queden salvaguardadas. Y creo que la jornada de hoy me ha servido para observar a un joven decidido y sabio, comedido en sus palabras pero oportuno en sus afirmaciones, como para poder afirmar que, si se ofrece a ello, podría defender la causa de Dulce Loto ante las autoridades. Emisario del Dragón, ¿estarías dispuesto a llevar a cabo tal labor de defensa de los derechos y del honor de esta joven doncella? De otra parte, veo a un hombre fuerte y decidido, de poderosa musculatura y grandes armas capaz de investigar qué ha ocurrido en las tierras de la familia de nuestra Dulce Loto. Y además, dispuesto a la pelea contra un enemigo desconocido - señaló con un guiño de diversión -. Sin embargo, es un enemigo extraño, de ojos rojos y garras en vez de manos. Quizás tu fuerza, aunque grande en apariencia, resulte insuficiente. Quizás, otro guerrero, el Maestro Garra de Halcón, que nos escucha sin disimulo alguno y que no dudo me oye perfectamente, podría añadir sus artes a esta justa causa. Confío en que pronto nos dé una respuesta - dijo mirando directamente al Maestro con un sardónica sonrisa -. Por mi parte, lamentablemente, no soy un guerrero, pero te acompañaré Martillo, al igual que lo hará Patán. Ahora, solo faltan la aceptación de nuestros contertulios y la aprobación de nuestra joven dama - concluyó mirando a la muchacha y haciendo una leve inclinación de cabeza en su dirección.

EMISARIO DEL DRAGON:

- Como se suele decir, Riqueza y Patán "oyen campanas, pero no saben ni su origen ni su significado".

- Tú eres probablemente el mejor abogado, experto en leyes y en burocracia de todo el reino. Por lo menos sabes perfectamente cómo funcionan las cosas y cuáles son los usos y costumbres.

- En primer lugar, si los padres de Dulce Loto han muerto en un incendio, es muy fácil argumentar muerte accidental. El heredero natural es siempre el hijo varón, tanto si es mayor (con más razón) como si es menor.

- Para desheredar al hermano de Dulce Loto, Bambú, hay que demostrar que es un asesino y/o que es un demonio. En cualquier caso se necesitan testimonios de personas con una reputación asentada y sólida. Por ejemplo, un informe del Alguacil de Arrozal número uno acerca de la culpabilidad de Bambú como asesino o de su identidad como demonio sería una prueba sólida. La conformidad del Administrador del Arrozal para que el marido de Dulce Loto pueda heredar es otro documento escrito necesario.

- Esto es importante. Una mujer no puede heredar tierras por sí misma (tan sólo joyas, vestidos y, en ocasiones, dinero). El heredero de tierras, fincas y otras propiedades ha de ser forzosamente el marido. Será necesario casar a Dulce Loto con un marido conveniente para lograr que pueda heredar las propiedades familiares.

- Acerca de las pruebas y testimonios: Los testimonios se consideran más importantes que las pruebas materiales. Los testimonios oficiales de autoridades se pueden presentar por escrito, siempre que se redacten en forma oficial y lleven sello y firma. Las pruebas materiales pueden ayudar. Una cabeza cortada de demonio acompañada de una declaración por escrito del Alguacil local, debidamente rubricada, puede ser tenida en consideración.

- En cualquier caso, plantear un caso como este sin testimonios ni pruebas no tiene sentido. Primero es necesario construir el caso.

- Acerca de los testimonios: El testimonio de una mujer o un niño no tienen valor. En ocasiones se acepta el testimonio de una mujer noble de alta posición, pero siempre valdrá menos que la de un hombre con posición. El testimonio de un loco, tonto o borracho no tiene valor, tampoco el de alguien tan pobre que no tenga casa ni familia. El testimonio de un padre de familia, vale más que el de un hijo u otro hombre más joven. El testimonio de un campesino vale menos que el de un terrateniente, sea este noble o no. El testimonio de un noble con riqueza e influencia es siempre mejor que el de cualquiera, exceptuando el testimonio debidamente sellado y rubricado de la autoridad.

Las pruebas circunstanciales, la lógica y otras pruebas apenas tienen valor en comparación con los testimonios directos. Las pruebas materiales son útiles si apoyan el sentido de un testimonio.

- Una confesión de culpabilidad firmada es un tipo excelente de testimonio.

- Conseguidas las pruebas, testimonios y documentos oficiales, se podrá presentar el caso ante el Tribunal. Se necesitan recursos para litigar, para un caso como este al menos un Shekel, pero mejor una Mina.

- El documento de matrimonio también será necesario. Para que una mujer de cierta posición social pueda casarse, debe hacerlo con alguien de igual o similar posición (Maestro Garra de Halcón sería un posible candidato de conveniencia ideal). Dicha boda debe celebrarse con un mínimo de boato y lo normal es que se celebre en el pueblo donde la pareja vaya a establecerse (Arrozal número uno). El coste de una boda así puede ser fácilmente de 1 o 2 Minas. El coste del documento matrimonial probablemente sea de un Shekel. La boda debe oficiarla un Alguacil o el gobernante local, sus honorarios son al menos 4 óbolos.

- Es toda una inversión, considerando que las propiedades de Dulce Loto probablemente no volverán a ser productivas hasta dentro de un año o dos.

MAESTRO GARRA DE HALCON:

- No te parece necesario que ese puñetero monje se inmiscuya en este asunto.

- Tu amigo Niom Ong Yu puede perfectamente iniciar el papeleo, que sin duda será largo y complejo. Para empezar deberá de conseguir copia de las escrituras de la propiedad, en el Registro de Wu-Chia. Ver que estén libres de cargas y si existe un testamento. Él es letrado y sabrá qué hacer.

- Por otra parte si Bambú, el hermano de Dulce Loto, es el asesino de los padres de ambos, va a ser necesario demostrarlo y conseguir pruebas de alguna clase. Sino, el heredero legal será él, incluso sin testamento.

- No eres capaz de explicarlo, pero sientes algo especial cuando miras los ojos de Dulce Loto. No es enamoramiento ni ninguna niñería por el estilo. Es simplemente... paz. Una sensación de calma y sosiego que hacía muchos años que no experimentabas. Sabes que algo así es extraordinariamente valioso, y que debe de ser protegido a toda costa.

Cuando Riqueza Efímera mencionó sin reparos mi descaro, lejos de apartar la vista continué mirando a los integrantes de la mesa desnuda ya de comida. En el camino me topé con los tristes ojos de la joven dama y quedé por un momento en calma. Si alguien merecía ayuda era ella, que aun sin nada y embargada por la pena era capaz con un simple gesto de aliviar algunas de las heridas de mi alma.

Bajé la vista no creyéndome merecedor del bálsamo que me proporcionaba. Unos segundos me tomó ordenar las ideas tras los que me puse en pie y acerqué a la mesa.

- Si he permanecido atento ha sido porque, como dije, estoy dispuesto a ser de ayuda si se me necesita y quizá en este caso pueda ser de utilidad. No tengo dudas de que Emisario del Dragón podría defender los intereses de Dulce Loto, más teniendo en cuenta que esta vez lo haría por una causa justa, pero sus “habilidades” no son las que se precisan. Mi consejo es que si el asunto a tratar es de leyes no hay nadie mejor para trabajar en él que un letrado. Conozco a uno, buen amigo de mi maestro y creo que mío también, cuyo consejo ignoré para mi desgracia. Él sabrá qué hacer si lo deja en sus manos, Dulce Loto. Ahora, por lo poco que sé de leyes, lo único que el resto podemos hacer es buscar pruebas de que el responsable de la tragedia es… - un momento de silencio reservé para volver a mirarla, pidiendo permiso para decir algo que podía dañarla. – … su hermano. Si no, no hay nada que se pueda reclamar a la justicia.

Patán Sabio se expresó contento.

- Garra de Halcón sensei, qué bien que por fin se haya unido a nosotros. Seguro que vuestro amigo magistrado podrá asesorarnos.

RIQUEZA EFIMERA:

- Ahora ya es por la tarde, demasiado tarde para salir de viaje.

- Si salís mañana hacia Arrozal número 1 tardaríais algo menos de un día por carretera. Si salís temprano en tu barcaza podéis llegar allí cuando todavía haya sol.

Mientras a mi alrededor hablan, intento controlar el temblor de mis manos, para levantarlas y coger la taza de té que está sobre la mesa, necesito beber un poco, doy un sorbo pequeño, está tibio, otro sorbo, suspiro mientras escucho a mi alrededor las ideas de estos desconocidos. Niego ligeramente.

No se cómo podría agradecer lo que van a hacer...

Mi mirada gira, cuando hablan del otro monje, el que está en esa otra mesa, nuestras miradas se cruzan, ladeo ligeramente la cabeza, porque tan sólo esa mirada, de lejos, me calma un poco, no aparto la vista cuando se acerca, hasta que me doy cuenta de que eso es descortés y la bajo a la taza.

Yo no podría pagar a un letrado, ni a nadie... ni siquiera estoy segura de poder pagar la habitación... el dinero lo llevaban mis criados... creo... nunca he tenido que preocuparme por esas cosas... no se qué tengo que hacer ahora. Niego de nuevo levemente. ¿Pruebas? ¿Qué pruebas? Yo se lo que vi, los criados le vieron huir... mi palabra debería bastar... no, no soy culpable de nada, sólo de... sobrevivir.

Bebo un poco más de té, no entiendo por qué estos desconocidos me quieren ayudar, puedo entenderlo del monje, al fin y al cabo ellos hacen estas cosas, pero ¿el resto? No lo se, pero no puedo pensar con demasiada claridad. Poso suavemente la taza en la mesa e inclino mi espalda hacia delante.

Muchas gracias.

- Mmm, no debes preocuparte por el dinero, muchacha. Tengo algunos ahorros, no demasiados pero sí como para cubrir ciertos gastos. Y una vez asegurados tus derechos sobre las propiedades familiares ya me lo devolverás. Mi riqueza es efímera - dijo riendo suavemente -, pero ello no quiere decir que renuncie a ella.

Guardó un prudente silencio, permitiendo que sus palabras calaran en la conmocionada Dulce Loto, mientras pensaba en lo que estaba por venir y en la respuesta de Emisario que aún no llegaba.

- Conozco la región. Viajar ahora, que ya es de tarde, sería imprudente y no tiene mucho sentido. Hasta los arrozales del este nos separa una larga jornada de un día. Sin embargo, cuento con una barcaza que podría ahorrarnos un buen tiempo. Saliendo mañana temprano, alcanzaríamos los linderos de los arrozales bastante antes de la puesta de sol.

Emisario del Dragón había escuchado todo y a todos durante esos instantes en los que todos hablaron y se ofrecieron para ayudar a la joven muchacha. El recapacitó sobre lo que ella había contado, sobre las intenciones de los demás, sobre la verdadera realidad de lo que tenían entre manos y sobre las posibilidades que tenía la muchacha en el duro mundo en el que se encontraban. Sobre la verdadera naturaleza de Bambú.

Miró al techo, a las vigas de madera que se entrecruzaban, madera que había visto pasar a mucha gente como ellos, que había escuchado cientos de historias. Arrugó casi imperceptiblemente el ceño cuando Garra de Halcón habló cerca de la mesa, pero no dijo nada a sus palabras.

-Muchacha, no debes preocuparte por el dinero, no te faltará de nada mientras los que estamos en esta mesa podamos proporcionártelo. No debe preocuparse por el letrado tampoco, yo me ocuparé de esa tarea cuando sea necesario -dijo mirando a Ríqueza Efímera y dando su consentimiento al encargo que el hombre le había lanzado y que realizaría gustoso- pero ahora no es el momento de acudir a la justicia, a ella tendremos que ir cuando podamos hacerlo. Dulce Loto, su palabra necesita de pruebas y estas tendremos que encontrarlas, nosotros con su ayuda si usted así lo desea. Tendremos que volver a sus tierras, a su casa, a buscarlas allí. Solo después de que las encontremos podremos ir a defender su causa. Es así como funciona la ley, con pruebas o con el testimonio de alguien importante, el Alguacil por ejemplo, ya hablaremos con él, no se preocupe por esos detalles ahora mismo.

Emisario hizo una pequeña pausa intentando no aturullar a la muchacha con una descripción de todo lo que tenían que buscar y encontrar antes de poder acudir a las autoridades con su caso. Tampoco era momento para decirle que la palabra de una muchacha no tenía ninguna validez ante un Tribunal.

-Descansemos, tal y como sugiere Ríqueza Efímera. Mañana se verán las cosas mejor con la luz del nuevo día. Pero antes, una pregunta muchacha ¿tienes algún familiar cercano por estas tierras? ¿otro hermano, algún tio...marido?

La pregunta buscaba intentar avisar a alguien de su familia para que ella estuviera más tranquila y tambien buscaba definir la situación de la muchacha en esos momentos. Si estaba realmente sola, la cosa se podría complicar bastante más de cara a su situación.

- ¿Descansar? ¿Quién necesita ahora descansar? Vamos, amigos, no podemos dejar pasar esta oportunidad. Además, si mañana salimos temprano, ¿cuando llegaríamos? ¿Al despuntar el Alba? Ese engendro demoníaco ya podría estar en la otra punta de la Creación en ese momento. No, tenemos que partir ahora mismo, y cogerlo lo antes posible. - Dijo Mazo completamente decidido. - No quiero que penséis que me gusta combatir por combatir, lo cual es verdad, o que soy un verdadero imprudente. Lo que os quiero hacer entender, señores, y bella dama, es que no podemos perder el tiempo descansando, no cuando hay un destripador suelto por esas tierras. ¿A cuantos más puede estar ahora mismo masacrando? ¿Lo dejaremos campar a sus anchas? -

La verdad era que Mazo estaba listo y dispuesto para salir ahora mismo, y si era necesario, corriendo hacia el lugar de dónde prodecida la muchacha.

¿Cuanto podiá tardar? 

¿Horas? ¿Medio día?

Pero era tiempo ganado.

Después, una vez reconocido el terreno, ya podría descansar para preparar el ataque...

- Amigos, no debemos dejar pasar ni un minuto, si la idea es coger a esa criatura. -

- Si salís ahora, por la tarde, navegando llegaríais mañana por la mañana. Andando sería mañana a mediodía o algo más tarde.

- Por favor, acepten la invitación de Riqueza Efímera de salir mañana. La barcaza es la forma más cómoda y rápida de viajar para todos. Y Dulce Loto, sobre todo, necesita descansar y no podemos pedirle que vuelva andando hacia su hogar.

Para todos menos para Patán Sabio, quien tendría que tirar de la barcaza desde el margen del río, con el riesgo de acabar él mismo en el agua. Pero estaba acostumbrado a esas cosas, a tirar de la barca y a servir en general. Por otro lado, viajar de día era mejor para él pues el sol le ayudaba a recargar.

- Eso espero.- respondí con una leve inclinación de cabeza al automatón, pero Emisarió del Dragón no tardó en volver a intervenir.

¿Por qué el maldito monje tenía que estar metiéndose en todo? Vanidad tenía que ser pues lo que la joven dama requería era un letrado, alguien que se encargase de todo el papeleo en la capital, alguien que buscase entre papeles polvorientos los títulos de propiedad -y en caso de que hubiese, testamento- y que además iniciase los procesos necesarios para reclamar la herencia. Él lo único que podía hacer era contribuir con su charlatanería y alguna pretendida dádiva.

Tenía intención de habérselo dicho tal cual a la cara, pero ante la presencia de Dulce Loto preferí callar. Temía que la frágil paz que inspiraba se quebrarse con la brisa y el resentimiento que guardaba al monje se parecía más a una tormenta.

- Creo que debemos confiar en el criterio de Dulce Loto, ha sido lo suficientemente fuerte como para llegar hasta aquí ella sola. Si está cansada lo más adecuado será que pase la noche aquí, pero si se considera preparada no creo que sea necesario demorar más nuestra partida. Sea como sea es su decisión.- añadí dirigiéndome directamente a ella.

- ¿Quién necesita descansar? Ah, la juventud que no ve impedimentos cuando de lo que se trata es de satisfacer las propias ansias - dijo Riqueza con una gran sonrisa -. Yo mismo necesito descansar, pero aún más lo necesita Dulce Loto. El sueño alivia las cabezas que aún se traban en cierto litigio, los músculos agarrotados por cargar con una pesada arma o los males y pesadillas que nos atenazan durante el día. Necesitamos descansar, dormir y, muy especialmente, no actuar con negligencia ni imprudencia - dijo Riqueza tras dar un último sorbo a su taza de té -. No es buena idea navegar de noche. Los bajíos y bancos de arena son traicioneros y si durante el día exigen de toda mi atención, por la noche, incapaz de verlos, me arriesgo a un accidente que echaría por tierra el ahorro de tiempo que propongo a los aquí presentes. No, zarparé mañana a primera hora junto a mi buen Patán, apenas despunte el sol y tras haber hecho una pequeña ofrenda que garantice una buena travesía por el río. Pero no quiero que nadie piense que impongo mi criterio. Si alguien desea partir esta noche y agotarse durante el viaje para que cuando deba enfrentarse a cualquier peligro, se halle cansado y sin fuerzas, puede hacerlo. Pero quiero hacer un apunte. ¿Qué buscáis? ¿Ayudar a Dulce Loto o satisfacer las propias ansias de aventura y pelea? Pensadlo y obrad en consecuencia.

Riqueza Efímera agitó la tetera suavemente comprobando con un gesto compungido que estaba vacía.

- Posadero, una nueva tetera si eres tan amable.