La historia cliché de una película romántica donde un chico de ciudad vuelve al pueblo donde vivió de pequeño para hacerse cargo del faro de su tío abuelo, que le pidió ayuda unos meses antes para arreglar la bombilla de lo alto.
Todos los clichés están en Almagra, un pequeño pueblo norteño de 300 habitantes en la costa española que es bañada por el mar Mediterráneo. Un paseo cerca de la costa iluminado con las farolas de la calle, un pequeño parque de atracciones abierto cuando hace buen tiempo para un cita perfecta, el festival donde vereis fuegos artificiales en mitad de la noche... ¡Y fantasmas!
En esta historia, todo el pueblo está completamente acostumbrado a convivir con fantasmas que abren puertas, escriben en pizarras y encienden la tele a altas horas de la madrugada. Por eso a nadie se le ocurrió que un medium nato, que no sabe diferenciar entre vivos y muertos, tal vez tenga ciertos problemas interaccionando con un pueblo que no muestra ni una pizca de aprensión cuando el chico habla a una pared como si estuviera Doña Paquita ahí, por que todos hablan con los muertos como si pudieran verlos.
*Disclaimer
El pueblo, sus habitantes, nombre, imágenes y localizaciones es total y completamente inventado. Lo que coincida con algo real es pura casualidad (o añadido por investigación en google de alguna zona que me encajase)