Partida Rol por web

Con la puerta apenas entreabierta y el visor nocturno, estudio como coordinar el barrido circular del dron con las coberturas que me proporciona la sala.

Miro a Nariko antes de ponerme en riesgo - Si algo sale mal dile a mi hermana que la quiero. Es una cabezota, pero la quiero igual. - le susurro antes de deslizarme siguiendo el compás.

El barrido pasa, me escabulló y corro hacia una columna que apenas me cubre. Espero... - cuatro, tres, dos, uno... - cuento mentalmente y salgo. Sí, justo acaba de hacer el segundo barrido.

Sigo corrigiendo hasta agacharme tras la silla donde el hacker está echufado a la red. Tercer barrido superado. Cada cez es más difícil pues el ángulo barre el mismo ángulo y yo tengo menos margen de distancia.

Finalmente ruefo por el suelo, me levanto de golpe con la pistola lista, cara a cara con el dron y le disparo. El silenciador hace su trabajo y la munición electrónica más de lo mismo.

El dron comienza a chisporrotear y se cortocircuita.

Me pongo en pie, me seco el sudor de la frente y regreso a la entrada. Con una reverencia abro la puerta e invito a mi compañera a entrar. - Por favor pase, siantase como en casa. - le digo guiñando un ojo.

El dron-araña recoge sus patas como una flor que se cierra, y cae sobre su costado dejando los apéndices en alto. El Led rojo de su visor se apaga y ya no vuelve a encenderse. Casi da pena, como si Elaiza hubiera matado a un animalito de verdad.

Pero la sala no estaba vacía. Aún quedaba un ocupante. Y aunque parecía que estuviera viviendo en otra dimensión, el operador de sistemas seguía siendo un humano de carne y hueso que se interponía entre ellas y el acceso a la IntraRed del lugar. Trigger y Backdoor lo contemplaban desde el dintel de la puerta, decidiendo qué hacer con él.

- Chicas, la sala de servidores está despejada. - digo por el comunicador mientras le doy un par de toquecitos al dron para asegurarme que no se va a mover, antes de guardarlo en la mochila. - seguro que este cacharro le flipa a mi hermana cuando lo vea. - le digo a Nariko en voz baja, tapando el micro con la mano, mientras lo meto en el interior. 

- Chicas - vuelvo a abrir comunicación con el otro grupo. - tengo un tío enchufado a unas gafas de RV. De la nuca veo que le salen un par de cables, uno rojo y otro azul. ¿Puedo desconectarlo para que quede en modo suspensión? Ya sabéis, no quiero freirle el cerebro o que se despierte.

Con la de trabajo que nos había costado entrar sin ser detectadas ahora no quería echarlo todo a perder por desconectar el cable equivocado. Y la parejita, al otro lado del intercomunicador sabía mucho más que yo de estos aparatos para conectarse a la Red.

- ¿Sabré entender los pasos básicos para daros acceso libre a esta sala? - me pregunto finalmente mientras me encojo hombros. Nariko sabía lo mismo que yo seguramente. Eran Alma y mi hermana las que tenían que llegar cuanto antes hasta aquí.

"Backdoor" había hecho bien su trabajo y la felicité con un gesto de aprobación, pero ahora estaba tan perdida como yo. Bueno, seguramente yo incluso estaba aún más.

- Estaré pendiente del pasillo para comprobar que todo sigue despejado; no quiero sorpresas - dije mientras me quedaba a cubierto escudriñando el acceso esperando que las próximas caras que asomaran por allí fueran las de mis compañeras.

Al ver aquella carretilla elevadora mi mente empezó a trabajar, ¿y si la utilizábamos para subir a la azotea? A ver, era arriesgado pues alguien podría darse cuenta, y también podía ser que no funcionase, pero era lo mejor que teníamos, habíamos rodeado toda la fábrica y no había otra manera de hacerlo.

- ¿Lo intentamos? - digo señalando la máquina - creo que podría funcionar, voy a ver si funciona.

Si Alma no tiene nada que objetar me acerco a la carretilla y si está abierta me meto dentro para intentar accionarla. Pero antes de poder comprobarlo oigo la voz de mi hermana.

- Estamos intentando acceder a la azotea, Alma ¿puedes ayudarlas mientras intento poner en marcha este cacharro?

Kaisha se sienta en el polvoriento asiento de cuero sintético del elevador, cuarteado por el tiempo y la dejadez. Estas máquinas son simples, y con sus elementos a la vista, para permitir un mantenimiento rápido y fácil que no enlentezca las reparaciones. Dicho de otro modo, Kaisha es capaz de arrancar el motor sin siquiera tener una llave magnética con un ID autorizado.

Incluso con un pequeño puente podría intentar que la plataforma elevadora subiera hacia la azotea sin necesidad de mantener pulsado el botón de subida. Así podrían poner la máquina en posición, subirse las dos a la plataforma, y elevarse sin necesidad que una de ellas se quede en la cabina.

El motor es eléctrico, lo que hace que la anticualla despierte con un zumbido suave que evita llamar la atención de oídos atentos. El indicador de batería está a punto de la reserva, pero será suficiente para subir a la azotea y, con suerte, algo más si luego necesitan usarla de nuevo.

Levanta el pulgar hacia Alma indicándole que todo está en orden, a la espera de su compañera Data.

Parecía que la larga temporada metida en el zulo había pasado factura, notaba mis movimientos torpes y ligeramente desentrenados respecto a los de mi compañera  pero aun con ello finalmente llegamos sin problemas a la parte trasera sin despertar ninguna voz de alarma.

Mis ojos viajaron de la escalera a la maquina a la que se dirigía mi compañera una parte de mí no tenía muy claro cuál de las dos cosas generaría más ruido, las escaleras oxidadas o la maquinaria del elevador. No tuve mucho tiempo para pensarlo, pues mi compañera, bastante fan de todo lo que significaba maquinaria ya había decidido.  Por otro lado tenía mi propia tarea.

Escuche las palabras de Elaiza con atención.- ¿RV con dos cables?.- Pregunte y sin casi esperar respuesta hable.- Sigue el cable azul hasta donde esté conectado. Debería estar conectado a un Neo-VT, cerca del botón de apagado busca un agujerito más pequeño y púlsalo unos segundos. Provocara un reseteo del sistema con las instalaciones de actualización pertinentes en segundo plano…- Me reí levemente ante la idea.- Básicamente no se dará cuenta de nada hasta que intente desconectarse, entonces le pedirá que espere a que se terminen de instalar los drivers restantes y… bueno, tal y como funciona la red en Sedai y lo lentos que son esos cacharros… eso es una putada muy gorda, como mínimo os dará un par de horas.- Dije mientras me reía en voz baja.

Había sufrido esa misma “bromita” una vez por parte de quien me enseño y era bastante desquiciante… sobre todo cuando tenías la necesidad de ir al baño. Di un ligero suspiro recordando aquello, visto en retrospectiva era gracioso, aunque en su momento el cabreo que tuve fue monumental.

Apartando los recuerdos y centrándome en la realidad mire a mí alrededor buscando a Kaisha, la cual encontré sobre el elevador haciéndome un gesto afirmativo. Sonreí nuevamente mientras me dirigía agachada hacia la plataforma elevable.

Trato de subir la carretilla de forma autónoma pero se me resiste maldita vieja morralla, lo dejo por imposible y bajo para comentarle las opciones a Alma.

- Nada no he podido conseguir subirla sin que sea necesario que una de nosotras esté en cabina, así que si te parece bien te subo manualmente y luego ya me las apañaré yo para llegar a la azotea, no creo que tenga problemas para escalar por ella. ¿Te parece?

Si mi compañera no pone objeciones vuelvo a la cabina y acciono la carretilla de forma manual esperando a que ella esté dentro de la plataforma elevable.

- Muy bien, confío en ti Nozomu. - respondo por el comunicador a mi compañera. - Espero no dejarle frito el cerebro a este pobre desgraciado. - le digo a Nariko sin saber muy bien como va a desenvolverse el asunto una vez lo deje en "stand by"...

Siguiendo las instrucciones de la Data del equipo, sigo el recorrido del cable azul hasta dar con el botón de apagado. No muy lejos esta ese pequeño agujero que deja el sistema en suspensión. Respiro hondo y lo pulso...

- Espero que con esto sea suficiente para tenerle fuera de combate durante un par de horas. - suelto mientras espero alguna reacción extraña, pero nada sucede.

El tipo simplemente queda ahí, inmóvil como una parte más de toda esa maquinaria. Realmente me da pena ¿Habría una manera más triste de morir? Desenchufado como si fueras una máquina... es triste.

- ¿Como vais chicas? ¿Os esperamos en la sala de servidores u os ayudamos a entrar de alguna forma?

Una vez he subido a Alma salgo de la cabina para trepar por las guías de la máquina hacia la azotea, en un principio no debería tener problema alguno, no era algo nuevo para mí, a ver el escalar por una máquina sí, pero el trepar por paredes era algo que me gustaba desde pequeña, de hecho de vez en cuando aún me pasaba por alguno de aquellos viejos rocódromos que aún quedaban en algún que otro parque. 

No tardo mucho en llegar arriba, al final me ha costado algo más de lo que pensaba, llego a la azotea con un último esfuerzo nota mental, hacer más ejercicio.

- Bueno, ¿vamos con las chicas?

Miro a nuestro alrededor para ver si hay algo que llame mi atención, en teoría nuestras compañeras habían despejado la zona...

Todas estaban en el edificio, separadas sólo por una escalera. Hasta ahora todo iba bien y según lo planeado. Lo cual, cuando se corren las sombras, es como decir que todo estaba a punto de irse a la mierda de la manera más inesperada posible.

Pero aún no habían llegado a ese punto de inflexión. Quizás todavía podrían cumplir su misión y salir vivas de allí. Quizás.

Desplomado en la azotea, Alma vio el cuerpo del guardia que Nariko había sacado de en medio. Lo había hecho en silencio y sin sangre, algo muy impropio de Trigger. Algo raro le pasaba a esa chica, tendría que buscarle un psicólogo en cuanto salieran de esta. Tomó el subfusil Uzi del guardia, y vio que tenía un cargador de repuesto. Le serviría en caso que hubiera disparos para, como mínimo, barrer la zona con fuego de cobertura.

Kaisha se acercó también al guardia, y se percató que llevaba una tarjeta ID colgada por dentro del chaleco antibalas. La sacó de la pechera y vio que tenía un código de barras magnético, que podía ser útil para abrir alguna puerta de seguridad. Ella sabía que los guardias básicos seguramente tendrían un nivel de acceso muy restringido, pero siempre podía ser una ayuda en un momento dado.

Ambas se dirigieron hacia la escalera de caracol y empezaron a bajar, según les habían indicado Trigger y Backdoor. 

Llegaron al primer piso y rápidamente vieron a sus amigas dentro de la habitación de "Servidores", ambas vigilando el pasillo a izquierda y derecha desde la cobertura de la puerta. Una sonrisa se marcó en la cara de todas cuando las cuatro se encontraron en el interior de la habitación.

Y el operador de sistemas, sumido en el trance de una conexión retardada por el "truquillo" de Alma, seguía estirado en su butaca termoadaptable al lado de la alegre reunión, como un jarrón chino llamativo pero inútil.

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- Muy bien, el primer paso está completado -comentó Elaiza.- Estamos todas dentro, no hemos levantado ninguna alarma y tenemos un acceso a la IntraRed del lugar. 

Alma tenía muy claro cuál era el siguiente paso, básicamente la única razón por la que ella se encontraba aquí: 

- Me conectaré enseguida y buscaré la distribución de las salas. Tiene que haber algún registro de dónde puede estar el prisionero o algo. Me toca encontrar el siguiente lugar al que dirigiros.

La mano de Alma tembló imperceptiblemente al añadir: - Y también tengo el programa que me dio la Sony para instalar. 

- Si puedes -añadió Kaisha-, intenta descubrir si hay cámaras de vigilancia, alarmas u otros sistemas de seguridad activos. Si vamos advertidas me será más fácil desactivarlos.

Nariko seguía en el dintel de la puerta, mirando en rápidos vistazos a ambos lados del pasillo. Tenía su revolver empuñado, y miraba el suelo, las paredes, las placas de iluminación fluorescente del techo, los cristales de las salas,... todo sucio y polvoriento, pero entero. - Algo me huele raro, chicas -dijo en un susurro-. Según nos dijeron, un equipo de operativos de la Sony-Zeiss había entrado aquí y los habían eliminado a todos menos al que vamos a rescatar. Pero yo no veo ni un agujero de bala por ningún lado, ni los más mínimos restos de lucha. Puede ser que no entraran por la azotea como nosotras, pero lo veo todo demasiado tranquilo. 

A todas les dio un latigazo de corriente por la espalda. Trigger tenía razón. No habían visto la planta baja, ni las entradas de carga, ni sabían si había alguna zona subterránea. Quizás la batalla se había presentado en otra área del edificio. Pero esta calma era de todo menos tranquilizadora.

¿Sería mejor quedarse todas juntas mientras Alma hacía su trabajo? ¿O quizás debían explorar un poco más el lugar mientras todo estaba en calma? ¿Qué haría el programa de la Sony-Zeiss una vez Nozomu se conectara al servidor del lugar? ¿Qué investigaban en ese sitio que fuera de importancia para la Sony? 

El trabajo no ha hecho nada más que empezar. Pero somos buenas en nuestro trabajo y sabemos lo que nos hacemos. Alma ya tenía vía libre a la sala de servidores, pese a tener a ese maniquí sentado en la silla, como un pasmarote cableado. Casi daba pena, parecía más un androide desconectado de la fuente de alimentación que un humano bajo toda aquella maraña, inconsciente de todo lo que pasaba o quien había a su alrededor. Podríamos pegarle un tiro aquí mismo y ni se daría cuenta...

- Échale un vistazo a ese dron hermanita. Creo que lo he frito, pero seguro que puedes arreglarlo. Quizá podamos usarlo para otro encargo o para que proteja el Zulo cuando estamos fuera.

Se que esos cacharros le encantan pero tampoco quiero que ahora se ponga a trastearlo. Ya tendrá tiempo más tarde. - Antes de guardarlo en la mochila asegúrate que no tenga ningún sistema de localización. No me gustaría que nos diese problemas. - Ya nos había pasado hace tiempo. Robé una moto y nos encontraron gracias a un chip GPS que llevaba incorporado. Menudo lío se montó... 

Lo importante ahora es centrarse. Alma tiene trabajo y el resto no vamos estar de brazos cruzados Hay trabajo que hacer. - Aseguremos la planta superior, no quiero sorpresas... Yo voy a ver los baños.

Desplazando la silla en la que estaba el operador deje espacio para mi propio trabajo en la mesa de servidores mientras del maletín que tenía en un lateral empezaba a sacar mi terminal y los cables necesarios para la conexión. Tras depositar el terminal sobre la mesa y abrirlo mis manos se quedaron sujetando los cables de conexión aun sin conectar. Era evidente que no le tenía mucha estima a la clase de programa que habían instalado en mi ordenador.

No tenía sentido haber llegado hasta allí para ahora no hacer nada, mis manos empezaron a trabajar conectado los dos extremos del cable hasta que escuche a Nariko hablar. Mis manos se detuvieron justo antes de hacer la ultima conexión para mirarla. - Los únicos que han dicho que han atacado este sitio son los que nos han contratado...- Murmure intentando confirmar mis palabras con los recuerdos de mis compañeras.- Cuando investigamos como entrar... no había mención a que el lugar hubiera sido atacado ¿No?.- Me mordí el labio inferior durante un momento.- Quizá...- Negué con la cabeza antes de pronunciar mis pensamientos en voz alta.

- Sea como sea, si consigo conectarme veremos en qué mierda estamos metidas.- Dije mientras conectaba el ultimo cable al terminal. Con la única silla ocupada y estando en ese momento en la base enemiga, prefería mantener un perfil bajo. Era cierto que tenia una nueva y bonita arma, pero eso solo funcionaba si era capad de acertar antes de que ellos me acertaran a mí. Prefería no tener que usarla a decir verdad aunque me sentía ligeramente mas segura con ella junto a mí.

Mi mano izquierda cogió el terminal mientras me agachaba. Por otro lado la derecha se apoyo en el suelo para ayudarme a tomar asiento sobre este. No tardé mucho en confirmar mis temores.- Dios... esto está lleno de mierda.- Murmure mientras terminaba limpiar una pequeña zona y me sentaba.

Sin decir nada mas empecé a mirar como tenían montado el lugar estos tipos.

Es un fallo normal. Básicamente no puedes repararlo en este momento por el motivo que quieras.