Me voy alejando a paso lento hacia la puerta cuando Viela rectifica. -Jiji- Río con picardía sin que llegue a oírme.
Doy un alegre giro apoyándome sobre un pie. Sonrío. -No puede negarme si me lo pides así de bien. Desde luego que sabes como encandilar a esta delicada damisela- Me acerco sugerentemente. -Pero dejemos esa proposición eso para cuando encuentre ese filete de venado de unicornio. ¡A investigar!-
Todo va viento en popa, de momento.
De acuerdo, vayamos a la despensa, pero dudo que encontremos nada. Ya pasó tiempo y el lugar necesita mantenerse limpio.
Viela te guía por la cocina hasta la despensa. Puedes ver que Adlan está trabajando allí, asando carne. Parece que está preparando algo bastante normal. También te llama la atención una serie de ollas que están cerradas a cal y canto y a fuego lento.
Ahí estamos preparando carpas ahumadas a las finas hierbas élficas, es lo que hemos tenido que preparar al no tener la carne desaparecida. Cuidado, si te acercas por accidente Adlan reaccionará con las sartenes. Ven, aquí está la despensa.
Viela te guía hasta la despensa, abriendo las puertas. Te sorprende ver la enorme selección de ingredientes de todo tipo, perfectamente ordenado, mantenido y limpio. Sí, como ha dicho Viela, será imposible obtener pruebas. Pero tú no has venido realmente a investigar...
-Prometo... uhmm... ¿dejar de molestarte durante dos días?- eso eran palabras mayores, esperaba que supiera apreciar su gesto y aprovechara la increíble oportunidad.
-Veeenga, ¿porfiii?- volví a poner ojitos de cachorro para ver si, haciendo más fuerza y empeño, conseguía algo más.
Y he dicho que te escucharía. No pienso aceptar nada sin escuchar antes de qué va el asunto.
Sigo a Viela dando pasos largos y ligeros hasta la cocina. Miro a todos lados, pues realmente nunca antes había llegado a entrar a aquella parte.
Cuidado, si te acercas por accidente Adlan reaccionará con las sartenes.
-Tomo nota- Contesto.
A continuación la sigo hasta la despensa, la cual está bastante ordenada y limpia... -Curioso- Me adelanto unos pasos y hago cómo que empiezo a inspeccionar un poco la zona. -Sin duda está muy limpio, hasta para se una despensa. Esto me llevara tiempo. Viela, ¿Podrías ir reuniendo mientras tanto en la biblioteca a los posibles testigos y sospechosos? Al ver como está todo no estoy segura de poder sacar nada claro-
Claro, tomate el tiempo que haga falta. Si nos resuelves el caso nos harás un gran favor.
Viela se marcha para hacer lo que le pediste, quedándote sola en la despensa. En la cocina sigue Adlan, centrado en la comida, por lo que no te hará caso en lo que hagas en la despensa salvo que hagas ruido.
Parte uno completada. Con Viela fuera de la cocina, solo resta Adlan... Por suerte, tengo un plan.
Nada mal para ser improvisado.
Para todo eso, tirada de subterfugio, dificultad 8. Si tienes éxito, narra cómo lo haces, y si no simplemente quédate intentando el punto 3
De un rápido vistazo, mis ágiles ojos no tardan en divisar unas cuantas ollas bastante parecidas a las que están en los fogones, perfectas para el cambiazo.
Tras dejarlas en un puesto estratégico para un fácil intercambio, me pongo a examinar los agarres de las estanterías más al fondo. Los aflojo con cuidado de que no parezcan manipulados. Y que bien me sale. A los pocos segundos se desploman, produciendo tal estruendo que no pasaría desapercibido al cocinero.
-Vaya... Parece que se han caído- Niego con la cabeza y las manos extendidas. -Una pena teniendo en cuenta lo limpio y ordenado que estaba-
Salgo de la despensa, dejando a Adlan todo el espacio del mundo para arreglar el estropicio. Mientras, doy el cambiazo de las ollas, procurando coger las de los fogones usando protección en las manos. No es cuestión quemarse.
Por último, toca salir pitando. Buscaría una ventana por la que salir. En caso de no haberla, salir con discreción por la puerta grande.
Motivo: Subterfugio
Tirada: 1d10
Dificultad: 8+
Resultado: 7(+4)=11 (Exito) [7]
-Jope, eres un aburrido- me crucé de brazos y le miré, ceñuda.
-Emm... ¿Robar algo de un valor incalculable?- no podía evitar que me saliera a modo de pregunta. Después de todo, no sabía si era lo que quería escuchar.
Todo el plan salió perfecto. Cambiazo impecable, huida perfecta... o casi perfecta, pues cuando ibas a abandonar el gremio allí estaba esperándote Viela con los brazos cruzados.
Ya sabía yo que tramabas algo. ¿Creías que me ibas a engañar? Que te conozco muy bien, primita. Va, dime de qué se trata, que te echaré un cable.
Si es robar algo de valor incalculable va a ser complicado venderl... bueno, da igual, explícamelo para que pueda preparar lo necesario.
-A ver...- me llevé los dedos al puente de la nariz, como hacían los adultos cuando parecían cansados.
-El monstruo que guarda el lugar tiene puestas muchas trampas. Hay que desactivarlas para llegar a la despensa- esperé con impaciencia, mirándole fijamente. ¿Seguiría siendo tan quisquilloso?
Tras hacer lo necesario volvéis al punto de reunión. Allí estaba Sharabell con un carro, acompañado por Irvine. Xandra se presentó allí con Viela, la hija de una amiga de su padre (y aprendiz del chef Berner). Y con Noriko estaba Arah, a quien logró convencer al final y que desde que llegó no perdía de vista a las demás chicas. El pelirrojo se agacha junto a la pequeña para susurrarle.
Oye, Noriko... ¿la cita es con una de esas chicas? Porque son guapísimas...
Viela se da cuenta y murmura a Xandra.
Mira, ese tío te está mirando mucho... lo mismo ligas y todo - se burla.
Irvine carraspea.
Veo que ya tenemos todo lo necesario. Un momento... Xandra, ¿podemos fiarnos de esa semielfa que está contigo?
El plan sale a las mil maravillas. Excepto por una cosa. Un pequeño detalle llamado Viela. Lejos de poder deshacerme de ella, se había pegado cual pulga a un perro.
Miro de forma inexpresiva al pelirrojo tras su comentario, denotando una completa falta de interés. Sin embargo las palabras de la semielfa me dan cierta idea. Una malvada y perversa que daría para un rato de diversión, llegado el momento, claro.
Miro a Irvine, sujetándole la mirada. -Me hago responsable de ella- Respondo al abuelete
Vale, nos fiaremos de ella. De todos modos, creo que a ella le interesará ayudar. Vamos a por la carne de venado-unicornio que esconde en su despensa.
Espera... ¿insinúas que Anko es la culpable del robo de la despensa? ¡Si es así querré recuperarla toda para el gremio!
Buenooo... y tú querías comértela - murmura a Noriko.
Luego discutiremos eso. El plan es éste: Sharabell y Viela distraerán a Anko ofreciéndole una cata de ese "plato nuevo" que a conseguido Xandra. Mientras ellas la distraen, los demás iréis a infiltraros en la despensa. Noriko y Arah se ocuparán de detectar y desarmar las trampas, y una vez esté despejado el camino procederán a robar la carne. Si se tuerce el plan, ante todo evitad cualquier enfrentamiento contra Anko, ella os destrozará.
Una vez cometido el golpe escaparéis por la puerta trasera, donde al final de la calle os esperará el carro para daros a la fuga y reunirnos en el punto de encuentro, que será en mi antigua casa. ¿Alguna pregunta o duda?
Oye, Noriko... ¿la cita es con una de esas chicas? Porque son guapísimas...
-Solo si te portas bien- me aseguré de usar una de las frases que más usaba mamá para al final no comprarme lo que quisiera, por muy bien que me hubiese portado. ¡Era un verdadero fastidio!
Miré de reojo a la chica semielfa, ¡era muy guapa! De mayor quería ser como ella. Bueno, no, ¡aun más guapa! Eh... Eh... ¡Eh, espera un momento! ¿Acababa de decir que quería recuperar el botín de la misión para el gremio?
-¡Ni hablar!- di una fuerte patada al suelo. -¡Es mí misión!- enfaticé que era mía con mucho empeño y un tono agudo que perforaba los oídos. Ante los murmullos de Arah, le fulminé con la mirada. -¡¡Y pienso hacerlo!!- di otra patada al suelo, un poquito más fuerte que la anterior (y ya me picaba el pie). -Además, deja de murmurar tanto. ¡Si quieres ligar con las chicas tendrás que hablar y dejar de parecer una sombra!- si él me fastidiaba, yo pensaba hacer lo mismo. Sabía bien que se cortaba frente a las chicas pechugonas y/o guapas.
-Yayo, ¿qué hago si se me olvida alguna parte de la misión mientras?- me rasqué la cabeza con aire ingenuo. Era bien sabido que era fácil que se me olvidasen las cosas...
Esto va a ser un problema... Oye, Viela, ¿hay alguna posibilidad de que le deis un poco a Noriko, o al menos prepararle algo con esa carne?
La verdad es que podría recompensar por recuperar la carne, podría prepararle un plato delicioso con esa carne.
¿Has escuchado, Noriko? Entiende que la carne la ha robado tu abuela y que no le pertenece ni a ella ni a ti, pero si la devolvemos al gremio te prepararán algo mejor que comerte esa carne cruda. ¿Te sirve eso? Y si se te olvida algo será mejor que lo tengas apuntado o preguntes a algún compañero.
La jefa mira a la prima Viela con evidente admiración. Cierto es que está hecha todo un bombón. Me acerco a ella para hablarle al oído. -Veo que no soy la única que ha ligado- Le susurro con picardía.
Acto seguido me acerco al chico, con pasos cortos y coquetos, hasta estar muy cerca de él. Pongo un dedo en su pecho, para moverlo de arriba a abajo. -Deberías escuchar a la jefa. A las chicas nos gustan que los chicos tengan carácter e iniciativa. Quedarse mirando desde la distancia y en silencio resulta desagradable-
-¿Qué?- miré a Irvine sin poder creer lo que me estaba diciendo. Era MI plan. ¿Y pretendía que me conformara con semejante deliciosidad? Eso solo sería la punta del iceberg. -Ni hablar- inflé mucho mucho mis mofletes. -Ya encontraré a quien me cocine la carne. ¡Pero no pienso devolverla a nadie! "Quien roba a un ladrón tiene 100 años de perdón", ¿no? ¡Pues eso es lo que quiero!