Partida Rol por web

 La vida podía dar muchos giros según las oportunidades que se presentaban, y las que se decidían tomar. Tú caso no fue distinto, siendo victima de un temprano divorcio de tus padres que tal vez tuvo algo que ver con ese interés que acabaste despertando y que te llevó a ser quién eras hoy, o al menos, lo que fuiste.

 Luego de tantas cosas en tu historial era ilógico pensar que podrías continuar una vida común y corriente, pero parece que ese fue el caso de cierta forma, pues mientras Bridgitte Mohnhaupt vivía su vida alejada de todo su pasado, en una ciudad asiática se llevaba a cabo un ritual que llamaba al pasado mismo.

 En algún apartamento de la ciudad de Fuyuki, alguien llevaba a cabo el ritual de invocación gracias al poder del grial. Un master fue designado, y con los procedimientos adecuados pudo tender una mano hacia tus orígenes y llamarte como una aliada en la guerra por el grial.

Mi voluntad crea tu cuerpo, tu espada crea mi destino. Si escuchas la llamada del Grial, y acatas esta voluntad y razón, entonces respondéme.

Juro solemnemente.

Encarnaré todo lo que es bueno en el mundo.

Derrotaré  todo lo que es maldad en el mundo.

¡Siete Cielos acogen tres palabras de poder! ¡Ven a mí desde el círculo de balance, Guardián del equilibrio!

 Fue como despertar de un largo y eterno sueño, uno donde tras dejar atrás tu última prisión eras llevada a un nuevo sitio donde continuarías con una nueva labor.

 Tus ojos no tardaron en absoluto en adaptarse a la luz de la habitación, encontrando lo que parecía uno de esos apartamentos de un solo cuarto donde la cama y cocina no estaban separadas por más que una barra, y la única puerta además de la salida era para el baño. En general era un lugar sencillamente decorado, con un televisor, una mesa con libros, uno cómodo juego de muebles... Pero lo importante no era el lugar, sino quién te llamó a él.

¡OHHH! ¡Era cierto! ¡Si funcionó!

 Delante de ti se encontraba un joven de entre 17 y 19 años, de cabello anaranjado como sus ojos y una complexión delgada, vistiendo unas ropas cómodas conformadas por una chaqueta y unos pantalones para dormir, yendo completamente descalzo. ¿Aquel era tu master...?

El pensamiento que me despertó fue el de una oportunidad mas, una vez mas en la que se me permita luchar por lo que creo. Yo aun no he terminado de luchar, aun me quedan cosas por hacer, no puedo dejar que todo termine así sin mas.

Estaba rodeada en oscuridad. Lo ultimo que recuerdo es la sensación del mugroso colchón de la prisión contra mi piel, pero repentinamente me sentí distinta. La oscuridad que me rodeaba era distinta, lo que sentía era distinto. Algo me estaba llamando, una voz ominosa solicitaba mi presencia desde un tiempo distinto. ¿Que era esto? Me pregunte, pero por alguna razón las respuestas simplemente llegaron a mi mente. Magos, La guerra del santo grial y Servants. Se me prometió que cualquier deseo que tuviese se cumpliría en caso de traerle la victoria a mi Master. Esta era la oportunidad por la que añoraba. Este era el momento en que me alzaba una vez mas hacia la batalla.

La luz repentinamente inundo todo a mi alrededor, y poco a poco a mi alrededor comenzó a aparecer un paisaje bastante peculiar. ¿Que clase de lugar es este? Se que estoy en japón, pero no me esperaba llegar a un lugar tan… mundano, como este. Cuando la luz por fin se disipa y puedo ver mejor a mi alrededor, me siento aun mas confundida. Esto parece la habitación de un adolescente… Oh no.

Cuando la primera voz que escucho, y la primera persona que veo es a ese chico, no puedo evitar quedarme consternada, y también bastante decepcionada. Es imposible que este niño como este sea un master en la guerra. Aun así, esto que siento, esta conexión… Esto debe ser un error o una broma de mal gusto.

- Oye niño. -Le dije de forma áspera- ¿Quien eres tu? ¿Donde esta mi Master?

Mi master tiene que ser otra persona. No puede ser un chico como este.

 -Oh, pues... Soy Yamato Sawa, y supongo que soy tu master.

 Para no dejar dudas de sus palabras, el chico te enseñaría el dorso de su mano derecha, donde ahora estaba grabado aquellos sellos rojos que lo identificaban como master, exactamente los mismos con los que sentías una conexión como parte del trato del grial. En su caso, los sellos estaban formados por dos líneas que formaban el símbolo de Omega, con una A invertida en su interior cual flecha.

 -Honestamente no pensé que funcionaría... Luego de molestar mucho a Ichigo-san para que me enseñase sus trucos de magia me dijo que intentase algo como esto... ¡Oh, debo contárselo de inmediato! -y pasando a ignorarte un poco, aunque no del todo, el chico correría hacia una mesa donde tenía su celular, marcando velozmente a su amigo para contarle de su logro. -. Por cierto... -y mientras esperaba que le contestase, voltearía a verte un poco confundido. -. ¿Y quién eres...? -pero entonces el sonido del teléfono dejó de sonar, y se pudo escuchar una voz al otro lado, siendo que ni siquiera esperaría a tu respuesta para volver a ponerse emocionado al teléfono. -. ¡Ichigo-san! ¡Ichigo-san! ¡Funcionó! ¡Lo que me dijiste que hiciera hizo aparecer a una señora!

 -¿¡QUÉ!?- el grito desde el otro lado del teléfono fue tal que hasta tu pudiste escucharlo, provocando un salto del pelirrojo que por poco deja caer el celular, pero pronto pudo recuperarlo y devolverlo a su oído.

 -¿Como? ¿Qué vienes para acá? Okey, pero... -y antes de poder continuar hablando con él, la llamada fue cortada. -. Vaya... Supongo que quiere ver lo que logré con sus propios ojos -concluiría el chico, con una sonrisa tonta de orgullo. Excelente master te había tocado...

Oh… No… Oh no, no, no no no no no… Esto no puede estar pasando… Esto… Esto es una clase de error ¿verdad? El grial tuvo que haberse equivocado, si, seguro fue eso. Es imposible que un niño como este halla terminado siendo mi master por accidente. De seguro es alguna clase de broma de mi verdadero master. Si, debe ser eso… Estoy segura…

…

Maldita sea.

Cuando el chico me mostró su mano y vi los Reiju claramente marcados, no me caí al suelo de suerte. Esto simplemente no puede estar pasando. Se supone que esta es mi segunda oportunidad. Se supone que este es el momento en que me levanto nuevamente para luchar por mi deseo… Este mundo me odia ¿verdad? Simplemente nada puede salir bien cuando estoy involucrada. Mierda, de seguro el universo creyó que todo el sufrimiento por el que he pasado no ha sido suficiente. Esto no es una segunda oportunidad… Esto es una maldita tortura… Fui traída aquí solo para sufrir aun mas.

Mientras estoy lamentando el momento en que nací en este maldito planeta, ignoró las preguntas del chico y busco la silla mas cercana para sentarme con la cabeza gacha llena de desdicha.

- Mierda… Esto es tan patético que hasta da risa. -Dije para mi misma en voz alta sin tener ni las mas mínimas ganas de reírme.

 Pese a lo que pudiese parecer, el chico era lo bastante perceptivo para darse cuenta de que lo estabas pasando mal, tomándose la confianza para acercarse a ti una vez te habías sentado, y darte unas suaves palmaditas sobre la cabeza.

 -Ya, ya... Prometo que me esforzaré por ser un buen master -aseguraría el chico, momentos antes de que se escuchase a alguien golpeando frenéticamente la puerta. -. Oh, Ichigo-san llegó rápido...

 De ese modo, Sawa iría a abrir la puerta, permitiendo la entrada a un joven unos años mayor que él, vistiendo una larga gabardina negra que hacía conjunto con su camiseta, pantalón y botas.

 -¡Ichigo-san! ¡Mira! ¡Hice lo que dijiste y...!

 Pero antes de que el pelirrojo continuase hablando, el hombre le agarró el cuello de la camisa para levantarlo del suelo, viéndole con los ojo abiertos como plato.

 -Escucha bien, Sawa: ¿Qué diablos es eso de que pudiste invocar un servant? -le interrogaría, preguntando precisamente lo que el chico le estaba diciendo cuando le interrumpió.

 -B-Bueno, seguí tus indicaciones, y... -en ese momento, el chico señaló a tu dirección, haciendo que Ichigo voltease y finalmente le soltase.

 -Maldición, lo que faltaba... Siempre es bueno que un inútil sin conocimiento mágico sea master en una guerra, eso es un rival menos, ¡pero no tenías que ser tú! -voltearía a decirle de vuelta al chico, antes de añadir. -. Sin ofender con lo de inútil... -por la sonrisa de Sawa, todo parecía estar bien. -. A ver, eres su servant, ¿no? Supongo que sabrás para que fuiste invocada, y... Qué lo tienes un poco jodido -concluiría, haciendo un gesto de cabeza para señalar a tu master, el cual en ese momento solo sonreía tontamente como un niño emocionado. -. No quiero a Sawa muerto, así que tendremos que colaborar...

Normalmente le hubiese quitado las manos de mi cabeza al chico recién me tocara, pero justo en ese momento estaba demasiado ocupada lamentando mi existencia como para prestarle atención a lo que sea que el chico estuviese haciendo. Estoy perdida, mi única oportunidad de hacer valer todo por lo que he luchado en mi vida se acaba de ir por la ventana. Se lo que es la guerra del Santo Grial, y se que un niño como este no tiene ni la mas mínima oportunidad de sobrevivir.

Al parecer alguien llegó al apartamento mientras yo estaba lamentándome en silencio. No me di cuenta de cuando llamó a la puerta, pero de lo que si me percaté fue cuando el hombre que entro saludó al chico gritándole. Ah, de seguro este tipo debía ser el hombre que tenia intenciones de ser mi Master originalmente. No puedo negar que hubiese preferido a una persona como esta para ser mi Master mil veces mas que al niño ingenuo. Parece tener experiencia, y debe de ser un mago hábil si es que decidió entrar a la guerra por cuenta propia. Me imagino que el debe estar tan molesto como yo estoy decepcionada.

- Huh… -Musito malhumorada desde donde estoy sentada- “Un poco jodido” se queda mas que corto en esta situación… Ese niño ya se puede dar por muerto, y tu ya te puedes ir rindiendo. Lo mejor que puedes hacer es abandonar ahora mientras puedes.

Mientras hablaba con este tal Ichigo voltee a mirar al niño por un segundo, y ver la cara de estúpido que estaba poniendo en este momento no hizo nada mas que molestarme.

- Esta definitivamente muerto -Susurre en voz baja para mi misma.

 -El pesimismo no será de utilidad ahora. Desconozco quienes pueden ser los otros masters y sus servants, pero si tenemos suerte la tarea de mantener vivo a Sawa no será tan complicada -aseguraría el hombre, que entonces sacaría de su abrigo una caja de cigarros para llevarse uno a la boca, y antes de buscar un encendedor te ofrecería uno de la caja. -. Aún pienso ganar la guerra del Santo Grial. Mantenerlo vivo solo será una cuestión personal, después de todo es mi culpa que acabase metido en todo esto: No pensé que pudiese ser elegido por el Santo Grial para la guerra...

 Luego de suspirar, Ichigo sacaría su encendedor para poder darle llama a su cigarro, ofreciéndotelo también si habías aceptado el que te ofreció antes, pasando luego a guardar todo de nuevo en su chaqueta.

 -Para empezar, deberíamos visitar al Sacerdote: conociendo a Sawa no querrá salirse de la guerra ahora que se ha metido, pero al menos él podrá darnos una mano para protegerlo los primeros días -explicaría.

 -Ooohh, ¿vamos a salir ahora? ¿No es un poco tarde? Mañana hay clases y... -comentaría el pelirrojo un tanto dudoso, antes de verse interrumpido nuevamente por su amigo.

 -Igualmente te la pasas dormido casi toda la clase. Deberíamos aprovechar e ir de inmediato a la iglesia: la noche es cuando más activos están los peores masters, pero cuando antes lleguemos con el Sacerdote menos tiempo tendrán para enterarse de que eres un master -concluiría Ichigo, antes de fijarse en ti. -. No creo que seas un Lancer o Saber: ¿un Archer? ¿Assassin tal vez?

La verdad justo ahora me vendría mas que bien ese cigarro que me esta ofreciendo el tipo este, así que recién me lo ofrece lo tomo de sus manos mientras escucho lo que tiene que decir mientras trato de no voltear a ver al niñato que tengo por master. Su cara de ingenuo es lo ultimo que quiero ver en una situación como esta.

- Tu no tienes experiencia en batallas como estas ¿verdad? -Di dije secamente a Ichigo- Cualquier operación que dependa en lo mas mínimo de tu suerte es una muy mala idea, y ahora estamos hablando de una guerra del santo grial. Los otros masters que se unieron deben ser, como mínimo gente como tu y como máximo muy superiores a ti, yeso es sin hablar de sus servants. -Digo mientras dejo de Ichigo encienda el cigarro que me ofreció- Como espíritu heroico en una guerra como esta necesitare una gran cantidad de maná, y dudo mucho que el pigmeo de allá me pueda dar el suministro que necesito. No podré pelear al máximo en caso de enfrentarnos frente a frente con un servant si no quiero freír los circuitos mágicos del muchacho, lo cual me pondrá en mucha desventaja. -Dejo salir una nube de humo- No importa por donde lo veas, estamos jodidos.

Lo que acabo de decir no son mentiras. Si se ve esto de forma realista no hay ni un solo lado bueno en esta situación. Estamos condenados a perder tarde o temprano. Mis esperanzas para llegar lejos en la guerra son nulas.

Sigo disfrutando de mi cigarro mientras Ichigo habla con el pigmeo sobre salir hacia la iglesia, lo cual la verdad es una buena idea en la situación en la que están. Yo la verdad no les presto atención hasta que Ichigo vuelve a dirigirme la palabra preguntándome por mi clase. Para contestar a su pregunta alzo mi mano junto a mi cabeza y hago aparecer una pistola en ella.

- Archer -Le digo final mente.

 Tus palabras provocarían una expresión de molestia en el chico, quién negaría con la cabeza mientras empezaba a buscar algo en su gabardina.

 -Subestimas el tiempo que llevo preparándome para algo como esto, y toda las opciones que consideré... -aseguraría mientras sacaba sujetando entre sus dedos tres frascos de laboratorio con un liquido azul y "estrellado" en su interior. -. No son perfectas, pero estas pociones de mana deberían ser suficiente para que incluso alguien como Sawa pueda mantenerte durante un combate, al menos si no te ves obligada a usar tu Noble Phantasm -declararía, arrojando entonces las pociones a un desprevenido Sawa que, pese a todo, pudo atrapar los tres frascos. -. Entiendo que cuidar de alguien solo me pondrá en desventaja, pero es lo que hay: Si Sawa fue escogido y pudo invocarte será por algo, de otro modo ni siquiera podría haber sellado el contrato sin morir en el intento, aunque debo admitir que no pensé que siquiera tuviese un poder mágico para hacer algo destacable como una invocación...

 Luego de explicar un poco las cosas a Zawa, básicamente diciéndole que le llevarían a un lugar seguro y debería tragarse sin queja alguna las pociones si tenías que pelear, Ichigo volvería su atención a ti, escuchando tu revelación.

 -Muy bien, Archer. Partiremos de inmediato.

 De ese modo, los tres saldrían del apartamento y se dispondrían a seguir por las calles a Ichigo. Por su parte, tu master cargaba en la espalda una mochila que había preparado con agua y algo de comida en unos envases, como quién se preparaba para una salida al bosque.

 Seria luego de recorrer un par de calles que sus caminos se cruzarían con los de otro individuo.  Era de cabello rojizo y tez clara, vistiendo unos gruesos ropajes que combinaban un estilo elegante y a la vez desordenado, completando todo con un bonito sombrero y una bufanda anaranjada.

 -Io -les saludaría con una mano, siendo que Ichigo se limitaría a observar mientras Sawa, naturalmente, respondía energéticamente con otro saludo de mano. -. Es una buena noche para dar un paseo, ¿no?

 Dejando de lado el asunto de la guerra, ciertamente el ambiente nocturno de la ciuda era agradable. Hacía luna llena, y aún con todas las luces de los edificios se podían vislumbrar las estrellas en el cielo oscuro.

Todos vamos a morir. Si... De eso estoy segura.

Sea cual sea el caso, aunque no podamos ganar la guerra, de seguro hay otras cosas que puedo intentar hacer ahora que estoy en este país sin el interpol pisándome los talones. Nunca he visitado Japón, así que me parece que como mínimo esto puede llegar a ser una buena experiencia turística, lo cual estaría bien para variar considerando que todos los viajes que he hecho fuera de mi patria no han sido los mas relajados que digamos. Se que en algún momento alguien llegará a tratar de cortarme la cabeza y también la del chico, pero mientras eso ocurre, algo divertido podre hacer… O por lo menos eso espero. Lo único que si me hace sentir un tanto mal es el hecho de que ese niño se vio envuelto en todo esto. El grial puede ser muy injusto cuando se trata de seleccionar a los masters ¿no?

Termino de fumarme mi cigarro mientras Ichigo le explicaba al niño por encima la situación en la que se encontraba. Es evidente que el chico este no sabe en que se ha metido esta noche por andar jugando con las cosas de un mago. Tirar su vida a la borda por ignorante a una edad tan joven. La verdad da lastima cuando se piensa en ello.

Sea cual sea el caso, de un momento a otro, Ichigo indico que ya era hora de salir, así que, dejando salir una ultima nube de humo, me levanto de la silla donde me había sentado mientras dejo salir un suspiro agrio.

- Vale -Digo con menos energías que un perezoso colgado de un árbol.

Y así, nos pusimos en marcha a la iglesia y salí por primera vez a las calles de japón. Tengo que admitirlo, este país se ve completamente distinto a cualquier otro que jamas halla visitado. La iluminación, la forma en que están hechas las calles, todo es completamente disto a lo que halla visto jamas, incluso le gente, como ese tipo extraño que se paró frente a nosotros con intenciones ambiguas y nos saludó a mitad de una calle en la que no había absolutamente ni un alma aparte de nosotros. Parecía sospechoso a primera vista, pero era imposible que de verdad se tratase de alguien con malas intensiones ¿no?

Escondo una de mis manos atrás de mi espalda de forma disimulada e invoco una pistola a la vez que me pongo a mirar a mi alrededor en busca de alguna presencia mas aparte de la nuestra mientras espero a que Ichigo se encargue de hablar con el hombre.

Parece que mi viaje turístico a Japón terminó antes de comenzar.

 -Es una noche tranquila... -opinaría el chico mientras estudiaba disimuladamente al individuo con la mirada, de una forma totalmente distinta a como hacía Sawa cuya atención parecía atrapada por la forma de vestir del hombre.

 -Veo que andan algo apresurados, así que no les quitaré mucho tiempo -aseguraría entonces el pelirrojo, pasando a verte más detenidamente. -. Solo venía a recomendarle un buen restaurante a la nueva turista de la ciudad.

 Con un veloz movimiento que inicialmente pudo haberte alertado de tener que sacar tu arma para defenderte, el hombre colocaría delante de tu rostro un panfleto promocional de un café-bar. No debía ser un lugar muy famoso si no lo reconociste por el nombre, pero seguramente más adelante pudieses ubicarlo con facilidad si siquiera considerabas la idea de ir.

 El gesto de Ichigo delataría que se había percatado de lo sospechoso que era que el hombre supiese que eras alguien nueva en la ciudad, más aún que se hubiese cruzado en vuestro camino tan convenientemente para algo como eso, pero el lenguaje corporal del pelirrojo no expresaba ser un peligro en esos momentos: sus intenciones parecían genuinas...

 -Tal vez vayamos en otro momento... -respondería Ichigo tomando el panfleto por ti.

 -Estaremos encantados con su visita -con esa sonrisa cálida, el hombre se despediría y continuaría su camino, momento en el que Ichigo suspiraría.

 -Había algo raro en ese hombre, pero no sabría decir que... No deberíamos darle vueltas ahora: sigamos a la iglesia -propondría, volviendo a caminar para guiarte por las calles hacia su destino.

 La iglesia se escondía en medio de un gran jardín protegido por unas vallas metálicas con unas rejas como entrada, mismas que no pondrían resistencia al ser empujadas permitiéndoles llegar a las puertas de madera que tampoco se encontraban cerradas. El interior no era diferente a la imagen de una iglesia cualquiera, con varias sillas largas mirando hacia el altar donde el sacerdote debía dar las misas, mismo lugar sobre el cual se encontraba sentado un joven de cabello azulado con ropas negras y una cinta blanca sobre los hombros, uniforme característico de los que dirigían ese sitio.

 -¿Hmph...? -al escuchar las puertas abrirse, este bajaría del altar de un pequeño salto y cerraría la biblia que llevaba en la mano, esperando que se acercasen para recibirlos. -. Sean bienvenidos... ¿En que les puedo servir?

No noté nada moviendose a mi alrededor, ningún rastro de otro Servant o algo que me indicase que algo o alguien nos estuviese vigilando u observando. Me gustaría ser capaz de ser buena con la magia para verificar si algún mago hizo una barrera o algo por el estilo pero bueno, si no se puede, no se puede.

El hecho de que no detecte nada a mi alrededor solo sirvió para llamarme aun mas la atención ¿Quien carajo es este tipo? ¿Estará relacionado con la guerra o sera que simplemente es un nadie? No... No puede simplemente ser un nadie. ¿Un cualquiera que se aparece frente a nosotros justo en esta situación? imposible.

Cuando el tipo termina de hablar y comienza a irse, lo que hago es mirarlo en silencio a la vez que guardo la pistola que invoque en uno de los bolsillos de mi gabardina. Prefiero tenerla lista de una vez en caso de que algo ocurra, y valla que ocurrió algo.

En un abrir y cerrar de ojos, el tipo se puso prácticamente en mi cara y me oscureció la vista con un papel. Estuve a punto de sacar el arma y dispararle en el estomago, pero el hecho de que no ocurrió nada mas, y que me percate de que el papel que puso en mi cara era un panfleto de un Café-bar, me hizo detener mis movimientos sin llegar a sacar el arma.

Sin decir nada, simplemente tome el papel de la mano del tipo. No se porque pero este tipo me da escalofríos de tal forma que no fui capaz de quitarle los ojos de encima mientras se alejaba de nosotros.

- Quisiera no encontrarlo de nuevo. -Digo en respuesta al comentario de Ichigo a la vez que nos volvemos a poner en marcha.

¿Será un mago o un Servant? O tal vez algo mas... Quisiera no tener la necesidad de obtener la respuesta a esa pregunta en el futuro.

Sea como sea, seguimos nuestro camino hasta llegar a una iglesia. El hecho de que entre a un lugar de estos me saco una risilla. Quien diría que una persona como yo entraría a un santuario de estos de nuevo... Simplemente me parece extraño, al igual que la persona que nos recibió adentro. Antes había escuchado que la gente de la iglesia era extraña, pero esto de verdad supera mis expectativas.

- ¿Y ese quien es? -Le pregunto a Ichigo en voz baja.

 -Seria bastante bueno... -opinaría el chico apoyando tu deseo de no encontrarse de nuevo a aquel hombre: traía demasiadas dudas consigo para ser bueno...

 Una vez en la iglesia, los tres avanzarían hacia el chico que los recibía con la biblia en la mano.

 -Es el sacerdote -declararía Ichigo.

 -Un gusto conocerlos -añadiría el chico en cuestión.

 Realmente no aparentaba ser mayor que Sawa: si el chico te hubiera dicho que era un monagillo te lo podrías creer más fácil, pero el aspecto y actitud del sacerdote ponían un poco en duda su verdadero cargo.

 -¿Para qué están aquí? -preguntaría el sacerdote.

 -Queremos desligar a Sawa del contrato con su servant: no debe formar parte de la guerra del grial -le explicaría Ichigo, antes de que tu master saltase desde detrás.

 -¡Oye! Mientras caminaba hasta aquí me puse a pensar: ¿realmente seria tan malo que participe...? -preguntaría inocentemente.

 -Sí -la respuesta de su amigo no pudo ser más directa, siendo un golpe directo para el pobre chico.

 -Hmph... -atendiendo a la petición, el sacerdote se acercaría a Sawa para mirarlo detenidamente, evaluándolo desde distintos ángulos, antes de asentir varias veces y entonces hacer el mismo proceso contigo. -. No es raro que masters quieran renunciar a sus contratos para salirse de la guerra: el grial me dio la autoridad para manejar esas cosas, pero... ¿Están seguros? Está puede ser una oportunidad única para conseguir lo que quieran, además de que... Podrías estar en problemas si no consigues a alguien adecuado para ser tu master antes de empezar a quedarte sin mana...

No soy muy fan de las las iglesias, me dan escalofríos. Pero si la verdad, la peor parte de las iglesias son los padres. Esos tipos nunca son de fiar, y este con el que estamos hablando no me gusta para nada. Aunque la verdad, ¿Que estaba esperando? Estamos en la guerra del santo grial. Era evidente desde un principio que no estaré rodeada de gente normal.

Por los momentos no veo que mi presencia aquí sea importante. La discusión es entre Ichigo y el padre. Ni siquiera están hablando de mi, si no mas bien de el chico naranja. Yo también apoyo la idea de que rompan mi contrato con con Sawa. El no esta hecho para esto. Es evidente que morirá en un abrir y cerrar de ojos en el primer enfrentamiento, así que lo mejor para el es salirse de esto. Pareciera como que si yo no tuviese nada que agregar por ahora, pero por alguna razón, el padre decidió pedir mi opinión acerca de todo esto acercándose a mi de forma bastante sospechosa, lo cual me hizo dar un paso hacia atrás para alejarme de este bizarro espécimen de la iglesia.

- Master de repuesto ya tengo -Le contesto al padre- El grandulón de negro se encargará de eso. Al fin y al cabo el era el que debió invocarme en primer lugar.

Sawa será remplazado por Ichigo, quien era quien estaba preparado para participar en la guerra, a diferencia de el chico este que es mas optimista de lo que le conviene.

 -Conque este hombre será tu master de repuesto, entiendo... -pasaría a analizar el sacerdote al hombre que seria tu repuesto de master en aquella guerra. -. Tengo una duda: ¿cómo es eso de que debió ser tu invocador original...?

 -Un amigo pesado que quería que le enseñase magia resultó realmente tener potencial mágico: replicó el ritual que yo iba a hacer, y así acabamos... -le resumiría Ichigo.

 -Entiendo... -repetiría el sacerdote, acariciándose la barbilla pensativo. -. En ese caso, solo deberemos llevar a cabo un ritual de transferencia y así podrás reescribir el contrato: de ese modo pasarás a ser el servant del grandulón de negro y hacer como si nada hubiese pasado.

 -Muy bien, empecemos de inmedia...

 Las palabras de Ichigo se irían cortando poco a poco por el ruido de unas veloces pisadas tras ustedes. El sacerdote solo miraría con ligera sorpresa como ambos se volteaban a ver que Sawa, de un momento a otro, se había echado a correr fuera de la iglesia. Como servant era básicamente imposible que un humano se te escapase de esa forma sin que te dieras cuenta, e incluso con la reacción tardía te era bastante fácil perseguirle y atraparle antes de que saliese de la iglesia, pero tal vez fuese lo inesperado de la situación o alguna conveniencia del guión lo que provocaría que no reaccionasen hasta que le chico ya había atravesado la puerta.

 -Yo lo mato -exclamaría con molestia Ichigo.

En esta ocasión me limitaría a simplemente asentir cuando Ichigo le explico al padre la situación en la que estábamos, al fin y al cabo, yo también estaba apenas enterándome de los detalles justo ahora. Y la verdad no pude evitar mirar a Ichigo con mala cara al escuchar la historia. ¿Que clase de persona le enseña a un chiquillo novicio el ritual para invocar a un Servant? Eso me suena a locura… Como sea, por lo menos ya estamos a punto de cambiar las cosas y poner todo como debería haber sido desde el principio…

Carajo.

La verdad no salí corriendo tras el chico de inmediato por lo malditamente molesta que me puso verlo salir corriendo de esa forma. ¿¡Que mierda le pasa por la cabeza!? Puedo jurar que me dieron ganas de golpearlo cuando lo vi tratar de escapar.

- No te molestes. Lo haré yo misma. -Le dije a Ichigo cuando el hizo su comentario.

A terminar de hablar, me lleve una mano a la nuca a la vez que ladeaba la cabeza para traquearme el cuello mientras le dedicaba una mirada fría a el chico que estaba cerrando la puerta tratando de escapar. Ahora que lo pienso, no he estirado bien las piernas desde que fui invocada. Esta me parece una buena oportunidad para probar mas habilidades en esta forma.

Salí corriendo a toda velocidad por la iglesia y llegue a la puerta en un abrir y cerrar de ojos. En vez de detenerme para abrirla, le pegue una patada y la abrí de par en par. Y sin perder mas tiempo, perseguí al chico.

Cuando lo agarre me voy a desquitar con el.

 Una vez fuera de la iglesia, el chico seguiría corriendo algunos metros sin mirar atrás antes de detenerse a tomar un poco de aire y voltear, esperando ver si había salido alguien detrás de él solo para encontrar que, efectivamente, alguien se había dispuesto a ir a por él: tú.

 -¡AAAHHH! -al ver como las puertas casi salen volando de tal patada, Sawa no se lo pensó dos veces antes de volver a correr, sacando fuerzas de donde no tenía su poco atlético cuerpo para correr fuera del territorio de la iglesia e intentar escapar de ti a través de la ciudad.

 Naturalmente, apenas podría correr un par de calles antes de que lo lograses alcanzar, momento en el que el chico quedaría totalmente a tu merced dado que... bueno, eras una servant, él un máster... Jodido lo tenía.

 -¡Por favor, no me mates! -seria lo primero que empezaría a hacer: suplicar.

 A esas horas gozaban de la fortuna de que no había mucha gente en la calle para ser testigos de nada,  aunque por lo mismo la noche era uno de los momentos más peligrosos durante las guerras...

Tengo que admitir que, como mínimo, justo en este momento tengo una sonrisa pintada en la cara. No solo por estar persiguiendo al chiquillo de Sawa, si no también porque se sintió sorprendentemente bien salir corriendo en esta forma. El viento pegando contra mi cara se sintió excepcionalmente fresco de una forma que no habia sentido en mucho, mucho tiempo. Pero todo lo bueno tiene que terminar en algún momento.

Al alcanzar al niño este, inmediatamente le agarre un brazo cuando aun estaba a mitad de carrera y lo jale con fuerza para hacerlo caer. Luego, una vez quedo de cara contra el concreto, me le tire encima a la vez que torcía su brazo tras su espalda para someterlo. Me contuve en el momento, así que no le rompí el hombro, pero definitivamente le debe estar doliendo.

- ¿A donde crees que vas a esta hora niño? -Le dije mientras lo tenia contra el suelo- Ya es muy tarde para salir por allí sin un adulto.

Tal vez estoy disfrutando esto un poco mas de lo que debería… Pero bueno, por lo menos puedo decir que es culpa de el que halla estado tan irritada.

 - ¡AAAAAAAH! - naturalmente, el chico se desplomaría siendo presa de tu llave a su brazo, retorciéndose de forma desesperada solo haciéndolo más difícil para él hasta que echaste tu peso encima, momento donde ya ni se podría mover pero no lo hacía menos doloroso -. ¡Esto es injusto! ¡Me esforcé mucho para invocarte, y ahora me quieres dejar! P-Pensé que nos podríamos llevar bien...  esto último lo dijo más con un tono de tristeza que de molestia, aunque rápidamente esos pensamientos serian remplazados nuevamente por el dolor. -. ¡Ay, ay, ay...!

 Para mala suerte de ambos, las preocupaciones que tenías con el amigo de Sawa se cumplieron al permanecer en la calle en su estado nocturno, pues además de el breve encuentro con el hombre de las promociones no seria la única persona con la que se toparían aquella noche...

 - ¿He escuchado un brazo retorcerse...? - diría una voz proveniente de un callejón cercano.

 La presencia de aquel individuo dispararía todas tus alertas, siendo totalmente distinta a la de cualquier humano con el que te hubieses topado antes. El sonido de sus botas metálicas andando por la acera solo confirmaría que no se trataba de alguien común y corriente, vistiendo una armadura ligera que completaba con una larga y dañada capa rojiza que resaltaba su largo cabello cenizo.

 - Creo que esto no es bueno... - diría Sawa en voz baja.

 - No se detengan por mi: adoro ver a las parejitas pasarlo bien en la noche y terminar con una pelea - confesaría el señor con una amplia sonrisa.

Pero que coño esta diciendo este chico. Esto no es una relación de ningún tipo ni nada por el estilo. El fue el que cometió el error de involucrarse en esto sin saber en que se estaba metiendo y ahora me esta echando la culpa a mide que esto este ocurriendo. Y la peor parte es que esto es basicamente lo mejor que le puede pasar en una situación como esta.

Al escuchar la forma patética en como se quejaba, puse los ojos en blanco por un segundo y me acomode para levantarlo del suelo sin soltarle el brazo.

- Deja de chillar y camina. -Le dije a Sawa bruscamente apretando un poco mas el agarre en su brazo- Que no tenemos toda la no-

Antes de que pudiera decir algo mas, mis palabras fueron interrumpidas por una nueva presencia en el lugar. Volteé a ver en la dirección por donde venían esa voz y lo que vi no me gusto absolutamente para nada: Un servant. Literalmente la ultima cosa que quisiera ver en una situación como esta.

Al ver al hombre vistiendo armadura emerger de la oscuridad, solté el brazo de Sawa, dejándolo libre y me de la vuelta a encarar a el nuevo personaje.

- Lo lamento señor pero esto no es un espectáculo. -Le dije mirándolo la cara- Así que le agradecería si puede dejarnos a solas… Ademas, nosotros ni somos pareja.

Esta no es una situación favorable para mi. Pelear no es el problema, pero el chico si lo es. Aparte de que no puedo ir en serio si es que no quiero matar al chico por la cantidad de Mana que voy a necesitar, también corro el riesgo de que este servant trate de matar al chico para asegurar su victoria sin necesidad de esforzarse mucho. Tengo que protegerlo a toda costa.

- Niño, que ni se te ocurra apartarte de mi. -Hable en voz baja para que el servant no me pudiese escuchar.

Con una de mis manos agarre a Sawa por el brazo. Cuando tenga una oportunidad, saldré corriendo de inmediato para tratar de quitarme a este problema de encima.