Partida Rol por web

Fatal Frame: Mermaid Song

Capítulo 2

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10/01/2019, 14:39
Máster fantasma

En la entrada, un pórtico de piedra pulida, cruzaron los hermosos setos que llevaban a una gran plaza circular con una especie de rotonda a modo de fuente en el centro y un cartel con las distintas direcciones. Ahí fue donde se separaron, cogiendo Shin Hye el camino de la izquierda para entrar en un edificio anaranjado mientras se encontraba con varios compañeros. En cambio, la violinista siguió caminando para enfrente, rodeando la “rotonda” y uno de los edificios de Arte para encontrar su pequeño espacio, una construcción en zona de L que estaba justamente al lado de la sala de concierto.

La violinista pudo reconocer a algunos de sus compañeros, quienes la saludaron con la mano y sendas sonrisas mientras se levantaban de los bancos de descanso y seguían hablando entre ellos, murmurando posiblemente cómo había ido la semana.

La entrada del edificio, acristalada, daba paso a un interior de losas blancas y paredes claras, donde podía verse en uno de los laterales un cartel indicativo de toda la distribución de las salas, divididas en números y cursos, al lado de una máquina expendedora de refrescos variados. No le hacía falta mirarlo, sabía que su próxima clase era “Composición musical” en la sala 2-5, una de las últimas del segundo piso.

Cuando iba camino a las escaleras, dispuesta a llegar a la clase, notó la vibración de su móvil. ¿Sería su amiga? ¿Sus padres? Para su sorpresa era un número desconocido, sin imagen de perfil y con un único mensaje.

Creo que me estabas buscando.

La sirena del comienzo de clase sonó sobre su cabeza, notando que los más rezagados aligeraban el paso para no llegar demasiado tarde.

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15/01/2019, 14:42
Yamada Tsudo

Yamada miraba a su amigo sin entender nada de lo que estaba pasando. Tenía frente suya la hoja del retrato que tanta insistencia había dado para encontrar a la joven y, por otro, el misterioso diario que empezaba a darle dolores de cabeza. No sabía si era por los años de profesión o porque conocía a su amigo que tenía la intuición de que pasaba algo que no quería contarle, volviendo a coger el diario por última vez aunque las páginas siguieran en blanco, cogiendo después el retrato para doblarlo y meterlo entre las páginas a modo marcador improvisado.

Como quieras.- Esta vez no lo metió en la bolsita de plástico al no verlo necesario, dejándolo sobre la mesa de nuevo al no tener ganas de levantarse para guardarlo en la bandolera.

Lo que no esperaba era la confesión de Yoshi. Estaba preocupado por el estado en el que le encontraba los últimos días, algo que le achacaba a su trabajo y el continuo estrés que debía estar pasando aunque, con la visita de Ino y el ambiente que sintió, empezó a atar cabos lentamente.

¿Has hablado ya con tu jefe? Me parece bien que descanses, es más no sé cuánto tiempo llevamos diciéndotelo y me sorprende que hayas decidido esto, pero creo recordar que estabas en mitad de un artículo.- Rememoró el primer día, cuando hablaron con la señora Oka y la posterior muerte de su padre, algo que parecía normal, siguiendo el ciclo de la vida, aunque para el escritor fuera totalmente contrario.- Si estás seguro, creo que no te interesa lo que vengo a decirte.- Se incorporó en la silla mientras sacaba su móvil, tecleando en el táctil para buscar lo que quería.- Ayer, cuando estaba esperando a que terminaran de hacer las pruebas al diario y encontrar a la chica, recibí un soplo de un compañero.- Paró de hablar para leer unos segundos, murmurando un “este no es” y terminando por pasarle su teléfono arrastrándolo por la mesa.- Mira.

Yoshi podía ver un correo de la central de Sekigahara, en el distrito de Fuwa, misma prefectura de la que se encontraban.

 

Buenas tardes.

Estamos al tanto que han tenido recientemente un misterioso caso en su distrito respecto al Señor Oka. Nosotros tuvimos varios incidentes del mismo estilo hace años, de los cuales ninguno ha podido resolverse favorablemente ni encontrado más pruebas allá de los propios testimonios de familiares y vecinos.

Creemos que un extraño virus asoló nuestro distrito y, ahora, por los registros puede que se hayan contagiado ustedes.

Me gustaría concertar una reunión con sus superiores para hablar sobre estos incidentes y frenar el mal que nos está asolando.

 

Dong-yul, alcalde de Sekigahara.

Cuando terminara de ver el mensaje, Yamada guardó su teléfono mientras le miraba curioso, pendiente de qué iba a hacer a continuación.

¿Y bien? ¿Vas a retirarte o continuar con tu investigación?
 

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15/01/2019, 18:36
Christian

Había algo que no lograba entender y, aunque quisiera, tampoco podría. Tenía preguntas sobre el directo, sobre el comportamiento de su amiga difunta, la historia que narraba Brandon y, sobre todo, qué estaba pasando. Notó un leve dolor de cabeza que hizo que se apretara el puente de la nariz con dos dedos mientras cerraba los ojos con fuerza, reordenando toda la información para buscarle un sentido conjunto.

Quiero creerte, pero…

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15/01/2019, 18:36
Dana Goodwin

Dana bufó desde su posición, abriendo los brazos en amplio antes de dejarlos caer sobre sus costados de forma hueca, alucinando por todo lo que estaba escuchando.

¿Estás hablando en serio? ¿Una “asiática con kimono”? – Se rio a modo de burla mientras daba una vuelta por la habitación.- Mira, aquí todos somos chocolate negro, como mucho alguna leche hay, pero si hubiera una chica con esa descripción ¿no crees que alguien más la habría visto? – Miró de forma casi agresiva a Chris, quien agachó la mirada con tal de no responderle.- Audrey estaba pasando por una depresión, su novio la dejó.- En esos momentos Chris se atrevió, sorprendido, al alzar la mirada para buscar los ojos de Dana, quien resopló como aquella que acababa de confesar un secreto de sumario.- Sí, tenía novio, o algo parecido, igualmente no llegaron a nada cálmate.

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15/01/2019, 18:37
Christian

El joven arqueólogo había sentido una patada directo hacia la friendzone de su amiga muerta, algo más doloroso que no sabía cómo encajar. Buscó la cama para sentarse, sin importarle que lo hiciera sobre algunas prendas de ropa.

Creía que teníamos algo especial.- Dio un golpe a la cama, rebotando sobre el colchón y provocando que el diario que había tendido Brandon se cayera al suelo, visiblemente enfadado por lo que estaba descubriendo. Las páginas estaban completamente en blanco, un hecho que bien supuso.- ¿Quién era? ¿Crees que podría haberle hecho algo? Ella no era así, nada tiene sentido joder.

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15/01/2019, 18:49
Dana Goodwin

Dana meditaba seriamente en la respuesta sabiendo que se había ido de la lengua más de lo que pretendía en un principio. Por alguna razón se negaba a seguir hablando, aunque no sabía si era por proteger la memoria de su mejor amiga o para no liar más todavía el tinglado.

Se cruzó de brazos mientras su pierna derecha repiqueteaba en el suelo continuamente, haciendo un sonoro efecto de tic nervioso que llegaba a ser molesto. En uno de esos golpeteos giró bruscamente la mirada hacia Brandon, analizándolo sin contemplaciones mientras seguía dándole vueltas a lo que fuera que tuviera la cabeza.

Christian, sal un momento.- El chico se levantó de un salto para quejarse pero, en ese momento, Dana colocó su mano frente suya para que no hablara.- Te recuerdo que estás en mi cuarto. Fuera.- Conocía a Dana lo suficiente para saber que era una chica de fuerte carácter y no aceptaba un “no” como respuesta, tardando varios segundos en refunfuñar mientras salía, molesto, de la habitación.

Esperó a escuchar los pasos alejarse aunque, por precaución, cerró la puerta con pestillo para que no pudiera entrar y habló en voz baja, por si estaba detrás espiándoles.

No fue a ver una película, sino una especie de documental indie sobre no sé qué inventor. Me dijeron de ir con ellos pero pasaba de ser una sujetavelas.- Suspiró, más calmada aunque seguía estando incómoda por todo.- Desde entonces empezó a estar rara, no contestaba a mis mensajes ni quería que comiéramos juntas, tenía una especie de obsesión.- Apretó los labios en una fina línea, avergonzándose de contar el secreto de su amiga.- Hasta ahí es donde sé. Si quieres más información busca a tu amigo el “bromitas”, porque no tengo forma de localizarle desde que murió.

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15/01/2019, 20:19
Kim Sun Hee
Sólo para el director

Al ver cómo su amiga se retiraba a su habitación para prepararse para el día de clases, la violinista se relajó un poco, sabiendo que, por el momento, estaba a salvo, en su hogar, lejos de aquella horrible pesadilla. No sabía por cuánto tiempo estaría así, pero al menos podría recuperar un poco su cordura, lo suficiente como para poder afrontar la pesadilla en cuestión, cuando ésta regresara a por ella. Si no podía escapar, al menos debía de prepararse, investigar lo necesario para encontrar una solución a ese problema. Debía de haber una escapatoria, o algo que le permitiera sobrevivir aquello que parecía buscar hacerle daño. No quería perder su vida, no cuando tenía muchas cosas que hacer, en especial cuando había alguien que era tan importante para ella. De lo contrario, estaba segura que sería un alma en pena como la mujer del kimono blanco, lamentando su muerte como el ella y el resto de los espíritus.

Por fortuna, sus pensamientos se vieron interrumpidos con los sonidos caóticos por parte de su querida amiga, quien parecía estar teniendo cierto problema para encontrar los libros y el resto de las cosas que necesitaría para el día de clases. Aquello no hizo más que despertar una sonrisa de alegría en Sun Hee, quien sabía que podía contar con Shin-hye, cuando más la necesitaba. - Tienes que ordenar tus cosas un poco mejor, Unni. - Comentó divertida, en el momento en el que ella también se levantaba para prepararse también para asistir a la universidad, ya que, usualmente, nunca faltaba, no sólo porque amaba la música, sino también porque no era la forma en la que había sido criada por sus padres. Una vez tuvo su mochila sobre su hombro, y el estuche negro, dentro del cual se encontraba su violín, en su mano izquierda, no tardó mucho en abandonar su apartamento junto con su amiga. A pesar de que tuviera que separarse de Shin-hye, estaba claro que se sentía mejor por dejar el apartamento atrás, así como el hecho de que podría despejar un poco su mente con las clases que la esperaban.

Tras llegar a la universidad, y al centro donde usualmente solía separarse de su mejor amiga, la joven le dedicó una sonrisa gentil, agradecida por el apoyo que Shin-hye le había prestado durante la mañana, y lo mucho que la ayudaría en el futuro con aquella investigación. Una vez se despidió de ella, no se demoró en caminar hacia el edificio donde debería de cursar la siguiente clase, saludando en el camino a algunos conocidos. Aquel cambio de escenario era bienvenido por la joven coreana, principalmente porque era un espacio de paz y tranquilidad, muy diferente a aquella aldea que tanto terror había sembrado en su mente. No obstante, mientras caminaba hacia la sala 2-5 donde se llevaría a cabo la clase en cuestión, algo llamó su atención, una vibración de su móvil, dejando en claro que le habían enviado un mensaje. Si bien, a pesar de que había imaginado que se podría tratar de sus padres, o incluso de su querida amiga, descubrió que el emisor era un número desconocido, sin imagen ni nada con qué poder identificarle.

¿Quién eres? No conozco tu número.

Preguntó en respuesta al mensaje, sin saber muy bien a qué se refería. No podía ser Misaki Asou... ¿verdad? ¿Cómo sabía que la estaba buscando? No obstante, sabía que esa clase de preguntas era una tontería en ese momento, en especial cuando había una aldea plagada por espíritus que no la dejaban en paz. ¿Por qué no podía ser posible que alguien supiera que la estaba buscando? En especial, la familiar de un hombre obsesionado con lo paranormal. De cualquier manera, no había ignorado la sirena del comienzo de clase, por lo que no dudó en continuar caminando, subiendo las escaleras hacia el piso donde se encontraba la sala, ya que no quería perderse la clase en sí. Después de todo, podría continuar conversando con quien sea que le había enviado aquel mensaje, siempre que mantuviera su móvil en silencio para no molestar al resto. Tenía cierta curiosidad de saber quién era, en especial si se trataba de Misaki Asou, ya que posible que podría responder a varias de sus preguntas, e incluso ofrecerle una solución a la situación en la que se encontraba. Quería terminar cuanto antes con aquella pesadilla, y continuar con su vida, como si lo que la había atormentado no fuera más que un mal recuerdo.

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17/01/2019, 13:41
Brandon Marshall

Me sentí bastante mal al ver en ese estado a mi amigo. Notaba que Christian quería creerme e incluso tal vez se aferrase a la idea de que lo que le contaba era real, pese a que estaba mintiendo en algunos aspectos, pero teniendo en cuenta lo irreal que resultaba la historia de los motivos de la muerte de Audrey, preferí omitir toda clase de referencias a fantasmas, sirenas, sumos sacerdotes y espejos malditos. Ya resultaba bastante increíble que pudiera haber una asiática con kimono en nuestra residencia.

Permanecí en silencio, asimilando la información que me había proporcionado Dana. ¿Un documental sobre un inventor?

-¿Jaden? ¿Crees que a él también podría haberle pasado algo? -pregunté, preocupado por la posibilidad de que mi amigo también pudiera correr peligro-. Hablé con él por teléfono hace nada, pero... -Recordó que la conversación con su chistoso amigo había tenido lugar antes de que viajara a aquel mundo espectral-. Espera. ¿Un documental sobre un inventor? ¿Qué clase de inventor? -¿Cámaras de fotos? ¿Linternas? ¿Espejo? Ignoraba qué tipo de inventor sería, pero probablemente estuviera relacionado con el mundo al que habíamos viajado-. Sé que puede parecer una tontería, pero podría ser importante...

Me agaché para recoger el diario, plenamente seguro de que ni Christian ni Dana hubieran podido leerlo. Por algún motivo, yo era el único que podía.

-Mira, creo que es mejor que te quedes tú el portátil -le dije a la amiga de Audrey, en tono conciliador. Dana no parecía saber mucho sobre la obsesión de la joven fallecida, pero probablemente pudiera brindarle detalles que él nunca podría conocer de otro modo-. No me sentiría a gusto metiéndome en algo tan privado como el ordenador de alguien, pero tú eras su amiga... Será mejor que lo tengas tú. Puede que encuentres algo que nos sea de ayuda para averiguar qué fue lo que le pasó a Audrey. Yo me quedo este diario. -Lo levanté, mostrándoselo-. Estoy seguro de que no era de Audrey. Aparentemente, no hay nada escrito, pero no puede estar vacío sin más. Tiene que haber algo escrito en él.

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17/01/2019, 20:25
[Yoshi Yamagaki]
Sólo para el director

Yoshi miro a Ino, como esperando una respuesta, una aprobación o un "ni lo pienses". Pero no tuvo esa respuesta, ya que ya había salido.

Miro al diario, no podía evitar recordar aquel espíritu que le rodeaba y estrangulaba, dejando un claro indicio de miedo al mirar el diario, estaba horrorizado de pensar, que se volviera a escribir alguna hoja nuevamente, dejando claro, que lo que estaba viviendo en ese momento era un sueño y no lo del espíritu.

El informe de su amigo, respecto al virus, le saco de su terror, una cosa que no le gustaba era quedarse de lado, cuando alguien necesitaba ayuda, al parecer, si no resolvía esa maldición o lo que fuera, podría sucederles lo mismo a ellos y que ese "extraño virus", le arrebatara la vida a mas personas inocentes.

Au..Audrey Spooner...,puedes buscar información sobre esa persona?, una chica universitaria que se suicido, saber si tiene familiares en esa zona de Sekigahara?.. - dice a su amigo, acercándose lentamente al diario.

Ti..tienes razón, mejor terminar el artículo y luego darme esas vacaciones y descanso.. - no quitaba sus ojos del diario, aun se le notaba con miedo.

En cuanto al alcalde, me gustaría entrevistarlo..., si no hay ningún problema en eso.. - dice ya por fin levantando la mirada y mirando a Yamada

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25/01/2019, 19:51
Máster fantasma

Aunque Sun Hee mirara de seguido el teléfono la respuesta no llegaba, tardando más tiempo del que le hubiera gustado.

No tenía más remedio que esperar mientras se internaba en la clase, una amplia aula rectangular descendente con una capacidad de cien alumnos repartidos en tres filas y separados por escaleras. Los huecos empezaban a llenarse, sobre todos las primeras y últimas filas, dejando ocupados también los asientos adyacentes para los maletines de instrumentos o las carpetas para reservar el asiento a un familiar.

El timbre sonó por última vez a la par que el profesor entraba, dejando pasar a los últimos alumnos rezagados antes de cerrar la puerta tras de sí. De apariencia anciana, rostro ajado por arrugas y el cabello cano, se limpiaba las gafas mientras se acercaba a su respectiva mesa y dejaba el maletín sobre la misma. Los más duchos de la materia le conocían, era un antiguo orquestita jubilado de profesión pero ejerciendo como profesor en la universidad que le vio nacer, una eminencia a la que todos le agradaban.

Silencio, silencio por favor… ¿quién me recuerda por dónde nos quedamos en la última clase? – Una alumna de la tercera fila alzó la mano para responder, asintiendo al acordarse exactamente el punto exacto y retomando la teoría.

La clase parecía ir normal aunque Sun Hee seguía preguntándose a quién correspondía el número. Los minutos pasaban, lenta y plácidamente marcando el tic tac del reloj hasta que notó que su bolsillo volvía a brillar.

Nos vemos en 20 minutos en el Pabellón 2. Tenemos una amiga en común.

El Pabellón 2 estaba situado a unos cinco minutos de tu ubicación, cruzando gran parte del campus y situado en una zona actualmente en obras por remodelación. Todavía quedaba una hora para que la clase terminara, ¿qué haría la violinista?

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25/01/2019, 22:44
Yamada Tsudo

Sonrió ampliamente, como aquél que había logrado de forma premeditada su objetivo, colocando una mano en el hombro de su amigo para palmearla visiblemente contento.

Ese es el Yoshi que yo conozco.- Yamada sentía cierta curiosidad por el caso, y el hecho de investigarlo para comprobar la oscura trama que parecía haber detrás, aunque aparentemente los hilos no casaran entre sí, hacía que abandonara los servicios activos que tenía para dedicarse de lleno a esto.

Se levantó de la silla y guardó las manos en los bolsillos, sintiendo el frío del invierno mientras echaba una rápida ojeada por la ventana, pensativo, antes de apoyarse ligeramente sobre la mesa.- ¿Audrey Spooner? – Alzó una ceja aunque, esta vez, en vez de sorpresa había cierta picardía curiosa.- ¿No me digas que es otra notificación? ¿Estás en alguna web de citas? No es bueno investigar en la red de la policía sobre los antecedentes de las jovencitas, Yoshi. – Tantos nombres de chicas le resultaba sospechoso, más aún cuando había visto el breve encuentro entre Ino y él.

Caminó hasta la entrada, cogiendo su bandolera y colgándosela en el hombro derecho, asegurándose que todo estaba en su sitio.

No creo que te prohíban entrevistarlo, es más, podemos ir a la reunión.- Se encogió de hombros, como si fuera algo normal. No era la primera vez que ayudaba en algún caso colándole en reuniones, filtrando charlas o presentándole testigos.- Van a reunirse…- Estiró la mango para dejar ver su reloj, uno viejo regalo de su padre a modo herencia que, aunque tuviera el cristal con una pequeña grieta, el cariño que guardaba le impedía tirarlo.- En una hora. Si vamos ya podemos llegar justo antes de que salgan, así podrás verle.- Cogió de su bolsillo sus llaves, girándola sobre sus dedos y haciendo que el llavero resonara entre sus manos.- Si estás listo, nos vamos.

Yamada se colocó frente a la puerta, esperando a que Yoshi decidiera si al final quería ir o si tenía algo que preparar antes de marcharse, mirando de vez en cuando el reloj.

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25/01/2019, 23:20
Dana Goodwin

De entre todas las preguntas que podría formularle, la de más información sobre un documental que ni le interesaba era la que menos se esperaba. Intentó hacer memoria pero, a los segundos, descartó el intento al pensar que era una tontería.

¿Y qué más da? Era una cosa japonesa de esas, no recuerdo el nombre.- Le miró extrañada, como si estuviera rodeada de frikis que no entendía.- Fue idea de Jaden, ve a preguntarle a él. Lo único que me dijeron es que era un inventor chino, coreano… yo que sé, tenía un nombre raro, algo así como un documental sobre su vida. ¿Para qué me iba a interesar un completo desconocido con todo lo que tengo que estudiar? – Resopló, descartando ya la idea de acordarse de nada.- Si le ves dile que no vuelva a pasarse por aquí, no es bien recibido.

Parecía que ella sabía de qué hablaba, arrugando el entrecejo en una clara mueca de enfado, controlando su ira. Pero tan rápido vino se marchó al tenderle el portátil de su amiga, transformando su estado anímico de furia a tristeza creciente.

Cogió el portátil con cariño y cuidado, como si se tratara de un delicado bebé, antes de abrazarlo para evitar que se cayera. Aunque ella no quisiera reconocerlo la muerte de su mejor amiga era demasiado reciente y le había afectado en niveles que no podía controlar, teniendo ganas de llorar simplemente por mencionar su nombre. Aun así se contuvo, parpadeando varias veces y resoplando mientras miraba por la ventana y el cielo azul que los acompañaba.

Será mejor que te vayas también. No quiero llegar tarde a clase.- Pareció que su voz se quebró en la última frase, apartando la mirada para evitar que la viera así de vulnerable.

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26/01/2019, 00:59
Kim Sun Hee
Sólo para el director

La joven coreana se había quedado mirando su móvil, esperando a que éste volviera a vibrar en señal de un nuevo mensaje por parte de aquel número cuyo destinatario desconocía. Quería saber quién era, pero todo aquello le parecía realmente extraño, e incluso peligroso. ¿Qué sucedía si era alguien que quería hacerle daño o algo parecido? ¿Podía confiar en aquello? No obstante, su móvil no volvió a vibrar, pareciendo que no pretendían responderle, quien sea la persona que le había enviado ese mensaje. Por un momento, la violinista consideró la posibilidad de que fuera una broma de mal gusto pero… era demasiada casualidad. No podía ser eso. Aquella persona debía de saber algo, si bien, estaba claro que, por el momento, no obtendría una respuesta. Tendría que esperar.

Por esa razón, no tardó mucho en ingresar al salón, dispuesta a asistir a clase como siempre solía hacer, no sólo para ser la hija perfecta de sus padres como había sido educada para que fuera, sino también porque la música la apasionaba, incluso si había algunas clases que eran bastante aburridas, como en toda carrera que se estudiara en cualquier universidad. Al entrar al salón, no dudó en saludar al resto de sus compañeros, al menos a los que conocía en mayor parte. Aquel cambió de escenario la ayudaba a despejar un poco su mente de su horrible experiencia en aquella aldea, y era bueno poder centrar sus pensamientos en los estudios, en vez de los espíritus atormentados que había visto anteriormente. Tras encontrar un lugar vacío en una de las primeras filas, se sentó con cierta rapidez, dejando el estuche con su violín a un lado.

Lamentablemente, unos minutos después de que hubiera comenzado la clase, su móvil volvió a vibrar, sorprendiendo a Sun Hee, quien no había esperado recibir una respuesta luego de haber estado esperando tantos minutos. De cualquier modo, no dudó en observar la pantalla de su móvil con cierta curiosidad, no pudiendo evitar morderse el labio inferior un poco nerviosa al leer el contenido del mensaje. Faltaba una hora para que la clase finalizara y el mensaje decía que la esperaba en veinte minutos. Si bien podría pedirle que esperara una hora… ¿qué sucedería si no la esperaba, si se ofendía por tal petición? Si aquello era una pista para su investigación, que podía ayudarla a liberarse de aquella pesadilla, no deseaba arriesgarse. Por eso mismo, tras responderle, diciéndole que estaría allí, la violinista no se demoró mucho en levantarse de su asiento, sujetando su estuche con una mano y con la otra apoyada en su vientre, como si tuviera alguna clase de dolor, al mismo tiempo que caminaba hacía salida, haciendo varias inclinaciones con su cabeza, pidiendo perdón por la interrupción. Era la primera vez que se saltaba una clase de esa forma, si bien deseaba creer que no era algo en vano.

 

Notas de juego

Si hay algún error, pido perdón, que estoy posteando desde el móvil porque estoy de viaje por las montañas xDD

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26/01/2019, 01:50
[Yoshi Yamagaki]
Sólo para el director

Vamos.., lo de la chica, es un extraño caso de suicidio, pero aunque no te lo creas, tiene algo que ver con la otra chica que te comente, el diario y lo del Señor Oak... - dice en modo misterioso.

Ya te daré mas detalles, cuando encuentre la certeza y enlace en todo, te sorprenderas... - dice a modo enigmático a su amigo.

Estaba claro, que si decidía ir a la reunión, volvería a ese caótico mundo de fantasmas y espíritus vengativos. O esa es la sensación que tenía encima.

Adelante, conduces tu. - dice a modo de broma, al dejar claro que el no podía conducir de momento.

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27/01/2019, 01:59
Brandon Marshall

"Una cosa japonesa de esas" pensé para mis adentros, preguntándome a qué se referiría Dana. Tendría que hablar con Jaden para saber más al respecto, aunque por otra parte... ¿Jaden con Audrey Spooner? Me había sorprendido. Qué calladito se lo tenía. ¿Se lo habría ocultado a Chris para no hacerle daño?

En cualquier caso, Jaden era un hilo del que debía tirar cuanto antes si quería averiguar más información sobre lo que le había sucedido a Audrey. Ese documental era la clave, estaba seguro.

Me disponía a abandonar la habitación cuando vi cómo la expresión de enojo de la chica pasaba a convertirse en tristeza. Pese a aquella fachada dura, era evidente que Dana estaba destrozada por el suicidio de su amiga. "Y eso que ni siquiera sabe lo peor..." me dije para mis adentros, recordando el estado en el que había encontrado a Audrey cuando me hallaba junto a Sun Hee y Yoshi en la sala de los espejos.

-Sé que no servirá de nada y que probablemente no harás caso de lo que diga un desconocido, pero a veces es mejor no dejarse nada dentro. Te hará sentir mejor -dije, intentando buscar las palabras adecuadas para sonar lo más educado posible-. Y si necesitas desahogarte hablando con alguien o cualquier cosa, bueno... -Sabía lo raro que podía llegar a sonarle que me ofreciera a consolarla cuando apenas nos conocíamos, así que agregé-: Chris es buen tío. Cuídate.

Con esas palabras, decidí salir de la habitación con paso ligero. Tenía dos vías de investigación en mente: la primera y la más directa, hablar con Jaden; la segunda, quizá más complicada de seguir, intentar averiguar sobre el caso que Yoshi había mencionado sobre un amigo suyo, el tal Oak. El periodista era tan hablador y había proporcionado tantos detalles sobre ese extraño suceso que quizá pudiera rastrearlo por internet y tener una línea de investigación alternativa. Y por último, poseía el diario.

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28/01/2019, 20:24
Máster fantasma

El profesor, todavía explicando la lección, frenó sus palabras al ver que una de sus alumnas se levantaba aunque eso no le detuvo a la hora de seguir con la clase, esperando como unos segundos alguna explicación antes de seguir con su ritmo habitual, más centrado en la pizarra para copiar los nombres de compositores del Renacimiento que en los motivos de la joven. No se podía decir lo mismo del resto de compañeros quienes, curiosos, se giraban para dedicarle una mirada a Sun Hee, algunos incluso girando el cuerpo entero para ver cómo se marchaba por la puerta, como si eso fuera lo más entretenido del día.

Los pasillos ahora estaban desiertos, pudiendo escucharse algunas charlas de aulas con las puertas abiertas o el sonido del frescor de la mañana chocando contra los ventanales.

No tardó demasiado en salir por la puerta y caminar hacia el Pabellón 2, comprobando la hora una y otra vez para asegurarse que llegaba a tiempo. Por el camino pudo encontrarse algunos alumnos que habían decidido saltarse la primera hora, sentados en el césped para disfrutar del sol o un grupo de cinco jóvenes con una guitarra, compitiendo en tocar canciones mientras desayunaban tranquilamente.

No tenía tiempo que perder, cruzando gran parte del campus y pasando por la rotonda donde había dejado a su amiga, esta vez cogiendo la dirección contraria. A lo lejos, tras el edificio de Bellas Artes, podía ver el famoso Pabellón 2, una construcción que servía como pequeño teatro pero que, a causa de un incendio que asoló el campus hace demasiados años quedó prácticamente derruido. La zona quedó sellada por vendas de precaución amarillas por peligro de derrumbe aunque muchos aprovechaban para usarlo como “nidito de amor” o fantasear con un lugar encantado a pesar de que se sabía que no hubo víctimas en el suceso.

Cruzó las vendas pasando por debajo, cuidando de que ninguno de los guardias que circulaban por la zona la viera antes de internarse.

El interior estaba completamente destrozado. Algunas de las pareces estaban pintadas con grafitis de dibujos abstractos o mensajes contra la política del país, los asientos de madera estaban corroídos causa de la humedad y el paso del tiempo, y algunas de las baldosas que componían el techo se habían caído, dejando entre ver un fondo de madera y cableado vario, ahora inservible.

Dentro no escuchó nada y la mitad de las habitaciones estaban cerradas con llave o atrancadas, pero sólo había uno con la puerta abierta.

Una sala rectangular que solía ser el teatro, compuesta por varios conjuntos de sillas o bancos destruidos, colocados en los laterales, unos focos con los cristales rotos, unas cortinas chamuscadas que en otra época posiblemente fueran amarillas y, al fondo, un escenario con un atril de madera. La única luz que entraba era gracias por las ventanas, abiertas en par en paz e iluminando toda la estancia de forma natural, viendo así sentada en la primera fila una persona.

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28/01/2019, 20:27
Misaki Asou

La mujer se levantó lentamente, girándose para encontrarse cara a cara con la violinista. Parecía adulta, una mujer de unos treinta años o tal vez unos pocos más, de cabello corto y liso castaño y, en esos momentos, una mirada de tristeza y preocupación en su rostro.

Llevaba un vestido largo color crema que le llegaba por las rodillas y una blusa ligera blanca con las mangas rosadas. Entre sus manos tenía una caja antigua del tamaño de una pantalla, demasiado grande para contener una cámara en su interior, pero no tanto para ser otra cosa.

Siento haberte hecho llamar de esta forma. Yôko es… un tanto insistente.- Quería sonreír, surcando sus labios en una curvilínea que sus ojos no expresaban mientras giraba el rostro a un lado, mirando al infinito de la pared mientras suspiraba.- Posiblemente tengas muchas preguntas, pero mi vuelo sale en una hora.- Caminó hacia los pequeños escalones a un lateral del escenario, subiéndose para dejar la caja en el atril, apoyándose en ella.- Soy Asou, Misaki Asou, aunque a estas alturas ya lo habrás intuido. ¿Cuál es tu nombre?

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05/02/2019, 12:56
Yamada Tsudo

Levantó ambas palmas, como si pidiera que frenara la conversación al saber sobre el suicidio de la desconocida.

Vale, vale. Entiende que es raro que me digas tantos nombres. No sé quiénes son tus fuentes, pero veo que estás surtido.- Se encogió de hombros mientras baja las manos, esta vez para guardarlas en los bolsillos después de abrir la puerta.- Con suerte no pillaremos demasiado tráfico.

El viento en el exterior acometía con fuerza y la nieve hacía que fuera complicado andar con ligera rapidez, aunque el camino principal estaba aplanado gracias al trabajo de la familia. Yamada se levantó el cuello de la chaqueta para cubrirse el mentón, sintiendo un escalofrío mientras alzaba la mirada, contemplando el día despejado que hacía.

Tras cruzar la verja que separaba las tierras familiares de la vía pública estaba el coche del policía, un Seat Ibiza color azul oscuro con más de cuatro años de antigüedad y cientos de kilómetros en sus ruedas. De su bolsillo sacó la llave, abriendo el coche e invitando al escritor a entrar mientras él bordeaba para guardar en el maletero su maletín, dejándolo un segundo abierto por si quería guardar algo.

Estoy deseando que termine el frío.- Se frotó las manos, caminando hacia el asiento del conductor y encendiendo el coche para pulsar el botón de la calefacción, dejando que el interior lentamente se fuera calentando. Se puso el cinturón y, vigilando por el retrovisor, se incorporó en la carretera.- No quería preguntar, pero la curiosidad me acabará matando.- Su mirada seguía pendiente de la carretera aunque una de sus manos bajara hasta la radio, poniendo las noticias de la mañana y dejándola a un volumen que no fuera molesto, lo suficiente bajo para poder charlar sin alzar la voz pero alto para escuchar las novedades.- ¿Hay novedades con Ino? Sé que acabó bien, que ambos sois amigos, pero lo que he visto hoy…- Sonrió, dedicándole una fugaz mirada a su amigo antes de volver a clavarla en la carretera.- Ayer estuvo muy preocupada. Sé que no debería de haberla llamado, pero no sabía si te había pasado algo.

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05/02/2019, 16:23
Christian

Dana agradeció las palabras de apoyo de Brandon aunque no lo manifestara en voz alta, asintiendo mientras respiraba hondo y dejaba el portátil en la mesa, despejándola de papeles para que tuviera el espacio justo, aunque todavía no lo abriera.

Mientras decidía qué hacer con el, Brandon salió de la habitación para encontrarse con el pasillo ahora vacío y en silencio, viendo doblar la esquina alguno de los compañeros que antes estaban atentos a su conversación marchándose para clase, olvidando el extraño episodio que acababan de tener. La habitación de Audrey seguía igual que cuando la dejó, las flores estaban en el suelo aunque unas pocas se movieron por tanto movimiento, incluso parecía que había notas nuevas colgadas en el marco de la puerta, deseándole lo mejor a la familia.

Chris apareció por detrás, todavía vestido con el pijama como si no tuviera intención de ir a clase, y llevando en sus manos tres latas de refresco. Iba con la mirada pendiente en el suelo, meditando cuando al alzarla se encontró con su amigo, parando en seco mientras buscaba las palabras, abriendo y cerrando la boca continuamente sin saber exactamente cómo empezar la conversación.

He ido a comprar bebidas.- Tras meditarlo optó por tenderle uno de los refrescos, rascándose después el cuello.- Esto está siendo más difícil de lo que pensaba y, bueno, siento haber dudado de ti, tio.- Miró la puerta de la habitación de Dana y luego la de Audrey con una triste sonrisa en su rostro.- No sé qué te ha dicho pero no le tengas en cuenta, es buena chica y quiere mu… quería mucho a Audrey.- Jugaba con los refrescos entre sus manos, pasándolos de una mano a otra o girándolos, claramente nervioso e incómodo, sin saber qué decir.- Creo que voy a saltarme la primera hora de clase, lo último que me apetece es ir a “Antropología”. ¿Quieres hacer algo o tienes planes?

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05/02/2019, 17:40
Kim Sun Hee
Sólo para el director

En verdad, en ese preciso momento, la joven coreana habría deseado que la tierra se la tragase ante la vergüenza que sentía. No sólo por la posible mirada acusatoria de su profesor, sino también por el hecho de que muchos de sus compañeros se habían girado para verla, como si estuvieran apreciando un espectáculo entretenido. Aquello, era algo que Sun Hee podía comprender, en parte, ya que era verdad que nunca se había saltado una clase en su vida… ni siquiera enferma. Siempre había sido una chica responsable, demasiado, debido a la mentalidad que sus padres habían fijado en ella con los años. Por eso mismo, a medida que caminaba hacía la salida del salón, no podía evitar sentirse culpable al hacer algo que nunca había imaginado que haría. Era cierto que algunas veces había pensado en lo que sería no ir a clases por una vez, la libertad de elegir, y ser un poco más alocada como Shin-Hye. Sin embargo, nunca juntado el coraje necesario… excepto en ese momento el que dependía de su vida, de poder escapar de aquella pesadilla.

No tardó demasiado en salir de clases, con cierta prisa para que no continuaran mirándola como un espécimen raro. No obstante, al salir y ver el reflejo de su rostro en un ventanal, notó que estaba sonriendo, entre una mezcla de nervios y… ¿diversión? Tenía que admitirlo, aquello era sin duda algo fuera de lo usual, de su vida rutinaria, por lo que era ciertamente interesante, inquietante, pero por sobre todo, emocionante. Su mirada paseó por los alrededores, mirando con cierta curiosidad al resto de los estudiantes que se encontraban fuera de sus respectivas clases, algunos debido a que se las habían saltado para divertirse y disfrutar del bonito día, algo que, en el caso de Sun Hee, habría deseado hacer con su amiga, si no fuera que tenía que reunirse con alguien muy importante para su investigación. No podía perder el tiempo, no cuando aquello era, posiblemente, lo único que podría salvarla de una horrible muerte. No deseaba regresar a ese lugar tan horrible.

Al llegar al Pabellón 2, la joven se preguntó por qué alguien querría reunirse en ese lugar, el cual no era para nada agradable de visitar. La violinista ni siquiera sabía por qué, en tantos años, las autoridades de la Universidad no se habían molestado en restaurar aquel edificio para poder darle cierto uso. Después de todo, no era más que un desperdicio de espacio en aquel estado derruido. Suponía que el motivo habría de ser la falta de capital para llevar a cabo dicho proyecto, si bien estaba casi segura de que las ganancias de la Universidad no eran tan malas como para no permitirse esa clase de inversión. Lo más probable era que las autoridades estaban haciendo algo más con el dinero, si bien esperaba que fuera para algo bueno. De cualquier modo, la coreana no se demoró en entrar al edificio, evitando a los guardias, deseando poder contactar con aquella persona que le había enviado aquel mensaje. Tenía una idea de quién podría ser, aunque eso no respondía a muchas de las preguntas en su mente.

Tras ingresar a la única sala a la cual pudo entrar, la muchacha recorrió con su mirada el interior de dicho sitio, antes de que su atención se centrara en la bella mujer que se encontraba en dicha sala, además de Sun Hee. Parecía ser mayor que ella, al menos unos diez años más o un poco más, si bien eso no tenía mucha importancia en ese momento, sino lo que ésta podría decirle, las respuestas que podía proveerle. - ¿Yoko? Um… no es problema. Supongo que alguna vez tenía que saltarme una clase. – Le aseguró en un tono gentil, dejando en claro que no tenía que disculparse. No tenía mucha idea de quién era Yoko… o al menos eso creía. – Tengo muchas, sí. Una de ellas es saber cómo puedo escapar de la pesadilla… de esa aldea. – Le explicó con cierta preocupación, deseando que tuviera una solución a ese dilema, teniendo en cuenta que parecía que no podría responder a todas las preguntas que deseaba hacerle en ese momento. Ni siquiera comprendía cómo era posible que estuviera allí, que supiera que deseaba conocerla, ya que, en efecto, se trataba de Misaki Asou. – Soy Sun Hee, Kim Sun Hee. Pensé que eras tú, pero… me parecía un poco imposible. Necesito tu ayuda… la cámara me ayudó pero… no quiero regresar a ese lugar. – Confesó con cierto terror en su voz, recordando lo que había visto en ese sitio maldito.