Partida Rol por web

No os deis media vuelta, ni un solo vistazo atrás o pagaréis caro ver mi cuerpo desnudo.

Como si tuvieran tiempo luchando como estaban ante un lobo gigante. Por detrás de Elyzabeth, la ninfa siguió hablando.

¡Mírame, Lobo Anciano! ¡Mira a tu Señora! Me has atado, me has golpeado... desfiguraste mi rostro mil veces y mil veces mi magia me ha sanado. Pero nunca te atreviste a quitarme mi manto. ¿Mi desnudez te asusta?-la ropa mojada de Valicia hizo un sonido al deslizarse por la piel-. ¡Mira ahora! ¡Mira ahora, rufián! ¡E inclínate ante tu Ama!

Vas a morir por tu estupidez de no querer colaborar con nosotros. Hubieras podido salvarte, pero no, tenías que enfrentarte a nosotros. Está bien, así es como lo has querido y así es como lo tendrás. Purgaré esta tierra de tu presencia.

Nuevamente mi espada vuelve a trazar sendos arcos letales buscando terminar con el lobo anciano. Aunque luego nos quedan los otros lobos de que hay fuera de la cueva, pero quizás si derrotamos al anciano se lo piensen antes de atacarnos.

Al no ver al grupo que acosaba a Ulrika, Elyzabeth desenvainó su maza embadurnada del lustre de plata para golpear a su jefe, pero los paladines resultaron ser una muralla infranqueable, incluso para una aliada. Terminó junto al valioso pilar de adamantia que soñaba con vender a cambio de una estrafalaria mansión.

¿Alguien sospecha si quiera para qué sirve esa cosa?

Las sospechas del Urik resultaron muy verosímiles. -¿A quién tenéis ahí encerrado?- Preguntó a quien supiera responder. La clériga fue a volverse hacia Valicia cuando la ninfa desató el poder de su desnudez.

No os deis media vuelta, ni un solo vistazo atrás o pagaréis caro ver mi cuerpo desnudo.

-¡Wow!...Lo que daría por un poder así- Pensó para sí. La curiosidad estuvo a punto de hacer que se diera la vuelta y sucumbir ante la tentadora belleza de la fata. Por suerte el lobo anciano seguía vivo y Beth centró su mente (y sus ojos) en neutralizar esa amenaza antes de abandonarse al hedonismo.

- †ηαliϩ εsρiritӵɐγs†- Susurró a su diosa una vez más. Sus poderes oscuros convocaron una daga de aspecto similar a la que había empuñado para cortar la cuerda de Valicia. El siniestro filo apuñaló al Lobo blanco en el lomo. El impacto fue casi perfecto y la hoja estuvo a punto de alcanzar el corazón de la bestia.

¡No! ¡El dolor no me hará sucumbir! ¡El dolor...! ¡GROAAAAAAR!

-¿Cómo dices? No te entiendo muy bien- Se burló de su víctima. -¿Tiene que ver con lo de devorarnos?- Continuó con su escarnio desde la seguridad que daban dos paladines de por medio.

En mitad de aquella vorágine, Lobo alzó su espada asestando un nuevo golpe al licántropo. 

-Caerás más pronto o más tarde, vil criatura.

Cuando Elyzabeth preguntó por el pilar mancillado, Valicia le restó importancia.

Ahí dentro solo tengo a un ex-novio. Ni caso.

Urik quedó un poco cortado por saber que tenía una ninfa desnuda tras de él. En cualquier caso, sus compañeros lograron infligir suficiente dolor para alimentar al pilar mancillado, y del monolito surgió una cadena de electoplasma que se enroscó en el cuello de Lobo Anciano sujetándolo y evitando que se les acercara más para morder.

Una leve sonrisa ilumina por un momento mi cara al comprobar los efectos qué nuestros ataques están teniendo sobre el viejo lobo, aunque pronto me vuelvo a concentrar. Parece haber quedado algo desorientado y ese es el momento oportuno para acabar con él, así que lanzo una nueva tanda de ataques.

Ahí dentro solo tengo a un ex-novio. Ni caso.

Si Valicia pretendía restarle importancia al pilar o al ser que encerraba, es que eran vitales para la ninfa. La joven entrecerró los ojos y sonrió sin llegar a mirar a la fata desnuda: -…Si le has encerrado ahí, es que le odias. No te importará que lo destruya después de acabar con los Licántropos- Dijo volviendo las manos hacia el pilar para comprobar su reacción. – Desamores, espíritus trorturados, venganza…No me importaría escuchar esa historia- Añadió después para sonsacarla.

Beth se volvió de nuevo y abrió los brazos hacia Lobo y los paladines:

-†អ្នកត្រូវសាងសង់ស្ទូច†- Recitó en una lengua oscura.

La sacerdotisa invocó su más poderosa letanía que protegería a sus aliados y mejoraría su capacidad de combate. –Si vuelvo a lanzar este conjuro sobre unos ateos como vosotros, la diosa me exigirá un sacrificio a cambio- Susurró.

A su espalda, la daga siguió hiriendo a al lobo blanco, aunque en esta ocasión apenas fueron un par de rasguños.

Claro que sí, guapi-dijo a Elyzabeth-. Y vamos a ser superamiguis. Pero no creo que tú lleves un arma capaz de partir la adamantina ni que yo tenga ganas de que mi ex salga de ahí. Besis.

Los últimos cortes terminaron con el enemigo, cuya alma vieron salir del cuerpo con el collar ectoplásmico en el cuello. El espíritu fue arrastrado hacia el pilar mancillado hasta que se fundió con él. Lobo Anciano pasaría la eternidad compartiendo prisión con el antediluviano exnovio de Valicia. La cáscara vacía, el cadáver, cayó al suelo en forma de lobo y poco a poco recuperó su forma élfica. Habían ganado. Por lo menos en la pelea que había tenido lugar en la caverna.

Vamos, vamos... abrid paso-dijo, escurriéndose entre Lobo y Ashlyn-. Ya no estoy desnuda, podéis mirar sin temor.

Valicia llegó a la entrada de la cueva, tentadoramente cerca del pilar mancillado. Tal vez fuera una prueba, o tal vez la ninfa fuese tan incauta que los aventureros podrían usar la misma técnica que con Lobo Anciano. Los espíritus encarcelados seguramente le tenían ganas a la ninfa, y se manifestarían si a ella se le infringía dolor tan cerca del monolito.

Puede que ya no tenga el poder de los santuarios, pero aún puedo dominar a un grupo de lobos jóvenes y de mente debilitada por su lado salvaje.

Los ojos de Valicia brillaron, y los lobos se acercaron a ella lamiendo el dorso de sus manos, como unos perros fieles. Lo peor fue lo que encontraron en el exterior: su querida aliada, Ulrika, había sido despedazada y desmembrada por los lobos. Elyzabeth no había llegado a tiempo.

Como dije, no puedo salir de este pantano. Y si mando a estos lobos con vosotros como refuerzos, romperán el control que tengo sobre ellos si se alejan demasiado.

Por fin el lobo cae muerto y veo como su espíritu es arrastrado dentro del monolito. Por un momento incluso me da la tentación de atacar a la ninfa, que es claramente malvada, pero la verdad es que nos ha servido de ayuda contra esa cosa y controlando al resto de la manada. Decido acercarme un poco y hablar con ella.

¿Y que te parecería una alianza con el pueblo de Barovia? Creo que ambos podríais salir ganando. Si vosotros no atacais las caravanas que pasen rumbo a Barovia con suministros, ellos no os atacarán ni buscarán liquidaros Y, si necesitas algún tipo de recurso, puedes pedírselo a alguien de una caravana y seguro que te lo pueden traer. Sería una suerte de "cada uno en su sitio". Al menos con eso la buena gente de Barovia tendría un problema menos.

-Y vamos a ser superamiguis-

-Superamiguis…- Repitió la clériga mirando los restos destrozados de Ulrika. Elyzabeth caminó en torno al monolito para examinarlo. Terminó su paseo dejando a la ninfa casualmente entre ella y los paladines (flanqueada a ser posible).

-Dime superamigui…- Repitió, ocultando cualquier sentimiento. –No nos ha quedado clara tu anterior relación con Strahd, ni cómo vas a ayudarnos en adelante- La sacerdotisa miró a Ash, luego a los lobos que lamían a Valicia, y añadió abriendo las fosas nasales: - Nos preocupa la propagación de la licantropía. Hay quien afirma que no tiene cura. Me explicaré. Si no van a hacer nada contra Strahd, solo son un riesgo para los demás-  Dijo arqueando una de sus afiladas cejas. Aquello era aplicable a la propia Valicia. Los ojos de Beth chisporroteaban con los conjuros acababa de lanzar y si decidían acabar con la peligrosa ninfa, aquel era el momento.

Viendo que la cosa podía no haber terminado, Lobo envainó la espada y cogió su arco. No tenía ganas de pelear, pero podía ser necesario. 

Hecho esto, se inclinó sobre el cadaver del elfo para ver si tenía algo que pudiera ser de utilidad. 

Me parece superbien. A tope con la alianza con el pueblo.

Qué remedio. Si era cierto que Valicia no podía llevar a los lobos más allá del pantano para luchar contra Strahd, tampoco podría enviarlos contra el pueblo. Aquello se había convertido en una especie de reserva de licántropos, lejos de cualquier persona a la que pudieran hacer daño.

Lobo no encontró nada relevante en su difunto tocayo. En cuanto a Elyzabeth, le pareció percibir que al acercarse al monolito los espíritus del interior se calmaban. Cosas del círculo de protección. También se fijó en la presencia de rasgaduras en el pilar de adamantina, como si trataran sin éxito de romperlo con espadas hace mucho. Eso corroboraba que se trataba de una prisión, y que no podrían romperlo y liberar a los espíritus de su interior a no ser que tuvieran armas hechas del mismo material. ¿Qué mal podría crear liberar a un par de poderosos fantasmas?

Mi relación con Strahd es casi nula. Por favor, si no tiene ni quinientos años, el chavalín... No soy ninguna asaltacunas. Ah, os referís de alianzas y tal... No, de eso tampoco. Con todo eso de la corrupción de la tierra no he estado muy centrada como para que nadie me considere una aliada confiable. Vamos, que estoy como un cenceeeerrooo, si sabéis lo que quiero decir. Y si nos retrotraemos a un pasado remoto, yo estuve luchando del lado de los druidas del valle cuando los colonos Von Zarovich llegaron para echarles. Si conseguís atraerlo hasta el pantano, cosa que dudo, lucharé con vosotros. Todo lo demás escapa de mi área de influencia.

Si os puedo contar que hace unos años Strahd cazó a un humano al que mis chicos habían convertido a la licantropía. Pelo castaño, de esta altura-dijo, poniendo la mano en torno a los seis pies-, con tatuajes... Se llamaba Arnak Wallace-el padre de Walt-. Lo que quiero decir es que Strahd tiene a su propio hombre lobo en el interior de su castillo. No tiene mucho sentido que os preocupéis por mis chicos en este pantano aislado, cuando Strahd tiene su propio botón de apocalipsis licántropo que puede apretar en cualquier momento.

Y ya que abrís el melón de las cláusulas y la letra pequeña de nuestro pacto... Iiiiimh... No me siento demasiado cómoda con esas pobres monturas vuestras llevando una vida de esclavitud. ¿Cabría la posibilidad de que dejarais el pegaso, el ciervo y los dos caballos conmigo para siempre?

-Wallace- pronunciaron sus labios en silencio. Ely siguió sin mostrar ninguna emoción, pero sacó su pergamino y anotó algo sin dejar que nadie lo viera.

¿Cabría la posibilidad de que dejarais el pegaso, el ciervo y los dos caballos conmigo para siempre?

Beth lanzó una carcajada cruel. -Te dejaría a mi querido ciervo, pero he visto como tus lobos destrozaban a mi anterior montura. Ya te lo he dicho. Los licántropos son una amenaza. Tendrás que elegir entre lobos o ciervos…Y no me vengas con lo de tu “sano influjo” para la convivencia animal, porque la letra pequeña se puede volver en tu contra. - Sonrió divertida. -De todas formas, estoy dispuesta a alguna concesión si nos ayudas contra strahd- Volvió a insistir solo para dejar claro que les debía una.

La clériga envainó su maza y sus hombros se relajaron. Aunque el desenlace no era el esperado, habían logrado su objetivo y se conformaba con que los licántropos no saliesen del pantano.

-Nos vamos. Tenemos mucho lío colegui- Guiñó un ojo a la ninfa. -Cuando todo esto acabe me pasaré para aprender un par de trucos-

Antes de marcharse Elyzabeth recogió el cuerpo de Ulrika y lo cargó en el ciervo.

Miro a la ninfa elevando una ceja y luego a los licántropos. ¿Para qué quieres los caballos, para que sean comida de lobo? Por otra parte si piensas que alguien puede esclavizar a un Pegaso es que no sabes absolutamente nada de ellos. Está criatura es de lo más noble y buena que existe, es inteligente e independiente. Si no quisiera estar conmigo, no lo estaría.

Lo convoqué directamente del plano del bien, pero ahora no puedo mandarlo de vuelta. Si quieres ayudarle, investiga si hay algún modo de mandarlo de vuelta y me comprometo a hacerlo. Hasta entonces respetaré su decisión, si quiere venir conmigo vendrá conmigo, si quiere quedarse pues se quedará y si no quiere ni lo uno ni lo otro puede echar a volar en cualquier momento.

Me giro hacia el pegaso y le miro. Tú decides, amigo. ¿Quieres quedarte conmigo? Sabes a lo que vamos a enfrentarnos, sé que lo sabes. Tú decides... Ya con su decisión, sea a pie, a caballo o en el Pegaso, seguiré a Ely fuera del pantano.

La pelea había terminado, aunque Don Urik no envainó la espada inmediatamente, si no que la mantuvo en ángulo bajo sólo por si acaso. 

La escena del espíritu del anciano siendo atrapado dentro de aquella columna y tras las explicaciones y deducciones , le dio un repelús al Paladín que no podía evitarlo. Aquella Ninfa no era trigo limpio, y el caballero empezó a plantearse si había gente honrada de verdad allí, en aquel plano de niebla oscura y maldad sin fin. 

Y resultaba que tras tanto esfuerzo, la buscada alianza con la Ninfa no les iba a proporcionar ningún beneficio contra Stradh Von Zavorich. Escuchó la conversación entre la Ninfa y sus compañeras, y decidió meter baza. 

- ¿ Nos puedes decir cómo curar la licantropía? - le preguntó a bocajarro. En la mente del caballero aún tenían opciones de salvar y curar a Irina. 

Resultaba que el hombre-lobo que estaba con Stradh era el padre del señor W., por lo que parecía, todos tenían alguna especie de conexión con el vampiro. - Me pregunto cual será la de Beth - pensó. 

- ¿Sabes algo o conoces algo o alguien que podamos usar contra él, para destruirle? - preguntó de nuevo. 

El pegaso se acercó a Ashlyn relinchando y acariciando la cara de la paladina con el morro. Valicia rodeó el pescuezo del animal con un brazo, y usó la mano libre para moverle la mandíbula inferior como una ventrílocua.

Brrrrm... iiiih... Lo siento, humana. Quiero quedarme con la sexy ninfa ninfómana nudista...-dijo Valicia, poniendo voces como si hablara por la boca del pegaso.

¿No? Bueno, tenía que intentarlo.

Tocó una rama baja, e inmediatamente brotó una flor que no se correspondía con la especie. Valicia la arrancó, dio un besito en el tallo roto, y entregó la flor a Urik.

Es belladona. Dáselo a alguien mordido por un licántropo antes de que llegue la primera luna llena desde el mordisco. Se curará... o morirá en el intento, porque la belladona es un pelín venenosa.

Tengo otra cosa para vosotros. Esperad aquí.

Hizo que dos lobos la siguieran al interior de la cueva. Ese lapsus fue aprovechado por Elyzabeth para recuperar el medallón de Boccob del cadáver irrecuperable de Ulrika. Urik revisó los objetos que llevaban... Deberían tener dos de las tres reliquias: el polvo de hueso de Santa Ecaterina y el diente de San Bogdan. Sin embargo, por mucho que rebuscaran no los daban encontrado. ¿Se las habría robado Valicia? No... ella no sabía que llevaban esos objetos. Y además, la chica es tan inocente... Les robaron en otro momento.

Al cabo de un rato, los dos lobos volvieron. Uno de ellos traía en sus mandíbulas el manto que normalmente tapaba la desnudez de Valicia. El otro llevaba un odre mojado, seguramente estaba bajo la superficie del estanque. Ambos lobos dejaron los objetos a los pies de los aventureros.

¡Ahora no puedo salir a despediros!-gritó, desde el interior de la cueva-. Si lo hago y me veis desnuda perderéis el sentido de la vista. ¡Y yo el sentido común, ja! La tela es un manto de segundas oportunidades. Os dará suerte, por lo menos al que la vista. El odre es un decantador eterno de agua. Mientras lo sostenéis podéis decir las palabras chorro, fuente o geiser para que salga el agua. Geiser es para que salga con mayor presión. Los vampiros no pueden cruzar el agua en movimiento. Si regáis a Strahd durante dieciocho ríos ivlis, acabaréis con él. Ya sabéis... contad un río ivlis, dos ríos ivlis, tres ríos ivlis...

Si Elyzabeth aún quería vengarse de los lobos, debía ser consciente de que, de escuchar sus ladridos lastimeros, Valicia saldría a ver el motivo de ese ruido y podrían quedar todos ciegos ante su desnudez.

Brrrrm... iiiih... Lo siento, humana. Quiero quedarme con la sexy ninfa ninfómana nudista...

La clériga se tensó como la ballesta de Urik convencida de que la retorcida ninfa los traicionaría desatando un sangriento combate. Para su sorpresa, no sólo no fue así, sino que Valicia los obsequió con valiosos regalos.

-Eeebb…Ahh…Que bien- Balbuceó sintiéndose una idiota. Hasta se habría reído del numerito del pegaso parlanchin si se hubiera relajado un poco. La ninfa era hermosa, ingeniosa y tan deliciosamente despiadada como lo era Morrigan. –Gracias por la belladona. Por cierto, ¿eso de perder la vista por contemplar tu desnudez, es sólo para los chicos? - Preguntó estirando el cuello de forma inconsciente. Dejó pasar de largo la fugaz idea suicida de asomarse para satisfacer su curiosidad y se contentó con acariciar a los lobos que les habían traído los objetos.

-Aún no os he perdonado por lo de Ulrika. Tal vez os convierta en bolsos cuando esto acabe- Fingió sonreir mientras rascaba sus suaves orejotas afelpadas. Elyzabeth miró la estrella de boccob preguntándose si lograrían acabar con Strahd.

Ely se despidió de Valicia sorprendentemente contenta a pesar de su pérdida.

De regreso decidieron su próximo paso y el reparto de los regalos:  -¿A quién le hace falta un manto con olor a golfa?.- Yo ya tengo uno- Añadió para sí con una sonrisa nostálgica. –El odre en cambio, es de esos chismes que pueden darle la vuelta a una situación si se usa con ingenio.- Añadió dispuesta a quedárselo si nadie lo reclamaba.

Tras un buen rato de marcha en silencio dijo: -Cuando volvamos a la mansión me gustaría enterrar a Ulrika junto a Walt- Anunció de pronto.

Me permito una leve sonrisa ante la actuación de la ninfa mientras acaricio suavemente el morro y las orejas del Pegaso. Sabía que te quedarías conmigo digo, pegando mi frente a la suya y terminando con un besito en su morro.

Observo los objetos que traen los lobos y afirmo mientras la propia Ely los coge. Entonces nos vemos digo a modo de despedida, preguntándome cuánto tardará uno de estos lobos en alcanzar el nivel del lobo anciano y rebelarse contra Valicia de nuevo.

Mientras vamos camino de Barovia, escucho a Ely. Yo tengo mi capa y me es demasiado útil. Es cierto que ese manto también lo es, pero creo que le sería más útil a alguien que no pierda algo por tener el manto puesto.

Ay, pillina...-dijo la voz del interior de la cueva-. Hay otros sentidos además de la vista, y todos dan placer en la oscuridad.

Era difícil discernir si esas palabras significaban que la desnudez de la ninfa no afectaba a las mujeres o si era una invitación a Elyzabeth a pesar de que aquello le costara la vista.

Antes de llegar a la cita de la herrería, el grupo hizo una parada en el jardín trasero de la mansión del burgomaestre. La tierra húmeda aún formaba un alargado montón en el lugar en el que enterraron el cuerpo de Walt. Por algún motivo, cuando Valicia les recordó el apellido Wallace, pensaron que la historia se habría enrocado aún más y alguien se habría llevado el cuerpo de su amigo. Pero seguía allí, en el jardín, aguardando a que el tiempo le consumiese. También seguía allí el carromato fúnebre de la vampira Sasha Ivliskova, por si querían atar los caballos de nuevo. La rueda rota había sido reparada a lo largo del día, pero no sabían por quién. Supusieron que fue una buena obra del desaparecido Doctor Van Richten, o del también desaparecido Zack el Oscuro.

Aún deberían hacer una parada más en la Posada de la Viña de Sangre, para recoger a Reluë, pero por algún motivo aquel momento era importante para Elyzabeth. Sus compañeros habían visto cómo iban cayendo las marionetas de la nigromante: Marcus, Jack, Ida... Nunca vieron a Elyzabeth tan afectada como con la muerte de Ulrika.