Partida Rol por web

Snout City
5 de la mañana. Invierno.
 

Eh Bruqui, Bruqui... ¡Despierta, atontao! -te dijo Shiva-. No sabías muy bien dónde estabas cuando te dedicó ese zarpazo que, a fin de cuentas, era muchos días tu despertador particular. Abriste los ojos, y estabas en tu sofá del comedor, junto a la televisión y su mesa. Era de noche, completamente de noche, y afuera se oía la lluvia cayendo en pleno invierno. Tus juguetes de dormir estaban junto a tí. ¿Me estás oyendo, Bruqui? -te repetía la gata para que despertaras de una vez-.

Shiva era mucho más pequeña en tamaño que tú, pero un año más mayor. Tenía un collar rojo con un pequeño cascabel. Se trataba de un gato siamés (o al menos así lo describían a veces los humanos y ese doctor extraño al que a veces iba a visitar). Su cola, patas y rostro negro se ocultaban durante la noche, mimetizándose con la oscuridad. Ambos vivíais con vuestros dueños, en la Avenida Claw, muy cerca de la Biblioteca pública de la ciudad. Érais las mascotas de dos humanos desde hacía unos dos años. Podría decirse que érais practicamente hermanos. De hecho, desde que érais pequeños a veces ella te defendía de otros perros y algunas ratas hasta que comenzaste a crecer...

Oye -decía Shiva atusándose los blancos bigotes-. Lo he visto otra vez... En la ventana, en una de las habitaciones del piso superior. Sigue ahí, en el alféizar... ¿Quieres verlo? Quizá hoy... ¡creo que podamos cazarlo! -entonces Shiva dió un brinco para saltar sobre tí y correteando se dirigió hacia las escaleras. Se paró, giró su cuello y te miró, esperando que la siguieras.

Pensaste que aquella gata no debía dormir nunca.

ZzZzZzZ...Shiva...ZzZzZzZz...ya estamos otra vez igual-Decía Bruqui entre bostezo y bostezo- es muy de noche, no seas pesada, quiero dormirrrrr-A Bruqui le encantaba dormir a tapa tendída toda la noche, aunque con Shiva a veces era realmente díficil. Nooo pero para, no me dejes solo en la oscuridad, voy contigo...he escuchado "cazarlo" con lo que significa que es algo de comerr!!!-Solo había una cosa que a Bruqui le gustaba más que dormir y era: COMER, era un gran goloso y glotón- Espera Shiva, voy contigo...ummm ya huelo ese delicioso pajarito que nos vamos a comer-Bruqui que era muy inocentón se levantó del sofá y confiado e ilusionado de poder llevarse un bocado a esas horas, se dirigió despacio (para no despertar a sus dueños) hacías las escaleras donde estaba Shiva.

Caminaste hacia la escalera, y Shiva, al ver que ibas tras ella, subió rápidamente los escalones que subían al piso superior. Tus pasos se oían más que lo suyos (de hecho, los suyos era prácticamente imperceptibles). Al subir ella te esperaba en el marco de la puerta de la habitación que los dueños llamaban "de los trastes". Estaba abierta, y al entrar observaste el piano de cola tapado con una manta, un mueble con una camilla y varias sillas alrededor y un armario medio. Shiva se subió a la mesa, saltó al armario y ahí se agazapó.

No te acerques más, Bruqui -te advirtió moviendo la cola-. ¡Mira! -y te señaló a la ventana-.

La lluvia caía afuera, y golpeaba el tejado el alféizar. Cuando observaste bien te diste cuenta de sobre él había recostado, resguardándose de la lluvia, ese animal de pequeño tamaño y cola grande. Tú creías que era algún otro tipo de manjar, y comerte aquel animal no era propio de tí. Sin embargo, sabías que Shiva había intentado comerse a ese animal, el cual vivía en la copa del árbol del jardín.

Es Clopin, ¿lo ves? -dijo señalando a la ardilla-. Se pone ahí a comerse sus nueces muchas noches. No sé de dónde las sacará, tal vez se las robe a los humanos. ¿Me ayudarás a cazarlo, Bruqui? Sólo tienes que levantar lentamente la ventana con el hocico y yo... ¡podré darle un zarpazo y atraparlo! -mientras hablaba Shiva se relamía con la lengua, pensando ya en el trofeo antes de obtenerlo.

Alto ahí! no puedes comerte al pobre Coplin, me niego en rotundo...puede que para tí Coplin sea un manjar....pero Shiva miraloo, si tiene cola peluda como yo, estas majareta! -Bruqui estaba alucinando con Shiva, como podía querer cazar a Coplin, con lo rekuki que era allí subido en el árbol, sin duda Shiva era peor que él con la comida, pero esto ya era ansia pura -De ninguna manera voy a participar en esto, no te lo voy a permitir pequeña depredadora. Es más creo que deberíamos invitar a Coplin a entrar en casa, llueve mucho fuera y se esta mojando, pero tienes que comportarte y no echarle la zarpa. Coplinn, Coplin -Decía Bruqui en voz más alta para llamar su atención, olvidándo que eran las 5 de la mañana.

¡Maldición, Bruqui!, ¿porqué no? -decía mirándote con aquellos ojos ovalados que se le transformaban en la noche-. Esa ardilla entra en casa de nuestros dueños, roba comida y hasta a veces bebe de tu bebedero de la cocina... -aquello era mentira, sólo intentaba darte razones contra Clopin para que le ayudaras-. Sin embargo, su argumento no te convenció.

¡Grrrr...! -farfullo Shiva mientra cogía impulsó. Un instante después se lanzó contra el cristal, lo golpeó con sus patas (al otro lado estaba la ardilla), y el pobre de Clopin se asustó y cayó hacia abajo, hacia el jardín, a muchos metros de altura. ¿Cómo una ardilla podía ser tan torpe? En realidad estaba tan concentrada en su nuez que no se había percatado de vuestra presencia.

Ja ja ja -Shiva, una vez en el suelo se retorcía panza arriba, moviendo ágilmente la cola y desternillándose de aquella caída-. Seguramente habrá caído de pie.. esa cola que tiene le ayuda a caer bien. Sé de lo que hablo. ¡voy a mirar!

Acto seguido volvió a la ventana, subiéndose ahora por el piano. Empujó con la zarpa y la cabeza la cristalera y salió al alfeizar. Las gotas mojaban al gato, aunque el ímpetu de reirse de Clopin desde allí arriba podían más que su temor al agua. Entonces viste, desde tu posición, erizarse los bigotes y el pelo a tu hermana Shiva. Ello lo hacía en situaciones de extrañeza o peligro. Shiva miraba algo allá abajo, pero no podía ser Clopin, pues miraba como al frente. ¿Qué habría vislumbrado la gata?

Afuera seguía lloviendo en medio de la noche.

Shiva Nooooo...asustaste a Coplin y se cayó del árbol, gata mala. Para de reir. Pobre Coplin, ves a mirar como se encuentra, quizás deberíamos bajar a ayudarle. Jummm Shiva siempre igual, siempre haciendo de las tuyas-Bruqui estaba preocupado por Coplin y enojado con su hermana gatuna- Avisame si ves a Coplín en el jardín- esperó a que Shiva mirase por la ventana.

Y? como esta Coplin?...Shiva? Estas bien? Que ocurre?- Shiva estaba paralizada mirando algo al fondo, sus pelos se pusieron de punta- Shiva que....qu...pasas?- Bruqui alzaba el cuello para intentar ver u olisquear, pero la ventana estaba muy alta- Entonces abrio sus orejas todo lo que pudo por si escuchaba algo.

Esa cosa en la que se suben los humanos... ¿un coche? -se preguntó a sí misma Shiva-. Sí, un coche. Pues hay uno de ellos ahí fuera, parado delante de la casa del vecino. Ha encendido sus luces cuando ha visto a Clopin caer, y luego las ha apagado. No recuerdo haber visto a esos tipos nunca por aquí.

Mientras hablabas, un ruido en el piso de abajo te alertó, como si algo se cayera o se rompiera. Era lo suficientemente estrepitoso para que llegaras a percibirlo, pero quizá no tanto para que tus dueños se despertaran. Tu olfato, además, notaba algo extraño.

Bruqui de repente se puso es estado de alerta, como un acto reflejo...levantó su cabeza, su olfato se activó y sus oídos se abrieron. Se escuchaba algo en el piso de abajo, no sabía si Shiva lo había escuchado y casi dejandola con la palabra en la boca se fue para el piso de abajo sin decir nada, sea quien sea le quería pillar infraganti-Será Coplin- Pensaba Bruqui- O los forasteros de coche que ha visto Shiva- Esa idea le gustaba menos. Caminaba despacio pero tenso, iba asustado y salió de la habitación de los trastes sin decir nada a Shiva.

Bajabas las escaleras lo más discretamente que podías. Sólo esperabas que aquellas escaleras de madera no chirriaran mucho (o nada). Bajabas apoyando cada pata con sumo cuidado. Una vez abajo viste que la puerta de la entrada, en el recibidor de la casa, estaba abierta. Eso sólo podía significar una cosa: alguien había entrado (pues tu dueño rara vez se dejaba las puertas abiertas, no tan claramente tu dueña, que sí solía hacerlo). Cuando giraste el cuello miraste el comedor. Delante del sofá, como rebuscando con sumo cuidado en el mueblo, había un tipo vestido completamente de negro, incluyendo su cara y su pelo. Tenía entre sus manos un saco y una linterna. Ello te puso francamente rabioso, pues al entender la situación comprendiste el peligro... ¡Tú eras el guardián de la casa!

Bruqui temblaba de miedo y asombro, se quedó paralirado, sin moverse- hay un extraño vestido de negro en casa- pero que diablos...él era el guardían del hogar, tenía que enfrentarse al encapuchado y así proteger a la familia. Entonces Bruqui se acercó más sigilosamente al encapuchado y le gruñó, enseñandole los colmillos. Bruqui puso todo su cuerpo en posición de ataque para lanzanse de imprevisto contra el encapuchado.

El tipo se giró cuando Bruqui ya estaba bastante tiempo antes tras de él. El animal se lanzó contra él y no pudo hacer nada más que revolverse e intentar quitarte de encima. Afuera seguía lloviendo.

El tipo intentó golpearte pero no pudo hacer nada, pues no había calculado bien el golpe. Una vez lanzó un gancho fallido y tú una mordedura nada acertada, optó por salir huyendo de allí. Con suma rapidez, se lanzó hacia la puerta de entrada y la cerró. Tú te habías desequilibrado del fallido mordisco por tu parte, por lo que no pudiste hacer nada por impedir su huida. Por cierto, aquello te molestaba bastante: cuando un humano cerraba una puerta ante tí en tus hocicos y no podías hacer nada (puesto que los manillares no estaban hechos para tus patas). Tras mirar por la ventana, viste que el tipo se metió en un coche que estaba aparcado en la acera de la casa de enfrente (seguramente era al que se refería Shiva). Acto seguido, el coche aceleró rápidamente y se perdió en la carretera, saliendo del barrio y desapareciendo.

En esos momentos llegó Shiva.

¿¿Qué ha pasado?? -dijo la gata-. He oído muchos ruidos... -entonces miró alrededor, y vió el sillón movido y el armario abierto, sorprendida-.

Bruqui aún mirando por la ventana y queriendo salir detrás de ese coche donde huía el ladrón, contestó a Shiva- Se ha escapado Shiva. El encapuchado de negro se ha escapado- Decía Bruqui entre rabioso, triste e indignado, el guardían de la casa no había estado a la altura...-Al bajar Shiva, vi a un humano vestido de negro rebuscando en el armario, claramente ese encapuchado venía a robar Shiva, o quizás a matar a los dueños...debemos cogerles Shiva, debemos ir tras ellos...

Cuando dijiste aquello, las luces del salón se encendieron. Eran tus dueños, esa pareja que os cuidaba tan bien y que os paseaba siempre. Se quedaron petrificados al ver el espectáculo del salón (los sillones movidos y el armario abierto). Enseguida descolgaron el teléfono y llamaron a la policía, mientras la dueña os hacía subir al piso de arriba. La idea de perseguir a los ladrones era ya un deseo imposible.

Unos diez minutos después visteis desde la ventana desde donde Clopin calló dos coches de policía. Sabíais que eran hombres y mujeres vestidos iguales, y sus vehículos llevaban luces muy características en la parte superior. Entraron en casa, hablaron con vuestros dueños y luego hicieron alguna foto. Ellos atraparían a los ladrones, según oísteis desde arriba de su propia boca. Esa noche dormísteis los dos allí arriba.

* * *

Al día siguiente había dejado de llover. Era muy de mañana, casi el mediodía, y aún dormíais. Un ligero sonido, como pequeños golpes continuos os despertaron. En la misma ventana en la que la vísteis la noche anterior, la ardilla Clopin golpeaba el cristal. Quería que le abriérais.

¡¡Venga, ayúdame a abrir la ventana, Bruqui!! -dijo ansiosa Shiva-. Sólo pensaba en comérsela. Entonces pensas qué diantres hacía allí otra vez la ardilla; y, sobre todo, porqué quería entrar sabiendo que la gata iba a por ella.