Partida Rol por web

-Tiwoka -repitió Riqueza cuando el engendro dio su verdadero nombre. Un breve gesto de asentimiento acompañó al nombre, reconociendo así la acción de su polizón, pues de todos era sabido la importancia de un nombre. Salvo que le mintiera. Después permaneció callado mientras Tiwoka contaba parte de su historia, una historia donde lo no narrado era especialmente revelador-. ¿Tu madre era una Sangre de Dragón? -la pregunta encerraba un cúmulo de matices. Desconcierto, incredulidad, curiosidad y pena-. No es una historia fácil de aceptar -señaló, aunque no era un comentario crítico, ni una declaración de que pensara que le mentía-. ¿Puedo saber su nombre? Aunque no es necesario que respondas, claro -añadió-. Pero entiende que el que alguien como tú afirme ser el hijo de una Sangre de Dragón es tan difícil de asimilar como que los gatos naden bajo el agua. Porque tu aspecto es el que es. Y la razón de... todo eso -dijo con un vago gesto de su mano que abarcaba sus cuernos, el largo cabello rojo al igual que los ojos y las garras- no puede ser otra que tu... progenitor. ¿Acaso un demonio de esos que tanto odias?

- El sampan sigue navegando, los dos hermanos marineros eventualmente salen de bajo cubierta y se ponen a los aparejos para continuar las tareas de navegación fluvial.

Veo pasar a los hombres y les miro con un poco de desconfianza, un sentimiento cultivado con los años de huir de los humanos. El aire comienza a enfriarse a medida que avanzan las horas y el sol ya comienza a ocultarse en el horizonte. Mi vista se pierde un momento mirando ese instante en que los rayos de luz se extinguen con inigualable belleza. Miro y sonrío, para luego cerrar lo ojos, como dejando que esas ultimas partículas de luz me inunden. Luego y volviendo al tema, hago un gesto de asentimiento a las palabras de Riqueza y respondo con la frente en alto:

 - "Así es, mi madre era una Sangre de Dragón. Su nombre era Cathak Melara y no tengo temor alguno de decirlo, pues su legado lo llevo con orgullo, siendo lo único de mi mismo que llevo con honor. El resto, ya lo imaginas. Conozco mi aspecto pues he vivido con él desde mi el momento de llegar a este mundo y entiendo lo que despierta en el mundo su apreciación. No quiero referirme a ello aun, pero no desmentiré tus suposiciones en respeto a tu inteligencia. Has de saber que mi maldición fue impuesta en el mismo momento de mi concepción y que ni yo ni mi madre tenemos la culpa de mi ascendencia paterna. Aun así, no descansaré hasta expiar todas aquellas culpas que no son nuestra pero que cargamos y poder así brindar a mi madre el descanso en muerte que no tuvo en vida. No deseo referirme más a ello, espero que lo comprendan."

Escondo un momento el rostro, quizás por vergüenza de la verdad o quizás simplemente por el acto mismo de sincerarme, pues es algo que no hago muy seguido y que no acostumbro. Pocas veces he tenido la necesidad o la oportunidad de abrir mi alma y mi mente, pero algo me dice que este es el momento y no me arrepiento de haberlo hecho. Luego levanto el rostro como si nada hubiese pasado y le hablo a ambos:

 - "Pero no pretendo viajar gratis en tu barco. Limpiaré toda la cubierta y me ganaré así mi estadía. Si estás de acuerdo, quisiera ser útil en agradecimiento a vuestra compresión. Es lo mínimo que puedo hacer."

Sonrío y espero su respuesta, pues realmente deseo ser útil. Quizás sea por la presencia del Automatón o por la misma naturaleza atípica del Carroñero, pero siento que a pesar de todo, son personas abiertas y pocas veces he sentido este potencial de lazos con personas. Es algo cálido y que quiero cultivar, pues la vida como la he tenido hasta ahora es un páramo frío y desolado, donde el sol no calienta y nada tiene esperanzas. Esa es la verdadera esencia de la soledad y es algo que quisiera dejar de sentir de ser posible.

A la puesta del Sol, los dos marineros se acercan cabizbajos y en actitud humilde a Riqueza Efímera, y le hablan en susurros, como intentando inútilmente que Ojos Rojos no lo escuche. A Patán Sabio y a Riqueza Efimera no se les escapa que las extrañas orejas en punta de este ser se mueven, orientándose para captar mejor las palabras de los marineros.

- "Mi señor Riqueza Efímera. Faltan aún dos jornadas y media de navegación para arribar a Pueblo de Mu. Es demasiado tiempo con ese... ser... a bordo. Especialmente por las noches. No podremos conciliar el sueño, mi señor.

Os suplico que le pidáis que baje a tierra y busque donde dormir en la orilla, o incluso que siga viaje por tierra si puede seguir el ritmo del sampan..." -

-Alto, alto, alto -dijo refiriéndose tanto al marinero Chou como al mestizo semidemoníaco-. Das mucho por supuesto, Tiwoka y haces mal. Do Chou, es el ocaso y pronto oscurecerá. Lleva el sampang hacia la orilla y anclemos la barcaza. Mu no cambiará de lugar y navegar de noche es mala idea. En cuanto a ti, debo reflexionar. Pero deberás comprender que ellos estaban aquí antes que tú y tu presencia les incomoda. Siendo sincero, nos incomoda a todos. Sí, para qué engañarnos. Tu aspecto da miedo. Deberás dormir en tierra. Pensaré en todo lo que nos has dicho y mañana tendrás una respuesta. Puedes estar tranquilo, no me marcharé sin decirte si puedes o no acompañarnos, sin decirte si te llevaré hasta el Sangre de Dragón que buscas o no. Soy mercader. Mi palabra es cuanto tengo y habla por mí -dijo con seriedad-. Y cuando preparemos la cena, te llevaré una escudilla. Prepárate para bajar. Esto no es negociable.

Los dos hermanos marineros conducen la barcaza fluvial hasta la orilla Sur.

Pese al cambio en la actitud de Ojos Rojos y el permiso de Riqueza para quedarse en el barco, Patán aún seguía temeroso de la figura del mestizo de demonio.

-Riqueza, creo que yo me quedaré arriba ayudando a los marineros a amarrar.

PATAN SABIO:

- Tiradas ocultas de:

* Inteligencia + Saber.

* Inteligencia + Ocultismo.

Después de escuchar las palabras de los hombres, bajo un momento la vista. Debería haberlo imaginado, pues ellos no eran Carroñeros ni Automatones, por lo que iban a temerme y desconfiar de mí mucho más de lo que las personas más sensatas y elevadas lo harían. Aun así y sin muestra alguna de resentimiento, bajo la cabeza ante las palabras de Riqueza Efímera y asiento antes de responder:

 - "Lo comprendo, no necesitas darme explicaciones. Estoy acostumbrado a esto, incluso, casi se me hace extraño salir de un lugar por las palabras y no porque me persigan con armas y antorchas. Dormiré fuera de tu vista y solo deberás llamarme para que aparezca a tu presencia. Confío en que no me mientes y que harás todo lo prometido, incluido el reflexionar, pues has demostrado ser un hombre razonable y gentil. Dile a tus hombres que nada tienen que temer de mí, aunque seguro eso no servirá de nada. Me retiro."

Cuando aun quedan un poco más de diez metros para llegar a la orilla, doy un gran salto desde el sampan para caer en la tierra firme de la costa y perderme corriendo por entre los arboles y la penumbra creciente.

Después de escuchar las palabras de los hombres, bajo un momento la vista. Debería haberlo imaginado, pues ellos no eran Carroñeros ni Automatones, por lo que iban a temerme y desconfiar de mí mucho más de lo que las personas más sensatas y elevadas lo harían:

"Estúpidos hombres marineros. Siempre con miedo a lo que no conocen y desconfiando de todo lo que no decora sus templos inútiles. Deberían saber que soy superior a ellos y que puedo... ¡NO! ¿Que estoy pensando? No soy superior, solo soy alguien que tiene una maldición y que lleva habilidades que pueden ser útiles si las uso de buena manera. No debo dejarme llevar por la oscuridad que aflora de mi alma cuando mi voluntad flaquea ante el dolor de ser repudiado. Debo ser fuerte y recordar siempre que cada vez que cause daño innecesario no será a mi madre a quien honre, sino al maldito de Ligier. No debo dejar que venza esta batalla que se libra en mi interior. Debo calmarme y apaciguarme pensando el mi deber y en mis ideales."

Aun así y sin muestra alguna de resentimiento, bajo la cabeza ante las palabras de Riqueza Efímera y asiento antes de responder:

- "Lo comprendo, no necesitas darme explicaciones. Estoy acostumbrado a esto, incluso, casi se me hace extraño salir de un lugar por las palabras y no porque me persigan con armas y antorchas. Dormiré fuera de tu vista y solo deberás llamarme para que aparezca a tu presencia. Confío en que no me mientes y que harás todo lo prometido, incluido el reflexionar, pues has demostrado ser un hombre razonable y gentil. Dile a tus hombres que nada tienen que temer de mí, aunque seguro eso no servirá de nada. Me retiro."

Cuando aun quedan un poco más de diez metros para llegar a la orilla, doy un gran salto desde el sampan para caer en la tierra firme de la costa y perderme corriendo por entre los arboles y la penumbra creciente. Mis pasos recorren lo necesario como para perderme de vista y busco una zona en la que maleza u hojas me tapen lo suficiente como para no ser notado mientras duermo y procedo a ocultarme allí, intentando no dejar ninguna parte de mi cuerpo a la vista. Me tapo con la sabana sucia, que por su asqueroso tono casi me sirve para camuflarme en madera y tierra, y busco la posición más cómoda para proceder a dormir. Como es costumbre, hago que Garra Ósea duerma en la parte alta del árbol más cercano a mi posición y duerma en buena posición para vigilar en caso de ser necesario. Mis oídos se mantienen alerta hasta entrado el sueño, listos para despertarme ante la necesidad o el llamado de Riqueza.

- Ojos Rojos da un potente salto, aunque carente de gracia y elegancia, cayendo pesadamente a tierra.

- A continuación corre y desaparece entre laespesura, imposible seguirlo con la vista en la oscuridad reinante.

- Riqueza Efímera observa que el cuervo alza el vuelo y se pierde en dirección a la orilla, pero no vuela hacia un punto concreto, por lo que no delata la posición oculta de su amo.

Cuando el mestizo dio su salto hacia la orilla perdiéndose posteriormente en la espesura, la mirada de Riqueza registró el solitario vuelo del cuervo, confirmando la conexión existente entre el pájaro y su extraño polizón. El mercader hizo un gesto a Patán para que lo siguiera al interior del sampang, a su camarote, donde confiaba poder mantener unas pocas palabras con el automatón.

-Cenaremos en breve -dijo a los dos marineros-. Y no os preocupéis por él. Estáis a salvo y no permitiré que os ocurra nada -dijo confiando en que creyeran en la posibilidad de que un mercachifle de río pudiera protegerles-. Os recuerdo que hay dos camarotes disponibles y que podéis ocupar uno de ellos. Mi automatón y yo nos encargaremos de velar que esta noche no haya ninguna visita inoportuna, haciendo guardia en la cubierta. A vosotros os toca trabajar duro por la mañana. De la noche nos encargaremos nosotros.

Y dicho aquello, se dirigió a su camarote.

El semblante de Riqueza era serio cuando entró en el camarote. Dudó acerca de si sentarse o no en su catre, pero finalmente optó por pasear arriba y abajo.

-Un demonio, Patán. O un mestizo de demonio. En nuestro sampang. Tiempos extraños nos toca vivir -dijo en un sempiterno paseo, con las manos enlazadas a la espalda-. Te preguntarás cómo me he permitido dejarle vivir o incluso hacerle esperar hasta mañana. Tengo dudas. Severas dudas. Tiwoka ha mencionado a su madre, la Sangre de Dragón llamada Cathak Melara. Aunque ha mantenido un oscuro silencio acerca de su progenitor. Es un híbrido. No me cabe duda acerca de ello. Y debería ser débil, como lo son la mayoría de los híbridos. Pero no es el caso -dijo deteniéndose y mirando a Patán-. Y eso me lleva a pensar que su padre es un demonio poderoso, casi tanto que me atrevería a decir con seguridad que es un demonio del Tercer Círculo. Ya sabes, una de las almas primarias de un Yozi, uno de los primordiales derrotados y encerrados en el Malfeas antes del inicio de la Primera Edad. No me gusta apostar, pero pondría sobre la mesa dos centenas de años por vivir a que su linaje demoníaco procede de Ligier el Sol Verde -aseguró con firmeza-. Y con tal ascendencia, estamos ante un príncipe que debería viajar con todo un séquito de lacayos, demonios menores y rastreros adoradores demoníacos. ¿Pero qué hemos visto? A un adolescente pretencioso, con más miedo que medios, y pobre como una rata de albañal. Y que encima odia a los demonios. O eso afirma. Y si esto es cierto, puede resultarnos útil en la lucha contra los yomas.

Los pasos de Riqueza resonaban contra la madera del suelo.

-Debo hacer su carta astral. Rezo para que esta noche sea despejada y no haya una sola nube. Así podré comprobar si se encuentra dentro del telar o no. Si está, su naturaleza humana será preponderante. En caso contrario, su alma demoníaca estará expuesta y solo nos quedará un camino por recorrer. El de su muerte. Triste sino, pero su existencia no tiene lugar en nuestro universo. Pero, ¿cómo una Sangre de Dragón pudo engendrar a tal ser? Solo puedo pensar en que la mujer fue violada, porque no me entra en la cabeza que yaciera por placer o amor con tal monstruo.

El Lord Carroñero se había detenido y su cara mostraba una profunda repugnancia ante tal posibilidad.

-Pero ahora debemos preparar la cena. Y me gustaría que esta noche me acompañaras en la cubierta, Patán. Será una noche larga y tu compañía será más que bienvenida. Ella y una buena tetera de té de vez en cuando -dijo guiñando un ojo al automatón. No, no se arrepentía en absoluto de todo cuanto habia tenido que hacer, decir y prometer para rescatarlo del fondo del río Hu. Le pesara a quien le pesara en la corte celestial.

Acomodado y oculto, enrollado sobre mi mismo para esconderme y camuflarme, comienzo a dormirme. Mis parpados se cierran y mis miembros se relajan lo suficiente como para descansar. Mi mente intenta dormir, pero no sin antes repasar un poco de los acontecimientos ocurridos y de como estos afectarán a mi vida en el futuro:

"Claramente lo que hoy sucedió es uno de los acercamientos más cercanos que he tenido con humanos desde la muerte de mi madre. Esto podría ser bueno o podría ser malo. Si todo sale bien y ellos me aceptan, podría conocer al Sangre de Dragón en buenos términos y aprender de él. Podría matar demonios e iniciar así mi camino hacía la elevación espiritual que necesito, volviéndome un ser de bien y no cayendo en la oscuridad asquerosa de mi alma. Eso sería lo ideal, lamentablemente está la posibilidad de que el humano decida irse. Eso no puedo permitirlo, pues significaría un enemigo potencial con mis secretos rondando por ahí. Sé que no le dije el más importante de mis secretos, que es la identidad de mi padre, pero ya sabe demasiado como para tenerlo en contra. Debo meditar acerca de estos, nunca he matado inocentes, pues nunca he tenido la necesidad, pero si Riqueza Efímera me rechaza, creo que deberé matarlo tanto a él como a todos los que están en ese sampan."

Me acomodo un poco para dormir mientras recuerdo la última vez que me abrí tanto con un humano, la única junto con esta y también la última vez que asesiné:

"Pocas semanas antes de entrar en este reino, llegué a una zona donde unas bestias estaban atacando a las personas que se adentraban en un bosque aledaño a su poblado. Cuando llegué por el bosque sin saber nada de aquello, me encontré con una joven de unos catorce años, bella y voluptuosa, más bella de lo que jamás habría soñado encontrar en una mujer. Sus cabellos eran negros, pero tenían un pequeño tono morado y su piel blanca y tersa estaba enrojecida del miedo que llevaba mientras huía de un par de bestias similares a lobos. Sin dudarlo, maté a una de ellas, obligando a huir a la otra. Quedé de espaldas a ella y cuando iba a huir, ella me agradeció con hermosas palabras pronunciadas en una voz divinamente bella. Me giré y ella se asustó, pero de inmediato luchó contra aquel impulso y tomó mi garra de hueso y la besó en agradecimiento. Me llevó a su choza, que era muy pobre y apartada de la aldea, donde vivía sola por ser huérfana de un campesino y vivir solo de lo que brotaba en el pequeño huerto que tenía. Allí cené y cuando me preguntó de mí, no tuve consideraciones en hablar y contarle todo. Era tan bella y comprendía cada palabra que pronunciaba, que me inundaba la felicidad de poder sincerarme completamente con alguien. Ella me besó esa noche y pensé que la amaba, quería proponerle matrimonio, pues jamás había estado tan cerca de una mujer y estaba seguro de que jamás volvería a estarlo. Dormí placidamente esa noche en su choza. Fui despertado en la mañana mientras los campesinos me rodeaban con sus armas y sus antorchas. Ella estaba entre ellos feliz, contandoles mi historia y diciendoles que yo, hijo de Ligier, era el monstruo que hacía que se perdieran las personas en el bosque, como sucedió con sus padres y que ella me había atrapado. Los hombres se pusieron felices, pero la mataron a traición diciendo que era la puta del demonio y que se había revolcado conmigo como una bruja. La ira me llenó como nunca antes lo había hecho, tanto por mi error, por la estupidez de la chica y por la crueldad de los hombres. Sentí como la oscuridad de mi alma acudía al llamado y en vez de apaciguarla, la abracé y la dejé actuar. Apenas recuerdo como sucedió, pero aun puedo sentir como la sangre de esos 4 campesinos manchaba mi cuerpo y como mis garras desgarraban sus carnes y huesos mientras mi risa frenética inundaba el ambiente. Otros dos campesinos entraron en ese momento, hombres que cuidaban desde fuera y uno de ellos calló con su corazón atravesado por mi garra aun antes de verme. El último de ellos intentó huir y le dí caza en el huerto, donde caí sobre su espalda y arranqué la carne a los lados de su columna hasta llegar a la húmeda tierra bajo él. Luego huí, sabiendo que mi aspecto era terrible, pero nunca sería tan horrible como la verdad que se esconde detrás, la que hará que jamás nadie que la conozca confié en mí, pues Ligier aun apuesta por su plan y él no suele perder." 

Intento sacar esos pensamientos de mi mente mientras escucho un graznido preocupado de Garra Ósea desde la altura. Le digo mentalmente que no se preocupe, que ya se me pasará e intento dormir a pesar de los pequeños tiritones que aun me dan de solo pensar en aquel terrible episodio, del que me avergüenzo pero no me arrepiento.

RIQUEZA EFIMERA:

- Tiradas ocultas:

* Inteligencia + Ocultismo.

* Astucia + Ocultismo.

* Astucia + Pericias: Destino.

* Inteligencia + Saber.

RIQUEZA EFIMERA:

- Es significativo que te haya dado su nombre, Tiwoka. Un sencillo ritual te indica que es muy probable que ese sea su nombre verdadero, lo que te da poder sobre él, por ejemplo es posible crear un círculo de protección con su nombre inscrito que le barre el paso.

- Descubres que Tiwoka tiene una estrella propia en el firmamento, como la mayoría de los seres sobrenaturales. Es una estrella que brilla con menor intensidad que, por ejemplo, la de Mazo, pero está ahí. Eso significa que hay un alma humana en ese cuerpo manchado por una poderosísima Esencia demoníaca.

- El hijo de uno de los más poderosos demonios de Malfeas y de una Exaltada Terrestre llamada Cathak Melara.

Te parece recordar a Melara, una Dinástica autoexiliada de la Isla Bendita y líder de un grupo de mercenarios que actuaba unos años en la región lejos al Sudoeste de Wu-Chia.

Una poderosa Aspecto Fuego a la que te hubiese encantado poder utilizar como conveniente peón, sólo que en aquellos años no había ninguna emergencia en los Cien Reinos que requiriese de tu intervención o monitorización.

Por lo que escuchaste, ella y sus mercenarios encontraron un amargo final a manos presumiblemente de una misteriosa horda de demonios que desapareció tan deprisa como apareció. Algo así bien pudiera ser obra de un demonio tan poderoso como Ligier el Sol Verde.

- No tienes forma de corroborar que lo dicho por Ojos Rojos, Tiwoka, sea cierto. Aunque en general concuerda bastante y su nombre verdadero es una poderosísima arma que se puede usar en su contra.

-Déjame pensar, Riqueza -decía mientras ponía agua a calentar y elegía de la despensa un té aromático y evocador, apropiado para la situación- diría que he oído visto esos nombres en algún diario, pero no estoy seguro...