Partida Rol por web

A medida que iba hablando de esa forma tan pesimista y desesperanzadora se encogía mi corazón, más cuando me vio con ese "asco" cuando trataba de formular un plan, pero cuando se levantó de pronto y empezó a hablar nuevamente vi la luz, me vi contagiado por esa expresión tan estoica y ruda que tenía mientras la escuchaba atentamente y ya empezaba a tener una idea, y lo mejor era ponernos manos a la obra. -Vale, tenemos que...- Justo antes de caminar hacia las escaleras me detuvo. Miré extrañado su mano y luego a ella, para luego ver de nuevo, tal vez en su estado más puro esa desesperación en sus ojos ale escuchar las siguientes palabras.

-No... No vamos a dejar a nadie... Y prefiero que este puto lugar arda con esos hijos de perra... Y lo hará. Si de verdad no podemos llevarnos a todos al menos hay que llevarnos a los más que podamos. ¿Tienes más minas? ¿Molotovs? Algo? Porque dudo que los zombies sean los suficientemente inteligentes para evitar algo así. Pero sobre todo necesitamos armas, explosivos, cualquier cosa que nos deje llevarnos de un disparo a más de 2 de esos esqueléticos hijos de perra. Y mejor habla rápido que perdemos tiempo.- Aunque hablaba de forma un poco pausada al comienzo luego empecé a hablar con rapidez, con mucha energía como si acaso el mundo se acabara y estas fueran las últimas palabras que le diría... Una ya pasó y estamos aquí, pero la otra puede que esté por pasar dentro de poco, así que tenía que hablar rápido.

Leyla te miró con cierto deje de compasión. Cuántas veces había pensado ella lo mismo que tú y cuántas veces había visto que no servía de nada. La vida en aquel lugar no solo era dura, sino también cruel. No tenía en cuenta la edad ni la inocencia, ni tampoco había clase alguna de honor. Si alguien podía acabar contigo, lo hacía, ya fuese un ser humano sin corazón o un despojo no humano sin cerebro. Pero en cualquiera de los dos casos, la muerte era inevitable y a veces, incluso deseable.

Al ver a todos aquellos esclavos, entre los cuales podía incluso haber gente conocida, no tuvo dudas que que su salvación podía ser la muerte. En la derrota, un esclavo perdía mucho menos que una persona libre, puesto que alcanzaba al menos durante un segundo, la libertad absoluta y un estado de felicidad que podía valer por toda una eternidad, al saber que jamás volvería a sufrir.

Pero aquel muchacho aún no era consciente de nada de aquello.

Leyla negó con la cabeza.

-No tenemos armas, ¿no lo entiendes? Esta armadura fue lo único que pude salvar de mi refugio y con ella lo único que conseguiré es atraer la atención de los demás. Si mato a esos necrófagos, si lo consigo, el resto no tardará en venir y en esa ocasión no serán solo unos pocos. Serán todos. Así que tú puedes quedarte aquí si quieres, pero yo voy a coger a todos cuantos pueda llevar conmigo y huiremos tan deprisa como podamos.

Acto seguido, empezó a descender las escaleras hacia la planta inferior.

Freak miró a la fila de gente esclavizada, como aficionado a los libros de historia podía darse cuenta qué clase de mente perversas había detrás de aquellos negreros.

Unos necrófagos se dirigían hasta la ciudad, y tanto Freak como Lily estaban en medio del paso.

¿Y estos? Se... Se me parecen, ¿O estoy loco? Freak respiraba acelerado, una mezcla de temor y exaltación hacia que un subidón de adrenalina le recorriera el cuerpo. Miró a Lily que al parecer aún estaba estupefacta, no sabía si huir para dar aviso a la ciudad, lo creía más conveniente, pero no podía dejar sola a Lily.

-¿Kah?- ¿Que podía significar eso? A saber qué entendería Lily. ¿Volvemos? ¿Peleamos? ¿Que hacemos? ¿Tienes comida? Daba igual, porque la entonación era la de una pregunta, y toda pregunta merecía una respuesta, aunque no se supiera qué era lo preguntado.

Buscó con su mirada a ver si encontraba alguna cara conocida entre la fila de personas apresadas.

Los temblores cada vez se sentían más fuertes, como si el mundo fuera a venirse abajo y comprendió la joven pelirroja que se debía a la gran muchedumbre que se acercaba hasta el lugar que ahora les servía de refugio. Se moría de curiosidad, ¿estarían entre tantas personas sus padres y amigos? ¿las gentes que vivían en el vault 252?

Lucke y ella corrieron hacia una colina, intentando no ser ruidosos, con el fin de visualizar lo que acontecía a cierta distancia, quedando la bonita joven horrorizada por lo que veía, había gente encadenada y que claramente estaba siendo maltratada... ¿Cómo podía alguien actuar de manera tan rastrera? Contuvo el aliento sabiendo quienes eran, algunos comentarios escuchados con anterioridad le habían enseñado que los negreros cogían esclavos para venderlos y que no era seguro estar cerca de ellos.

Pero eso no era lo que más miedo daba. Unos necrófagos, seres destartalados con carnes hechas jirones, se aproximaban hasta Finger Town, caminando de manera torcida, gimiendo y abriendo la boca, mostrando unos pútridos dientes que usarían para destrozar a todo el que se pusiera delante.

- No, no, no... - dijo Lily, cogiendo el brazo de Lucke con fuerza, sintiendo un miedo atroz por Andrés, Bill e Irina -... Tenemos que avisarles... - susurró la joven a su amigo comenzando a correr hacia el edificio donde se encontraban los niños y sus amigos. No quería pensarlo pero muchos perderían la vida ese mismo día, aquella idea le taladraba la cabeza

- ¡Hay que huir!....¡Vienen los negreros!.... - gritó cuando entró en el edificio, a pesar de que le faltaba el resuello -... ¡¡¡Andrés!!!¡¡¡¡Bill!!!!¡¡¡Irina!!!!....¡¡¡¡Hay que correr!!!.... - no se podía decir ni más alto ni más claro. Lily paró para respirar y comprobar si sus amigos acudían a su llamada.

Al sentir el tirón quedaba claro, había que salir corriendo con alma y vida de aquella colina. Corrí detrás de Lily, sin sobrepasarla jamás.

Si tropieza o algo y necesita mi ayuda no podré escucharla. Fue lo que pensó el sordomudo, siempre deseoso de interponerse entre el peligro y Lily, después de todo, era lo único que realmente le importaba en esta vida.

Lucke se había quedado algo confundido al ver aquella extraña caravana, horrorizado por la visión de esclavos, pero profundamente inquieto por la presencia de aquellos seres que se parecían a él. Además, no estaba seguro de lo que debía hacer por lo que se volvió hacia Lily para pedirle ayuda.

Desde tanta distancia toda la gente le parecía igual, así que no podía asegurar si había rostros conocidos entre aquella pobre gente. Solo que unos cuantos seres corrían hacia ellos, y no parecía que tuvieran intención de darles un abrazo cariñoso. Pero justo antes de volverse, le pareció ver figuras familiares. No podía identificar los rostros desde aquella distancia, pero si los movimientos y gestos, las formas y los tamaños.

Parecía haber gente de los suyos.

Pero Lily lo tuvo muy claro y tiró de Lucke hacia dentro sin pensárselo dos veces y sin darle más tiempo, sobre todo porque todo su cuerpo le transmitía algo muy claro. Tendrían que luchar por sus vidas, ya fuese corriendo o directamente peleando contra aquellos seres.

El problema eran los niños y aquellos pobres ancianos que hasta ese momento parecían estar disfrutando de un remanso de paz en medio de toda aquella tragedia. En el refugio, todos protegían a todos, al menos hasta la entrada en escena de un traidor, pero allí era bien distinto y solo ocultándose podrían sobrevivir.

Lily corría hacia el interior del edificio, llevando consigo a Lucke con una mano y el preciado objeto alargado que le había entregado, en la otra, pensando que no sabía si sería demasiado tarde. Mentalmente, empezó a calcular cuánto tardarían en llegar. ¿Dos minutos? ¿Cinco? No mucho más, desde luego. Aquellos seres no se cansaban y solo pensaban en una cosa.

Matar.

-Carajo...- Me quedé unos segundos parado en donde estaba. Quedarme aquí para proteger un lugar sin importancia y sin nada con que defendernos era estúpido, y lo mejor que podría hacer es mejor bajar y también ayudar a llevar a cuantos niños o ancianos pudiera, así que lo que hice fue también bajar por las escaleras rápidamente.

En ese momento, cuando Andrés bajaba las escaleras, entraron corriendo Lucke y Lily, y esta gritaba muy agitada y como si le faltase aire, quizás por haber venido corriendo.

- ¡Hay que huir!....¡Vienen los negreros!.... 

-... ¡¡¡Andrés!!!¡¡¡¡Bill!!!!¡¡¡Irina!!!!....¡¡¡¡Hay que correr!!!.... 

-¡Ya sé, ya sé! No te alarmes ahora y ve a ayudar a recoger lo que sea necesario, ¡Vamos vamos vamos!- Le digo a Lily, pero antes de que se vaya la sujeto a ella y a Lucke por el brazo para que se detengan, y centro mi atención en Lucke. -Lucke, tu y Lily juntos, ¿Ok? Juntos.- Dije mientras hacía gestos con mis manos, apuntando a cada uno con cada dedo indice y haciendo que estos se junten, y luego les doy la vuelta y hago para que vayan de una vez moviéndose.

Luego de eso trato de seguir a Leyla, esperando órdenes de su parte por si acaso necesite que lleve algo o haga alguna otra cosa.

Bill saltó como un resorte ante aquel escándalo. Mucho caos, muchos gritos y muchos nervios pero pocas cosas claras.

-Pero, ¿Que pasa con esta gente? ¿Cual es el plan?-preguntó poniéndose de pie y tratando de encajar todo aquello para encontrar algo lógico que hacer.

Al llegar junto a Lily para advertirles del peligro, parecía que por el revuelo ya estaban enterados.

Andrés le hacía unas señas que le mariaron, pero parecía querer que Freak estuviera junto a Lily, cosa que ya hacía y haría por siempre a menos de que ella le dijera otra cosa. -Kah.- Dijo mirando a Andrés. -¿Kah?- Dijo mirando a Lily.

Empuñó su bate de beísbol y se colocó frente a la puerta donde aquellos seres con un cierto parecido a él amenazarían con entrar. Entre el peligro y Lily, siempre, ese es mi deber. Si lo es, Lily es buena. Cada tanto miraba sobre su hombro a ver qué hacía la pelirroja, si avanzaba le seguiría, si le daba algo para llevar lo haría, desde luego.

Seguía pensando en los necrófagos. ¿Por qué? ¿Por qué se me parecen? ¿Habrá sido mentira que mi padre murió cuando la planta purificadora de agua se inundó con la proveniente del exterior y que mi madre conmigo embarazada salió tan enferma que murió cuando me dió a luz? ¿Habré nacido en el yermo y luego llevado al refugio 252? Una idea inquietante pasó por su mente. ¿Se... serán ellos mi familia? -Khaaggrrr.- Freak se había molestado. No, Lily lo es, ella es todo lo que tengo, ella es buena.

¿Pero correr de que,  exactamente?. Veía mucho agite en el entorno pero no lograba percibir la fuente de tal malestar. Ya que... Al final me trago mis palabras y solo obedezco ciegamente las palabras de Andrés, esperando que algo bueno ocurra.  Siento que terminaremos como carne de cañón en barbacoa de julio. Irina no pensaba que podrían pensar los Padres fundadores de su pensamiento, pero ella era descendiente de inmigrantes alemanes, le daba igual. 

Freak, me echas dos manos por favor. Decir una sería biológicamente incoherente. Solicitaba la ayuda de su amigo para algo tan simple como que la protegiera el fuerte y físicamente nato del grupo.

Freak seguía de frente a la puerta sosteniendo su bate con ambas manos por si llegaban los invasores. ¿Por qué tengo tanta mala suerte? Albertito me invitó a su cumpleaños, y lo mataron. Los niños me invitaron a jugar en ronda a la pelota y los quieren matar. ¡Tengo que impedirlo!

Irina hablaba a Freak, pero el sordomudo desde luego no podía oírla por lo que ignoró totalmente su pregunta. Tal vez, si la mujer hubiera estado enfrente suya podría haber leído en sus labios la palabra "Freak", y saber que le requerían, pero poco más.

La doctora se percató de como freak ignoró sus palabras. ¿Ahhh?, venga ya, creo que recuerdo que eres sordo mudo, ¿no?...Haber. Irina se empezó a comunicar con Freak mediante lenguaje de señas, haciendo exactamente la mismas preguntas y diálogos de antes, pero con algo de calma mientras se preparaba para huir despavorida como cerdo en matadero. Espero que así si me hayas comprendido. Se pasó la mano por la frente que estaba algo sudada, pero no por calor, era lo que llaman sudor frío, que se manifiesta cuando el cuerpo está tenso y con nervios. 

Ven Freak. Le manifestaba con señas mientras ya andaba en corrida.

Freak hubiera abierto muy grandes los ojos cuando se percató que Irina utilizaba lenguaje de señas, pero no tenía párpados, se los había amputado para poder supervisar que las mutarachas no sabotearan la planta purificadora mientras dormía, lo cual por supuesto, no fue una buena idea.

¿¡Lenguaje de señas?! Sorprendido observó a la mujer. Recuerdo que de niño el Doctor Simmers quiso enseñarme, pero desde que murió que ya no practiqué con nadie. A ver... "Freak, ¿me lames cinco manos? -¿Kaehhh?- ¡¿QUE!? Señorita Irina, hay mejores formas de limpiarse el sudor, además, cuántas manos tiene... O yo, o ella, o ambos quizás tenemos oxidado este lenguaje, me parece que hará falta tiempo de práctica para que podamos comunicarnos bien.

La veo correr, y vuelvo a mirar qué hacía Lily.

Tras haber llegado corriendo al edificio junto con Lucke, ambos chillaron para avisar a los presentes de la llegada de aquellos seres monstruosos. En realidad se parecían a su mejor amigo, pero para ser sincera, Freak no se dedicaba a abrir la boca con ansias de morderlo todo, ni miraba con saña a cualquier otro se vivo, él era especial, hermoso a su modo, una criatura de gran corazón a quien adoraba.

Andrés fue el primero en dar órdenes, le encantaba la rapidez con la que actuaba, indicando a Lucke que la protegiese y que permanecieran juntos. La joven pelirroja tragó saliva preocupada.

- Debemos irnos de aquí, no es seguro quedarnos... Huyamos, por favor... - pidió a sus compañeros. Habían muchos enemigos y así debía hacerlo constar -... Son demasiados, no podremos defendernos, nos matarán... - mantenía el tipo sin llorar, pero estaba claramente agobiada

Bill preguntaba de nuevo cual era el plan y Lily lo tenía muy claro -... Salir de aquí, vámonos.... - aunque eso implicara dejar atrás a los niños y ancianos, era cruel, pero ella no era una heroína si no la encargada de una cafetería que estaba desarmada -....Tenemos tiempo... No lo perdamos... - cogió de la mano a Lucke, y tiró de él, aunque Irina interrumpió para hacer cosas raras con las manos. ¿De verdad era momento de ponerse a charlar?

- ¡Vámonos!.... - y la joven pelirroja se dirigió hacia la salida, si los negreros venían una dirección, ellos irían por la contraria. A quien no soltaría sería a Lucke, los demás deberían tomar sus propias determinaciones

Cuando Freak notó que Lily lo tomaba de la mano para abandonar el lugar, comenzó a mover los pies a toda prisa junto con la pelirroja.

El sordomudo tenía por costumbre no perderla de vista, así que aunque pudiera correr más rápido, nunca le daría la espalda a Lily por algo sucedía y necesitaba que la ayudase.

Leyla lo tenía claro. Sin esperar a que nadie le dijese nada, se acercó a toda prisa para ver a los ancianos que estaban en la habitación que mantenía separada. Había dos parejas de ancianos en sendas camas, descansando, hablando, y que no dudaron en mirar a Leyla con un gesto de tranquilidad.

Ellos ya sabían lo que tenían que hacer.

-No te preocupes, querida. Has hecho cuanto has podido y te lo agradecemos. Ahora nos toca a nosotros ayudarte. Hemos vivido cuanto debíamos y es el tiempo de que salves a los jóvenes -le dijo la mujer.

Leyla los miró reteniendo a duras penas las lágrimas y asintió levemente, antes de abrazar uno por uno a todos. Después, sin decir nada, o volverse para mirarles, salió de la habitación y cerró la puerta detrás de ella. Sabía lo que les esperaba porque así lo habían dispuesto. Cada uno de ellos tenía una de aquellas pastillas que causaba la muerte inmediata y estaban satisfechos con aquella solución, porque al fin y al cabo, era lo que ellos deseaban, escoger el momento y el lugar, pero sobre todo, la compañía. Preferían acabar sus días siendo como eran y abrazarse mientras la muerte corría a su encuentro.

Al regresar al salón, Leyla se retiró las lágrimas, cogió su casco y miró a los chicos. 

-Nos vamos. Coged solo lo imprescindible -les dijo.

Los chicos se movieron con rapidez hacia la cocina para recoger unas cuantas tortas y también algunas mochilas que sacaron de algunos cajones. Tenían todo dispuesto por si llegaba el momento.

Sin embargo, el chico que había estado con Leyla dudó.

-Leyla, ¿y mis padres? Si vuelven no me encontrarán.

Leyla se acercó a él, se agachó y lo agarró de los hombros mientras lo miraba conteniendo su desesperación.

-Nos seguirán. Tus padres son los mejores buscando rastros y ahora lo más importante es que sigamos con vida. Nunca me lo perdonarían si permitiese que te ocurriera algo.

El chico asintió y sin perder tiempo, ayudó a los demás a coger las cosas.

En ese momento, vio como Lily tiraba de Lucke hacia el exterior. Leyla sonrió. Al menos, todavía quedaba gente lo suficientemente inteligente como para intentar salvarse.

-El tiempo corre. Os aconsejo que no tardéis demasiado en decidiros -os dijo a los demás.

Acto seguido, los chicos empezaron a salir por la puerta, siguiendo la estela dejada por Lily y Lucke.

-¡Te ayudaré con los niños!-gritó el botánico a la chica de pelo moreno, en cuanto vio que Lucke se encargaba de ayudar a Lily.

Billy cogió en brazos al más pequño de los niños y salio a la carrera junto al resto