Partida Rol por web

Tras una media hora en la que los músculos del cuerpo de Walt se tensaban y brillaban por el sudor, en la que Elyzabeth se había deleitado con esa imagen mientras ofrecía uvas a su dueño, y los demás esperaban con ansias que la corazonada del Oscuro les llevase al lugar correcto esta vez, la pala tocó con algo duro. El de Tepest no tardó mucho en terminar de apartar toda la tierra para poder ver el ataúd. La madera de la caja no contenía nada especial, nada que indicara que ese era el lugar correcto. Así que el único camino era abrir.

Una bocanada de aire cerrado salió del interior, pero no fue lo único. Una corriente mágica se elevó hasta los cielos, y los conocedores de la magia pudieron sentirla. Era una magia neutra que deseaba ser liberada, escapar de allí. Tumbado, se encontraba un esqueleto, sin rastro ya de piel, y entre sus manos, como si hubiese sido enterrado con ella, una espada.

La espada era una espada bastarda cuyo filo está forjado de cristacero transparente, mientras que su empuñadura y guarda están hechas de platino.

Mira una cosita, Ashlyn... Tú y tus difuntos amigos erais los que estaban buscando la Espada Solar. No sé si será esta, pero te corresponde cogerla. Haz los honores...

Walt salió del agujero excavado y se puso un momento al lado de la lápida para secarse el sudor con la capa dejada allí. Hizo bueno el dicho "capa de carisma, más uno despistado, no van a llegar a ningún lado". Lo que vendría diciendo que las capas nunca se usan para lo suyo, sino para otros asuntos (manta para dormir, toalla para secarse, o para adorno en alguien que nunca llega a usar su poder mágico.

Cuando la paladina saliese del agujero, el tepestaní abandonaría su descanso para volver a tapar la tumba con tierra.

Finalmente la mayoría decidió abrir la tumba, así que Urik se puso a un lado y espero a que el bárbaro terminase la tarea. Mientras este se dedicaba a cavar, el caballero cuervo se dedico a vigilar alrededor. Ese era un lugar ideal para encontrarse con muertos vivientes, y Don Urik quería estar preparado si se daba el caso.

Cuando el bárbaro volvió a hablar mientras salía de la tumba, Urik se fijó en la espada que centelleaba debajo. Este se quedó en silencio, esperando que Ashlyn bajase a por ella.

¡Por fin! Gritó Zack al encontrar la espada. A pesar de su corazonada, había sentido estar dando palos de ciego. Pero parecía que, al final, lo habían logrado. Lo habían conseguido, o al menos eso creían. Él no sabía cómo era la espada, así que confiaba en que así fuera. Miró a Ashlyn y asintió ante las palabras de Walt. Efectivamente debía ser ella quien la portase. Ella la había buscado durante más tiempo que el resto, y por eso merecía que la poseyera.

Tras media hora que me he pasado sentado en una piedra, jugando distraidamente con las piedrecillas y ramitas que hay esparcidas por el suelo y viendo cómo el bárbaro se aplicaba afanosamente en desenterrar el ataud, al fin parece que ha habido suerte.

Me levanto de mi improvisado asiento, atraído por la curiosidad y por el extraordinario torrente mágico que se ha liberado al abrir la caja, para contemplar la vidriosa espada que el esqueleto de turno sujeta con ambas manos.

"La luz de la espada duerme. Para despertarla, llevadla a donde la luz yace muerta, asesinada por su propia oscuridad"

Espero a que Ashlyn confirme que es la Espada Solar y si cree que hay indicios para suponer que, tal como dijo Madame Eva, ahora todavía nos queda por hallar el modo de desperezarla.

   Elyzabeth entonó una cancioncilla en la que improvisó algunas estrofas para hacer referencia al bárbaro y su pala. La letra, dedicada a un viejo caballero caído, aportaba todos los demás ingredientes; incluido la exhumación y el hallazgo de la espada.

Cava bien hondo enterrador, no sea que venga Walt con su pala

o la tumba del caballero, por mi será profanada

Mira a tu alrededor buen señor, venimos a llevarnos tu espada.

Si no vienes con nosotros, nadie sabrá que fue hallada. 

Ely encontró lógico que fuese la paladina quien portase semejante arma.

-Los dioses os susurran, Oscuro- Felicitó a Zack.

La pálida muchacha dejó de sonreír cuando Walt cerró la sepultura sin darla tiempo a examinar el cadáver y quizás perpetrar alguno de sus funestos ritos. Bufó malhumorda y lanzó las uvas que le quedaban a la tumba:

-Esto…Yo iba…¡Walterly Wallace:! ¿Cómo voy a buscar más pistas si entierras las pruebas? ¡Un poco más y dejas también la espada bajo tierra!- Protestó por la oportunidad perdida.

"La luz de la espada duerme. Para despertarla, llevadla a donde la luz yace muerta, asesinada por su propia oscuridad"

Ely pensó en las palabras que recitó el mago y compartió lo que le sugerían

-¿Creéis que se refiere al oeste? Es por donde el sol se pone

…Un eclipse me parece demasiado enrevesado.-

Se encogió de hombros.

Sí, anda... No había ninguna pista de porqué estaba el símbolo sagrado en la otra tumba, y vas a encontrar tú una pista en esta. Criatura... Y luego el ingenuo soy yo.

Pero mira... a lo mejor en lo otro tienes razón. Si la adivina dió una localización en los vagos límites del pueblo, todo el horizonte oeste de este valle es una zona lo suficientemente amplia como para encajar en el estilo de Madame Eva.

Es como dar palos de ciego. O como dicen en Tepest... como el grimorlock dando garrotazos al viento: va a dar en el clavo sí o sí.

"Shem"... Por más que la paladina le daba vueltas a aquel nombre, no era capaz de averiguar ni recordar nada sobre él. No le sonaba de nada. 

Al ver que el tepestaní comenzaba a cavar con ahínco y que los demás lo observaban expectantes, se fijó en que el caballero Cuervo no miraba la tumba, sino a los alrededores. Le pareció lo más sensato y Ashlyn hizo lo propio; al fin y al cabo, estaban en un cementerio, no quería volver a ser sorprendida por los muertos vivientes de nuevo.

Cuando por fin Walt dio con algo sólido, sin embargo, la curiosidad pudo con ella y se dio la vuelta para asomarse al ataúd junto con todos los demás, sintiendo el torrente de magia que salía despedido hacia el firmamento. 

Asintió a El Oscuro, en agradecimiento, como ella esperaba, su intuición no le había fallado. Luego escuchó las palabras de todos y volvió a asentir. 

-Gracias -le dijo a Walterly, poniendo una mano en su hombro, antes de acercarse a la espada. 

No la cogió inmediatamente, primero la observó con admiración, la empuñadura sólida, de platino y de apariencia cómoda, el filo de cristacero... Era hermosa, en verdad. 

Ashlyn alargó un brazo y cogió la espada bastarda, con un gesto casi reverencial, la levantó y la sostuvo frente a sí, admirando los destellos que los astros arrancaban de su filo y su guarda. 

-¿El oeste? -preguntó- Yo había pensado en un eclipse, pero tampoco es mala opción...

¿Dónde la luz yace muerta? Zack ya había olvidado los acertijos de Madame Eva, no le gustaban las personas que no hablaban claras y que les gustaba hacer pensar a los demás. Él era claro y directo, por eso le gustaba que el resto de los mortales fueran así.

Asintió ante Ely, ¿los dioses? dudo que estén de mi lado, pero sí, tenía una intuición y aunque nos ha costado, al final hemos dado con el lugar donde yacía la espada. Ahora habla de la que la luz yace muerta, y a mi un eclipse me parece un momento, no un lugar. Dudo que haya que esperar a algo así. A mi lo único que se me ocurre es que haya que ir a un lugar a despertar la espada o bien que esté muy oscuro, o bien que la poca luz que entre sea absorbida, puede que sea un pozo, pero a mi es que estos acertijos, no me gustan ni un pelo... dijo encogiéndose de hombros.

-Un pozo... o una cripta- Añadió recordando las palabras del elfo describiendo dónde iban a parar las almas de los enemigos de Strhad cada noche.

La joven acarició la lápida pensativa. -Debemos proseguir- Recogió sus cosas y se enfundó los guanteletes de nuevo. -Necesitamos identificar esta espada pero he agotado mis conjuros por hoy. ¿Conocéis a alguien que pueda hacerlo?- Miró en dirección al centro de la ciudad haciendo divertidas muecas con los labios y añadió. -De no ser así os propongo descansar para realizar mis oraciones. Contentar a dos dioses a la vez requiere mucha dedicación-

Don Urik escuchaba con atención las posibles opciones que sus compañeros debaten sobre la frase que dijo Madame Eva. Las frases de las adivinas Vistanis son siempre tan ambiguas que no es fácil saber cual es su significado.

-¿Y no podría referirse al mismo castillo de Strath? Ese maldito a matado toda la luz que ha podido de esta tierra herida -Dijo mientras se tensaba al pensar en aquel ser demoníaco. Al momento se relajó -En fin, quizá fuera buena idea ir a dormir, llevamos mucho trote hoy.

Zack se encogió de hombros. Analizar objetos se escapa de mis conocimientos, pero estoy seguro que Madame Eva debe ser capaz de eso y de mucho más. Si estáis muy cansados podemos dormir ya, pero si lo preferís podemos ir a verla una última vez y tratar de solucionar los acertijos de los que nos habló.

Irina no hablaba, no se sentía cómoda con la presencia del Oscuro. Gran parte de ella deseaba que el hombre se equivocara, como en la cripta, y así poder mirarle con superioridad. Pero, por otro lado, sabía que era necesario encontrar esa espada, significara lo que significara.

Así que, cuando salió a la luz, al menos no se sintió mal del todo.

Barovia está rodeado por el bosque Svalich, así que al oeste también está ese bosque. Un poco más allá está el Estanque Tser, pero si ya habéis ido a ver a Madame Eva lo conocéis. Al suroeste está la Colina Lysaga, y al noroeste las Cataratas Tser.

Irina alzó la mirada al cielo y entrecerró los ojos

El único que podría haber tenido capacidad para "ver" ese arma era el sacerdote Danovich y ya no está. De todas formas, se está haciendo tarde. Recorrer Barovia por la noche no es tampoco una muy buena idea.

La pelirroja tenía razón con lo de recorrer Barovia de noche. Hacer eso era una invitación para que las abominaciones que se esconden entre las sombras saltasen encima del grupo.

-Irina tiene razón, si se puede evitar, mejor no recorrer estas tierras por la noche. Además va siendo hora de que cenemos algo y que recuperemos fuerzas, y conjuros. Mañana seguiremos con la busqueda.

si lo preferís podemos ir a verla una última vez y tratar de solucionar los acertijos de los que nos habló.

-Creí que no te gustaba su forma de hablar tan poco clara-

Ely estaba de acuerdo en eso con el Oscuro pero estaba convencida de que si Madame Eva quisiera haberles dado más información, ya lo habría hecho.

Las ancianas solían ser más bajitas que ella. -¿Creéis que es una giganta?-  comentó en voz alta.

La joven siguió a Irina con la mirada. Consultó el mapa que había ido confeccionando con el ceño fruncido hasta que desistió de seguir la búsqueda por ese día.

-Si. Volvamos a la posada. Allí nos darán alojamiento y comida gratis- Explicó a Don Urik, que se había incorporado recientemente al grupo.

    Una idea que rondaba su mente empezó a tomar forma. Se acercó al semielfo y le invitó a un paseo tras la cena: -¿Querréis acompañarme a contemplar las estrellas esta noche?- Le susurró acariciando su oreja puntiaguda.

Reluë alzó la mirada hacia el cielo completamente encapotado y trató en vano de descifrar la sonrisa enigmática de la joven. Si quería averiguarlo, tendría que aceptar la invitación.

Como veais. Dijo el Oscuro asintiendo ante las palabras. Alzó la mirada para ver a qué altura se encontraba el sol, o tal vez la luna. Pero comprendió que por culpa de las brumas, allí siempre era de noche y no había forma de averiguar en qué momento del día estaban. Pero el rugido de su estómago señaló que era la hora de comer, y el cansancio de sus gemelos y sus hombros indicaban que también era una buena oportunidad para descansar en una cómoda cama.

Era muy probable que todos decidieran ir a casa de Irina para descansar, pero él no había tenido muy buena relación desde que se había conocido, así que prefirió tomar dirección hacia la posada. Si alguno de sus compañeros le acompañaba, no dudaría en invitarles a una buena jarra de cerveza para relajarse.

Mirad lo que os digo... Yo soy el que ha estado cavando, así que me apunto a eso de dormir. Si no recuerdo mal, el posadero nos había dejado habitaciones gratuitas. Yo soy más agreste que eso, y no me van esos lujos, pero la idea de despertar y no tener que cazar el desayuno... Guau, suena muy bien. Volvamos a la posada. Irina puede venir con nosotros. Así Ashlyn y Elyzabeth podrán vigilarla durante sus extraños sueños.

Si Irina prefería su mansión, debería salir de ella la invitación a quedarse. Y ya haciendo planes para mañana...

Si la gitana giganta quisiera haber hablado claro desde el principio, se habría dilatado más en sus explicaciones. Yo no volvería a hablar con ella... Después de todo, la primera vez el precio fue nuestra alma, y ya no nos queda nada con lo que negociar. Mañana iremos al castillo.

Había un dicho en Tepest... "Grande es la manta que cubre a la giganta".

Iré con vosotros anunció Irina, pues estaba claro que ahora, en su casa, ya no se sentía protegida. No sabía dónde se encontraba su hermano, pues en teoría debía estar gestionando la ciudad. Se había mantenido allí para proteger el cuerpo de su padre alejado de los zombies, pero ya no tenía esa misión.

Tomada la decisión, sólo les quedaba caminar. Las calles de Barovia parecían desiertas. Eso podría suponer que la noche había llegado, o bien que un nuevo mal asolaba a la población. Deseando que fuera lo primero, caminaron sin dejar de mirar a los lados hasta llegar a la plaza donde estaba la barricada contra los zombies. Ahora totalmente accesible, el camino a la posada les invitaba a entrar.

El tabernero limpiaba las jarras como siempre, con los mismos movimientos metódicos y casi estudiados. En el rincón, un par de hombres que se parecían a los que acompañaban en el campamento a Madame Eva. Por lo demás, todo estaba desierto.

Buenas noches saludó el tabernero la noche ha llegado. ¿Queréis comer algo o ir directamente a las habitaciones?