Partida Rol por web

El monstruo observa a Kirara con ojos escrutadores por unos momentos y acto seguido lanza una magia. Afortunadamente, la magia no era de ataque, sino que el monstruo se cubre con una suerte de barrera color fucsia. 

-Habrá que probar a patearle el culo- 

 -Hs hs hs hsss....-ríe Marcosias. -Bien pensado, Kirara. La magia podría ser clave para derrotar a esste oponente. 

Se lanzó en un poderoso salto hacia el monstruo. El maná se fue concentrando en sus puños, haciendo que prendieran, convirtiéndolos en dos bolas incandescentes. Estrelló el primero en el costado del monstruo, sorprendiéndose al ver las llamas. Pero no cesó el ataque, sobre el monstruo llovió una lluvia de ataque de puñetazos sin descanso, al menos hasta que Kirara viera al monstruo decidido a atacar y cesara el ataque para tratar de esquivar el de su enemigo.

Ambos golpes impactan en el monstruo y lo obligan a retroceder unos pasos. Apenas un segundo despues, las llamas en las manos de Kirara se extinguen. 

El monstruo aprovecha la ocasión para dar un coletazo en la pierna dela chica. El holoe, Afortunadamente, no hace tanto daño como podria haber hecho, debido a la mayor distancia.

-¿Eh?- miró sus puños extinguidos, confundida. -¿Se ha acabado?- estaba tan concentrada en lo que acababa de ocurrirle a sus anteriormente fulgurantes puños que no fue capaz de prever el ataque del enemigo.

Aunque el ataque apenas le había hecho daño, sí había hecho que bailase sobre su pie para no perder el equilibrio. -¿Y ahora qué?- miró con temor al monstruo. Si la magia de fuego se había acabado, no le quedaba nada más con lo que atacar salvo sus puños y patadas desnudos.

-Probemos- entrecerró los ojos y se centró en su velocidad y agilidad para esquivar los ataques del monstruo y así poder llegar de nuevo a su altura, posar una mano sobre su piel y absorber magia. No sabía lo que podría pasar, teniendo en cuenta que no le había visto lanzar ataques mágicos, pero tenía que probar.

Chispas de color naranja vuelan del cuerpo del monstruo hacia las manos de Kirara y desaparecen allí. 

-Buena idea- apremia Marcosias. El monstruo da  un pequeño saltito y se mantiene alerta al próximo movimiento de Kirara. 

-Quizás puedas investigar sobre el monstruo con las magias que acabasss de obtener. O tal vez una mejor opción sssería atacarlo directamente...

-Si posee magia de tierra, en este caso de roca, el fuego no debe de afectarle apenas- lo cual reducía bastante sus posibilidades. Aunque, mejor mirado, ya no poseía esa magia elemental, por lo que le daba lo mismo. -Habrá que probar a darle de su propia medicina- juntó los nudillos y volvió a mirar al monstruo de forma amenazante. Casi podía ver cómo el monstruo hacía lo mismo, evaluándose mutuamente.

Tras un fuerte salto, aterrizó en cuclillas, chocando los puños contra el suelo para aprovechar la tierra que había bajo sus pies y tratar de usarla en su beneficio: sacando rocas afiladas del suelo que dañasen al enemigo, por ejemplo. Si no ocurría nada estaba dispuesta a lanzarse al ataque, alternando los puños imbuidos en esa magia de roca.

El iguion comienza a trotar hacia Kirara pero la tierra tiembla y levanta picos hacia él. Las placas movidas aprietan al iguion en ambos costados y lo mantienen atrapado. El golpe es efectivo y el monstruo chilla de dolor. Incapaz de soltarse, el monstruo escupe una bola de fuego hacia Kirara. El ataque impacta en Kirara, quien se cubre a tiempo por reflejo, pero arde un poco en sus antebrazos. 

-¡Bien jugado! -comenta Marcosias en el interior de la SeeD. -No debe quedarle ya mucho aguante....ssss.

-Aguantaré- dijo con cabezonería mientras apretaba los dientes. Una vez derrotase a su enemigo podría tomarse un respiro y reponer fuerzas, pero ahora estaba demasiado concentrada en el combate y en lo que tenía que hacer.

-¡Repitamos de nuevo!- tal y como había hecho momentos antes, dio varios saltos, cambiando de posición y despistando al enemigo. Aprovechando un poderoso salto, hizo chocar sus puños con el suelo, haciendo que brotasen de nuevo afiladas rocas que debilitasen finalmente a su enemigo.

El uso de magia final de Kirara tiene éxito y termina por noquear al iguion. El golpe lo estampa contra la pared y mientras cae, su cuerpo se desvanece. 

Kaz festeja con un grito y un saltito. 

-¡Bien hecho! -felicita Marcosias a la chica. 

Una vez pasada la batalla, Kirara puede sentir sus fuerzas flaquear un poco, al pasar la adrenalina. A pesar de ello, la situación era apremiante y debían seguir viaje cuanto antes.

-¡Sí!- cerró el puño como gesto de victoria.

De pronto sus piernas temblaron y tuvo que apoyarse en una de las rocas para no caer al suelo. Los nervios y la adrenalina habían pasado y ahora daban lugar a una flojera que no le gustaba sentir. -Solo un momento- rebuscó en su mochila hasta sacar uno de los frascos de poción para recuperar energías. Suspiró y volvió a ponerse en pie. -Ahora será mejor que nos vayamos cuanto antes.

Afortunadamente, el resto del viaje de vuelta transcurre sin problemas. Antes de llegar al jardín de Balamb, Kaz comenta a Kirara: -Voy a pedir en el jardín una manera de volver a Timber por otros medios. Te agradezco por tu ayuda, aunque la misión resultara mucho más complicada de lo que parecía inicialmente...

Más pronto que tarde, la pareja llega a las puertas del jardín. La visión familiar tranquiliza  a Kirara, haciendo que la impresión de lo que vió en las montañas pareciera simplemente un mal sueño. 

La entrada a los túneles está igual que como Kirara la dejó la última vez. El túnel no es muy ancho, pero sí extenso, lo que les permite una movilidad decente. A los pocos metros de la entrada, iluminada por las luces artificiales en las paredes, encuentran una silueta sentada sobre un carro volcado. Se trata de un joven de edad similar a la de ellos. Su tez es incluso más oscura que la de Styr, y luce un cabello verde llamativo. Tiene en la mano un kunai que hace girar con facilidad. Kirara lo reconoce de inmediato. 

-Hola, -les dice Posn. 

Todavía se encontraba pensativa tras la reunión que habían tenido. Había sido tan desconcertante que no había alcanzado siquiera a decir o añadir nada. 

Aun en la distancia, Kirara reconoció sin dificultad la tez morena y el llamativo color verde de su pelo, por lo que salió en busca del chico con un ligero trote. -¡Eh!- saludó con una alegre energía. -¿Qué haces tú aquí?- preguntó con curiosidad, sin perder la sonrisa del rostro. Le extrañaba verle allí, ¿estaría realizando algún encargo por las inmediaciones?

Apenas Kirara se acercó un poco, pudo sentir que algo andaba mal. La actitud de Posn no era amistosa, como lo era anteriormente, sino más bien un gesto serio, e intransigente. 

-Trabajando. No tengo nada en contra suyo, chicos, pero lamentablemente no podemos dejarlos pasar de este punto. -explicó mientras aún giraba su kunai en el dedo. De entre las sombras, surgió una joven de baja estatura, con cabello largo y claro. Llevaba en su mano una suerte de guantelete con una hoja en la punta. 

A pesar de que habían pasado unos meses de su último encuentro, Styr reconoció a Nell, la estudiante a quien había ayudado en un examen de campo en la cueva de fuego. 

La chica no habló en lo más mínimo, y sólo mantenía una expresión seria. 

-Preferiría no tener que pelear contigo, Kirara. -agregó Posn. -Dense la vuelta, por favor. 

-¿Cómo?- su sonrisa se congeló al ver la actitud del chico. -¿Posn?- se giró para ver cómo otra chica irrumpía en el lugar, -¿de qué va todo esto?- inquirió. No quería pelear, al menos no con el que había sido su compañero de batallas en alguna ocasión, a menos que no le quedase otra opción.

Clavó una mirada suplicante en Styr, esperando que fuese capaz de mediar con ellos en la medida de lo posible.

Al pistolero le sorprendió ver allí a Nell, le pareció una buena chica en su momento y encima colaboraba con Jun, lo cual le escamó más aún.

Kirara lo miró y él supo que debía intervenir. No te esperaba aquí Nell. Styr la miró contraria y con un duro gesto en su rostro, como de desaprobación. Aún así, el joven moreno mostró el frasco con la sustancia negra. Venimos a traer esto. ¿Sois los encargados de recogerlo? No sabía que hacían allí, pero por las caras de pocos amigos se podía hacer una idea. Mostrar el frasco es lo único que se le ocurrió para rebajar la tensión.

-¿de qué va todo esto?

-Estamos trabajando. Nos encargaron cuidar de la entrada de esta cueva y eso es lo que haremos. No tenemos permitido dejar pasar a nadie, sin excepción.

Venimos a traer esto. ¿Sois los encargados de recogerlo?

-Buen intento, Styr. Pero no funcionará. -responde Posn, casi decepcionado. Se baja de de un salto de la carretilla que le hacía de asiento y toma el kunai como cuchillo. -Tienen dos opciones. La salida, o el kunai. No habrá más advertencias. -sentencia serio. Nell no evoca palabra, pero se tensa en pose de combate también. 

En el interior de Styr, Magmard comenta -Cuidado, Styr. Esa chica tiene algo raro. No está como antes. Siento otra presencia. No es un GF, pero algo similar.