Partida Rol por web

-¡Dónde vas, culo verde!

Aram sale tras el goblin cuando este intenta escapar.

Rosario, saca varita y cura ha Hannibal. Shelyn, sana estás feas heridas...

El pielverde forcejea con Aram y Vuldruk y cae inconsciente.

Sanadme para lo que se nos viene encima

Hannibal, viendo que las heridas de Vuldruk apenas habían sanado, zarandea la varita de una lado a otro.

¡Vamos maldita cura! Esto se va a llenar de goblins de un momento a otro...

Después de zarandearla y entonar una leve plegaria a Desna, le lanza otro varitazo a Vuldruk.

Viendo que las heridas de Vuldruk mejoran, Hannibal alza la vista y susurra:

Gracias Desna, oh maravillosa mariposa, por infundirme de tu fortuna.
 

Rosario continuo curando a sus compañeros

Agatha aguardó hasta que Rosario hubiera acabado. Con aquel estruendo, toda la mazmorra se les iba a echar encima. Afortunadamente, el conjuro de la varita aún duraría largo rato.

Creo q ya estoy recuperado de mis heridas, preparaos la fiesta comienza ahora

Hannibal, viendo que las heridas de Rosario aún no estaban curadas del todo, mira a Vuldruk y le dice:

Espera un momento Vuldruk, será mejor que bajemos todos juntos.

Y acto seguido le tira un varitazo a Rosario y guarda la varita.

¨Bajais por las escaleras y veis parcialmente una sala, repleta de estanterías de 6 pies que obstaculizan gran partte de la vision del habitaculo. Escuchais algunos ruidos que os hace pensar que hay algo o alguien en sala ...

¡¡Repentinamente surge una enorme rata delante de Aram!!

Le muerde salvajemente mientras la pierna del guerrero empieza a sangrar ...

-¡¡Maldito roedor*!! ¡¡te voy a ensartar, pestilente animal!!

Tras gritar esto Aram le pego un tajo a la rata para que por lo menos le soltara la pierna.

Aram parte la rata en dos y Vuldruk avanza* preparado para atacar y os grita a los demás.

- Aquí hay un par más y otro al fondo, creo.

(Tambien ve un cuerpo maniatado en el suelo, con un orientador al cuello).

Vuldruk ataca con su flachion al mas cercano

El golpe de Vuldruk es casi detenido por el escudo de uno de los dos guerreros, pero aparta la defensa y golpea violentamente.

Desde la parte de atrás, se asoma un individuo encapuchado y lanza un piedra ligeramente brillande con su honda a Aram, con precisión envidiable, alcanzandole en el hombro.

Agatha se esperó a que los demás despejaran la escalera y se deslizó con la espalda pegada a la pared hacia la izquierda, con el objetivo de sorprender a los enemigos por la espalda. Tanto ella como su lechuza permanecieron atentísimos, con sus sentidos alerta.