Partida Rol por web

La madre que te....Son huevos de abeja eclosionados, como si hubieran sido vainas de una colmena. El ámbar es miel de un panal y las cascaras son los restos de su paso.

Al agacharse a comprobar qué eran las cáscaras, la tez de Audrey palideció más, si eso era posible. Tragó saliva, mientras notaba cómo un sudor frío subía por su espalda. 

- Yuka, son caparazones de larvas. Todo esto que ves son abejas... Y no parecen ser abejas normales... - murmura despacio mientras empieza a rebuscar en la mochila. 

Demonios o no, tenían que pensar cómo deshacerse de ellas si se daba la ocasión. Y la mejor forma de luchar contra las abejas era, sin lugar a dudas, el humo. A falta de cerillas, Audrey saca el cuchillo y busca desesperada unas ramas secas por el suelo. Si conseguía crear una chispa, podría crear una humareda con la hojarasca. 

En cuanto la encuentra, prepara las ramas para poder encajarlas y hacer girar una dentro de la otra, para poder crear una llamita que luego prenda hojas secas. Si ahogaba las llamas, sería solo humo, justo lo que necesitaban.

Otra con suerte....Lo que ves son el rastro de unos cuernos de escarabajo en la madera.

Mientras iban entrando, Charlotte comenzó a hacer lo que mejor sabía hacer y eso era analizar su entorno. Comenzó a mirar alrededor para saber cómo actuar mejor en dicha situación y encontraron los rasguños.

Entonces, Charlotte se acercó a ellos para analizarlos mejor y saber si podía identificar de quién se trataba. Tuvo cuidado de no tocar ninguna materia extraña cuando algo vino a su memoria, información valiosa sobre el tipo de criatura. Entonces, miró a su compañera, quien seguía su paso.

- Se trata de los cuernos de un escarabajo. ¿Alguna información? Te recomiendo que te alistes para un fuerte exoesqueleto - y entonces, observó adelante si podía ver movimiento. Lo primordial era identificar al demonio.

Sigo de cerca a Charlotte observando el bosque y la oscuridad. Me siento nerviosa y noto algo de frío, cuando estaba a punto de comenzar una oración veo como mi compañera se acerca a los arboles para analizar ciertos arañazos.

- Se trata de los cuernos de un escarabajo. ¿Alguna información? Te recomiendo que te alistes para un fuerte exoesqueleto.

Los cuernos de un escarabajo? Debe ser uno bastante grande si es capaz de hacer eso; lo cual juega a mi favor, pienso.

- Siendo tan grande, las aperturas de su exoesqueleto serán mayores, creo que deberíamos buscar las zonas desprotegidas - me quedo pensativa y acabo añadiendo - colocaré la munición perforante de todas formas.

Solamente llevo un cargador de este tipo de munición, pensé que no sería muy necesaria aquí... Lo saco de mi cinturón y lo sustituyo mientras recito una oración para mis adentros.

Prosigo por el camino con todos mis sentidos alerta, pero no consigo detectar nada, a pesar de tener la sensación de que hay una presencia no muy lejos.

-No deberían... Susurro Folen, haciendo brillar sus ojos etéreos, como si pudiera ver mucho mas que vosotros. -Después de todo estamos dentro de su nido. Suelta una pequeña risa mientras aumenta un poco la intensidad de sus llamas.

Aunque al principio solo habíais visto unas telarañas dispersas por los arboles, al iluminar mas, podíais ver como las copas de los arboles estaban plagadas incluso como algunos hilos ya se habían pegado a vuestras ropas, sin daros cuenta las telas ya se estaban pegando a vosotros y por mas que tirarais de ellas era muy difícil de romper. De pronto las telas comenzaron a temblar y tuvisteis poco tiempo de reacción a lo que iba a venir.

Unas arañas inmensas, mas o menos de un metro y medio, se deslizaron con gran soltura por las hebras de la tela. Su piel era oscura, sus ojos parecían dos orbes rojos iluminados por el fuego de Folen, su cuerpo peludo y sus colmillos rezumaban un liquido que no tardasteis en identificar. Veneno. Las arañas se hubieran lanzado directamente sobre vosotros si no fuera por el fuego de Folen, el cual rápidamente hizo un pequeño circulo en el suelo para impedir que lo hicieran. Pero de todas maneras estabais retrasando el ataque, se preparaban y juntaban. Habría un mínimo de seis arañas rodeándoos.

Os preparabais después del aviso de Audrey, Inubashiri estuvo olfateando el aire buscando la señal de algún enemigo, el problema era que había demasiado aroma dulce como para identificar nada. Pero el sonido era otro. Al pisar un poco la miel del suelo, se escucho un crujido que para vosotras no era nada, pero el sonido se disperso rápidamente en el silencioso bosque como si fuera el replicar de unas campanas.

La gata saco el escudo dispuesta a defenderse en el mismo instante en el que el aire se llenaba de un sonido parecido al de un helicóptero cruzando el cielo. En menos de un minuto pudisteis notar como un viento molesto se levantaba de entre los arboles al mismo tiempo que veíais el cuerpo de una enorme abeja. Mas o menos medirían unos dos metros, su cuerpo amarillento estaba oscurecido por la iluminación del lugar. Sus manos habían sido reemplazados por unos aguijones enormes que parecían de lo mas afilados, sus bocas parecían moverse inquietas al veros y no solo eso... De su segundo apéndice se veía un aguijón mas fino soltando con gotas algún tipo de liquido probablemente veneno. En total habría unos tres.

Al ver al enemigo lanzarse contra vosotras Inubashiri estiro su cuerpo todo lo que pudo cargando su brazo, con un fuerte movimiento lanzo su escudo contra las abejas, las cuales tuvieron que retroceder. El escudo revoto en la corteza de los arboles, haciendo unos grandes agujeros en ellos por el peso del escudo antes de que obediente volvió a las manos de su propietaria.

El suelo tembló al ser sabedoras de lo que había a vuestro alrededor, era un poco exagerado como si un terremoto estuviera a vuestros pies. Pero no tardasteis en saber de donde venia el sonido. Unas enormes patas salieron de entre los arboles con una fiereza indómita, era capaz de partir las ramas y troncos del suelo como si se trataran de papel. Os costaba mirar a la criatura sin temblar, pero después de todo solo habíais visto demonios menores y casi inofensivos.

Un enorme escarabajo de mas o menos tres metros se encontraba delante de vosotras, su caparazón era negro-azulado, era difícil distinguirlo por culpa de la oscuridad pero su figura era bien visible, sobretodo el espacio que ocupaba. Sus tenazas brillaban amenazantes a la luz de la poca luna que llegaba al lugar junto con un sonido desagradable, parecido al que hace la gente al masticar.Sus ojos escudriñaron el lugar hasta que se posaron delante de vosotras. Podíais notar un aura asesina saliendo de su cuerpo al mismo tiempo que se preparaba para cargar contra vosotras. Seria muy rápido?

El vello de todo mi cuerpo se eriza al instante que veo todos esos enormes y orondos insectos acercarse hacia nosotros. Antes de que pueda hacer nada Folen se adelanta y nos protege. Aunque parece que la retirada de nuestros atacantes no sera muy larga. Comienzo a concentrarme mientras me aprieto los guantes con fuerza.

-Hey Ryutaro...-sonrio temblando de la emocion- ¡cúbreme!

Dando un gran salto sobrepaso la barrera de Folen y me planto entre dos de las grandes arañas. Ni siquiera pienso en las consecuencias de ello, simplemente confio en que Ryu me cubra las espaldas. Yo por mi parte les protegere con todo lo que tengo. Mientras pienso esto mi interior se llena de las ansias de pelea.

- Buenas noches señoras. ¡Siento decirles que nos impiden el paso! - Curvo mi cuerpo para conseguir un ataque mas potente y le asesto a la araña de mi derecha un golpe seco en su abdomen, evitando rechazos y contraatacando cuando es necesario.

--- Bien hecho Folen- digo a mi compañero mientras observo a las arañas tratando de identificar que clase de demonios son y haciendo un reposo mental a los distintos demonios que hemos estudiado en las clases y libros.- Folen, adelante, te permito convertir a esas seis arañas en bolas de fuego andante siempre y cuando no esten sobre alguno de nosotros.

Mientras daba ordenes a mi compañero permanecí en el circulo de fuego atento a mi alrededor, sobre todo permanecí mirando hacia arriba ya que esos demonios podian bajar de los árboles y entrar en el circulo de llamas por arriba o por abajo...

Audrey sacó el arco y las flechas poniéndose en guardia.

- Inubashiri, ¡escudo refractor a la más cercana! - gritó mientras repasaba mentalmente los salmos. 

Entonces, respiró hondo y empezó a recitar en alto el salmo del manto dispuesta a lanzarselo a aquella que viese que las abejas atacarían antes, ya fuera Yuka o Inu. Eran tres abjejas, así que mejor eliminar objetivos cuanto antes. 

Las arañas se abalanzaban contra vosotros, sus mordeduras eran muy dolorosas y sus picotazos hacían que vuestros cuerpos temblaran, incluso Folen gritaban de dolor al tener esas criaturas encima de el. La espada de Taima hizo un corte a una de las arañas pero no consiguió matarlo.

A las ordenes de su invocador, Folen invoco una vez mas su muro de llamas, repeliendo a las arañas que tuvierais a vuestro alrededor y encima de el. Una gran bocanada de fuego os rodeo haciendo intenso el calor. Aunque Ryutaro era inmune a su invocación, Taima no lo era y al igual que en la ultima ocasión, el fuego de Folen causo una quemadura leve en el torso del joven, cosa que al espíritu no le dio una gran importancia. Las arañas no estaban encima de vosotros pero si se estaban reagrupando, parece que el fuego les había hecho bastante daño y el golpe de espada casi había matado a una, pero estaban de pie y con mucha hambre.

-Nya!! Grito la gata mientras volvía a prepararse para el combate. El escudo abandono rapidamente la mano del espiritu para golpear con fuerza a las abejas, pero por mala fortuna el escudo no llego a la primera, quien la esquivo con relativa facilidad. Las otras dos recibieron un impacto mas directo de este escudo, viendo como su torso se llenaba de una sangre verde que brillaba con la poca luz que había en el ambiente, por alguna extraña razón juraríais que estaban bien enfadadas.

Las abejas estaban descontroladas, como si tuvieran hambre de matar y casi casi es lo que hicieron. Por fortuna el salmo que Audrey había conjurado había protegido de mas a Yuka o quizás hubiera sido fatal. Una de las abejas se abalanzo contra ella clavando su aguijón con fuerza en su torso, pero el escudo aminoro mucho la potencia de su ataque haciendo que tan solo tuviera un leve rasguño. Las otras dos abejas se lanzaron contra Audrey, Inubashiri se puso en medio para defenderla y ella misma sufrió grandes daños por salvar a su invocadora quien solo recibió un arañado por parte de la tercera abeja. Lo único malo era que ahora mismo las tres abejas las rodeaban, eso si, dos de ellas parecían bien debilitadas.

Yûka quedó totalmente paralizada durante unos segundos al ver a esas enromes abejas delante de ellas. ¿No podria haber sido algo que no tuviese agujas? Por suerte inubashiri las defendió en ese momento, lo que la despertó del shock. Necesitaba algo de tiempo para recargar su escopeta con las balas adecuadas para poder dañar a esas bestias. Antes de poder decirle nada a Audrey, se le adelantó y la defendió el suficiente tiempo como para que ella pudiese abrir su escopeto y poner los cargadores de bala sacra en su sitio para preparar un ataque aprobechando que estaban tan cerca de ellos. Apartad chicas!!! Dijo mientras apuntaba a la abeja más cercana a ellas y apretaba el gatillo.