Partida Rol por web

Sara temblo varias veces al notar como la curabas, pero Haru no intervino en ningún momento, señalándote con el dedo indice por donde debías pasar, pero no volvió a tocar la piel de la joven. El tratamiento era lento y pesado, tanto que los minutos pasaban y antes de darte cuenta ya era casi de noche, la hora señalada. Las venas ennegrecidas ya tenían un color mas carnoso, mas sano y amenazaban con desaparecer tal vez en un día o dos de tratamiento. -Lo has hecho bien Charlotte, no era tan difícil verdad? Dijo Haru dándote un par de palmadas en la cabeza por el buen trabajo, pero no se entretuvo ya que empezó a recoger todo lo que habían usado y esterilizarlo con agua bendita.

-Eso lo dirás tu....tu sabes lo que duele Haru? Se quejo Sara. -Pero....al menos lo has hecho con mas delicadeza, no a dolido tanto como cuando el manazas se pone a toquetear mi espalda. Gracias. Te agradeció Sara mientras volvía a ponerse la camisa bien. -Quejica, la próxima vez te curas tu sola. Informo Haru, aunque no parecía decirlo en serio. -Charlotte, ya es bastante tarde, creo que tenias algo que hacer a esta hora. Recuerda lo que te he enseñado hoy. Tal vez lo necesites en algún momento.

No se había separado, como siempre, de sus peluches. Nunca lo hacia y nunca lo haría, tenia sus motivos pero solo una persona en la sala lo sabia. Pero cuanto mas se oscurecía el cielo, parecía que el rostro de Sora también se oscurecía, no escuchaba mucho de vuestra pequeña conversación ni tampoco si le habíais preguntado algo. Simplemente dijo. -Ya...se a hecho de noche. Antes de miraros, levantándose para poder ir al encuentro de Shura, no era de muchas palabras, pero parecía que algo le había pasado.

Audrey se levanta al ver a Sora. 

- ¿Estás bien, Sora? - pregunta a la chica mientra recoge a toda prisa. Se le había pasado el tiempo volando. 

Sora no contesta ni se dio la vuelta, como ya era costumbre habitual. Era imposible penetrar en la mente de esa chica, especialmente con los peculiares guardaespaldas que tiene. Audrey suspira al verla alejarse, mientras deja que Inu se suba de nuevo a sus hombros. 

Realmente, había oscurecido muy rápido. Por suerte, aún daba tiempo a pasar por la residencia a por las cosas que tenía preparadas para la misión. 

Así, se vuelve hacia Yuka: 

- Yo tengo que pasar por mi cuarto rápidamente. Nos vemos en el punto de encuentro. Sólo tienes que seguir recto y doblar al finar del edificio. Verás a Sora desde ahí. Hasta ahora. 

Dicho esto, salió trotando hacia la residencia. No podía arriesgarse a ir sin el arco y las flechas. A saber lo que Shura les tebía preparados. 

Audrey llevaba el arco y las flechas en la espalda y al gatito blanco en brazos. El zurrón con su libro de salmos colgaba a un costado y espero con paciencia a que llegasen los más rezagados. 

Alza la ceja al ver a Kuro. Le da pena el pobre animalito, hasta que recuerda que es un demonio, como Inu. Seguramente, hay algo que se están perdiendo. Shura puede ser muy bruta, pero no es tonta. Por algo ella es la maestra y ellos los estudiantes. O eso esperaba en lo más profundo de su alma. La verdad es que tenía una gran inseguridad sabiendo que esa... chica estaba al mando. 

Yûka saludó a Audrey mientras ella iba alejándose poco a poco de ellas. Cuando ya no la vio, miró a sora con una gran sonrisa

Nos vamos ya? Le preguntó a Sora, en tono simpático y animado. Tenía ganas de empezar.

Yûka fue todo el camino hacia la plaza de la academia sonriendo. Tenía ganas de empezar, por extraño que pueda parecer, le gustaba aprender cosas nuevas, sobretodo relacionadas con demonios. Además de que aún no había enseñado a sus compañeros su querida arma, la que, ciertamente, le encantaba. La había ido a recoger un momento antes de ir hacia la plaza, y la llevaba en su espalda tapada con una funda grande y de cuero. Se notaba que era grande y pesada.

Cuando, junto con Sora, llegó a la plaza, sonrió a sus compañeros y los saludó con la mano. Hola chicos! ¿Que emoción verdad? Preguntó con simpatía, un poco exaltada, pero sin dar brincos ni piruetas.

El tratamiento continuó y con la ayuda de Haru, Charlotte logró tratar la terrible enfermedad de la cual había sido víctima la pobre chica.

Al escuchar sus felicitaciones, unas burbujas surgían desde su estómago para hacerla sonreír pero parecían explotarse en el camino, haciendo que ella hiciera la común reverencia de siempre - Muchas gracias por la lección, Haru-senpai - miró a la chica y sintió un alivio de ver que se encontraba mejor. Al menos ahora se sentía más cerca de su objetivo, había ayudado a su primer paciente.

Ante el comentario de la hora, Charlotte comenzó a recapitular y recordó qué era. Se despidió de sus superiores y se dirigió a la cita que tenía con su grupo.

Charlotte tenía algo de prisa por llegar, ya que por poco olvida la cita, aunque no se sentía para nada culpable. Era la profesora Shura, a la cual no le debían absolutamente más que algunas cuantas heridas anteriormente innecesarias.

Se acercó al lugar y mientras oía las quejas de su maestra, ella solo volteó su mirada. Le hartaba bastante escucharla hablar. ¿Por qué no podía ser más como Yukio-sensei? Lo que sabían, se lo debían a él.

Hizo una señal para saludar tanto a Yuka como a Audrey y mira al gato de su otro profesor con algo de curiosidad. ¿Por qué estaría ahí? ¿Sería buena idea preguntarle a su profesora? Realmente lo dudaba. Era posible que saliera con respuestas de ebria como siempre. Pensado esto, esperó la llegada de sus otros compañeros.

Finalmente conseguí llegar a tiempo al punto de reunión, junto a mi, Folen revoloteaba de nuevo comportandose como siempre.

--- Buenas tardes chicos, siento la tardanza, aunque creo que hemos llegado con tiempo- digo a modo de saludo mientras sonrio, la verdad es que el retraso habia sido por que habia tenido que llamar a Folen y bueno, no se encontraba de muy buen humor, aun así estaba mejor  que la última vez y no tardé mucho en convencerlo para que me acompañase a la supuesta "fiesta"- Todavia falta gente ¿no?

- ¡Siento llegar tarde!- digo alegremente.

Hacía un par de minutos había terminado de dejar mis cosas en la habitación que me habían asignado en la residencia cuando, amablemente, me dijeron que mi primera clase empezaria en breve. Sinceramente, después de haberme recorrido medio planeta para llegar a la gran "True cross" me esperaba poder dormir aunque fuera un poco pero...¡Que demonios! nunca mejor dicho, estoy preparado para todo. Que ganas de empezar a patear culos oscuros. 

Rio un poco por lo bajo mientras, dando un par de saltitos, me coloco entre dos chicas (una rubia y otra de pelo oscuro que parecía ir cargada con algo pesado) que habían llegado antes que yo. 

- Buenas - digo sonriendo a todos- creo que debería presentarme. Me llamo Taima, podéis llamarme Tai - los observo con curiosidad y continuo- espero que seamos un gran equipo. 

Por ultimo presento mis respetos a la que parece ser la profesora, aunque por la poca ropa que lleva...quien sabe.

Tras varios minutos recorriendo la academia a paso ligero en busca de la plaza, descubro que llego tarde; es algo que Sor Elena no perdonaría, doy gracias al cielo por que ella no este aquí. 

- Siento la tardanza doña Kirigakure - espero no haberme confundido con su apellido, el cual me resulta difícil de pronunciar, aunque no mas difícil que creerme que esa mujer tan ligera de ropa es la profesora.

Al ver el gato que tiene a sus pies me asombro de la gran carga que lleva encima, eso solo se explica si es un demonio, pienso, mientras me santiguo al llegar a esa conclusión. Miro a los demás que ya están allí, manteniendo las formas y evitando que se note mi curiosidad. Me llama la atención la funda de cuero que porta una de las chicas de pelo negro, pues parece la funda de un arma.

Buenas noches! sois nuevos??? Yo también hace poco que estoy aquí, para ser exactos un día dijo con entusiasmo a los nuevos. No conocía mucho a sus compañeros, al contrario de estos, lo que le había incomodado un poco (no mucho, como ella suele decirse " una sonrisa amigable es buen comienzo para una amistad", así que ella suele intentar estar tranquila y divertida con los nuevos) así que al ver a personas nuevas se sintió un poco aliviada. Extendió la mano a Taima, quién se había puesto a su lado y que, ya con solo verlo, le había caído bien. Yo soy Yûka, es un placer Dijo con una reverencia.

Al notar como la chica de pelo oscuro se gira hacia mi le acepto la mano y la estrecho con suavidad- Encantado Yûka, el placer es mío- le sonrío alegremente y me coloco de nuevo mirando a la profesora...¿como dijo la otra chica que se llamaba? ¿Kirigakure? bueno, esa mujer que parecía la profesora. 

Era agradable ver que alguien me saludaba tan alegremente, así que el saludo recibido me pone de mejor buen humor.

Me quedo observando de hito en hito al nuevo chico, menudas confianzas se llevan con las chicas, aunque ahora faltaria ver sus reacciones, aunque no me gustaba ser  de la que requiera atención todo el rato no podia ver como se me ignoraba, así que "tosí" para llamar la atención del nuevo.

---Encantado- digo sonriendo de manera natural- Yo soy Ryutaro y él es Folen- añado señalando al demonio de fuego, luego me giro hacia Shura- Estan tardando mucho Giuletta, Naxael y Jareth ¿no?.

Charlotte observó a los recién llegados y solo alzó la ceja. Miró a Ryutaro con algo de duda: ¿Qué habría hecho? Luego, vio a Folen y el disgusto era notorio en su rostro, así que analizó a los nuevos. Su cuerpo bien torneado y su rostro inexpresivo se giraba hacia sus compañeros con algo de duda pues no eran los compañeros a quien esperaba ver.

Ante las presentaciones de todos, solo dijo - Charlotte - después de hacer una reverencia formal. No pretendía que todos la escucharan, pero ella debía cumplir con presentarse. Ahora, solo quedaba saber cuándo proseguiría aquella supuesta profesora.

Cuando se menciona a Folen, Audrey da un respingo y protege al gato con las manos. Después, respira hondo y deja que el animal trepe a su espalda, donde aguanta el equilibrio apoyado entre ella y las flechas. 

- Yo soy Audrey - dijo tendiendo la mano hacia el muchacho que se había situado entre ella y Yuka -. Encantada. 

Después se giró hacia la chica recién llegada y también la saludó. 

- Bienvenidos. ¿Qué especialidades tenéis? - preguntó entonces con curiosidad. 

A parte de estos compañeros que habíais visto dos personas mas se unieron al grupo. Uno era una chica de lo mas tímida que llevaba encima dos peluches de conejitos, uno era rojo y el otro de un color azulado (la imagen la tenéis en el demonomicon como Rudra y Agnis), no parecía con muchas ganas de hablar, miraba nerviosa tanto a Ryutaro como a Taima. El segundo se acerca desde la residencia masculina, llevaba como siempre su sombrero y una sonrisa afable en los labios, movía unas cartas en su mano, incansable como si las estuviera susurrando con cada movimiento, al acercarse alzo la mano contraria. -Hey que tal estáis todos? Pregunto Shiro mirando a los nuevos alumnos. -Cada día parece que tengamos mas compañeros, para que luego digan que los exorcistas eramos secretos.

Kirigakure Shura se rasco varias veces el cabello antes de ponerse de pie dándole un pequeño toquecito con el pie a Kuro, el gato de Yukio, el cual despertó de golpe y dejo escapar un largo maullido. -Nunca mejor dicho, siempre somos mas y siempre me toca a mi hacerme cargo. Es muy aburrido pero que le vamos a hacer, no me importa que hayáis llegado tarde, mas tiempo para dormir, que es justo lo que no vais a volver a hacer esta noche. Se hecho a reír un poco antes de sacar una hoja de su pantalón. -Pues hablando de vuestros antiguos compañeros, si antiguos que ya os he dado la sorpresa, pues parece que han sido trasladados a otra sede de los exorcistas, por sus grandes cualidades según ellos, según yo porque aunque todos tengáis la manía de venir aquí hace falta mas gente en otros sitios. En fin, dejemos eso a un lado que seguro querréis saber que vamos a hacer hoy.

Cruzo sus brazos un poco aburrida aunque eso solo hizo que le subiera el pecho y se notaran bien sus atributos. -Pues hoy toca supervivencia otra vez, vamos a ir de acampada fuera de la academia para que veáis a los demonios en su estado mas salvaje, yo de vosotros cogería lo que necesitara para la noche, va a ser larga y dura. Al menos para vosotros. Todos os podíais imaginar que lo decía por el licor que llevaba encima. -Estáis listos?

Observo como los demas se presentan. El rubio alto y fornido me mira con el ceño un tanto fruncido lo que me hace pensar que no le caigo bien. La otra chica que se encuentra cerca, rubia tambien, me saluda amablemente como Yûka. Respondo estrechandole la mano y contestando a su pregunta.

- Hola Audrey. Pues yo soy un...- de repente se me crispa todo el vello del cuerpo. Me giro y me encuentro con una jovencita que lleva un par de peluches en sus brazos. Mi cuerpo me indica que tiene algo paranormal...su aura es turbia, ademas me observa un tanto nerviosa. La sigue de cerca un adulto con ropas de exorcista, parece alguien de rango alto asi que me relajo. Mientras el recien llegado y la profesora hablan, me giro de nuevo hacia Audrey y termino mi frase- ...soy Knight. Espero poder crearos una buena linea de ataque - digo esto bajando mi tono de voz para no molestar a la profesora pero le sonrio a la chica para evitar mostrarme nervioso.

De nuevo me coloco mirando a la señorita Kirigakure. Parece que pronto comenzará mi primera clase real en la True cross.

- Sensei, ¿empezaremos a alguna hora concretra? ¿deberia ir a por las cosas a la residencia? - le pregunto de la manera mas cordial posible.

Audrey siente un escalofrío y la sensación de que una enorme losa cae sobre su espalda. ¿Giulietta se había ido? Baja la mirada involuntariamente. Y también Jareth. Los dos. ¿Habrá sido su culpa? Suspira de forma imperceptible y vuelve a erguirse. 

Estaban a punto de empezar una misión, no era momento de ponerse a darle vueltas a algo como eso. ¿Verdad?

- Yo sí estoy lista - murmura hacia Shura, pero se vuelve para seguir charlando con el nuevo. 

Mejor centrarse en las personas que estaban en lugar de... las que acaban de marcharse. 

- Así que un Knight - contesta sorprendida y con una sonrisa -. Sí, espero que sí. Aunque mí se me da mucho mejor dar apoyo - señala tanto al arco como a su libro de salmos -. Soy una Aria. 

¿otra prueba de supervivencia?¿Acaso no tenian otra clase de prueba?

Suspiro ante la noticia, era una lástima que tres de nuestros compañeros nos hubieran abandonado, pero que le hibamos a hacer, no habian congeniado mucho aunque no habia dado tiempo a más, pero ahora habia que centrarse en el presente y el futuro y no pensar en el pasado...

---Nosotros tambien estamos preparados- digo mientras me llevo las manos a la cabeza.