Partida Rol por web

La visión de todos aquellos esclavos era algo demasiado fuerte para Lucke, y para todos en general, puesto que era algo difícil de manejar. Todos aquellos niños, hombres y mujeres, exhaustos, excavando en la piedra, cargando con el preciado cargamento que obtenían, empapados en dolor y en sudor, y sobre todo, siendo fustigados y acosados por un grupo de seres sin conciencia.

Era abominable.

Pero vuestra mente también empezó a buscar una solución.

Luke y Bill miraron por los alrededores en busca de conductos de ventilación, pero la verdad es que no había ninguno, solo una enorme gruta que se extendía más allá de lo que podíais ver, y las vías de aquellos vagones salían de vuestro rango de visión, quizás para cruzar a lo largo de toda la montaña.

Bill se dio cuenta de que todos aquellos vapores que provenían del subsuelo debían tener un origen volcánico, por lo que debíais estar sobre alguna clase de volcán o cámara magmática, aunque no hubiera salido aún al exterior su contenido. De ahí el calor que hacía, y también la posibilidad de encontrar piedras preciosas o minerales metálicos de gran valor.

Todo concordaba.

Andrés no daba crédito a lo que veía y le costaba mirar... y apartar la vista a la vez. Aquellos pobres diablos, trabajando a destajo como si su vida dependiese de ello... porque así era.

Y entonces, para su horror, se fijó en que entre todos aquellos, había rostros conocidos, gente de su mismo refugio.

-Mirad. Me ha parecido ver... no, no. Sí, sí que es. Esa es nuestra gente. Quiero decir, hay personas que no conozco, pero otras, son de los nuestros. ¡Están allí abajo! -exclamó, exultante.

Pasó entonces a mirar un poco mejor, para ver si podía ver a alguien más, alguien que pudiera ciertamente identificar sin temor a equivocarse, y lo primero que hizo fue darse cuenta de quién era el que daba las órdenes a todos los que estaban allí.

El supervisor.

-Mirad quién está allí. Es nuestro querido... supervisor- os dijo, con odio en su voz -. De repente tengo ganas de bajar ahora mismo y matarle delante de todos.

Esa maldita mutaracha del Supervisor, ¡condenado sea esa basura!

-Parece que tenías toda la razón, Andres.- Dijo Bill recordando la teoría del armero cuando estaban por salir fuera del refugio, luego de ver los indicios que dejaron atrás todo el cuerpo se guardias. -Ese condenado nos ha vendido y su gente... Los guardias del refugio... ¿Serán parte también? En las notas del guardia que rescató Lucke decía que el Supervisor hizo una reunión con todos ellos, que se irían del refugio y que había fallado un trato con un tal "Señor X"- ¿O era Señor R? Ya lo he olvidado. -Me niego a creer que mi amigo Fred del cuerpo de guardias sea cómplice del Supervisor, ¿Reconoces a alguien más?- Preguntó y buscó con la mirada a ver si él mismo lo hacía.

¿Por qué aún no avanzaremos? No me gusta esto de improvisar, tengo miedo a que nos descubran.

El hombretón llevaba los brazos unidos por la espalda, "atados" con unos ligeros nudos fácilmente desprendibles. Se agachó para apoyar su cabeza en el hombro de Lily.

Quiero que esto acabe. Quiero vivir en paz. Quiero no tener que ver más gente mala, ni tener que convertirme en monstruo nunca más.

-Khiiiihhh...- Musitó un lamento cargado de angustia.

Todos descendieron por la colina, Bill lideraba el grupo y Andrés lo cerraba, mientras a los lados estaban los supuestos "prisioneros". El aspecto que portaban era un tanto destartalado, de hecho, hasta a sus compañeros las ropas les quedaban grandes, pero eso no debía ser un problema si entraban en aquella cueva llena de oscuridad, con alguna antorcha fortuita. Sitio ideal para tener la oportunidad de forjar el engaño, porque Lily era consciente que a plena luz del día, el fracaso lo tendrían garantizado.

- Qué calor... - Dijo la pelirroja molesta por los vapores del suelo, cuando se percató de que había mucha gente trabajando en la roca, como si intentasen hacer algo que no podía entender qué era, pues por sus vivencias, la mujer no tenía mucha idea de las extracciones de minerales - ¿A qué están jugando?...

Liliana nunca había sido demasiado inteligente. De hecho, era de las mujeres más "limitadas" de su promoción. Las ciencias y los conocimientos no eran su fuerte, de ahí que acabase como camarera porque tenía un don innato hacia el movimiento, era ágil, tenía buena mano en la cocina y don de gentes. Pero allí en la mina solo veía trabajadores y a Bill hablando de aguas termales, un concepto que se les escapaba lo que era.

- Hay mucha gente aquí, ¿por qué no atacan a los guardias si son más? - Era un razonamiento lógico que ella podía efectuar. Diez personas podían contra seis - Si todos atacasen a sus captores podrían escapar, ¿no creéis?

Andrés había visto a gente del refugio 252, incluso al supervisor que allí se encontraba, a pesar de haberles vendido no le había ido bien con los súper mutantes.

- Creo que los conozco a todos. ¿No es aquella de allí Rose, Bill?... - La muchacha señaló en la dirección que creía correcta mientras hacía señales con las manos a modo de saludo, quizás reclamando demasiado la atención.

-¿¡Rose!? ¡¿Donde?!- Bill buscó con la mirada pero no encontró a su prometida entre las cientos de personas que había allí trabajando, pero la ilusión de volverla a ver lo emocionó y de repente su fantasía junto a Lily parecía perder relevancia.

No hay más tiempo que perder.

-Hagamos una cosa, coloquemos la morfiusa en todos los puntos de dónde emanan los vapores volcánicos en este túnel y bajemos rápidamente antes de que sus propiedades somníferas estén en el aire. Una vez abajo haremos lío, y cualquier refuerzo que llegue caerá dormido al pasar por aquí, dejando la vía de escape libre.-

Organa estaba asqueada de lo que estaba viendo, pero al mismo tiempo, su mente trabajaba en alguna clase de plan para librar a esa gente. Sabía muy bien que los negreros no tenían compasión y que los que allí veían eran pocos, muy pocos, comparado con todos los que podían estar en otras estancias, pero a pesar de todo, y de no conocerles como sus acompañantes, estaba dispuesta a jugársela.

-Eso es muy lento. No podemos esperar a que esa sustancia haga efecto. Y mientras tanto... ¿Qué? Seguro que nos descubren. No, hay que hacer algo más decidido, más rápido.

Pensó entonces en todo lo que había allí; esclavos y rocas. Rocas, eso era. Tenían armas, solo que ninguno de los que estaba allí abajo parecía con fuerzas y ánimo para utilizarlas.

-Yo creo que hay que atacarles ahora. Podemos bajar uno o dos de nosotros, distraerles y mientras el resto se hace con un buen cargamento de rocas y las descarga sobre ellos. Los liberamos y nos largamos. Un plan sencillo y directo.

Lily no podía ver bien debido a los vapores que emanaban de las rocas, pero los demás sí. La cantidad de gente que había allí abajo parecía crecer por momentos y poco a poco, fueron apareciendo figuras conocidas, procedentes de túneles auxiliares y otros puntos más distantes.

Rose estaba allí; y los padres de Lily también, aunque ella no pudiera verles, e incluso el padre de Andres, a quien podía vérsele trabajando con mucho sufrimiento.

La idea de Bill no era mala, pero la verdad es que el efecto somnífero que buscaba, tardaría demasiado e incluso perdería eficacia con el tiempo. Podíais esperar a que todos durmiesen para atacarles, pero ahora mismo estaban en plena ebullición y no sabíais cuándo dejarían de estarlo. Además, cuanto más tiempo pasarais allí arriba, más posibilidades había de que os descubrieran.

Sin embargo, esa era otra posibilidad, pasar desapercibidos entre todos y preparar el terreno. Vosotros érais quienes debíais decidir qué plan seguir.

Bill buscaba a Rose, y Lily se rascaba el ojo con ímpetu, estaba segura de que la había visto, aunque en ese preciso instante no sabría decir dónde.

- Si ponemos morfiusa en algunas zonas es posible que también nos afecte a nosotros, ¿no? - La pelirroja preguntaba subitativa mientras Organa tomaba la palabra, dando su opinión - Si la sustancia es lenta mejor hacer lo que dice ella, yo podría bajar para entretener a los esclavistas y vosotros lanzarles las rocas... Aunque... ¿Y si no acertáis?... No es buen plan, no lo parece al menos... Podemos hacer lo mismo que hemos hecho con cada guardia, acercaros a uno de ellos y golpearle... Sois dos y nosotros tres vuestros prisioneros. Nos acercamos a un guardia y le damos. Luego a otro y así... ¿Qué os parece?....

Bill era un hombre de plantas, pelear no le gustaba y estaba entusiasmado con la idea de utilizar la morfiusa, pero tras un breve vistazo, vislumbró que el camino terminaba allí mismo, y por lo tanto comprendió que no habría ninguna otra sala siguiendo por el corredor donde estaban, ni esclavistas que pudieran venir al apoyo.

Los refuerzos pueden llegar solo por dónde venimos, no pueden ser solo seis... tenemos que apurarnos.

-Creo que me gusta más la idea de Lily. Si generamos alboroto para atraerlos como dice Organa, nada nos asegura que no tengan algún dispositivo de radio para pedir ayuda... Pero atacando por sorpresa no tendrán tiempo a nada. Además, si algún guardia nota algo sospechoso o ve que acabamos con alguno de sus compañeros, estarán desorientados al vernos a Andrés y a mí con uniforme, y mientras están en guardia contra nuestros "prisioneros" quizás la tengan baja contra nosotros... ¿Quien sabe?-

Cada segundo que pasaba hacía que las pulsaciones cardíacas de Freak sean más y más rápidas. El estrés por el miedo a ser descubiertos crecía a cada instante y más lo desesperaba no poder oir que era lo que estaban tramando los demás, pero como era ya costumbre, haría lo que ellos llegado el momento.

Quiero irme ya... Quiero estar en el bosque... Esto no me gusta.

Al final, todo se reducía a arriesgarse y ver lo que sucedía. Para Andrés, dentro de lo que cabía, no les había ido mal hasta ese momento, por lo que quizás continuaran teniendo suerte.

-Vale, entonces, a ver qué os parece. Como dice Lily, bajamos, y seguimos simulando que traemos prisioneros, intentamos acercarnos a los guardias, sobre todo cuando estén aislados, y los dejamos fuera de combate. Habrá que darse prisa, porque supongo que alguien podría dar la alarma, pero creo que podemos hacerlo.

Mientras tanto, siguió mirando hacia abajo, en busca de más caras conocidas. Le pareció oír un grito y se fijó en una figura que se había caído al suelo y a la cual estaban fustigando.

-Bill, no te pongas nervioso, pero Rose está allí. Es aquella... a la que están castigando.

Le resultaba difícil de soportar, ver a uno de los suyos sufriendo cruelmente, pero aquello solo hizo que estuviera más seguro de lo que había dicho.

Los ojos se Bill se abrieron como platos al ver a su bella y delicada Rose siendo maltratada. ¿Cómo podían esas bestias atreverse a apalear una frágil rosa?

Bill hizo rechinar sus dientes de la bronca que mantenía, con sus labios apretados y la cara enrojecida, avanzó rápidamente para descender a aquella sala.

¡BASTARDO HIJOPUTA! ¡TE VOY A...

Bill se detuvo en seco tras unos cuantos pasos.

No, no... no puedo hacer que perdamos nuestro as sorpresa. Resiste Rose... solo un poco más.

Se dió vuelta y habló al grupo.

-Tenemos que empezar por ese.- Dijo mirando al guardia que impartía el castigo.

Organa no se lo pensó dos veces. Colocó una mano sobre el hombro de Bill y se acercó un poco más a él.

-Lo haremos, no te preocupes. Ahora... intentemos llegar abajo sin problemas -le dijo Organa, mirando a los demás -. Sigamos con el plan. Los dos guardias y el resto prisioneros, solo que una vez abajo, a por ellos con todo lo que tengamos. ¿Estamos de acuerdo?

Organa miró abajo para cerciorarse y contó en ese momento seis guardias. No eran muchos, teniendo en cuenta que ellos eran cinco y que los prisioneros, aun encadenados, no iban a quedarse quietos y sin hacer nada.

Así que en realidad, eran muchos más, como siempre sucedía con los esclavos, estos superaban con creces a sus "dueños". Había llegado la hora de acabar con aquello.

El plan de Lily parecía ser aceptado y en realidad, era bastante sutil, si eliminaban uno a uno a los guardias llegaría algún momento en que se vieran libres de aquellas bestias esclavistas que tanto daño estaban haciendo a las personas que conocían. La pelirroja asintió a sus compañeros y solo se preocupó cuando Andrés hizo constar que uno de los tipos estaba castigando a Rose, haciendo que Billy se alterase, y ella misma también lo hiciera. ¡Era su mejor amiga!

- No debemos perder un minuto, bajemos ya - Dijo Lily con claro sufrimiento en su rostro, preparando un par de piedras con las que poder atacar a los guardias - Pondré las manos hacia atrás para disimular mientras Billy me dirige hacia donde Rose está, de esta manera estaremos tan cerca que sorprenderemos a ese salvaje - Hacía referencia al varón que castigaba a Rose - Hay seis guardias, recordad, debemos anularles uno a uno para que no se den el aviso entre ellos, de lo contrario tendremos problemas... Vamos...

Y una vez todos estuvieran de acuerdo, se dirigirían a por el primer objetivo, el tipo que pegaba a su mejor amiga. Alguien a quien no le importaría matar con sus propias manos.

Repitiendo el mismo proceso que antes, bajasteis hasta llegar a la zona en donde estaban vuestros amigos, familiares y compañeros, además de los seis guardias. Todos trabajaban a destajo bajo el látigo, que no dudaban en aplicar en la espalda de cada uno de los que dejaban de hacer su trabajo.

Cuando llegasteis abajo, un hombre se volvió y al ver a Lily, ahogó un grito.

Era el padre de Lily.

Los demás, mirando para entender qué había visto, también se giraron hacia vosotros, reaccionando de diferente manera. Afortunadamente, Andrés y Bill no eran fácilmente distinguibles debido a la vestimenta que habían tomado prestada, pero con identificar a ella y a Lucke podía ser suficiente para llamar la atención.

Uno de los guardias se dio la vuelta y se acercó a Bill.

-Más carne, ¿no? -dijo, lanzando una risotada. A su lado había otro esclavista dando latigazos y también el famoso "supervisor", que al girarse, también identificó a Lily.

-Vaya, vaya, vaya. ¡Pero a quién tenemos aquí! ¡Así que al final y tú ese monstruo conseguisteis salvaros! Increíble, aunque no tanto como haber conseguido llegar con vida hasta aquí. 

Se volvió entonces hacia los guardias. Poner a esos dos a trabajar -dijo, señalando a Organa y a Lucke -, pero esta dejádmela a mí.

Se acercó entonces a Lily y acarició su brazo.

-Para sobrevivir aquí necesitarás de toda mi ayuda.

Paso a paso, el plan marchaba bien y se iban acercando sin ser notados como invasores, solo aparentaban ser un par de guardias más que llevaban nuevos esclavos a trabajar.

En eso se cruzaron a Mark, el padre de Lily, quien pareció reconocer a su hija. El hombre trabajaba en el reactor de energía, un puesto importante, por lo que era bien conocido por Bill, pero parecía que el hombre no lo había reconocido con su vestimenta de guardia.

-Eh, si, si. Más carne.- Dijo Bill un poco nervioso cuando otro de los guardias se apareció por allí, por poco y se olvida de su papel. -Y parece que es de la buena.- Agregó para intentar mimetizarse mejor.

Cuando se fijó mejor, junto al guardia estaba nada más y nada menos que... El Supervisor.

¡Joder, nos ha reconocido! Pensó en un primer momento, apretando la lanza para atacar, pero se contuvo. No, a Andrés y a mí no. ¿Será mejor esperar y apegarse al plan?

El Supervisor se acercaba a Lily.

Freak seguía al grupo sin saber los detalles del plan pero con una idea clara en mente: no hacer nada distinto a lo que Lily hiciera, y claro, protegerla.

Aunque a Freak siempre le había dado la sensación de que el padre de Lily no aprobaba demasiado la amistad que Freak mantenía con su hija, nunca se había comportado de mala forma con él, y si era el padre de Lily, tenía que ser buena persona, ¿A quien saldría ella sino? Lily era buena,  se dijo siempre Freak.

Y en ese mismo momento, notó a dos guardias esclavistas hablando con Bill y, para su sorpresa, allí estaba también el Supervisor.

El condenado movía los labios hablando con la tranquilidad de un desalmado que no tenía el menor de los remordimientos a pesar de todo el daño que había hecho y, aparentemente, aún hacía.

-Kkhhh...-  Musitó Freak como un perro a punto de morder cuando esa mutaracha humana acariciaba el brazo de Lily.  Así... No me importaría tener que convertirme en monstruo una vez más. Fue lo que pensó mientras sentía como la ira se iba acumulando en su ser hasta estar a punto de reventar. Freak estaba a punto de ponerse... ultraviolento.