Partida Rol por web

Venga monstruito demuestra lo que vales - Dice mientras se coge una posicion de ataque, afianza bien sus pies en el resbaladizo suelo y podeis notar como todos sus musculos se tensan a mas no poder - Venga ahora chicos dadle duro - Dice sosteniendo la espada preparada y concentrandose.

Ahora el monstruo parece haberla contigo, ya que ves como te mira fijamente y como tras arquear su cuerpo hacia atras, lanza un rapido e incisivo golpe contra ti con la boca bien abierta. Por suerte otra vez la bestia falla, ya que parece ser que te encuentras lo suficientemente lejos de ella, ya que al llegar con la boca abierta hacia ti, notas su asqueroso aliento a escasos centimetros de tu cara pero por suerte, no llegan a tocarte sus afilados colmillos.

Hellen ahora parece algo relajada, viendo como iba la pelea, no creia oportuna su intervencion y sigue con las manos entrelazadas en un gesto religioso y angelical.

Gerald en cambio vuelve a alzar sus brazos para despues dirigirlos hacia la bestia volviendo a surgir un chispazo de la punta de sus dedos dirigidos hacia la bestia. Y el rayo vuelve a impactar en ella haciendola retorcerse de dolor, por un momento parece estar muerta ya que cae al agua, pero veis como poco a poco consigue rehacerse y levantarse costosamente.

 Las fauces del monstruo se cierran ante Moguku. El pequeño moguri arranca a correr entre los participantes del combate intentando encontrar algún sitio donde esconderse para no acabar dentro de la garganta del bicho.

Sin embargo, cuando éste cae al suelo, sacudiéndolo, el moguri para su huida y se gira esperanzado.

No obstante, el monstruo parece aun estar vivo, pues se levanta, con dificultad, para arremeter con la poca fuerza que le quede.

A la desesperada, Moguku lanza otra andanada de rayos, esta vez más pequeños pero igual de efectivos, intentando que el monstruo se quede frito y sin moverse.

El montruo vuelve a quedar estendido sobre el agua pero veis como debilmente comienza a levantarse de nuevo, parecia tener bastante aguante el montruo. Cuando de repente veis como el de la espada comienza a correr, y saltando sobre una de las rocas heladas que sobresalian frente al monstruo lanza un corte horizontal sobre la bestia que hace que la cabeza se le despegue del resto del cuerpo - Ahora si que no se levantara - Dice con una sonrisa algo tenebrosa mientras limpia un poco la sangre de su espada.

 - Parece que ha ido de poco chicos, la proxima vez nos olvidamos de tonterias y vamos con la nave - Se da la vuelta hacia ti - Bueno gracias pequeño, mi nombre es Stewart y te doy las gracias por habernos ayudado - Dice haciendo una reverencia - ¿Como te llamas?

 El moguri da un par de saltitos de alegría pura cuando ve a la criatura vencida.

Muy animado por haber sido de utilidad y salvar a la damisela en apuros, no tarda nada en hacer una reverencia y presentarse.

-Soy Moguku, kupó! y ese... mira a su alrededor, buscando a cierto pajarillo amarillo, el cual está saliendo ya de su escondite tras una piedra helada, y ese de allí al fondo es mi fiel escudero Choco.

-Encantado de haberos podido ayudar, aventureros. Por lo que veo, esta senda es más peligrosa de lo que me gustaría y sin duda alguna, parece no acabarse nunca, kupó!

Bueno yo soy Gerald - Dice tambien saludandote - Es un honor conocer a otro poderoso mago - Dice con una mirada fria y serena - La verdad es que me ha sorprendido mucho tu potencial chico, ¿hace mucho que practicas el nomble arte de la magia? - Te pregunta mientras puedes ver como la chica sigue en su sitio mirandoos - Bueno perdonala, es un poco timida, ella es Hellen.

 -Mucho gusto, Gerald. Conesta el pequeñín. -La verdad es que tus rayos también eran preciosos, kupó!

-A mi me enseñó a hacer magia un mago de Lindblum, el maestro de Choco. Sin embargo, no he podido completar aun mi adiestramiento. Expresa algo nostálgico por el tiempo que pasó de aprendiz.

Cuando presentan a la chica, el moguri hace una reverencia totalmente exagerada(o quizá no?), incluso poniendo una rodillita en el suelo.

-Por fin puedo saber el nombre de la bella dama, kupó! expresa caballerosamente. -Espero que ese monstruo no la haya asustado demasiado, kupopó! Dice preocupado de que se haya vuelto muda.

La mujer te sonrie - Gracias no te preocupes - Mientras el grupo coge unas mochilas que habian dejado en un lateral de la cueva seguramente antes del combate.

Bueno nosotros nos dirigimos a Burmecia ¿Y tu? - Dice el que parecia el cabecilla del grupo - Bueno te lo comento porque alomejor podriamos ir juntos un tramo, nunca biene mal ayuda por estas peligrosas zonas.

 -Oooh... Bu.. Burmecia. Dice el moguri, como si repitiéndolo fuera a coger un significado nuevo. -Nunca he estado en Burmecia, seguro que es un lugar digno de visitar, kupó!

-Sería un honor para mí y mi amigo acompañaros a vosotros, valientes aventureros, hasta esa ciudad. Mi misión es descubrir todos los secretos que pueda alrededor del mundo y si es con compañía, mucho mejor. Recita Moguku con soltura, igualito que un cruzado en busca del santo grial.

Así que te gustan las aventuras eh - Dice rascandose la barbillla - Entonces puede que te interese una oferta mejor - Dice mientras mira a sus 2 compañeros que le asienten como sabiendo lo que te iva a ofrecer - Mira pertenecemos a un clan, el Dragon Rojo, y bueno, nos movemos por todos los continentes haciendo misiones que nos mandan, ganando algun dinero por ellas, y bueno, reconocimiento internacional y muchas aventuras si es lo que buscas, asi que ¿Te gustaria unirte? creo que tienes mucho potencial y podrias sernos de mucha utilidad.

Los ojos del pequeño moguri se abren como platos y brillan de la emoción. Da unos saltitos seguidos de un -Kurupopó! muy alegre.

-Has oído eso, Choco? Un clan de aventureros! Explorando mundo y ayudando a la gente!

En su vida, Moguku nunca había caído en la idea de los clanes, y ahora que lo piensa, le parece lo mejor del mundo!

Tras un par de saltitos más de victoria a dúo con el chocobo, Moguku se reincorpora a la conversación con los chicos.

-Los Dragones Rojos... repite el nombre del clan... que nombre más... piensa la palabra más adecuada para definirlo... poderoso.

Asiente la cabeza con gran entusiasmo.

-Me encantaría formar parte de vuestro clan y ayudar en todo lo posible. Hay alguna norma o prueva que deba saber para entrar en el grupo?

Despues de ver como peleaste hoy... no hace falta nada mas... - Dice sonriendote - En nombre del lider del clan Stewart , Bienvenido a los Dragones Rojos.- Te hace una reverencia. - Bueno chicos vamosnos ya que se me empiezan a helar las ideas - Dice riendose mientras comenzais a andar por la cueva, que volvia a ser como la de antes, mas y mas pasillos... por suerte llevavais una antorcha que os alumbraba el camino y Stewart al frente sabia bien por donde ir. Podeis vislumbrar un rayo de luz reflejado en el helado suelo, y os vais acercando, y podeis ver como la luminosidad aumenta, por fin, la salida al exterior.

Salis de la cueva, el aire fresco os da como una bofetada en la cara pero se agradece, en el exterior el sol empezaba a esconderse detras de las montañas. - La ciudad no queda muy lejos, pero sera mejor que adelantemos todo lo que podamos antes de que caiga la noche - Dice Stewart antes de que comenceis a andar.

La noche no tarda en hacer aparicion, y aunque no estais cansados, Stewart se impone y descansares por la noche, por turnos hareis la guardia, y la primera le ha tocado a Moguku.

Moguku acepta encantado la primera guardia. De hecho, tiene tanta energía de la emoción que podría estar la noche sin dormir.

Se apalanca con movimientos bruscos y enérgicos al lado de un minifuego que ha creado para mantenerse caliente.

Al principio canturrea una alegre canción, pero tras alguna mirada furtiva del grupo que pide descanso, el moguri deja de emitir sonidos para jugar con un palo a dibujar extrañas formas en la arena.

La noche parece tranquila, aunque hace un poco de frio, habiais echo una hoguera que os calentaba tanto a ti haciendo guardia, como a los demas que dormian placidamente. Llega un momento en medio de la noche que te parece oir algo, como un crujido de ramas, pero la tenue luz de la hoguera no te permite ver demasiado. ¿Serian imaginaciones tuyas?.

-Kupo?

El moguri se levanta de un saltito y enciende la ramita que lleva en las manos con el fuego de la hoguera.

Mira hacia el lugar de donde proviene el sonido y mira al grupo.

Su curiosidad vence y al final se dirige, cauteloso, hacia el posible origen del ruido. Quien sabe, quizá la falta de sueño esté pasando factura ya...

Te acercas cautelosamente sin hacer ruido iluminando con tu rama cuando vuelves a escuchar otra vez, ahora era como el movimiento del suelo, de piedrecillas al ser pisadas y sigues acercandote, ves una sombra que se mueve, de estatura media-pequeña, que parece acercarse a ti.

-Quien va? pregunta amablemente el moguri.

Al ver la sombra de una persona, Moguku detiene su avance y coloca la pequeña antorcha entre él y la sombra, con la esperanza de que esta ilumine al individuo delante suyo.