Partida Rol por web

A medida que nos acercábamos la niebla iba aumentando más y más hasta el punto que parecía tener niebla hasta por los parpados, sin llegar a ver más allá de un par de metros delante de mi nariz. Estaba en automático, caminando cada vez más cerca de los demás para evitar perderlos, pero apenas Billy mencionó que los Radianos no estaban, alcé la ceja incrédulo, antes de darme la vuelta y ver que en efecto, ya no estaban.

Un pánico empezó a tomarme al recordar lo que había sucedido hace segundos. -E-Esta tiene que ser una maldita broma de mal gusto... ¿Acaso hay algún bicho en esta mierda que no quiera comernos? ¿O que al menos podamos puto matarlos?- Pregunté, comenzando a respirar de forma un poco más pesada, mirando paranóico a todos lados.

Lily suspiró, había pasado mucho miedo en la zona de manglares, alegrándose de haber escapado de allí con vida, y todo gracias a Luke y sus amigos radianos. Estaba claro que el nombre que ella le puso en el vault cuando todo el mundo le llamaba Freak, había sido más que acertado, pues a ella, le traía suerte.

El camino seguía siendo complicado, la niebla invadía el terreno y apenas se atisbaba a ver al compañero que se alejaba unos pocos metros de distancia. Se escuchó un chapoteo, la pelirroja giró la cabeza y contempló horrorizada cómo parte de la expedición había desaparecido.

- Aquí debe haber algo... - Dijo ella completamente segura y más asustada de lo que dejaba relucir - Los radianos han desaparecido...

Bill tomaba la palabra y dio unas indicaciones lógicas. Lucke no podía quedarse solo, de lo contrario si se perdía, no podrían llegar a encontrarle de nuevo, y menos ahora que no estaban sus compañeros con los que parecía, tenía conexión.

- Yo me hago cargo de él - Dijo Lily, intentando sacar de su interior un atisbo de valentía que desde luego, no llegaba a sentir - Andrés, ven, no hay nada en el agua... Los radianos se... Estarán bañando... Sí... Eso... - No se lo creía ni ella, pero era mejor vivir engañándose a sí misma que dejarse llevar por la paranoia.

Tomó a Andrés de la mano y le encaminó hacia donde estaba Lucke, cogiendo también su extremidad, como si quisiera forjar una cadena humana. Al menos si morían, lo harían todos juntos.

Sin poder oir, ni ver por la niebla, ni sentir vibraciones en el suelo por tanta humedad, Freak estaba comenzando a entrar pánico.* La gentil mano salvadora de Lily le devolvió la orientación y la tranquilidad.

-Kaahh...- La mayoría del grupo estaba cerca, pero no veía a los radianos. Intentó buscarlos con la mirada pero no tuvo éxito. -¿Kaeh?- Ellos... Deben estar bien, solo es que esta niebla es muy espesa... Si, eso es. Se decía a sí mismo para convencerse de que estaban bien y combatir el miedo que le daba aquella misión, buscando permanecer en la zona de confort que le daba ir en un grupo numeroso.

Afirmó su agarre a la mano de Lily. No me soltaré. Pensó Freak, quien nunca desperdiciaba la oportunidad para tomar la mano de su amada amiga, menos lo haría en esta circunstancia, aquello le daba seguridad y valor.

Freak notó a Andrés muy agitado, no entendía qué decía pero parecía perder la compostura. -Ka.- Dijo secamente mientras le propició un leve golpe en la frente del armero. El toque fue sutíl e inofensivo, ¿Andrés se espabilaría como esperaba Freak, o lo tomaría a mal?

Organa miraba nerviosa en todas direcciones, mucho más a cada segundo que pasaba y la niebla iba envolviéndoos por todas partes. Todavía podía ver a Bill cuando le preguntó acerca de aquel lugar.

-Es... la tierra de las brumas. Muchos han venido por aquí, pero pocos logran salir con vida. Es el camino más corto hacia la mina, el más seguro para nosotros, pero no por ello carece de peligros. Hay arenas movedizas y sabemos de extrañas criaturas, así que estad atentos.

Al oír los chapoteos se giró, pero no fue capaz de ver nada, más allá de algunas sombras que identificó como algunos de vosotros.

Ni siquiera pudo responder a Andrés, puesto que en ese momento, ya apenas os distinguía.

-Seguid mi voz y no os desviéis. Si lo hacéis... nadie os encontrará jamás.

La voz de Organa resultaba cada vez más difícil de seguir, pero no imposible, para todos menos para Lucke, obviamente, puesto que él dependía de Lily para no perderse. En cuanto a los radianos... no parecía haber rastro de ellos, si es que todavía estaban... con vida.

Y en ese momento, El suelo se hundió bajo los pies de Lily, encontrándose esta rodeada de un fango viscoso y difícil de mover, que le dificultaba hasta elevar los brazos para agarrarse a algo. Lucke estaba cogido a su mano y a duras penas logró no caer en las mismas arenas, pero sacar a Lily era ya otra tarea. Parecía como si algo tirase de ella hacia abajo.

Organa, mientras tanto, parecía ir delante y no se daba cuenta de nada.

Lily escuchaba a Organa mientras las brumas se iban cerniendo sobre ellos. Instintivamente apretó el antebrazo de Freak con algo de miedo y pensando que quizás hubiera sido mejor ir a las minas sin coger ese atajo, ideas que no llegaría a decir en voz alta pues no quería minar el dudoso ánimo que el grupo parecía portar.

- ¿Por qué toda esta zona está plagada de criaturas? - Rezongó en voz baja, mirando a uno y otro lado con atención, temiendo que algo se la tragase.

Organa les instaba a seguir su voz, y Lily movería el trasero hacia la dirección donde ella estaba. No cabía la menor duda de que le apetecía seguir viviendo, arrastrando a Lucke con ella, el cual como siempre, confiaba en las acciones de la pelirroja y en las miradas de cariño y preocupación que le dedicaba.

Qué blandito está el suelo...

- ¡Ahhhhhhhhhhhhhh! - Si alguna criatura no sabía que allí se encontraban aquellos supervivientes, ya se habrían enterado. El chillido de la pelirroja fue agudo y partía desde el fondo de su alma, mostrando el miedo que su rostro reflejaba.

El cuerpo femenino se hundía en las arenas, algo parecía tirar de ella, y conforme más intentaba nadar hacia fuera y en vertical, más parecía sumergirse.

- ¡Parad! ¡Me hundo! ¡Organa no avances! - Chilló la fémina, rogando porque su amigo Lucke le sacase del problema, y es que en breve la arena le llegaría al cuello.

-¿Kaeh?- Dijo Freak cuando notó que Lily paraba de avanzar. Iban tomados de la mano y pudo notar como ésta empezó a tirar de él hacia abajo. ¿Qué pasa?

Cuando que se percató de que su amada amiga se hundía, el corazón casi se le salió del susto. -¡Kaeh! ¡Kaeeehh!- Alertaba que algo pasaba.

Primero, Freak se había interpuesto entre Lily y los mutantes que mataron a Alberto en el refugio; luego la cargó cuando sus fuerzas flaquearon al huir de los necrófagos de Finger Town; se interpuso entre el lobo mutante y ella cuando apareció su hermanita, Kummy; y luego lo sucedido recientemente en el manglar. El pobre Freak no tenía dudas, sea lo que sea que estuviera pasando, su suerte estaba atada a la de Lily. "No me soltaré" se había dicho hacía unos minutos atrás, y menos lo haría ahora. Lily había salvado a Freak en el refugio en numerosas ocasiones y de distintas formas, más de las que ella podía imaginar.

Le debía su vida, porque sin ella, ya se hubiera suicidado hacía años.

Hizo fuerza para tirar de ella, ¿Lo conseguiría o se hundiría también?

Cuando Freak intentó tomar a Lily con ambas manos, trastabilló y no pudo evitar apoyar su peso en ella haciendo que se hunda aún más.

¿Eran arenas movedizas o había alguien más jalando de ella hacia abajo? El sordomudo no lo sabía, pero no se iba a rendir tan fácilmente. En un desesperado intento por salvarla, el hombretón hizo acopio de fuerzas que ni sabía que poseía.

-¡¡¡¡KAAAAAAHHHHH!!!!- Tiró hacía afuera y parecía estar consiguiéndo sacarla.

En todo ese pánico de movernos por el fango de pronto vi como Lily parecía pisar un charco, pero además de eso se estaba hundiendo. Chilló con fuerza alertando cualquier mierda que haya en ese lugar, así que ahora corríamos contra reloj. Con un gran miedo y ganas de salir de allí me acerqué a Freak quien trataba de sacar a Lily, y lo estaba logrando, pero aún así intenté ayudar.

Me coloqué desde detrás de Freak y rodeando mis brazos alrededor de su vientre, planté con firmeza los pies en el suelo y empecé a jalar, gruñendo por lo bajo antes de gritar a todo pulmón. -¡Organa, Organa espera! ¡Ayudanos!- Temiendo de que tal vez todo ese griterío sea inútil.

Desorientado por la espesa bruma, a Billy le costó algo de tiempo localizar el origen de todos aquellos gritos, pese a estar a pocos metros.

Por suerte, los incesantes gritos le guiaron más que su propia vista, pudiendo contemplar la dantesca escena de Lily hundiéndose lentamente en aquellas arenas y arrastrando con ella a Lucke.

-¡Esperdad, ya voy! Abriéndose paso hasta ellos se puso junto tras del radiano y junto a Andrés que también estaba intentando ayudar. Rodeando a Lucke de la cintura, empezó a estirar con todas sus fuerzas hacia arriba, apretando los dientes con fuerza y gruñendo del puro esfuerzo que estaba haciendo

Organa se dio la vuelta rápidamente para ir a ayudar, esquivando a duras penas el lecho de arenas movedizas en el que había caído Lily. Para cuando llegó, Lucke. Andrés y Bill ya estaban tirando con fuerza de ella, y sacándola cuando ya apenas se veía su cabeza por encima de la superficie.

Tras mucho esfuerzo, lograron sacarla completamente y todos cayeron exhaustos por el esfuerzo.

Aquel lugar era un desafío constante a la vida, pudiendo perderla casi en cualquier momento. No les debía extrañar que nadie fuese en busca de Organa y los suyos, pues representaba todo un reto. Pero ahora, debíais estar cerca de vuestro objetivo, o eso esperabais.

Organa recuperó el aliento y se puso en pie.

-No nos queda mucho y creo... que hemos pasado lo peor. Vamos, ánimo. 

Ella misma intentó animarse con aquellas palabras, a pesar de que la niebla impedía que vieseis el sol y que no teníais ni idea de durante cuánto tiempo habíais estado avanzando, o intentando avanzar, ni tampoco hacia dónde. Según Organa, ibais por buen camino, pero... ¿sería así?

* * *

Tras no sabíais cuánto tiempo, la niebla empezó a disiparse por fin. El barro se había secado, pegándose a vuestra piel y vuestras ropas, quedando como una masa cuarteada que os dificultaba un poco más seguir adelante, pero nadie quería detenerse, no estando tan cerca de salir de allí. Cuando finalmente, el sol logró atravesar la espesa niebla, pudisteis ver por primera vez aquel lugar y sobre todo, que estabais en donde esperabais.

La mina se encontraba justo debajo de vosotros, bajando la colina, y parecía no estar en funcionamiento, aunque un vistazo más detallado os permitió ver que había dos guardias protegiéndola. El Sol estaba a punto de ponerse por lo que quizás fuera por eso que ya no había actividad en el exterior.

Ignorabais cuánto habíais tardado en llegar allí, pero vuestros cuerpos parecían pedir un descanso, a la vez que vuestros estómagos, una comida.

Lily siempre había cuidado su aspecto físico, y el hecho de que las arenas movedizas la tragaran, y que a tres hombres hechos y derechos les costara sacarla del fango, le hizo plantearse de que su trasero había adquirido dimensiones titánicas. Sintiendo cierta vergüenza por ser tan pesada. ¡Ni que estuviera bebiendo Ñuca Cola todo el día!

- Gracias, gracias, gracias... - Dijo una y otra vez tocando el suelo duro con las manos, aquel espacio que sabía, no iba a tragársele - ¡Quiero volver al refugio! - La pelirroja había pasado de agradecer a sus amigos el haberle salvado la vida a tener un bajón emocional por el hecho de estar sufriendo tantas penurias, cuando ella lo único que deseaba era servir cafés mientras escuchaba de fondo la música de la cafetería. Parecía que había pasado una eternidad desde el cumpleaños de Alberto

Organa animaba para el avance, pero Lily aún no había dejado de llorar, al menos ese desahogo personal se llevaba - La próxima vez dejadme morir....No quiero seguir viviendo así... No puedo más... - Menos mal que Freak era sordo, de lo contrario podría ir dándole de ostias durante el resto del camino para que espabilase.

Tras un necesario momento de calma continuarían el avance. La niebla se disipaba, el camino se endurecía, y las ropas de la pelirroja pesaban un montón y apestaban lo suyo, las ciénagas no eran precisamente zonas de agradable tránsito.

- Mirad hay dos guardias, deberíamos de atraerles o despistarles para que salgan de la abertura de la mina y no den el aviso, en caso de que haya más gente dentro - Comentó la muchacha mirando colina abajo - ¿Qué debemos hacer? - Crujió su estómago, estaba claro que necesitaban comer - Oye... Chicos... Siento lo de antes... - Dijo la muchacha haciendo referencia a sus duras palabras, y es que sus compañeros habían apostado la vida por la suya propia, muy injusto pedirles que la dejaran morir. Pero los varones entenderían hasta que punto estaba desgastada Lily emocionalmente. Tomó la mano de SU Lucke, con él los entendimientos partían desde el contacto.

Tras abrazar a Lily con gran alivio luego de que saliera de las arenas movedizas, Freak continuó la marcha junto al resto hasta que la niebla se disipó.

Parecía que habían llegado.

Lily le tomaba de la mano, eso le reconfortó porque un segundo antes vió a un par de guardias.

Hemos escapado de una muerte tras otra durante el camino, ya solo quedamos la mitad de los que inicialmente comenzamos la expedición de rescate. Freak suspiró pensando en sus hermanos radianos, a los que ya daba por muertos. Y ahora... Directo a la boca del lobo...

-Kaaehh...- Daba pequeños golpes en su palma con la punta del bate de madera que poseía, simulando tener confianza para esconder el miedo que había en su interior.

Miró a los demás, ¿Cuál sería el plan? Freak sabía algo de sigilo, pero su fuerte era sin dudas era el ataque cuerpo a cuerpo y la defensa, lo que cualquiera podía suponer viendo el gran porte físico que tenía.

A Billy se le humedecieron los ojos ante el momento de debilidad de Lily. Si ya se sentía impotente y complétamente inútil, el ver a su amiga rota y saberse incapaz de ayudarla le provocó una frustración que trató de escaparse por sus ojos, si bien logró contenerla.

-No, Lily. Nadie más se queda atrás- Respondió con un hilo de voz a la desesperada petición de la pelirroja, mientras negaba con la cabeza.

Tras la penosa caminata que siguió al nuevo encuentro con la crueldad ambiental del exterior, parecieron llegar, al fin, hasta su destino.

Viendo que la camarera se había calmado y se encontraba acompañada por Lucke, el botánico se acercó hasta Organa, mientras observaba la entrada de la mina desde la seguridad de la distancia.

-¿Cual es el plan...?- Conocía la respuesta, pero eso no evitó que lo preguntase con la esperanza de hallar otra réplica.

-Supongo que nuestra mejor opción es esperar al abrigo de la noche. Y de paso descansamos un par de horas...-Propuso a aquella mujer a la que tanto debían.

Freak miraba al grupo, parecía que había mucha incertidumbre pues nadie hablaba demasiado.

Freak tomó su anotador. Era curioso, pues, el sordomudo no le debía nada a la gente del refugio que pretendían rescatar, ni sentía ningún amor por ellos, pero algo le instaba a arriesgar su vida. No todos han sido malos, además... Lily... Su familia... Esto no es en vano.

Escribió.

Cita:

A Andrés eso de atacar no le gustaba absolutamente nada, pero estaba claro que no iban a llegar a ninguna parte si no empezaban a arriesgarse. Si había gente de los suyos allí, no habían hecho todo el camino para ahora retroceder, asustados, por lo que había que tomar decisiones, y deprisa.

El tiempo corría mucho más deprisa para los que estaban allí dentro.

-Está bien, esperar a la noche me parece perfecto, y una vez lo hagamos, creamos alguna clase de distracción mientras tres de nosotros se encargan de ellos. Una vez los tengamos, podremos entrar con facilidad. El otro podría simplemente aparecer por allí como si se hubiese perdido y con eso, tendremos algo que hacer. Otra opción que se me ocurre es distraerles para que sin atacarles, los demás logren entrar, pero claro, si los descubren...

No sabía qué más ideas dar, pero al menos teníamos algo con lo que empezar.