Aleksi pudo mantener la cabeza fría ante el hallazgo de los cuerpos, además de los sentimientos encontrados que lo atribulaban. Asintió con una sonrisa leve al gesto de Valeria, pero se mantuvo silencioso los siguientes minutos. El finlandés se centró en su trabajo, no quería perder el foco ya que la situación ya era lo bastante truculenta.
Una parte de él quería llevarle a participar de algún que otro chascarrillo, pero aun digería la situación así que prefirió seguir adelante. Permaneció cerrando el avance de la expedición asumiendo que Mick y Valeria iban en vanguardia, ocasionalmente miraba a Iris más allá, pero también conducía su atención a su alrededor y al resto de miembros. Era una situación complicada para él, pero hizo de tripas corazón, especialmente ante el nuevo hallazgo de la enfermería.
Dejó que quien tuviera más maña con las computadoras, o directamente el personal médico, trasteara con el ordenador a ver si podían sacar información importante. Aleksi siguió en retaguardia vigilante, atento, pero también perdido en pensamientos.
Mientras camino entre los cuerpos, localizo al menos tres o cuatro que parecen mecánicos. Dos de ellos llevan un cinturón con herramientas, y uno tiene una libreta asomando del bolsillo. La hojeo por encima, está escrita en ruso y con lo que parecen ser anotaciones técnicas. El tercero una chica que no parece mucho mayor que Val, sostiene una tablet apagada.
Me guardo uno de los cinturones de herramientas y cojo la tablet para revisarla después. Antes de seguir, me acerco al ruso, Vlasov, y le tiendo la libreta.
—Disculpe, doctor. Le digo en voz baja. -Esto está en ruso. A ver si tú puedes sacarle algo.
Luego, me aparto un poco y empiezo a toquetear la tablet, a ver si logro encenderla o sacarle algún dato.
Yo no se en que grupo quede.
Temía que, al saber que la mayoría de esas personas no murieron por radiación, ya no querrían saber si el reactor estaría en buen estado. La alarma por radiación se ejecutó, ya fuera por una fuga real o porque alguna mano oscura lo hizo. Como fuera, el saber si fue real o no les daría muchas respuestas y sabrían a ciencia cierta donde estaban parados. El que Barnes le acompañara le tranquilizaba, si bien su fama le precedía… prefería su siniestra compañía a las melosos sentimentalismos de algunos.
—Disculpe, doctor. Le digo en voz baja. -Esto está en ruso. A ver si tú puedes sacarle algo.
-¿Eh?- la voz de Del Morbo le sacó de sus ensimismamientos, mirándole al rostro y a la libreta alternativamente-. Grracias…- la tomó con suavidad, soltando un suspiro antes de abrirla y leer los últimos pasajes. Dudaba que dijeran algo del accidente, nadie se detiene a escribir un diario mientras todo se va al demonio, pero si fue algo más lento… le dolería saber del último momento de un camarada en ese lugar olvidado por dios.
La puerta se abrió con un leve siseo, como si la propia estación contuviera el aliento.
Entré detrás de los demás, mis botas resonando suaves en el metal, y lo que vi me paralizó. El pasillo estaba alfombrado de cuerpos. No era una forma de hablar: estaban allí, reales, tangibles, apilados unos sobre otros, como si hubieran corrido a por la salida, como si hubieran creído que la salvación estaba justo detrás de aquella puerta... y jamás lo lograron.
Me quedé quieta. El casco transmitía mi respiración, rítmica al principio. Luego ya no.
¿Qué les pasó?
Las voces de los demás eran ruido de fondo, distantes, apagadas, como si yo me hubiera hundido bajo el agua. El tipo de silencio espeso que te envuelve justo antes de un accidente. O antes de una revelación. En este caso, fue ambas cosas.
Uno de los cadáveres estaba inclinado hacia mí, los ojos vacíos apuntando en mi dirección como si me reconociera. Como si me recordara algo.
Y entonces lo sentí.
Primero fue el calor en la nuca, subiendo por la columna como un temblor. Luego, el pecho apretado. El aire empezó a costar. Me llevé una mano al casco. No, no era el traje. Era yo. El mundo empezó a tambalearse, la visión se me cerraba por los bordes.
"¿Nos pasará a nosotros?"
Esa fue la primera pregunta. Le siguieron muchas otras, todas en tropel, todas con dientes.
"¿Murieron rápido? ¿Sabían que estaban muriendo? ¿Y Jean…? ¿Y si a él también le pasó algo así…?"
Me tambaleé. Las paredes del pasillo giraban lentamente. Busqué apoyo, ciega de pánico, y mis guantes rozaron el metal frío antes de dejarme caer contra la pared. Me dejé resbalar hasta sentarme en el suelo. No podía mantenerme en pie. Me saqué el casco a trompicones, contra todo protocolo, y lo dejé a un lado como si pesara toneladas.
El aire reciclado me sabía a óxido y a encierro.
Hiperventilaba. Mis dedos temblaban. Intentaba respirar hondo, como me enseñaron, pero mi cuerpo tenía otros planes.
Inhala. Exhala. No pienses. No sientas.
Pero sentía. Cada centímetro de mi piel estaba vivo de más, nervios en carne viva. Mi estómago era una bola de plomo. Me abracé las piernas, presioné la frente contra las rodillas. El casco silbaba a mi lado, como un corazón roto.
Estaba teniendo un ataque de pánico y lo sabía. Eso solo lo hacía peor.
No quería que me vieran así. No ahora. No cuando tenía que ser la jodida Spectre. La imperturbable. La que nunca flaqueaba. Pero allí, rodeada de muertos, sola en medio del gentío, con los ojos de mi hermano imaginario acusándome desde cada cadáver, no pude fingir más.
Y en ese rincón, por un momento eterno, deseé no haber venido nunca.
- Lo tiene Dr. Mikhailovich, comprobar el estado del reactor es una de las prioridades, pero no quiero que nos dividamos en demasiados grupos, por lo que tendrá que esperar a que al menos terminemos de dar energía desde la Sala de control central - Desvió su mirada hacia Barnes, al que tuteó al dirigirse a el - Elias, cuento con ello. Llegado el momento, de seguro Vlasov agradecerá su ayuda.- Como había expresado la Comandante, lo solicitado por el ingeniero era una prioridad entre muchas, pero no menos importante a sus ojos era echar un vistazo en la enfermería, en especial después de haber visto el estado de los cadáveres en general. Mas si la sala en cuestión cogía de camino.
No tardaron en recorrer los metros de pasillos que les llevaron hasta la enfermería, para encontrar nuevamente cuerpos tendidos en ciertas poses que aportaban mayor dramatismo si cualquier imaginaba sus últimos momentos, en especial la pareja que yacía, abrazada. Yeon suspiró pesadamente, intentando no pensar en ello, focalizando la misión, lo que era importante en esos momentos para todo el grupo.
- Bien, sigamos lo planeado. - Dijo para todos desde la intersección en aquella encrucijada del pasillo. - Aquí nos separamos, aunque sea por poco, pues estaremos relativamente cerca. - Según los planos, apenas habían cinco minutos entre un lugar y el otro - Canal de comunicación abierto en todo momento, informen de cualquier novedad, por pequeña que pueda parecer.- Yeon justo estaba terminando de dar las últimas instrucciones que vió por el rabillo del ojo como la joven piloto se desmoronaba, cayendo al suelo.
- ¿ Moreau??.- Preguntó sorprendida en un primer momento, aunque cualquiera podía ver sin ser una experta en medicina como la mujer estaba sufriendo un ataque de pánico.
Se acercó junto a ella aunque miró de llamar a la calma, sabía que era lo primordial en esos casos - Liane, tranquila, no estas sola. Respira profundamente. Apoyó su mano sobre su hombro y se agachó para estar mas cerca, a su lado. Entonces se volvió e hizo una señal con su mano al resto para que aquello no se convirtiera en un circo, lo último que quería era un tumulto de gente alrededor de alguien al que le faltaba el aire.
- Torrance, proceda y llévese a los suyos a la enfermería. ( Torrance+Ana+Iris+Spiner+Valeria) Su voz sonó pausada y firme, sin elevar el tono, siendo como era fácil de ser escuchada dada la quietud del lugar. - Aleksi, adelántese a la Sala de control con el Dr. Yuri y con Martin. Les alcanzaremos... . Sus ojos se cruzaron con los del militar, como buscando su aprobación. Era obvio que les alcanzarían en cuando Liane se repusiera, pero no iba a pregonarlo, no quería meter mas presión a la joven. La piloto necesitaba su tiempo para reponerse y se lo daría. Aguardaría a su lado cuanto hiciera falta.
- Elias, quédese con nosotras por favor- Como obvio era el motivo por el que quería a Barnes con ellas. Habiendo leído su ficha, sabía que como neurobiólogo era un experto en casos graves de estrés.
Entiendo que el reactor de Fusión nuclear esta en otra sala diferente a la de Control que es donde nos dirigimos, ¿ no? No me quedó claro, por no meter la pata.
Tomó la muestra que le enseñaba Ana, aunque no pensó que a simple vista pudiera identificar nada, habría que analizarlo.Lo miró y luego se lo devolvió.
Lo siguiente fue buscal informes médico, notas, medicamentos, cualquier cosa que la diera una pista de loque estaban intentando tratar, y si pensaban que era contagioso. Por supuesto, usó guantes y mascarilla para no tocar nada directamente.
Motivo: int+ med (Especialidad)
Dificultad: 6
Tirada (8 dados): 9, 2, 2, 4, 8, 8, 4, 8
Éxitos: 4
Soltó el aire por la nariz, de forma ruidosa, asintiendo hacia Yeon-Woo con gesto neutro. Era quien estaba a cargo y no él, así que acataría las órdenes. Ya llegaría su turno, aunque seguía creyendo que debían ir quitando variables a los problemas que tenían.
Se dedicó a leer la libreta que le diera Del Morbo, notando la pulcra letra de su antiguo dueño. Asintió complacido y orgulloso al notar que muchas de las formas que usaba ese sujeto eran muy parecidas a las suyas. Cada paso realizado fue el correcto y cada medición estaba en óptimos niveles. No hubo nada que indicara un desastre como el que les vendieron. Si creía lo que estaba allí escrito, el reactor estaba en perfectas condiciones y la radiación fue solo una excusa para que nadie ingresar… pero si ese era el caso, era fácil comprobar que no había radiación cuando se realizaron las mediciones desde la tierra. A menos que supieran bien lo que hacían en ese sitio, lo que era mas que probable.
-Gente haciendo bien su trrabajo- dijo alzando la libreta-. Perro todo sale mal…
Los cadáveres seguían acumulándose, aunque a estas alturas eran menos impresionantes que ver a casi un centenar amontonados en una sala. Lo que fuera que paso, afecto a toda la base. Dejó que los expertos examinaran los cadáveres, centrándose en los alrededores de la sala. Si hubo agua, debería haber oxido, alguna marca… algo.
Aleksi se mantuvo silencioso y vigilante, dirigió una última mirada a la computadora apagada. Nadie se había acercado a ella o había mostrado interés, por lo que lo exteriorizó.
—Quizá haya más información en el ordenador de enfermería —sugirió sin dirigir el comentario a nadie, luego su atención se volvió hacia Yeon-woo y asintió —. Sí, señora.
Se acercó a Vlasov y a Del Morbo que estaban juntos examinando una tablet que había encontrado el mecánico. Parecía que el ruso había encontrado algo, pero no aclaró el qué, imaginó que si fuera relevante ya lo compartiría. Aleksi se colocó junto a ellos y asintió a ambos.
—Adelante, entonces. Estoy con ustedes. Vamos —esgrimió un tono de voz neutro esperando a que ambos especialista terminaran sus comprobaciones y pusieran camino a la Sala de Control.
Entiendo que yo, Vlasov y Del Morbo nos movemos a la Sala de Control.
Un paseo espacial.
Genial, me encantaban. Nótese el tono irónico en mis palabras. Podía dar vueltas, tirabuzones y demás estando en una nave, helicóptero o una cometa. Borracha, drogada, con los ojos tapados o haciéndome un corazón, mientras veía por décima vez a Ross Geller decirle a Rachel Grene "¡nos estábamos tomando un descanso!". Pero dar un paseo espacial era como estar en ese tipo de sueño en los que intentas correr, pero no llegas a ningún lado.
UIna puta mierda espacial.
Al menos, en esta ocasión, mi pesadilla de "todas las armas que portas se convierten en perchas" no iba a estar a la altura del paseíto. E iria acompañada de Vesper.
- Joder. Si lo dices así, me apunto a lo que sea.- Sonreí al verla decirme eso.
Y es que tras mi ataque de pánico, necesitaba distraerme y salir de allí. Curioso. Imagínate estar bajo el mar y decir "salgo a filmarme un piti". Pues lo mismo, solo que el piti no va a encender en vez de autoapagarse por estar mojado.
- Capi. Le avisaré de las coordenadas cuando pongamos en marcha la antena.- Miré a Vesper como si ella realmente fuera el mosquetón que me mantenía unida a al chasis de la nave. Y así era, en realidad.- Vámonos antes de que cambie de opinión.
Del Morbo parpadeó un par de veces al notar la mirada de Elías fija en él. Por un instante pensó en apartar la vista, pero en cambio se permitió una sonrisa leve, casi despreocupada. Con un gesto tranquilo alzó los hombros, como restándole importancia a lo ocurrido.
—No me pasa nada. Dijo con voz serena, procurando sonar convincente. —Me siento bien, de verdad. Quizás sea que se me resecaron los ojos dentro de este traje… o puede que esté en shock y todavía no me haya dado cuenta.
Guardó silencio un instante, bajando la voz al añadir, como si fuera más un pensamiento en voz alta que una confesión:
—Lo raro es que ver tanta gente muerta no me produjo ninguna impresión. Como si… como si mi cabeza hubiera decidido no reaccionar.
Después de unos segundos, acompañó la frase con una risa breve y ligera, que más parecía un intento de sacudirse la tensión que una verdadera muestra de humor.
—Supongo que esa es mi forma de procesar las cosas.