Partida Rol por web

- Patán Sabio observa el momento en que Ojos Rojos aparece en los muelles y sube al sampán. Parece cansado y lleva un fardo de ricas telas de colores entre sus brazos.

Dulce Loto parecía algo inquieta con todo aquello, tanto como un pajarillo que sentía cómo ejercían presión sobre su frágil cuerpo. Había intentado recordar y a su mente le llegaba la imagen de la sangre violácea salpicándolo todo.

- Soy una exaltada –respondió apenas con un hilo de voz.

Otra vez se movió inquieta, atrapada en la calidez de las palabras de Riqueza. Incluso estuvo tentada de mordisquearse un dedo tal y como una niña pequeña haría ante una situación que no sabía cómo solventar, pero su madre ya la había inculcado con severa disciplina aquel impropio gesto para una señorita.

- Soy una exaltada –ahora sus palabras eran firmes.

Tomó la taza de té y dio un par de sorbos antes de apoyarla en su regazo.

- Es la primera vez que un Yoma tras su muerte me habla… a la mente. Estaba tan furiosa, tan indignada por aquella insinuación. Eso lo recuerdo, estaba muy enfadada –asintió para dar más veracidad a sus palabras- Recuerdo que a cada puñalada sentía una profunda ira, y rabia. Yo… ahm…

Miró a Patán Sabio un instante y suspiró.

- Sé que dije algunas cosas terribles a Ojos Rojos –dice con la cabeza gacha y entonces parece reaccionar- ¡Os juro que no quería hacerle daño! –es ahí cuando sus ojos parecen suplicar que la crean- De verdad que me estoy esforzando mucho por aceptarlo, y hasta me preocupé cuando pensé que nos había traicionado porque eso significa que quería creer en él, ¿no es así?

De repente se levanta casi derramando la taza de té.

- Voy a ver cómo está Martillo Blanco -dijo el pajarillo.

OJOS ROJOS:

- Tirada de Percepción + Consciencia + bonus auditivo - heridas.

Riqueza la cogió por la muñeca, obligándola a detenerse.

-Patán ha dicho que duerme. No creo oportuno que lo despiertes tan solo para escapar de aquí. Siéntate de nuevo, pequeña -ordenó amablemente-. ¿Exaltada? ¿Crees que eres una exaltada? ¿Y eso qué quiere decir exactamente, Dulce Loto?

El rostro de Riqueza mostraba preocupación.

Si tomó asiento era porque estaba sorprendida, y así lo demostraba su rostro al completo. Tardó unos segundo en reaccionar, en cerrar su boca entreabierta y suavizar su mirada de asombro. Se deshizo lo más amablemente que pudo de la mano que sujetaba su muñeca y, ya libre, se acomodó un poco en la silla.

- Soy una Exaltada –no había cabida para un “creo” en sus palabras ni en la firmeza de su voz- Una Exaltada Solar. Mi esencia es luz, y lo que viste es mi máxima. Si me concentro emito luz y su intensidad varía según lo necesite. En el caso de antes se vuelve purificadora y dañina para un Yoma. Bueno, hasta ahora ha sido así pero no sé muy bien los detalles. No hay muchos Exaltados Solares para poder conslutarles... –ahí su tono era apesadumbrado.

Ya sabía cómo iban a reaccionar, lo había visto muchas veces hasta que finalmente se sintió segura junto a Martillo Blanco. Era su mentor y alguien que como ella, Exaltado, comprendía su naturaleza.

- Dije algunas cosas pero no las recuerdo todas –miró a Patán casi como si buscase un poco de ayuda- Necesito un poco de tiempo para aclarar mi mente, pero os aseguro que estoy bien. Más tranquila.

El movimiento de sus manos, algo temblorosas sobre su regazo, parecía decir lo contrario.

- Mañana hablaré con Martillo Blanco. Todos habremos descansado un poco más y será buen momento para seguir hablando, Riqueza Efímera -le era difícil centrar su mirada en él- Te agradezco tu preocupación, la de ambos.

Que había algo más era evidente, pero estaba resultando un hueso duro de roer. Puede que, realmente, quisiera consultarlo antes con Martillo Blanco. Puede que ni siquiera él lo supiera y viese como un agravio que ellos dos se enteraran antes. Por poder podían ser muchas cosas.

-Oh, Dulce Loto, no hay nada de qué preocuparse. No he olvidado esas palabras. Si queréis, os acompaño a descansar. Además, creo que ha llegado Ojos Rojos. Riqueza y yo iremos a ver si está bien.

-Sí, sí hay de qué preocuparse, Patán y lo sabes. Si Ojos Rojos ha vuelto, ve y atiéndele. Por muy fuerte que crea ser y por rápido que se cure, sigue siendo tan solo un muchacho y está herido. Y asegúrate de que no entra aquí. Necesito hablar con Dulce Loto y cuanto he de decirle no ha de ser oído por cualquier oído -dijo Riqueza.

Esperó a que Patán saliera y asegurara la privacidad de aquella conversación. Hubiera preferido que el automatón se quedara, pues su presencia sabía era tranquilizadora para la doncella. Pero el tema era lo suficientemente delicado como para que pudiera sacrificar ciertas comodidades. Solo cuando la puerta de la cocina se cerró, empezó a hablar nuevamente.

Suspiró y negó con la cabeza. Aquella situación le incomodaba en parte, aunque noe xcesivamente, pero sí sabía que debía elegir las palabras con cuidado.

-Hay una gran verdad en todo cuanto has dicho. No hay muchos exaltados solares que te hubieran podido asesorar en tu despertar. Es más, eres la única ahora que Garra de Halcón ha muerto. Oh, sí, muchacha. Dudo que te sorprenda saber acerca de la naturaleza de Garra aunque tal vez sí que yo la conociera. Pero deberías preguntarte por qué no hay más. Porque morís tan pornto hacéis acto de presencia. Un eufemismo para señalar que simplemente se os asesina -lo dijo fríamente, aunque en sus ojos podía apreciarse que aquella frialdad era tan solo verbal-. Dulce Loto, ¿qué has hecho? Creo que no alcanzas a ver la extensión de tu error. Te revelaste en la lucha contra los Yomas y Martillo Blanco te vio -se frotó la frente con gesto preocupado-. Dime, tu luz, ¿en Minas de Jade también...? Sé sincera. Es importante. Tu vida depende de ello.

OJOS ROJOS:

- Escuchas una conversación:

- Soy una exaltada – dice con apenas un hilo de voz.

Parece inquieta.

- Soy una exaltada. – Repite con voz más firme.

- Es la primera vez que un Yoma tras su muerte me habla… a la mente. Estaba tan furiosa, tan indignada por aquella insinuación. Eso lo recuerdo, estaba muy enfadada.

– Recuerdo que a cada puñalada sentía una profunda ira, y rabia. Yo… ahm…

Suspira.

- Sé que dije algunas cosas terribles a Ojos Rojos.

- ¡Os juro que no quería hacerle daño! –

- De verdad que me estoy esforzando mucho por aceptarlo, y hasta me preocupé cuando pensé que nos había traicionado porque eso significa que quería creer en él, ¿no es así?

- Voy a ver cómo está Martillo Blanco.

-Patán ha dicho que duerme. No creo oportuno que lo despiertes tan solo para escapar de aquí. Siéntate de nuevo, pequeña.

¿Exaltada? ¿Crees que eres una exaltada? ¿Y eso qué quiere decir exactamente, Dulce Loto?

- Soy una Exaltada. –

- Una Exaltada Solar. Mi esencia es luz, y lo que viste es mi máxima. Si me concentro emito luz y su intensidad varía según lo necesite. En el caso de antes se vuelve purificadora y dañina para un Yoma. Bueno, hasta ahora ha sido así pero no sé muy bien los detalles. No hay muchos Exaltados Solares para poder conslutarles... –

- Dije algunas cosas pero no las recuerdo todas. –

- Necesito un poco de tiempo para aclarar mi mente, pero os aseguro que estoy bien. Más tranquila.

- Mañana hablaré con Martillo Blanco. Todos habremos descansado un poco más y será buen momento para seguir hablando, Riqueza Efímera. -

- Te agradezco tu preocupación, la de ambos.

-Sí, sí hay de qué preocuparse, Patán y lo sabes. Si Ojos Rojos ha vuelto, ve y atiéndele. Por muy fuerte que crea ser y por rápido que se cure, sigue siendo tan solo un muchacho y está herido. Y asegúrate de que no entra aquí. Necesito hablar con Dulce Loto y cuanto he de decirle no ha de ser oído por cualquier oído.

Suspira.

-Hay una gran verdad en todo cuanto has dicho. No hay muchos exaltados solares que te hubieran podido asesorar en tu despertar. Es más, eres la única ahora que Garra de Halcón ha muerto. Oh, sí, muchacha. Dudo que te sorprenda saber acerca de la naturaleza de Garra aunque tal vez sí que yo la conociera. Pero deberías preguntarte por qué no hay más. Porque morís tan pornto hacéis acto de presencia. Un eufemismo para señalar que simplemente se os asesina. -

- Dulce Loto, ¿qué has hecho? Creo que no alcanzas a ver la extensión de tu error. Te revelaste en la lucha contra los Yomas y Martillo Blanco te vio. -

- Dime, tu luz, ¿en Minas de Jade también...? Sé sincera. Es importante. Tu vida depende de ello.

- Patán Sabio sale a atender a Ojos Rojos.

- Martillo Blanco duerme profundamente.

PATAN SABIO:

- Tirada oculta y secreta:

* Astucia + Investigación.

Cuando Patán se marchó quiso ir tras él, pero no sabía qué era mejor: quedarse o ver a Ojos Rojos. Decidió permanecer en la cálida estancia y no fue la seriedad de las palabras de Riqueza la entristeció su rostro. Otra vez, como si fuera imposible dejar atrás aquellos recuerdos, se hizo mención sobre las Minas de Jade y Garra.

“¿Otra vez? Quiero olvidar a Garra, quiero olvidar lo que no es mío”

Las siguientes palabras del mercader la pusieron algo nerviosa. No entendía muy bien a qué se refería pero era como si quisiera echarla la culpa de algo.

“¿Qué has hecho?” se quedó grabado en su mente con tanta intensidad como presión estaba ejerciendo al cerrar sus manos sobre el vestido.

- Si te refieres a la repulsiva petición del Yoma no ocurrió lo mismo allí. Sí es verdad que mostré mi esencia purificadora, pero tras acabar con aquel monstruo no pasó nada excepcional como lo ocurrido antes con Martillo Blanco y conmigo. No que yo viera...

Riqueza Efímera poseía más conocimientos de los que esperaba, ¿no era hora de hacer una pregunta?

- ¿Me contarás el motivo de tu preocupación? Sabes algo, o lo intuyes, pero eres prudente y esperas a tener más piezas –intentaba parecer fuerte, pero…

La joven suspiró y de nuevo se sintió insegura. Sabía que estaban pasando muchas cosas y tarde o temprano se iba a enterar. Aunque…

“No puedo, no antes de decírselo a Martillo Blanco. Él es mi mentor, sería una falta de respeto. Sería…”, y tras unos segundos con la cabeza gacha supo que era momento de compartir, de quitarse un peso de encima. Uno demasiado grande.

- Soy la reencarnación de la Emperatriz Celeste.

PATAN SABIO:

- No estás muy seguro, pero puede que Ojos Rojos haya estado escuchando.

- Si te refieres a la repulsiva petición del Yoma no ocurrió lo mismo allí. Sí es verdad que mostré mi esencia purificadora, pero tras acabar con aquel monstruo no pasó nada excepcional como lo ocurrido antes con Martillo Blanco y conmigo. No que yo viera...

- ¿Me contarás el motivo de tu preocupación? Sabes algo, o lo intuyes, pero eres prudente y esperas a tener más piezas –

Un suspiro y una larga pausa.

- Soy la reencarnación de la Emperatriz Celeste.

Ojos Rojos se percata de que Patán le está mirando, lo que le imposibilita seguir escuchando.

Llego al sampan veo como sale Patán Sabio a recibirme. Mi expresión es de sorpresa y cansancio, por lo que me siento en el suelo de donde estoy y cierro los ojos para descansar mis heridas y mis miembros, mientras le digo al Automatón:

 - "Es un gusto verte, Patán Sabio. Dame unos minutos para descansar. Debo contarles cosas que he averiguado. Solo un par de minutos."

Me quedo descansando en silencio para reposar mi respiración y que mis heridas dejen de sangrar, mientras me froto las piernas con mis manos.

Llego al sampan con la cabeza llena de las extrañas cosas descubiertas en nuestro campo de batalla. Al pisar la embarcación, comienzo a escuchar desde el interior las conversaciones que sostienen sus tripulantes. Pongo especial atención a lo que hablan y es así como me entero de que Dulce Loto dice ser una Exaltada Solar. Habla de lo sucedido y de que lo descubrió. Incluso habla de su forma de tratarme allá, pero parece arrepentida y hay muchas cosas que aun no controla de su condición.

Me quedo pasmado ante aquellos mensajes, pero la última de sus afirmaciones es realmente la más espectacular, pues asegura ser la reencarnación de la Emperatriz Celeste. Justo en ese momento sale Patán Sabio a cubierta, a quien veo que viene a recibirme. Mi expresión es de sorpresa, pero rápidamente agrego mi cansancio en mi rostro para disimular el hecho de que he escuchado lo dicho abajo mío. Su presencia imposibilita que siga escuchando a menos que domine la situación:

"Debo hacer algo para que me deje escuchar un poco más. Necesito saber más detalles de lo que aquí sucede. En un comienzo pensaba que era un grupo con un par de Vastagos de Dragón, pero ahora resulta que hay mucho más de lo que pensaba. ¿Que será lo siguiente? ¿Riqueza Efímera es en verdad un Dragón Elemental? Debo enterarme de lo que pasa."

Movido por esa necesidad, me siento en el suelo de donde estoy y cierro los ojos para lo que parece ser descansar mis heridas y mis miembros, mientras le digo al Automatón:

 - "Es un gusto verte, Patán Sabio. Dame unos minutos para descansar. Debo contarles cosas que he averiguado. Solo un par de minutos."

Me quedo en silencio en lo que parece ser reposar mi respiración, y que mis heridas dejen de sangrar, mientras me froto las piernas con mis manos. Mis movimientos son en realidad rutinarios, pues lo único que está realmente concentrado en mí es mi oído, obsesionado e ignorando todo a mi alrededor para poder oír lo que sucede abajo. Mis ojos cerrados y mis movimientos de descanso ocultan mis verdaderas intenciones pues es imposible saber que estoy escuchando en esa posición.

OJOS ROJOS:

- Tiradas ocultas y secretas de:

* Inteligencia + Ocultismo (para los Exaltados Solares).

* Inteligencia + Saber (para la Emperatriz Celeste).