Partida Rol por web

Exaltado. - Episodio Uno: Los veintidós demonios.

Reino de Wu: 3) Arrozal Número Dos.

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03/11/2011, 10:07
Dulce Loto.

-Espere un momento señora. Digo mientras acompaño mis palabras con gestos de mis manos para que no cierre la puerta. Solo será un momento, tan solo quiero hacerle unas preguntas, pero que son de vital importancia, sino no la molestaría. Hago un gesto respetuoso hacia la campesina y prosigo preguntando. Se trata sobre los violentos sucesos ocurridos en la zona, estoy preguntando si alguien ha visto algo o sabe algo que pueda ayudar a atrapar al responsable. Imaginábamos que eran varios, al menos dos, pero tampoco había que asustar a la señora, con que hubiera uno ya daba bastante miedo a la gente. ¿Usted por casualidad podría ayudarme?

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03/11/2011, 17:31
[RIP] Mazo.

El ocaso está a punto de llegar y todavía no hemos encontrado señales de ninguna forma de vida ajena a este mundo. La verdad es que es bastante frustrante venir a por unos Yomas y que estos no se muestren abiertamente cuando ven llegar a un Sangre de Dragón.

Aún así, no cesamos en nuestra misión y preguntando cabaña por cabaña, nos fuimos dando cuenta que era casi imposible que nos digan algo si los que hablábamos éramos el Jóven hijo del Administrador o yo. La gente nos respetaba demasiado como para hablar abiertamente, por lo que decidimos que sea Dulce Loto la encargada de realizar las averiguaciones.

Por lo tanto, la dejamos ir un poco adelante, ocultándonos en la oscuridad, que a cada momento que pasaba se iba haciendo más y más profunda. Dulce Loto se acercó a una cabaña, en la cual fue recibida por una anciana. Habló con ella, mientras nosotros nos manteníamos apartados. La sangre me hervía, por el simple hecho que esa anciana podía ser el enemigo y ahora mismo, tenía a tiro de piedra a la dulce doncella y podría partirla en dos de un solo golpe.

Pero no sucedió nada.

La puerta se cerró de un golpe tras una breve charla y nos acercamos a Dulce Loto con la clara intención de preguntarle que averiguó.

Los hermanos Wong fueron la respuesta.

Mazo comenzó a charlar, intercambiando preguntas con el jóven del arrozal número dos, en el momento que una ventana se abría en una cabaña cercana, dejando escapar algo de luz por ella. Era la cabaña de los hermanos Wong, nuestro próximo destino.

- Creo que debemos hacerle una pequeña visita nocturna. - Dijo el grandullón mientras sonreía.

La noche cayó sobre los tres como un cubo de agua fría, dejando a los tres en una completa oscuridad. Así, sin ver absolutamente nada y guiados sólo por la luz de la cabaña y de su lumbre, Mazo avanzó con Dulce Loto y con el jóven detrás, sin hacer ruido, hacia la luz.

La luna cortaba el cielo como una navaja, dejando ver una simple línea color plata sobre el negro firmamento sin estrellas. Los tres caminaron juntos un buen trecho, hasta que una figura recortó la luz de la puerta de la cabaña. La figura habló, pero Mazo no respondió. Tenía un arma en la mano y quería ver su reacción. Necesitaba saber si eran ellos, o si simplemente, eran unos bandidos de poca monta viviendo allí.

Martillo Blanco canalizó su Esencia para convertirse en un hombre tan duro como una roca cuando el hombre que estaba delante volvió a hablar. Su sonrisa podía verse en la oscuridad de la noche, así también como el metal de su arma. Sin embargo, en ese momento el jóven profirió un grito atronador. El grandullón no dudó un momento en encender su Ánima al máximo haciendo que toda la zona se ilumine de un color amarronado.

El rostro de otro campesino apareció por detrás, y se presentó como el mayor de los hermanos Wong. El jóven, por su parte, estaba en el suelo tumbado del susto que le produjo ese hombre al salir de repente y cogerle el hombro. Se apartó de Dulce Loto, sabedor de lo que su Halo Anímico producía y habló con voz grave.

- Dile a tu hermano que salga aquí. - Dijo Mazo. - Quiero hablar con ambos. - Continuó mientras los campesinos realizaban reverencias a modo de saludo.

El Dragón comenzó a dialogar con los hombres sobre la muchacha apaleada hace algún tiempo. Uno parecía serio, el otro, estaba más pendiente de Dulce Loto que de otra cosa. Su rostro se mostraba por segundos lascivo, y por otro momento, serio a la vez que desafiante. Pero ninguno decía nada importante, aunque Mazo sabía que algo ocultaban...

Y en ese momento ocurrió.

Dulce Loto gritó algo al aire y todo se iluminó con un fulgor dorado. Mazo se cubrió los ojos para no quedar cegado por la luz, en el momento que una marca aparecía en la frente de Dulce Loto. Un círculo dorado, dividido a la mitad.

Mazo sabía muy bien que era eso.

Había escuchado leyendas en el Monasterio y las palabras del jóven, aún en el suelo, se lo confirmaron: Anatema.

Pero eso no iba a ser todo.

La luz dorada de la muchacha hizo fluctuar la realidad. Los campesinos, antes personas normales y corrientes comenzaron a cambiar mientras Dulce Loto refulgía. Sus cuerpos, humanóides, se transformaron en dos engendros demoníacos, al mismo tiempo que Mazo sonreía.

- Sabía que me guardabas alguna sorpresa... - Dijo al fin. - Pero no este tipo de sorpresas. Aunque, bienvenida sea. -

Los cuerpos de los campesinos eran ahora dos Yomas. Dulce Loto los señaló. Sabía a lo que se refería. Era el momento de bailar un baile en el cual, Mazo era un experto.

Su mazo blanco cayó de su espalda en su mano y como un rayo, se lanzó sobre el primero de los Yoma, con un movimiento tan veloz que ni el mejor luchador humano podría haberlo visto. Dejando una estela amarronada por donde volaba, el martillo de Mazo impactó de lleno contra el esternón del hombre que tenía delante, haciendo que el ruido de costillas fracturadas se sintiera en varios metros a la redonda. Acto seguido, el Martillo Blanco giró en el aire y surcando el suelo paralelo a él, amputo ambas piernas del Yoma menor, haciendo que este quede inerte en el suelo.

La lucha, había empezado.

Por el rabillo del ojo, pudo ver como el otro enemigo saltaba sobre Dulce Loto y se lanzaba sobre él. Todo parecía transcurrir a cámara lenta para sus ojos, más no para los de los demás. La daga que llevaba la muchacha se encendió y cortó al hermano mayor en un costado, pero esto no fue suficiente para que el ataque no llegara al cuello de Martillo Blanco, dejándole clavada una uña justo debajo de la oreja.

El enemigo cayó al suelo y se preparó para otro ataque, sin embargo, Mazo no tenía intención de que este ataque ocurriera.

Gritó.

Y su grito retumbó como un estruendo, como un terremoto, como dos montañas chocando entre si.

Tan veloz como antes, su mazo golpeó en el hombro al enemigo, haciendo que este cayera hacia atrás, de espaldas al suelo. Y en un parpadeo, Mazo se movió colocándose sobre él, justo segundos antes de que este toque el suelo y levantando su martillo, hundió su arma en el torso del enemigo, enterrándolo en un pequeño cráter del cual se levantó piedras y tierra al aire.

La sangre de colores salpicaba a todos y a cada uno, la cual aún caía del aire cuando la batalla terminó. Habían sido pocos segundos, pero la batalla había sido intensa.

Rápidamente, Martillo se giró hacia Dulce Loto, que parecía agotada y con una zancada, corrió hacia ella y la cogió entre sus fornidos brazos, que ahora no brillaban y la depositó con cuidado en el suelo.

- ¿Estás bien, muchacha? - Preguntó, y después, miró al jóven que balbuceaba en el suelo palabras que Mazo no podía llegar a entender.

Sabía lo que el muchacho había visto, y sabía lo que significaba, aunque no estaba seguro de quién o quienes tenían que saber la verdad. Su rostro se puso serio, muy serio y se acercó al hijo del Administrador frunciendo el ceño.

- Sabes lo que has visto... pero nadie te creerá si lo cuentas. - Dijo Martillo Blanco con el rostro duro como una roca. - Has conseguido tu venganza, y ahora, me debes un favor, muchacho. Así que como cuentes lo que has visto aquí a alguien, siquiera tu padre, prometo por el nombre de mi abuelo que volveré y lo que le ha sucedido a estos dos será una nimiedad con lo que te sucederá a ti si dices algo de todo esto. ¿Entendido? -

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04/11/2011, 10:30
Dulce Loto.

Tras el primer intercambio de frases la mujer me mira con desconfianza, probablemente se pregunta que hace una joven allí a estas horas.

-¿Acaso estás loca? ¡No sabes lo que ocurrió aquí hace pocas noches! ¡Vete corriendo al pueblo!
La mujer mira asustada hacia el exterior de la casa.

-Precisamente vengo de allí. Le digo a la campesina. Y he llegado hasta aquí para intentar averiguar más de lo que ha sucedido. ¿Usted puede decirme algo? Hago una pausa. Queremos detener a los responsables.

-¿Pero quién eres tú muchacha? ¡No eres de este pueblo! ¡Vete ya si no quieres que te pase lo que a esas dos chicas! Me responde mientras hace ademán de cerrarme la puerta y terminar la conversación, está nerviosa y mira insistentemente hacia una casucha aledaña como comprobando si alguien se asoma.

-Espere! digo haciendo un gesto para que no cierre la puerta, necesito seguir hablando con ella. Si sabe algo dígamelo.

-¡Esto es una locura! ¿Qué va a poder hacer una niña forastera? El año pasado en estas tierras violaron y apalearon a otra forastera como tú. De la paliza que recibió ya no volvió a ser hermosa, y sin embargo nadie la creyó. La chica se volvió loca, la pobre. Vagaba por el bosque como alma en pena. Yo le llevaba comida de vez en cuando, pero creo que está muerta...

-¿No querrá que sigan sucediendo cosas así? Contesto a la campesina interrumpiendo su relato. Tengo amigos que me ayudarán. Le aseguro que si me ayuda acabaremos con ese mal y no volverá a suceder de nuevo. Digo en un tono un poco lastimero, a ver si la campesina cede.

-Durante la Calibración se celebra una gran fiesta en el pueblo y siempre sobra comida. Le fui a llevar una bolsa con comida la última noche del último día de la Calibración... Las palabras se interrumpen repentinamente cuando resuena la voz de un hombre desde el interior de la casa.

-¡Mujer! ¿Con quién hablas a estas horas? ¡Cierra ya la puerta! ¡Si es un mendigo dile que no venga a mendigar a estas horas!

La mujer mira con miedo al interior mientras palidece, entonces baja mucho la voz y me dice:

-Yo, creo... creo que fueron los hermanos Wong...

Acto seguido cierra la puerta ante mis narices dando un tremendo portazo y cerrando la puerta desde el interior para indicarme que aunque vuelva a llamar no va a abrir de nuevo. Ya empieza a oscurecer y se nos va acabando el tiempo, es difícil que una vez entrada la noche nos abran más puertas. Me siento un poco decepcionada al no haber podido hablar más con ella, pero al menos he obtenido el nombre de los hermanos Wong, la única pista sólida que tenemos hasta ahora. Cuando me giro encuentro a Martillo Blanco detrás, se había acercado al ver que la campesina cerraba la puerta.

-¿Que te ha dicho la anciana?
Me pregunta. Y antes que pueda contestarle el Joven también sale de su escondite y se acerca a nosotros para decir temeroso:

-Quizá deberíamos de volver, Martillo-sama. Vuestra pupila no está a salvo.

No tengo miedo, con Martillo Blanco cerca se que estaré protegida.Me vuelvo hacia Martillo Blanco y le cuento lo que me ha dicho la campesina.

-No quería hablar, estaba asustada. Pero al final conseguí sacarle una confesión. Cree que han sido los hermanos Wong. ¿Tu sabes donde viven?
Le digo al joven volviéndome hacia él, mientras Martillo Blanco también le pregunta para que nos saque de dudas.

-¿Los hermanos Wong? ¿Los conoces?

El joven se queda pensativo durante unos instantes antes de responder.

-Creo que viven en esa choza, la que está más alejada... Dice señalando a una choza que se encuentra unos cientos de metros más allá de donde nos encontramos, la misma hacia donde la campesina miraba asustada. Dicen que son dos campesinos algo borrachos y pendencieros, pero tampoco es nada fuera de lo normal.

-Si!! La campesina miraba hacia allí, lo he notado mientras hablaba con ella.

-Entonces creo que deberíamos hacerles una visita nocturna. Dice Martillo Blanco. A ver que ocultan. Tal vez sepan algo.Dice Martillo Blanco.

Asiento con la cabeza mientras contesto. Si, es lo que debemos hacer, no tenemos otra pista.

Mientras tanto la oscuridad se hace más patente, el sol termina de ponerse por completo y en el cielo casi negro aparece una fina línea plateada. Es la luna apunto de desaparecer. Mañana será la luna nueva. Martillo Blanco y yo nos quedamos mirando un instante hacia ella, sabemos lo que eso significa.

-Debemos darnos prisa. Mañana puede ser tarde.
Dice Martillo Blanco.

-Tienes razón, pero... ¿Como lo haremos esta vez?


-No me gusta que vayas tan desprotegida. Me contesta. Puedo esperar a un lado de la puerta, en la oscuridad para que no nos vean, pero a tiro de piedra de donde estás.

Mientras hablamos una luz se enciende en la choza y la puerta de entrada se abre, dejando un recuadro amarillo que brilla en la oscuridad del arrozal y una oscura figura que sale de la casa.

-Parece que hay alguien en casa. Y está saliendo alguien! Digo señalando hacia la luz que se desvela en la oscuridad. El aire frío que recorre el arrozal hace que me estremezca durante un instante.

-Acerquémonos los tres. Dice Martillo Blanco mientras emprende la marcha hacia la choza.

Yo asiento con la cabeza y sigo al hombretón, mientras el joven que nos acompaña cierra la marcha en silencio, hasta que de repente dice:

-¿Encendemos una vela? Creo que llevo algunas.

Martillo Blanco le contesta que no, que seguiremos a oscuras, mientras se sigue acercando a la choza. Así no podrán vernos. Pegaros a mi. En el peor de los casos, puedo iluminar la zona con mi Ánima. Me pego todo lo que puedo a mi valiente compañero para sentirme más segura y protegida. El joven, aunque parece asustado nos sigue con decisión. Mientras nos acercamos comienzo a escuchar un extraño sonido, no se de donde proviene pero de repente Martillo Blanco parece más fuerte y su piel más dura. Me asombro por el cambio repentino que ha realizado. Nos seguimos acercando cada vez más hasta que una figura traspasa la luz y sale al exterior.

-¿Quién anda ahí?
Pregunta la voz. Parece un campesino, de unos veinte años, con el corte de pelo típico de esta zona y que viste con unas ropas bastante viejas y remendadas. Está claro que son unos campesinos pobres. En su mano lleva una Kama, que lo hace parecer amenazador. Seguimos acercándonos en silencio cuando la voz del muchacho resuena por segunda vez. ¿Quien es? Martillo Blanco ignora sus palabras y sigue avanzando hasta que la luz de la chimenea que hay en el interior de la choza le ilumina parcialmente. El Campesino lo mira con calma durante unos momentos y luego le pregunta con tono pausado. ¿Qué es ese olor? ¿Traéis un regalito? El hombre sonríe de forma taimada.

Me estremezco al ver que el muchacho me mira y se refiere a mi con sus palabras, vuelvo a meter la cabeza que había asomado para curiosear detrás del corpachón de Martillo Blanco. Entonces un grito rompe el silencio. ¡¡¡AHHHHHHHHH!!! Es el joven que se encuentra detrás de mi, me ha causado un susto de muerte y casi me caigo al suelo, me giro para mirar que le pasa. Veo a otro hombre que ha aparecido de la nada y tiene su mano agarrada en el hombro del joven, eso ha sido lo que le ha hecho gritar. Reacciono intentando agarrarme a Mazo, que comienza a brillar con una extraña luz color marrón, pero al tocarle me hago daño, esa luz me produce un intenso dolor. Mazo me aparta de su lado, aunque me mantiene cerca de él.

-No me toques, muchacha. Ahora no es prudente.

Asiento nerviosa, sin casi poder hablar, ni saber que hacer ni hacia donde mirar.

-Buenas noches, Sangre de Dragón. Dice el primero de los campesinos a Martillo Blanco mientras le hace una reverencia. Mi nombre es Wong Huo, soy el hermano mayor y dueño de esta cabaña. Ese de ahí es mi hermano menor Wong Chiang Ken. Dice señalando al hombre que tiene cogido al joven.

-Dile a tu hermano que salga aquí con nosotros. Dice Martillo Blanco con su voz grave.

Alzo una mano y saludo a ambos jóvenes tímidamente, parece que conocen a Martillo Blanco, quizá sean amigos, aunque la atmósfera parece concentrar cierta tensión.

El segundo campesino sale de detrás del joven y nos hace una reverencia, aunque de tal manera que resulta burlona. ¿A qué debemos tan inesperado honor? Dice después de concluir su reverencia.

Mientras el campesino habla, algo irreal parece ocurrir a los pies de Martillo Blanco, una piedrecitas minúsculas vibran alrededor de sus pies como si quisieran ponerse a flotar. ¿Acaso estoy soñando o viendo visiones? La voz de mi compañero me hace apartar la vista y mirarle a el mientras habla con los campesinos.

-¿No lo sabéis?
Dijo Mazo con una media sonrisa. - Creo que sabéis más de lo que aparentáis.

-Somos simplemente dos humildes campesinos, noble señor. Dice el mayor.

-¿No recordáis a una doncella golpeada salvajemente por aquí?

-No acostumbramos a gozar de compañías tan ilustres. Contesta Wong Huo con una sonrisa mientras comienza a relamerse, aunque al siguiente instante su rostro permanece serio y formal. ¿No era una saboteadora forastera? Dijeron que la enviaba la gente de Entrecaminos para perjudicar nuestro comercio.

-¡Ah! ¿Sabéis de quién hablo, no es así? ¿Habéis sido vosotros los que la golpeasteis hasta casi matarla?

-Los golpes eran un montaje, noble señor, nada más que pintura. Un fraude completo.

-Contad vuestra versión, campesinos. Respondió Martillo Blanco. ¿Montaje?

Escucho atenta toda la conversación, aunque la aparición del segundo hermano por detrás y la sensación de estar rodeada me inquieta y ni siquiera puedo abrazarme a Martillo Blanco.

-Nadie golpeó a aquella chica. Era una enviada del Pueblo de Entrecaminos, por su culpa pasamos un invierno muy malo en todo el pueblo.

Mientras sigo la conversación una palabra me viene a la mente ¿Ashura? Al principio resulta extraña, impronunciable, pero poco a poco va tomando forma y significado dentro de mi.

-¿Nadie la golpeó?Pregunta Mazo sonriente. - Eso no es lo que me ha dicho ella. Continuó mientras señalaba a Dulce Loto con la cabeza.

En aquel momento la palabra se repite una y otra vez en mi mente, haciéndose cada vez más presente y animándome a que la pronuncie, a que la grite con todas mis fuerzas.

-¡¡¡ASHURA!!! Grito de repente como por instinto.

Entonces el viento nocturno se detiene, algo me está ocurriendo, aunque desconozco de que se trata. Parece como si mi propio cuerpo comenzara a desprender luz. Pero... ¿Acaso no me había pasado lo mismo cuando mi hermano intentó matarme por primera vez? ¿Que era todo aquello y que significaba? Martillo Blanco se tapa los ojos cegado por la luz que desprendo. Las figuras de los dos hermanos parecen temblorosas y durante un instante sus rostros se transforman, desvelando su verdadera forma monstruosa y bestial, con terribles colmillos y crueles garras, sus cuerpos parecen ensancharse, su piel se vuelve gris oscuro y sus ojos se tornan amarillos y bestiales. Los dos hermanos aúllan, como dañados o molestos por la luz y el Joven cae al suelo pasmado. Mazo sonríe, parece sorprendido, y descuelga su gran mazo de la espalda.

-No se que has hecho, muchacha, pero sabía que tenías algunas sorpresas. No esta, precisamente, pero mira, sorpresas al fin y al cabo.

Me consternan las imágenes de los dos hermanos, que ser revelan como monstruos, aunque al ver su verdadera forma grito.

-Son ellos Martillo Blanco!!!
Cojo mis dagas lo más rápido que puedo y las esgrimo en posición defensiva, esperando un ataque en cualquier momento.

-Protegeos!! Grita Mazo, mientras comienza a moverse tan rápido que sus movimiento se pierden a mis ojos. Sin apenas darme cuenta golpea al demonio que tiene delante de una manera tan brutal que le arranca las piernas de cuajo mientras la parte superior de su cuerpo todavía flota en el aire para recibir otro tremendo golpe que lo machaca contra el suelo esparciendo sus entrañas y salpicando toda su sangre color violeta alrededor. Yo comienzo a gritar pero ni siquiera oigo mi voz. De repente una mancha gris es captada por mi retina, es el otro hermano que se abalanza desde atrás sobre Martillo Blanco, con las garras por delante en un salto que parece irreal intentando sorprender a mi compañero. En ese instante y por puro instinto dirijo mis dagas hacia la sombra oscura que pasa volando delante de mi. Mis dagas parecen envueltas en la misma luz dorada que desprendo y aunque las esgrimo con torpeza logro impactar en el cuerpo del Yoma haciéndole un leve corte en el costado por el que comienza a brotar sangre violeta que cae violentamente sobre mi vestido. Desafortunadamente no soy capaz de desviar ni de detener al demonio, que se acerca al cuello de Martillo Blanco, que intenta esquivarlo, aunque no puede evitar que una de las garras del yoma se le quede clavada en el cuello. Su reacción no se hace esperar y blande su martillo de nuevo contra el agresor que grita lleno de ira.

-¡¡¡UARGGG!!! ¡¡HAS MATADO A MI HERMANOOOOOO!!! ¡MORIRAS POR ESTO DRAGON! ¡VOY A MATARTE LENTAMENTE!

-Menos humos, ¿Eh?Dice Martillo Blanco risueño. Que aquí los malos sois vosotros. Grita como un animal mientras el yoma flexiona sus piernas para abalanzarse de nuevo sobre el. Su martillo vuelve a girar a gran velocidad para incrustarse en el hombro de la criatura y dejarle el brazo colgando y antes de ninguna otra reacción recibe un segundo golpe que lo catapulta hacia el suelo dejando un pequeño cráter lleno de sangre violeta.

El Joven contempla todo tirado en el suelo y durante los instantes que dura el combate tan solo es capaz de pronunciar palabras que no tienen mucho sentido para mi. !!!Anatema!!! o balbucear comienzos de frases que no es capaz a continuar.

Cuando todo termina la luz que envuelve a Martillo Blanco parece apagarse, también la que parezco desprender yo misma. A pesar de no haber hecho ningún movimiento prácticamente me encuentro cansada y un poco mareada, estoy a punto de irme al suelo. Martillo Blanco me coge en sus brazos y me deja en el suelo acostada, mientras me pregunta que si me encuentro bien. Le respondo con un movimiento afirmativo de cabeza.

-Descansa un poco. Termina diciéndome mientras se vuelve hacia el joven. Cierro un poco los ojos para concentrarme, el dolor de cabeza del golpe todavía sigue molestándome.

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05/11/2011, 14:57
Joven de Arrozal Dos.

- "¡Pero ella es una Anatema!" - Grita el Joven de buena familia llevado por el miedo y la ira.

Se levanta del suelo con el rostro demudado por el espanto, evitando mirar a Dulce Loto. Entonces sus ojos se detienen en los cadáveres destrozados de los dos Yoma. Parece calmarse y encontrar algo de serenidad. Entonces asiente.

- "Mi prometida Ling Li y su mejor amiga Tai Mei han sido vengadas. Martillo Blanco-sama, aunque lo que me pedís sea contrario a la tradición y al honor, siento en mi interior que no puedo negaros vuestra petición. Estoy en deuda con vos y haré lo que me pedís." -

El Joven realiza una muy profunda reverencia ante Mazo. Después recoge y enciende una vela y emprende el regreso hacia el pueblo, en mitad de la oscuridad reinante.

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06/11/2011, 11:10
¿Pero dónde estamos?

- Los tres regresan a la Casa del Administrador para pasar la noche.

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06/11/2011, 11:10
NOCHE Y DIA.

TRANSCURRE LA NOCHE ENTERA.

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06/11/2011, 11:23
NOCHE Y DIA.

AÑO: 761.

LUNA: Menguante.

ESTACION: Aire.

MES: Aire Ascendente.

DIA: 8.

HORA: Alba.

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06/11/2011, 11:24
Sirvienta.

Las sirvientas de la casa se levantan temprano para empezar sus quehaceres domésticos.

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06/11/2011, 17:43
[RIP] Mazo.

Mazo se levanta con el alba.

Estaba bastante descansado después de la última noche y, tras llegar y limpiar su arma y su armadura, y cambiarse de ropa por otras aún más desvencijadas, durmió como un angelito durante toda la noche.

Hasta que el sol se coló por la ventana.

Se levantó con una sonrisa y se dirigió a la cocina, para poder desayunar algo y así, esperar que los demás se despierten para continuar el viaje hacia dónde están sus compañeros.

Dudaba mucho que ellos necesitaran ayuda con los Yoma de ese lugar, pero también, tenía que entrenar a Dulce Loto y por sobre todas las cosas, averigüar que hay de cierto en eso de los Anatema.

Estaba seguro que ella no se había dado cuenta de nada de lo que había sucedido y el único que podía ayudarle era Riqueza, por lo que la duda que le surgió era si debía regresar o simplemente, ayudar a los demás...

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06/11/2011, 18:00
Sirvienta.

En la cocina, una sirvienta le sirve a Mazo arroz dulce y té.

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07/11/2011, 10:51
Dulce Loto.

Había dormido el resto de la noche apaciblemente. Cuando llegamos a la casa me encontraba realmente cansada por todo lo sucedido y la cabeza seguía doliéndome por el golpe. Cuando desperté estaba totalmente descansada.

La cabeza ya no me duele, solo si me toco directamente la zona donde me golpeé. Cada vez que me tocaba la herida me provocaba un pequeño dolor, aunque al menos el molesto dolor de cabeza se había pasado. Sentada en la cama miro confusa a las ropas del día anterior, tirada en el suelo. El kimono está manchado de sangre, tendré que lavarlo. En la cómoda adyacente está el paquete de Riqueza Efímera, lo alcanzo y busco mi kimono rosa, será el que me ponga hoy, ya que los otros no serían apropiados. Una vez vestida abro la ventana para ventilar la habitación y dejar que el aire de la mañana entre. Mientras tanto aprovecho para hacer la cama. Cuando termino recojo el kimono marrón del suelo y con los brazos extendidos sujetándolo por los hombros miro el desastre en que se ha convertido. Contemplando las manchas de sangre mi mente se transporta a lo que recordaba del día anterior, sobre todo a la horrible visión de los demonios y la lucha con ellos. Mazo se había encargado de ambos muy eficazmente, pero lo que realmente me aterraba era lo que yo había hecho, aunque no sabía muy bien que y mucho menos como.

¿Una Anatema? Es imposible que yo sea una Anatema!! Tan solo soy una chica normal. Había escuchado historias terribles de los Anatema y no creía ajustarme al perfil que esas historias contaban de ellos. Tendría que hablar con Martillo Blanco sobre el asunto a solas, él seguramente podría decirme que me había pasado y como evitar que me volviera a pasar.
Con el kimono sucio en la mano me dirijo hacia las estancias comunes. En la cocina encuentro a Martillo Blanco iniciando su desayuno.

-Buenos días Martillo Blanco. Que aproveche.

No digo nada más, no sabía muy bien cual sería su reacción después de lo de anoche, aunque no parecía que le hubiera afectado mucho, ni tampoco que quisiera matarme.

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07/11/2011, 16:00
Sirvienta.

A la sirvienta casi se le caen los cacharros al suelo cuando ve aparecer a Dulce Loto con un kimono de viaje manchado con abundante y hedionda sangre violeta brillante.

Después, se recompone y saluda con una reverencia:

- "Konnichi wa, Dulce Loto-sama. Permitidme esa vestimenta. ¿Deseéis que se lave o preferís que se incinere?" -

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07/11/2011, 16:23
Dulce Loto.

-Prefiero que se lave, es un kimono nuevo. Le digo a la sirvienta tendiéndole el kimono. No os preocupéis por la sangre, ayer fuimos de caza y encontramos a los animales responsables de las muertes de Arrozal Dos. Desafortunadamente el kimono quedó completamente manchado, pero es un precio pequeño por librar a esta región de ese mal. Seguramente sería mejor decir que había sido algún animal, nadie se creería lo de los demonios.

Acto seguido me siento a la mesa junto a Martillo Blanco y me fijo en su cuello.

-¿Que tal está tu herida?

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07/11/2011, 16:37
Sirvienta.

La sirvienta toma el kimono sucio y al oír las palabras de Dulce Loto se arrodilla ante Martillo Blanca y toca el suelo con la frente.

- "Señor, os agradecemos de corazón lo que habéis hecho por este pueblo y esta familia." -

La muchacha se levanta con la mirada baja en señal de humildad y retrocede llevándose el kimono marrón para lavarlo.

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07/11/2011, 16:40
NOCHE Y DIA.

MEDIA MAÑANA.

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07/11/2011, 16:40
Joven de Arrozal Dos.

El Joven entra en la cocina y ve a Dulce Loto y a Martillo Blanco.

Hace una profunda reverencia.

- "Buenos días, Martillo Blanco-sama, Dulce Loto-san. Os esperaba en el Salón Principal. Sois huéspedes honorables y no os corresponde desayunar tan humildemente en las cocinas.

Padre-sama desea agradeceros vuestro heroismo. Seguidme, por favor." -

El Joven sale en dirección al Salón ceremonial de audiencias.

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07/11/2011, 16:45
Dulce Loto.

Sonrío al ver a la sirvienta agradecerle a Martillo Blanco la muerte de los demonios. Al menos esta gente podrá seguir con sus vidas pacíficamente. Me acuerdo de nuestros compañeros de viaje y me pregunto como les estarán saliendo las cosas, espero que tanto el Emisario del Dragón y el Maestro Garra de Halcón hayan tenido tanto éxito como nosotros en el pueblo de Mu y que Riqueza Efímera hay podido sacar a Patán Sabio del río. Los echaba de menos.
Al entrar el Joven le saludo dándole los buenos días con una inclinación. Después de sus palabras me quedo mirando a Martillo Blanco y encojo los hombros. Será mejor que le sigamos al salón, al fin y al cabo seguimos siendo sus invitados.

-Ahora vamos. Le digo al joven mientras sigo sus pasos.

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07/11/2011, 20:25
[RIP] Mazo.

Mazo bebió lo que le habían servido con tranquilidad, y saludó al joven y a Dulce Loto cuando llegaron hasta dónde él se encontraba. Estaba claro que eran invitador de honor o algo parecido, pero la personalidad austera y por que no decirlo, pobre, de Martillo Blanco era algo esquiva con los lujos y demás cosas opulentas.

Asintió ante las palabras del joven heredero y siguió a Dulce Loto justo a su lado.

En ese momento, Martillo Blanco le apoyó una mano en el hombro a la muchacha y entre dientes, susurró.

- No sé si recuerdas lo que sucedió anoche... lo que te sucedió en el combate, pero sea como fuere, es preferible que no digas nada de lo que recuerdes de anoche. - Dijo con una sonrisa. - Simplemente, di que matamos a los Yoma y ya. O mejor, déjame hablar a mí si hay que relatar lo sucedido. -

El enorme guerrero no sabía que hacer con la muchacha.

Si era verdad lo que le había sucedido, si estaba poseida por un Demonio del Sol, tenía que averigüarlo. Aunque no estaba claro si esa posesión sería mala para él o para el grupo, debía comprenderla en su totalidad, para poder ayudar a la doncella a comprenderla también.

Pero en cosas de la memoria... Mazo no era un lince.

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07/11/2011, 21:23
Dulce Loto.

-Está bien, así lo haremos. Le digo a Martillo Blanco mientras vamos hacia el salón. Si que recuerdo algo, pero es todo muy confuso, me gustaría hablar contigo cuando podamos estar solos.

En mi cabeza no paraban de pasar ideas de un lado a otro sin cesar, hasta el punto que me notaba tan pesada como el día anterior. Tenía demasiadas preguntas y sabía que tendría que guardármelas de momento y no hablar nada con nadie, cuanta menos gente supiera de aquello mejor. Dejaría hablar a Martillo Blanco mientras estuviéramos en la casa, aunque tampoco me iban a prestar mucha atención a mi, el había sido el héroe.

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08/11/2011, 00:00
Administrador Chi Huang.

Mazo y Dulce Loto entran en la Sala de audiencias, donde ya les espera el Administrador.

Este les saluda con una reverencia mientras ambos se sientan en la posición arrodillada utilizada tradicionalmente en toda situación formal en sociedad.

- "Konnichi wa, Martillo Blanco-sama, Dulce Loto-san. Mi hijo me ha contado su gran victoria y heroismo. Martillo-sama, sois un verdadero héroe de leyenda. Las fuerzas demoníacas nada pueden contra vos.

Loto-san, alabo vuestra entereza, coraje y valentía al aceptar hacer de cebo para forzar a los demonios a atacar y mostrarse como lo que eran. Nunca hubiera sospechado que alimañas semejantes pudieran ocultarse en las tierras que administro.

Ordenaré al Alguacil que vigile en el futuro cualquier comportamiento extraño entre el campesinado y que si se produce una denuncia, aunque sea la de una forastera, el asunto se investigue concienzudamente.

En mi nombre, el de mi hijo, en el nombre de todo el Arrozal Dos y en el de las dos víctimas inocentes de esas criaturas, les doy a ambos las gracias y mi enhorabuena.

El pueblo entero y mi propia persona están en deuda con vos, Martillo Blanco, y con vos, Dulce Loto. Mi más profundo agradecimiento, quedamos a su entera disposición." -

El Administrador da una palmada y unas sirvientas sirven sake de la mejor calidad.

El hombre alza su tacita de sake en un brindis:

- "¡Por la justicia!" -