Partida Rol por web

Conseguimos por fin pasar, lo que agradezco al pedazo con un profundo abrazo en su cuello, y llegamos a la parte de atrás.

La presencia del elfo vampiro me hace automáticamente sacar la espada solar, pero sus palabras son lo que evitan que me lance al ataque inmediatamente. Le miro extrañada y miro a los demás.

No deja de ser un vampiro que parece estar bajo el control de Stradh. Si lo dejamos vivo puede que luego nos ataque por detrás. Eso es un riesgo que no me gustaría correr. Máxime cuando parece bajo el control del Conde.

- Estoy de acuerdo. ¿Ely? ¿Lobo? ¿Doctor? - contestó Don Urik. 

El pegaso apoyó su cabeza en el hombro de Ashlyn, más tranquilo ahora que se había asegurado de que ella se encontraba bien.

Ummh...

Rodolfo se acercó al vampiro para examinarlo. El anciano sacó de un bolsillo un objeto extraño que nunca nadie había visto. Era pequeño palo de medio dedo de largo y terminado en una cabeza rojiza. Lo raspó contra la manga de la chaqueta y la cabeza rojiza prendió en una pequeña llama.

Dejadme pasar esta cerilla por delante de sus ojos para comprobar una cosa...

El rostro de Jander cambió, dejando su gesto serio para reflejar un rostro lleno de pavor. Sin embargo no hizo nada por alejarse o atacar, permanecía dócil, de rodillas junto al jardín.

Me lo temía... Ha bebido, por voluntad propia u obligado, la sangre de Strahd. Es un ritual de vasallaje típico de los vampiros. Strahd no le controla, pero sí lo ha privado de su voluntad, y eso incluye bloquear sus recuerdos. Ignoro si este ritual se implementó como un castigo o como un modo de librarse de una amenaza, pero este rubito es inútil para la lucha. Ni nos sirve como aliado nuestro ni puede convertirse en nuestro enemigo, se ha convertido en un mero espectador, pero recuperará el sentido cuando Strahd muera y el poder de la sangre se rompa. ¿Qué sabéis de él?

Reluë hizo de nuevo ostentación de su prodigiosa memoria para responder a la pregunta de Van Richten.

Hace unos días apareció en el pueblo. Se llamaba Jander Sunstar, y decía ser una especie de héroe o aventurero. Su equipo estaba formado por la difunta hechicera humana Trina, sierva de Khyristrix; un enano mercenario llamado Varikov que Lobo y Ely encerraron en su cueva; y un vampiro espadachín llamado Rafael, que trabajaba para Strahd. Se supone que engañaron a Jander para que les siguiera el juego como héroes, pero no tenemos manera de saber si es cierto o Jander también fingía y es otro cabrón malnacido.

Entre sus heroicidades puede presumir de haber llevado a Gertruda hasta su madre, rehabilitar la iglesia del pueblo y luchar con nosotros contra Baba Zelenna en lo alto de la colina de Lysaga. Lo cierto es que a Gertruda la liberamos nosotros, pero como nos terqueó la dejamos con los vistani, él solo la llevó desde el campamento del lago al pueblo. Fuimos nosotros los que liberamos la iglesia de su malvado sacerdote durante la plaga de zombis, pero dejamos los cadáveres de nuestros amigos allí y nos limitamos a cerrarla a cal y canto. Y como los vampiros no pueden entrar en los lugares cerrados, no pudo ayudarnos a luchar en el sótano contra Baba Zelenna.

Él nos dijo que llegó a este mundo siguiendo a su gran amor, la reencarnación de Tatyana, en estos momentos en el cuerpo de Irina. A saber si es verdad... Yo no sabría si es una preciosa historia de amor correspondida o se trata de un siniestro acosador que aterroriza a Tatyana y no está menos obsesionado con Irina que el propio Strahd.

Ni Reluë ni Van Richten dijeron una sola palabra en favor de Jander. El elfo solar les ignoró y siguió cavando un agujero para trasplantar su limonero, de modo que estaba de rodillas con la nuca mirando al cielo, como un condenado a muerte esperando a que una espada le segase el cuello.

Desde la esquina occidental del jardín, al norte de la capilla que guardaba el Icono Sagrado del Cuervo de la orden de los Guardianes de la Pluma Negra, se encontraba el patio del noreste. Ese patio contaba con una herrería y unos establos abandonados hacía mucho, pero también estaba allí la puerta del servicio del edificio principal. En cuanto a las vidrieras que tenían que romper para entrar en la capilla, todas estaban a unos diez pies de altura, salvo por unos rosetones que decoraban la cúpula a sesenta pies sobre el nivel del suelo. El tinte de las vidrieras impedían ver el interior de la capilla desde el exterior.

El montaraz esbozó una mueca al escuchar el relato del elfo. Había que hacer alguna precisión al respecto.

-Si no recuerdo mal, el enano está muerto.-Añadió.-La señorita lo ofreció a sus dioses como sacrificio. En todo caso.-Añadió tras hacer una breve pausa para dejar que el grupo asimilase lo que acababa de decir.-Creo que el vampiro bueno es el vampiro muerto. Yo personalmente me lo cargaría ahora que parece algo más sencillo.-Concluyó sacando su arco y echando mano a una flecha. 

Viendo que los demás parecen estar de acuerdo, miro a Ely. Ella parecía tener especial predilección por este vampiro, pero ahora que es una marioneta de Stradh desconozco que podrá pasar por la mente de la clérigo.

Pero mi mano sobre la empuñadura de la espada solar deja bien a las claras lo que pasa por mi mente. Como bien ha dicho Lobo, el vampiro bueno es el vampiro muerto definitivamente.

Ely se dio la vuelta sin querer saber nada del tema. En el fondo sabía que Jander solo se habría ofrecido voluntario para beber la sangre de Strahd para que le permitiera estar cerca de Irina, la reencarnación de Anna. Si el elfo solar no podía ser suyo, no sería de nadie... Pero eso no significaba que le gustara ver su muerte.

Sin nadie que dijera una palabra en favor del trágico vampiro, Ashlyn alzó la espada y la bajó con fuerza. Algo salió mal, el tajo no fue limpio. El corte melló la médula espinal de Jander y su cabeza se inclinó hacia delante colgando de su tráquea. El vampiro cayó al suelo, boqueando como un pez. Inconsciente, Jander se transformó en humo. Su nube fue fluctuando para salir del jardín.

Se dirige a su ataúd... ¡Id tras él!

El humo se coló por debajo de la puerta del servicio, en el patio noreste.

Si lo seguimos nos guiará hasta su ataúd, y tal vez hasta el de otros vampiros. Podemos ir a por ellos ahora, o podemos ir tras el Icono de la capilla. Pero no podemos hacer las dos cosas a la vez...

Ashlyn... ¿dudaste al llevar a cabo la ejecución? ¿Por eso fallaste?

Al ver la actitud de Ely, asumo que no tiene ninguna queja sobre la muerte del vampiro. Así pues, saco la espada y me preparo para dar un golpe letal.

Sin embargo unas imágenes de gente sufriendo, arrodilladas ante el verdugo mientras sus familias ruegan que no lo hagan antes de que les corten la cabeza, acuden a mi mente y restan fuerza a mi golpe.

Chasqueo la lengua enfurecida conmigo misma mientras asiento al vistani. Sigamosle, si tenemos suerte nos llevará a unos cuantos más como él.

Escucho lo que dice el vistani a continuación. No fue exactamente eso. Fue como... como una visión de algo que no recuerdo haber pasado, de unas ejecuciones similares a esta que me distrajo. Pero no volverá a suceder.

Mmmh... me pregunto si esas visiones pertenecerán a la Espada Solar...

Siguieron a la forma gaseosa de Jander. La puerta del servicio no estaba cerrada con llave, y daba a un vestíbulo de diez por diez pies. A la derecha, una puerta entreabierta dejaba ver entre las sombras el contorno de unos camastros, seguramente el dormitorio de los sirvientes, cuando el castillo tenía más vida. A la izquierda, Jander descendió por unas escaleras al sótano del castillo...

Ayuda... Ayuda, por favor...-dijo una voz de mujer, con un tono distinto al de Irina (no era ella).

La voz provenía de la izquierda (K63) según bajaron las escaleras. Se trataba de una bodega, con barriles y botellas de vino, que estaba separado del pasillo por una serie de barrotes que impedían el paso, dándole aspecto de celda. En cualquier caso, se trataba de una habitación muy amplia (veinte pies de fondo, pero las luces que llevaban no alcanzaban a iluminar todos los rincones a izquierda y derecha. La voz vendría de alguna de las esquinas de esa habitación, pero no se acercaba a los barrotes, tal vez porque estuviera encadenada, atada o tras unos segundos barrotes de una celda o jaula.

Uno de los barrotes es falso, se puede retirar para poder pasar...-aconsejó la voz, muy débil.

El humo de Jander flotó hacia la derecha, por el pasillo (K62). El muro contiguo a las escaleras mostraban tres puertas (las de K65 y K66). Al fondo había unas puertas dobles (a K67). Pero el vampiro se coló bajo una quinta puerta (que daba a K61). Aunque la prisionera estaba atrapada, no estaba en apuros inmediatos: tal vez sería más seguro para ella, permanecer allí encerrada un poco más, mientras ellos seguían la pista de Jander, salvo que por honor o caballerosidad prefiriesen rescatarla ahora e ir a por el ataúd de Jander después.

Tras asentir en connivedncia a la ejecución del Vampiro, no se esperó que la muchacha fallara el golpe. Su explicación posterior hizo componer una mueca al paladín, pero también le podría haber sucedido a él. Quizás el Doctor tenía razón y fuera cosa de la espada. Había muchas cosas que una espada mágica podía hacer, sobretodo si no la habías investigado a fondo. 

- Es mejor no lamentarse y terminar el trabajo. Me parece buena idea la de seguir su forma gaseosa y acabar con él y con lo que nos encontremos, empiezo a estar harto de todo ésto. - dijo, siguiendo al resto. 

Mientras seguían el humo, el caballero usó su medallón para infundir de luz varios objetos del resto, a petición o sin petición, el objeto que más a mano tenía y que el portador llevaría. El mismo se iluminó en su armadura, no pensaba esconderse y serviría de faro para sus compañeros, a la vez que provocaría a los enemigos a atacarle a él. - Que vengan, les estoy esperando. - susurró con una sonrisa siniestra. 

Al bajar las escaleras, una voz femenina solicitó ayuda, y aunque a Don Urik le repateaba dejar alejarse el humo, y por lo tanto a Jander, no podía ignorar tal solicitud. Se acercó a la habitación, tanteando el dichoso barrote. Tenían prisa y no podían perder el tiempo. - Señora, ¿quién es usted y qué hace aquí?  - preguntó a la oscuridad mientras trataba de abrir la puerta.

Seguimos el humo escaleras abajo cuando, al llegar al primer sótano, una voz femenina nos llama. Chasqueo la lengua molesta al ver que Urik se dirige de inmediato hacia allí.

Joder, Urik. Que puede que sea una trampa, y aunque no lo sea estará más segura donde está hasta que regresemos. Y se nos va a escapar Jander. Hago impulso de seguir bajando, pero si Urik se queda no le voy a dejar solo.

Dicho y hecho. A la vez que Ashlyn advertía de la trampa y Urik jugaba con los barrotes, el suelo se abrió bajo ellos haciendo caer a parte del grupo. Van Richten se quedó en las escaleras, analizando la situación.

Bray, sigue a Jander-dijo el doctor.

Bray se transformó en cuervo y sobrevoló el foso para continuar por el pasillo. En la bodega se escuchó el ruido de cristales arrastrándose. Se juntaron y fusionaron mientras atravesaban el suelo del otro lado de los barrotes y llegaba hasta el foso con los aventureros caídos. Tenía forma de gólem de cristal o elemental de cristal o demonio cristalino o algo. No era el único enemigo allí: un incorpóreo esperaba en el fondo a los desgraciados que cayeran en la trampa.

 Sálvame... Sálvame...-dijo una forma arácnida mientras se acercaba hacia los barrotes; nunca hubo una damisela en apuros, solo una araña parlante tramposa.

Y ocurrió lo que tenía que ocurrir: un chasquido y el suelo se abre. Por suerte mi propia mente estaba preparada para algo así, y doy un salto en el último momento evitando una caída dolorosa.

De inmediato, enfurecida con esa araña, me lanzo hacia ella con la espada solar en la mano. Maldito ser del infierno. Morirás. ¿Por qué me tiene que recordar ahora a la araña que murió calcinada?

Las palabras de Ashlyn hacen detenerse a Don Urik, pensando en ellas y asintiendo para sí. - Tienes razón, no deberíamos fiarnos de nada dentro de éste cast... - sin poder terminar la frase, el suelo se abrió de repente. 

Probablemente gracias a la advertencia de Ashlyn, Don Urik dio un salto hacia un lado con una gracia y agilidad desconcertantes, dejándolo en una posición inmejorable. Como surgidos de la nada, varias criaturas se abalanzaron hacia ellos, y el paladín se preparó para la embestida o para atacar. De momento, parecía que el Golem de Cristal no era un peligro inmediato, pues estaba abajo del pozo. Pero el resto eran harina de otro costal. 

Ashlyn quedó aferrada a los barrotes con un brazo mientras agitaba su espada para intentar hendir a la araña parlante. Ese gesto fue suficiente para que el engendro arácnido retrocediese de nuevo hasta un rincón de la bodega. Bajo la paladina, la criatura de cristal empezó a reestructurarse, y sus trozos se desplazaron hacia una mano para proveerle de un brazo más largo.

Dadme un segundo, estoy trabajando en esto-dijo Van Richten, inclinándose sobre el escalón dónde estaba con unas ganzúas.

El gólem de cristal alzó el brazo para agarrar la pierna de Ashlyn, pero justo entonces Van Richten logró cerrar el mecanismo y la trampilla de piedra se volvió a cerrar, rompiendo el cristal. El constructo seguía allí, en el foso, pero ahora no podía alcanzarla.

Entonces llegaron los incorpóreos: uno ascendió desde el sótano; el otro llegó desde la pared opuesta a las escaleras.

Mientras los incorpóreos se centraban en los paladines, atraídos por sus auras de bondad, Bray llegó a la puerta y recuperó su forma humana. La abrió.

Pero qué demonios...

Entró con cuidado en la habitación y le perdieron de vista, pero empezaron a escuchar ruido de engranajes provenientes de esa misma sala.

El caballero urgió al Doctor mientras éste hurgaba con sus herramientas en el mecanismo - ¡Rápido, ya casi se ha formado! - le dijo mirando con aprensión como el brazo de la criatura se volvía anti-naturalmente largo y agarraba a Ash del tobillo, sólo para escuchar el repentino sonido de la trampilla cerrándose de golpe y partiendo el cristal en mil trozos. 

- ¡Por El Sagrado Cuervo! - exclamó aliviado, pero el alivio se trucó una férrea determinación cuando escuchó el característico ulular de las almas en pena acercándose a ellos. Las criaturas atravesaron toda la materia para llegar a ellos, llevando el frío ultraterreno con su toque profano. - ¡Desapareced y partid al más allá, con vuestros Dioses, o a vuestro destino! - arengó el paladín, golpeando con su arma el alma aparecida a su vera. La hoja atravesó al ser llevándose con ella partes etéreas, que desaparecían mientras el alma silbaba en el aire, con furia vengativa, reflejando los deseos de su actual dueño en contra de las criaturas no-muertas y demonios de mal ver. 

- ¡Aguanta Ash! ¡Beth, haz algo! - conminó el paladín a la clériga, que parecía haber adquirido un estado similar a las creaciones que llevaba con ella. Veía como el otro fantasma acosaba a su compañera, pero tenía antes que derrotar al que le acosaba a él.

De fondo, se escuchó a Bray en otra habitación haciendo algo. - ¡Bray, no te separes del grupo, tienen razón, éste lugar es muy peligroso, debemos permanecer unidos, sólo así venceremos! - admitió el caballero en voz alta, reconociendo el sitio como el lugar malvado y traicionero que era. 

Intento encoger la pierna para evitar que el ser me agarre, pero no tengo sitio. Yo no digo nada, concentrada en agarrarme para evitar caer y enfrentarme a eso.

Por suerte, el doctor consigue evitarlo. Suspiro cuando dos nuevos espíritus se suman a la fuesta. Joder, iros a la mierda digo antes de entonar una plegaria aprendida de mi maestro hace... ¿eones? Seguramente unos meses, pero me pareció mucho mas.

Largaos de una vez, por la luz sagrada.