Partida Rol por web

Sin querer quedarte muy atrás, corres hacia aquellos compañeros. 

Ilia,cuando llegas hasta ellos, simplemente permanece inmóvil y fría, como era habitual en ella. Max, el chico de pelo encendido, sonríe de forma abierta mientras responde:

-No... Nada interesante. Hasta que no lleguemos al bosque me temo que no habrá nada interesante...

El chico parecía bastante agradable y simpático. Mientras que Luis, por su parte, parecía más pensativo.

-Supongo que no nos costará trabajo encontrar a uno Rex... Son bastante grandes así que, tras explorar un poco, supongo que encontraremos algunos.

Antes de adentrarnos en el bosque digo: ¿No deberíamos plantear al menos una formación para minimizar los riesgos? Ilia y Max pareceís duros, resistentes... Permaneciendo juntos, quizá podríais cubrir los flancos evitando emboscadas. Yo tengo bastantes buenos reflejos... iría delante para ser el cebo y en caso de peligro, o de encontrar un T-Rex, poder lanzar el morfeo lo antes posible. Luis detrás para guiarnos si ve algo o algo sale mal: dándonos apoyo, atacando desde atrás o extrayendo magias para el grupo si todo sale bien. ¿Que os parece? Se aceptan sugerencias mejores jejejeje

Ante tu discurso y tu planteamiento, Max y Luis parecen asentir, mientras que Ilia sigue a lo suyo. De todas formas ella y Max se colocan los primeros, luego tú y, al final Luix.

-Creo que es una buena estrategia... Aunque también creo que piensas demasiado... -empieza a decir Luis-. Contra un soldado o un enemigo de alto nivel sería bueno hacer una estrategia así. Pero creo que, con un Rex, no es necesaria tanta preparación. Total, ¿qué podría...

En ese momento te giras y lo ves.

Una gigantesca bola de fuego que va hacia vosotros a toda velocidad.

Destroza árboles a su paso, hierba y todo lo que encuentra.

Por suerte, tú, Max e Ilia parecen darse cuenta y, en un segundo, los dos desenfundan sus espadas, y él también su escudo. Por desgracia Luis parece algo más distraído.

Y es este, al estar el último, salta demasiado tarde hacia un lado y, la mitad de su cuerpo, sufre quemaduras y se ennegrece.

Por tu parte, a pesar de ver la esfera, no saltas a un lado lo suficiente y notas las llamas golpeandote y subiendo la temperatura, notando como las lenguas de fuego te suben por el cuerpo.

Max, a pesar de haber visto la esfera, no tiene tiempo para interponer el escudo y también recibe el daño.

Aunque la peor es Ilia, que, a pesar de verla, no interpone su espada a tiempo y recibe el impacto. Y, aunque es cierto que la esfera debería haberla causado unos daños similares a los tuyos, su cuerpo parece ser más débil ante las llamas.

Todos estáis en el suelo recuperándoos de vuestras heridas, y es cuando lo veis...

Rompiendo los árboles y destrozándolo todo a su paso... Un Rex... O algo que se le parece... 

-¿Qué es eso? -escucháis que pregunta Luis.

Y, si esto no era suficiente, un fuerte estruendo viene de otro de los lados y, al mirar, veis a un segundo Rex, exactamente igual, acercándose a vosotros. 

Dos de ellos os miran y veis como salivan.

¿Estáis bien? Pregunto al aire antes de ver el panorama, parece que estos seres quieren alimentarse y somos unas presas más que apetecibles. Luis, intenta usar un esna en el que acaba de atacarnos y dinos algo. Ilia, Max, si podeis mantener ocupado a ese. Refiriendome al que ya nos ha atacado. Yo me encargo de intentar dormir al nuevo. En cuanto pueda os curaré.

¡MORFEO! exclamo lanzando mi magia contra el segundo "Rex"

A pesar de tu estrategia y tus preparativos, todo sale mal.

Desde luego no solo no esperabais que hubiera dos enemigos, sino que el ataque os había pillado algo desprevenidos. Por no hablar del hecho de que no parecían Rexs normales y corrientes.

Por tu parte preguntas a tus compañeros si están bien y te pones en movimiento.

Siendo el más rápido de todos, levantas las manos hacia uno de los enemigos y canalizas tu magia. Morfeo sale de tus manos y golpea de lleno a uno de los Rex, el cual ruge de furia y, por desgracia, no resulta afectado.

Y, con cara de pocos amigos, son los monstruos los que toman la iniciativa.

Uno de ellos, al que habías lanzado la magia, te mira y ruge. De un par de zancadas llega hasta ti y, girando sobre si mismo, te lanza un coletazo. 

Por tu parte te preparas para recibir el impacto y notas una inmensa fuerza que te hace retroceder varios metros por la tierra. Al mismo tiempo, notas los huesos de la cola penetrando en tu piel, siendo incapaz tu armadura de protegerte del daño. Aunque, por suerte, este no es muy grave: solo heridas superficiales.

El segundo de ellos, sintiéndose atraída por Ilia, va a por ella. 

En este caso intenta deborarla con uno de sus mordiscos, cuando escuchas a la mujer gritar:

-¡Hielo!

Sin embargo, en lugar de lanzar una esfera de magia hacia el monstruo, alrededor de la chica se crea una cúpula de hielo y cristal bajo la que se resguarda.

Los dientes del Rex muerden la cúpula, rompiéndola en algunas partes, aunque esta aguanta y perdura, protegiendo a Ilia del impacto.

Luis, viendo la situación, da un par de saltos hacia atrás para alejarse del enemigo. Sin embargo, en lugar de usar Esna sobre el monstruo, le escuchas decir:

-¡Libra!

Una pequeña esfera mágica sale de sus manos para golpear al monstruo, el cual no parece notar nada en absoluto.

El último en mover ficha es Max, el cual llevaba un escudo en una mano y una espada en la otra. Mueve ambas manos y, en voz alta, dice:

-¡Coraza!

Al instante, pequeños hexágonos traslúcido se colocan a su alrededor, preparados para defenderle de posibles ataques.

Al ver la accion de Luis no puedo evitar reaccionar diciendo: Joder eso es, Libra, que Esna ni que leches, tonto soy. Al ver a Ilia en cambio pienso "La barrera de hielo parece que ha funcionado y sus ataques son de fuego... esa podría ser la clave." Tras lo cual exclamo apuntando al ser que me ha golpeado HIELO! 

Los Rex eran fuertes, pero aún así los estudiantes de un Jardín no se iban a dar por vencidas.

-¡No uséis magias! ¡Tienen espejo!* -grita Luis siendo el primero en moverse-. Si alguno tiene antimagia que lo use. Sino, limitaros a magias defensivas -el chico da un par de saltos hacia atrás y ves como el pañuelo de su cuello se deshace y se mueve en sus manos como si fuera una especie de látigo-. Son resistentes a las magias de estado y no tienen vínculos elementales -el chico suspira-. Esto será complicado.

Mueve la mano y su bufanda se mueve por el aire y produce un largo corte en la pata de uno de aquellos monstruos, aunque este apenas se inmuta.

Por tu parte, sin darte tiempo a reaccionar a la advertencia de tu compañero, te concentras y lanzas una bola de hielo contra aquel monstruo. Sin embargo este le "golpea" aunque parece rebotar y salir despedido.

No tenía efecto.

Por alguna razón, en lugar de ser devuelto hacia ti, había salido despedido. Aunque seguramente no sería algo que se repetiría.

La mujer parca en palabras sigue teniendo la barrera de hielo a su alrededor, aunque esta se mueve sin interponerse en sus movimientos.

Ilia, cogiendo la espada con ambas manos, se acerca al segundo Rex y, de un movimiento vertical, corta la carne de aquella criatura sin ningún problema. Crea así un corte bastante grande del cual, a los segundos, se cubre de hielo y escarcha, agrandando así un poco más la herida.

Y aquello no parecía gustarles a los monstruos.

Uno de ellos te mira a ti, mientras el otro mira a la mujer y, sin ningún tipo de duda, corren hacia vosotros.

Viendo aquella dentadura moverse hacia ti, piensas en saltar para esquivarlo, pero tus pies son demasiado lentos: en un segundo notas sus dientes cerrándose sobre tu hombro y parte de tu torso, desgarrando ropa, piel y músculo. Notas como la sangre empieza a mojar tu ropa y un profundo e intenso dolor por todo el cuerpo. Si esto no era suficiente, gira el cuello y te lanza a un par de metros de distancia.

Por suerte, seguías vivo y entero.

Tu compañera alza la espada y la cúpula de hielo se interpone entre ella y las fauces del Rex, pero sus dientes atraviesan el hielo como si fuera mantequilla y llegan hasta ella. Por suerte, la armadura de la mujer es resistente y parece que no sufre daños con aquel mordisco.

-¡Joder! -escuchas decir a Max al veros -¡Venga! ¡Estos lagartos no van a poder con nosotros!

Tras decir aquello alza la mano hacia ti y grita:

-¡Coraza!

Y, al igual que él, ves pequeños hexágonos que te empiezan a rodear.

Aquellas cosas no os lo iban a poner fácil, pero aún así eráis cuatro contra dos. Les seguíais superando en número. Es cierto que, si usáis GFs, os dañaríais entre vosotros al estar luchando en el cuerpo a cuerpo; y tampoco podéis usar magias contra ellos, pero aún así la batalla no está perdida.

"Mierda. Eso podría haberme dejado seco. Esta bien, hora de ponernos serios y cargar mi límite..." Me lanzo contra mi agresor con toda la rabia acumulada por el dolor de su agresión. Centraros en el otro. ¡¡ESTE ES MÍO!!

El más rápido de todos, al igual que antes, es Luis.

Su bufanda se enrolla a su alrededor y una pequeña esfera de magia se forma entre sus manos.

-¡Cura! -grita al mismo tiempo que la esfera vuela por el aire hasta llegar a Hayner, regenerando y curando parte de sus heridas -¡Tened cuidado chicos! ¡No bajéis la guardia!

El siguiente en mover ficha eres tú, que tienes las cosas muy claras.

-Centraros en el otro. ¡¡ESTE ES MÍO!!

En un ataque relámpago, lleno de furia y rabia, empiezas a encadenar golpes sin parar. Dos puñetazos rápidos golpean en aquel monstruo sin dilatar y sin ningún tipo de duda, mientras que la patada remata el trío de ataques golpeando con precisión.

La salva de daño es inmensa y esperabas quitarte a aquella criatura de encima... Por desgracia aquel monstruo seguía en pie y más cabreado que antes.

Max, al igual que antes, se centra y lanza una magia hacia Ilia.

-¡Coraza! -grita con decisión al mismo tiempo que aquellos hexágonos se crean alrededor de la mujer.

Y es que ahora era el turno de los monsturos para tomarse la venganza por aquellos daños... O tal vez no.

El que estaba más cerca de ti gira sobre si mismo haciendo un barrido con el rabo, el cual te golpea de lleno.

La fuerza te oprime por un momento y notas sus cuchillas sobre ti. Por suerte, la magia coraza reacciona al daño y te protege de los daños. Y, de un ataque que te podría haber partido por la mitad, no recibes el más mínimo daño.

El otro se va a por Ilia, con la que seguía enfrascada.

El escudo de hielo se rompe ante la mandíbula de aquella criatura pero, por suerte, la chica aún tiene su espada para bloquear el ataque.

De manera que, aunque no sufre daño, está demasiado ocupada para poder contraatacar.

Y así continuaba el combate... Aunque... De pronto te das cuenta de algo...

Es como...

Si la temperatura hubiera bajado un par de grados...

Intentando centrarme en el combate intento ignorar de momento el descenso de temperatura. Tras lo cual miro a mis adverbios y añado: Ataque del delfín renovado sin embargo... no logro hacer mi técnica con éxito y por tanto procedo a hacer mi patada de tae kwon do contra mi furioso enemigo.

Tus cálculos habían sido buenos... Hasta que no tienes en cuenta la ayuda de tus compañeros. Había esperado para hacer tu Límite pero, al recuperar las energías, esta fuerza se pierde. De todas maneras no pierdes las fuerzas y prosigues con el ataque.

-Ataque del Delfín.

El primer puñetazo es claro y directo, preciso. Sin embargo la patada es devastadora golpeando de lleno, incluso haciendo retroceder a aquel monstruo un par de metros.

Por desgracia... Seguía en pie y cabreado.

Al que acababas de golpear, ves como entre sus dientes surgen llamas y una pequeña oleada de calor y, en un instante, la abre.

De ella surge un torrente de fuego directo hacia ti, el cual intentas esquivar saltando a un lado. Por desgracias las llamas acarician tus piernas y notas su mordedura sobre ellas. Por suerte, no es grave.

El otro, siguiendo con lo que estaba pasado, ataque a Ilia.

Esta vez la mujer está preparada y alza su espada con determinación, bloqueando sin problemas la mordida de aquella criatura. 

Aunque, a pesar del bloqueo, la mujer no parecía contraatacar.

Tras ella tocaba mover a Luis.

Su bufanda vuelve a moverse como si fuera un látigo pero, en lugar de atacar al Rex al que estaba atacando Hayner, decide ayudar a su compañera. 

Por desgracia, tu ataque no era tan poderoso como el tuyo. Aún así, un largo corte sangrante aparece en la piel de aquel dinosaurio.

Max, por su parte, con el escudo en mano, intenta derribar a aquel monstruo golpeando directamente a una de sus patas.

Y, aunque el golpe es impresionante, el animal sigue aguantando allí como si nada.

Mientras el combate continuaba, seguías notando aquella bajada de la temperatura...

¿Qué estará pasando?

¿No notáis algo de frío? Debemos acabarlos o esto se convertirá en una nevera. ¡Animo! Grito antes de lanzar mi cadena de golpes hacia el Rex que contra el que estoy en uno contra uno.

Parecía que tú estabas dando buena cuenta de uno de los Rex mientras que, tus compañeros, parecían más centrados en el otro. Y, a pesar de los daños que estaban recibiendo, seguían ahí.

El primer puñetazo que lanzas es directo y claro, produciendo un fuerte sonido al impactar.

El segundo puñetazo, te desequilibras, y terminas golpeando al aire... 

Mientras que la patada, aprovechando ese desequilibrio, giras y golpeas de lleno.

Por desgracia, el monstruo está tremendamente cabreado... Aunque crees que apenas durará mucho más.

Luis y Max, por su parte, se limitan a atacar al otro REx.

El primero usando aquella bufanda, la cual produce un gran corte en el lateral de la pierna, mientras que su compañero arremete con su espada mientras mantiene el escudo alto, por si acaso.

Ilia, por su parte, vuestra compañera callada y reservada, ves como alza la espada sobre sus hombros. Al mismo instante un destello azulado sale de sus manos y, al momento, su hoja se recubre de hielo y estacas de cristal, haciendo que esta crezca unos dos metros de longitud.

Y, sin cambiar su expresión, baja el arma con todas sus fuerzas, golpeando de lleno al segundo Rex. Creando así una herida de un par de metros de longitud que, de inmediato, se empieza a congelar.

Sin embargo el Rex seguía en pie y, ambos, parecían bastante cabreados.

El que está luchando contra los tres estudiantes, gira en redondo sobre si mismo dos veces, creando un pequeño torbellino de aire que les golpea y les hace retroceder a todos por el impacto. 

El que está contigo, por su parte, ves como acumula de nuevo llamas en su boca y como estas, incluso, se escapan por su rostro y van quemando parte de sus escamas.

Y, en un momento, la abre y dispara un gran bocanada sobre ti.

Las llamas, casi sin darte tiempo a esquivarlas, te rodean y notas sus mordeduras sobre tu piel. Por un momento no ves nada a tu alrededor y las llamas parecen consumirlo todo.

Por suerte, tu instinto y reflejos hacen que saltes a un lado y ruedes por el suelo, comprobando como las llamas han quemado tu indumentaria* y han herido tu piel de forma seria... Casi estás sin respiración.

Y, sin embargo, el combate continuaba.

Casi sin aliento intento tirar de mis ultimas fuerzas para intentar acabar con el Rex que tengo delante. Si lo logro podré curarme y ayudar a mis compañeros poniendo la batalla a nuestro favor. De lo contrario... no creo que salgamos de esta igualmente puesto que la temperatura sigue bajando y se me antoja preocupante una lucha de larga duración.

Echando acopio de todo mi espíritu de combate grito al tiempo que lanzo mis cadena de golpes: CAE YA MALDITA BESTIA!

Echando acopio de todas tus fuerzas, empiezas a lanzar una nueva ráfaga de ataques mientras gritas:

-¡Cae ya maldita bestia!

Sin descanso, casi sin aliento, empiezas a golpear a aquel monstruo. Y este, sin poder hacer nada, recibe cada uno de los ataques y, al terminar, le escuchas soltar un rugido lastimero mientras cae con sonoridad contra el suelo.

Al instante, empieza a deshacerse en cenizas.

Luis, el siguiente más rápido, parece también cansado. Y, al contrario que lo que había hecho su compañero Hayner, prefiere la defensa:

-¡Cura! -grita mientras sale una pequeña luz de sus manos.

Al instante se puede ver como sus heridas se empiezan a curar rapidamene. Aunque, por desgracia, no todas ellas se cierran.

Max es el siguiente en mover ficha. 

También tiene varias heridas y está sangrando, aún así levanta el escudo y se pone en posición, intentando tapar cualquier tipo de apertura o hueco.

Y es que, aunque Hayner se había ocupado de uno, quedaba otro en pie.

De nuevo, como la vez anterior, gira sobre si mismo haciendo un amplio barrido con su rabo y sus fauces.

Max, manteniendo la posición, bloquea el ataque, aunque su armadura le viene bien para poder aguantar el ataque.

Por desgracia, Luis y Ilia no tienen tanta suerte y reciben el impacto de lleno lanzándoles por los aires de la fuerza. Aunque, por suerte, parece que siguen en pie.

A paso torpe pero constante me voy acercando hacia el combate que están llevando a cabo mis compañeros y con la mano en mi pecho espeto: CURAR Acto seguido miro a mis compañeros y sonrío: Ya estoy con vosotros chicos. No hemos venido a por este ser pero no permitamos que esta experiencia pase sin aprovecharla al máximo. Que alguien me ayude a entretenerlo y que los otros extraigan todas las magias que puedan para luego repartirlas. A menos que prefiráis que yo me quede detrás extrayendo. 

Uno menos... Pero la situación no estaba mucho mejor.

Aún quedaba uno de ellos y todos vosotros estabais heridos por los ataques. 

Luis, el más rápido de todos, coloca las manos en su pecho mientras dice:

-¡Cura!

De nuevo, de sus manos surge una luz y sus heridas se empiezan a curar a toda velocidad... Aunque no todas ellas son regeneradas.

El siguiente en actuar eres tú, el cual haces los mismo:

-¡Cura! -gritas regenerando gran parte de tus heridas-. Ya estoy con vosotros chicos. No hemos venido a por este ser pero no permitamos que esta experiencia pase sin aprovecharla al máximo. Que alguien me ayude a entretenerlo y que los otros extraigan todas las magias que puedan para luego repartirlas. A menos que prefiráis que yo me quede detrás extrayendo. 

Y mientras tus palabras aún estaban frescas en el aire, el Rex actúa.

Aquel monstruo ruge con fuerza y el sonido se expande por todo el lugar.

Y, para vuestra sorpresa, las cenizas del Rex caído empieza a elevarse por el aire... Con rapidez van hacia el monstruo y le rodean, ocultándolo por completo en unos momentos... Para resurgir...

Las cenizas han sido absorbidas por aquel monstruo y su tamaño había aumentado.

Más grande, con más garras y más cabreado... Os mira a todos.

No solo sus ojos están llenos de odio y rabia, sino que su envergadura es mucho mayor que antes... Y mucho más peligroso...

Ilia y Max, heridos, deciden imitar al resto de sus compañeros.

Ambos colocan las manos sobre ellos mismos y gritan:

-¡Cura!

Así, sus manos se iluminan y sus heridas se empiezan a curar... Aunque no del todo...

Poco a poco estábais mejor, pero el monstruo también. 

¿Qué pasará ahora?

Mierda. Chicos habrá que defender posiciones digo extrayendo magia de aquel ser.Luis ¿Nos dices algo?

La situación no parecía mejorar nada en absoluto.

Ya solo os quedaba uno de los Rex, pero parecía que había absorbido al primero y ahora parecía mucho más peligroso... 

Luis era el primero en actuar, el cual grita:

-¡Extraer! -y veis como una esfera de magia sale del monstruo para llegar hasta su propio cuerpo.

Pero tras él era el turno de aquella cosa...

A una velocidad increíble para su tamaño, aquella criatura da un par de zancadas hacia delante y, de un rápido movimiento, gira sobre si mismo.

Su larga cola arrasa todos los árboles de su alrededor, rocas y, sobre todo, a vosotros.

El impacto te da de lleno a pesar de intentar bloquear el ataque con tus brazos. Al siguiente momento ves tus pies alejarse del suelo y tu espalda golpea contra algo.

Caes de rodillas y te fijas que has impactado con uno de los árboles del bosque.

Por desgracia, el resto de tus compañeros no les han ido mejor... Todos han sido golpeados con violencia por aquella criatura...

Y la situación no parecía mejorar para vosotros.

Dolorido pongo mi mano en el pecho y lanzo otro curar para poder reponerme lo suficiente para seguir combatiendo.