Partida Rol por web

Prólogo de James Handsom

Era la tarde noche.

Bebiendo en tu taberna favorita, admirando tus premios de caza, os encontrábais tú y tu coleguilla de algunas fiestas y devaneos Patrick McDonal, un escocés venido a Inglaterra en busca de una nueva vida.

Patrick llevaba borracho como una perra desde hacía algunas horas, de hecho, podrías llegar a asegurar que nunca lo has visto sobrio desde que lo conoces, aunque, sinceramente, no es que lo hayas visto mucho. Tú ya vas con el puntillo cogido.

- Joder, James... Dice echándote un brazo encima. La Nataly esa, tú si que sabes, guapa hasta las uñas de los pies jejeje... Una risilla floja se le escapa antes de pegarle otro trago a la cerveza. Si yo fuese tú...¡Siii yo fuese tú!! ¿sabes loq ue haría? ¿¿Lo shabes??

Trató de fijar su vista en tí, pero los párpados se le caían de la merluza que llevaba encima. Te señaló con su jarra de cerveza, medio vacía.

- Si fueshe tú, iría a su casa, le subiría la falda y ¡Pam! ¡La haría mía a base de pollazos!

Varios hombres de la taberna de rieron y algunso asentían dándole la razón.

- Es que está buena la moza Dice otro

- Solo si fuese un poco más normalita...no se qué rollo raro se trae...aun no está casada y mira que está bien mozuela...

Patrick los mandó a callar a todos entre shisheos que dejaron su bigote salpicado de salivilla

- Tu-scúchame a mi, James. Dijo Patrick. Si la queires, tío, tienes que lanzarte.

Estoy super agusto en la posada que es como mi casa, mi templo dónde aqui soy como el rey, con Patrick, que va super borracho el cabrón, pero asi es como es más sabio, aparte que con el puntillo que llevo, me convence.

Me levanto golpeando con ambas manos la mesa. -Pues no tiene razón ni nada aqui el colega.... Voy a ir a ver a Natalie!-

Afirmo a los parroquianos de la taberna.

-Amigo Patrick, Natalie esta esperando al amor de su vida... o sea, a mi...- Comento con una sonrisa encantadora.

-Me voy a presentar con el cabezón... Cabezón! un ramo de rosas, champagne y fresas con chocolate...- Le pido a mi androide.

Patrick te miró con el ceño fruncidillo.

- Pero si es de noche, debe estar durmiendo

- ¡¡¡¡O leyendo!!!! ¡¡¡JOJOJO!!! Dijo uno que acto seguido recibió una colleja.

Patrick lo miró mal y siguió - Debe estar durmiendo, así que mejor esperamos a mañana, ¡¡¡celebremos hoy tu día de suerte y así mañana irás con más fuerzas!!! ¡¡POR JAMES!!

¡¡¡¡POR JAMEEES!!!!

Mientras, cabezón estaba dando vueltas por al estancia emitiendo pitidos y soltando nerviosos chorros de vapor, buscando por ahí rosas, Champagne y ¿Fresas con chocolate? ¿Qué pensabas hacer con Natalie?

El camarero te miró con una sonrisa mientras secaba algunos vasos con el trapo, y Patrick vació su jarra de un solo trago.

-No Patrick, tiene que ser ahora, que mejor momento que bajo la luz de la luna...- Le digo con una voz acaramelada y soñadora.

-Vamos cabezón, ya lo tienes todo?- Le pregunto con el corazón a 1000 por hora.

-No ves que mi amada me espera?...- añado guiñando el ojo a los parroquianos mientras me voy dirigiendo a la salida de la taberna para ir a casa de Natalie...

Patrick negó con la cabeza y te cogió el hombro, sentándote de nuevo en la silla.

- No seas maricona, Jamie. Hoy toca beber, y celebrarlo, irnos con una fulana...o dos, y pegarnos la juerga del año. Además, si dices que le vas a declarar nosequé, hoy es tu último día de libertad, ¿no crees? ¡¡¡HOY BEBIDA Y PUTAS Y YA!!!

Te miró desde debajo de sus cejas pobladas

- ¡Otra ronda, posadero!

Dijo con voz tronante. Cuando él se ponía así, lo siguiente era partirse la boca a hostias, y hoy no era día para eso. Además, él invitaba al parecer.

Niego con la cabeza mientras me sienta Patrick, pero veo razón en sus palabras... -Mmmm... Esta bien...- Le digo dandole un codazo un poco a mala leche para hacerle algo de daño, pues no me gusta que me discutan en mi "casa".

-Si esque tienes una labia...- me rio de forma socarrona esperando la nueva ronda.

El posadero os pone dos nuevas jarras, hasta arriba, de hecho, la tuya rebosa la espuma por un lado.

Patrick da cuenta de la anterior y se engancha a la nueva.

- A ver, Cassanova, ¿Y qué vas a hacer exactamente mañana?

Algunos de por alrededor comenzaron a pegar oreja, interesados en enterarse de lo que iba a hacer el patrón del pueblo. Aquellas cosas solo pasaban una vez en la vida, y daban alegría y movimiento al pueblo, no iban a ser ellos quienes se lo perdiesen, sería la boda del año ¡Vamos!. algo te decía que mañana iba a ser un día cargado de emociones.

-Voy a prepararla una cita que no olvidará en su vida, y luego la pediré que se case conmigo...- Le comento cogiendo la jarra y dandole un gran trago mientras le guiño un ojo.

Si, eso iba a hacer, pedirla en matrimonio tras una cita de ensueño...

-Cabezón, un anillo también...- Añado para que mi androide lo tenga en cuenta.

El Autobot comenzó a dar vueltas como loco. Anillos, rosas y fresas con chocolate, ¡¡no había nada de eso por allí!! En una de esas vueltas chocó contra la barra, quedándose por unos segundos muy quieto, antes de volver en si, un poco más calmado. Ya lo buscaría mañana.

Patick y tu seguísteis bebiendo, y pasaron un par de jarras antes de que volviese a preguntarte sobre la celebración.

- ¿Y hoy qué quieres hacer? Si no quieres asustar a la chica, lo mejor es que hoy desfogues, y mañana no estarás nervioso por acumulo de amor en las pelotas...Además, hoy de dije a mi mujer que no me esperase despierta, así que soy todo tuyo.

Sonrió de oreja a oreja. Él tenía potencia para su mujer y para dos o tres más a la semana...de hecho había un par de niños extrañamente parecidos a él por ahí...Al parecer la falda le gustaba a más de una...

- Venga, la fiesta de hoy te la regalo yo, ¡¡¡que es la última de soltero que te vas a correr!!!

Me rio por como el cabezón se mueve y casi se escalabra... Patrick me pregunta que quiero hacer. -Pues hombre, ya que será mi ultima noche de soltero, pues con un par, un par de mujeres.- Le comento con una amplia sonrisa pues ya que lo hago, lo hago bien...

-Asi acabaré más que desfogado.... no?- Y me rio brindando con él.

Patrick se echó a reír, lo que acabó en un ataque de tos, que atajó dándose un par de golpes en el pecho.

- ¡¡¡TU SI QUE TIENES LOS COJONES BIEN PUESTOS!!! ¡¡CON DOS MUJERES DICE!!

Te dio sendas palmadas en el brazo y puso algo de dinero en la barra, que serviría, de sobra, para pagar al posadero. Aun se repetía lo de las dos mujeres y estaba aun con la risilla tonta.

Los dos os dirigisteis fuera y tomasteis vuestros caballos. A unos diez minutos en animal, en el mismísimo centro del pueblo, había una "residencia para señoritas" que no era otra cosa que un lupanar bien disfrazado: "Residencia femenina: El cisne"

Llegasteis al protíbulo. Tras llamar un hombre bastante más grande que Patrick, que ya era decir, os abrió la puerta, y desapareció entre unas cortinas, dispuesto a llamar a la Madamme.

A los pocos minutos apareció ella, ya conocida, por los dos, en varias ocasiones.

- Qué honor, el mismísimo Handsome hijo en mi morada... Extendió su mano para que la besases, como saludo. A Patrick tan solo lo miró con un deje de reproche. ¿Y tu? ¿Ya vienes a darle a otra de las mías un bastardo? ¿Cómo lo haces? Logras lo que ninguno logra en este lugar...escoceses... Luego los dos se sonrieron, cómplices de su broma, y ella lo saludó a él con un beso en la cara.

- Te traigo al niño para que le des la fiesta de su vida, ¡que mañana se nos declara!

- ¡James! Dijo con una sonrisa y dándote un abanicazo Que callado te lo tenías cabroncete. Una de las cosas que más os gustaba de aquel sitio era que las chicas no se hacían las recatadas...a no ser que lo pidiéseis, claro, y tenían una picardía digna de cualqueir varón. Salvajes y malhabladas...no había nada mejor. ¿Quién es ella?

Seguíais en el recibidor, aunque ya podíais escuchar, tras las cortinas, las risitas de las chicas, y olíais el humo de tabaco, puros, y otras drogas menos bien vistas.

Madamme Green era una mujer hecha y derecha. No era como las jovencitas que tenía en su prostíbulo, que va, ella ya tenía mucha vida corrida. Dicen las malas lenguas que era hija de un mercader chico, que la vendió en uno de sus viajes. Y no se sabe como, acabó aquí.
Madamme es distinta de las demás chicas, a ella no se la compra, a ella no se la elige. Nadie se mete en la cama de Madamme a no ser que ella te elija, que tengas la magnífica suerte de que seas el escogido. Y son muy pocos los escogidos, auqnue muchos los que la cortejan. Dicen que quien está en la cama con ella no puede volver a desear a otra mujer, de tan bien que te lo hace.

Cuando madame Green me ofrece su mano se la beso sin dilación, me rio con la broma de la madame, y cuando Patrick cuenta lo de futuro compromiso...

-Ah, ya, es Natalie, pero porque tú no quieres...- Bromeo sonriendola de forma encantadora. Ahora la verdad que como colofón final más que 2 mujeres, me apetece una de verdad, la madame...

Pienso mirandola de arriba a abajo.

-...Entonces se te ocurre una buena despedida de soltero para mi?- Pregunto algo insinuante y travieso.

Madamme Green sonrió cuando hiciste la broma, pero volvió de nuevo los ojos a tu colega norteño.

Cuando preguntaste por qué te recomendaba ella te sonrió, y abriendo las pesadas cortinas que separaban la entrada del resto del prostíbulo te dijo

- Aquí no es lo que quiera yo, aquí es lo que deseéis vosotros. Ellas pueden ser lo que queráis que sean, son vuestras, y arden en deseos por complaceros...solo piensa qué quieres y pídelo, no te cortes...

La madamme entró en la sala principal. Aquello era un juego de colores, luces y brillos. Había lámparas con cristales de colores que proyectaban luces rojas y moradas, amarillas, naranjas...Algunas chicas bailaban en mesas, otras se contorneaban en las esquinas.
 

Las paredes rojas estaban conjuntadas con los sofás amarillos y burdeos, donde algunas de las chicas os esperaban y miraban, y otras ya estaban dándole placer al cuerpo con clientes poco castos que preferían tomarlas en público.

Aquello era Sodoma, Gomorra, la ciudad del pecado y el sexo, abierta ante tus ojos.

Notaste como te excitabas por momentos. Algunas chicas en parejas se besaban y tocaban entre ellas, otras al veros se levantaban las faldas y os enseñaban sus montes de venus rasurados.

Había de todo y para todos los gustos. Jovencitas apetecibles, adultas experimentadas...todo era posible en aquel lugar, y Madamme Green lo abría entero para tí.

Algunas compartían pipas de opio, suponías, u otras drogas, y se reían medio tiradas en lso clientes, o se besaban con ellos, y con ellas. Reconociste algunas caras de varones, pero sabías que ni ellos dirían ni tu dirías nada. Lo que pasaba en el Cisne, se quedaba en el Cisne.

Encontraste, en una esquina, a tres chicas. Una de ellas tenía la cabeza de otra entre las piernas, a su vez, la que le practicaba el cunnilingus estaba siendo penetrada con alguna clase de objeto fálico por la tercera. Las tres se te quedaron mirando por un segundo, y la que estaba siendo devorada, entre gemidos, te hizo gestos para que fueras.

- Vos decidís, Mister Handsome...Si me disculpáis... Y tal como vino se fue.

Te quedaste un minuto mirando todo aquello, al poco una chica se acercó a Patrick y le dijo algo al oido, él sonrió y te dio una palmada en el hombro.

- Que te lo pases bien, chico, a mi me están llamando.

-Tsk...- Chisto con la boca, no ha pillado la indirecta... Bueno, ella se lo pierde. Pienso cuando me enseña el local, joer, cada vez esta mejor el sitio pasa por mi mente cuando veo tanta tia buena.

Entonces en el paseo, me encuentro a tres chicas montandoselo, y se me hace la boca agua, ellas me miran y una me hace señas para que vaya, justo Patrick se despide, y la Madame, hacia un rato más que ya se habia ido...

Asique me acerco a las tres chicas, acariciandolas mientras encaro a la que me ha llamado.

-Hola chicas.... Es una fiesta privada o se puede participar?- Es uan frase echa, o al menos yo la formulo asi, pues me pongo a besar a la chica que me habia llamado, recorriendo su boca con mi lengua y degustando su sabor mientras mis manos buscan los traseros de las otras dos...

Besas a la rubia, que era la que estaba siendo devorada. Su boca sabe a mujer, seguramente a una de las otras dos, auqnue es dulce en cierto modo...también notas el sabor del alcohol...eso te recuerda que tienes la garganta seca...

Terminas el beso, y la morena, la que estaba penetrando a la otra, te mira con una sonrisa.

- Teniendo una de verdad, ya no hace falta esta... Saca el juguete del interior de la pelirroja, empapado en sus fluidos, lo lame y lo deja en la mesa. ¿Pero la tuya está ya como para poderle dar? Habrá que ayudarlo...¿no chicas?

Las tres se incorporan. La rubia sigue besándote, la pelirroja comienza a besar tu cuello y morderte las orejas, y la morena comienza a desabrocharte ropa.

El beso, cuanto menos, me resulta excitante, y bastante sabroso, mmmmm.... Tengo sed.... -Una botella de Champagne...-

Pido mientras la morena saca del cuerpo de la pelirroja el "vibrador" y me dice si me la mia esta lista o no, la verdad esque si, y ya me presiona el pantalón, pero....

-Bueno, ya estaría más o menos, pero mejor si te aseguras...-

La susurro sensualmente con tono pícaro.

Se incorporan y la rubia me sigue besando, cosa que devuelvo su beso con intensidad, mientras la pelirroja se dedica a mi cuello y a mis orejas, erizandome de pura excitación el vello de la nuca, y la morena comienza a desabrocharme la ropa...

Mis manos pasan a acariciar piel de las tres mujeres, en caricias sensuales mientras me dejo llevar por ellas, empezando a desaparecer todo a mi alrededor y solo sentirlas a ellas.

Cuando pides la botella ves que una chica repite la orden y se acerca a la barra. Lo ves antes de que la rubia te coja la cara y bese como si le fuese la vida en ello. De nuevo su lengua te muestra los gustos particulares de la joven.

La morena te sonríe, parece que es ella quien manda en esas tres, o al menos la más dominante...la más peligrosa.

- No solo voy a asegurarme...haré que la tengas tan dura que te duela... Su voz era sensual, salvaje. Era como una loba con can can...Y ahora la loba se afanaba en descubrir aquello que tenías dentro de los pantalones. Chicas, veamos si es verdad eso que dicen de los asiáticos...

Las otras dos se rieron, pero la pelirroja volvió a sellar tus oídos con su lengua juguetona.

Los besos de la rubia siguieron, y tiraba un poco de ti para que te fueses sentando en la mesa que tenían la lado. La morena había dado ya buena cuenta de tus pantalones, que reposaban haciéndote cosquillas en las rodillas, y la pelirroja estaba lanzando tu camisa y chaqueta al suelo.

- Estas buenísimo, cielo... Dijo la pelirroja, con un timbre de deseo en la voz...Sus manos te recorrían el pecho, y notaste la lengua de la morena rodeando tu glande. Los dedos de la rubia se metieron en tu pelo, y te llevaron a tumbarte en la mesa, boca arriba, meintras las tres te devoraban, cada una a su manera.