Partida Rol por web

Charls dio un respingo al ver aquel extraño círculo de luz rojiza, y al notar cómo Shedy buscaba su protección, se pegó también un poco a ella. En la oscuridad, cuanto más cerca estuvieran más fácil sería defenderse de un ataque sorpresa. En cualquier otra situación el chico se habría visto algo superado por estar tan cercano a una mujer (después de todo, no es que hubiera tenido mucho contacto con chicas, más bien ninguno en su vida), pero en aquellos momentos tenía otras cosas más importantes que ocupaban su mente.

Cuando la luz volvió, y con ella un hombre muy extraño apareció misteriosamente, instintivamente se llevó la mano a la empuñadura de su espada, listo para desenvainarla al menor gesto hostil del desconocido. No iba a permitir que nadie más saliera herido aquel día.

El hombre dio una larga calada y volvió a expulsar humo.

- Por favor... cuanto estrés detecto en vuestras jóvenes cabezas... ¿para qué tanta prisa? ¿qué mas da quién sea o incluso un nombre? ¿o incluso si soy vuestro enemigo o no? lo único que importa es que he vuelto - se hace crujir los huesos del cuello que por su sonido podéis adivinar que están muy entumecidos.

- Ni si quiera me dejáis acabarme este cigarillo... ¿sabéis lo bien que sienta? y más cuando pensé por un momento que no iba a lograrlo... uff... ese amigo vuestro... sí sí, el que murió, su voluntad interna casi hace que mis planes se vayan al traste, menos mal que tenía un plan B por si las moscas, da gusto que todo salga según lo pensado - seguía embaucado con su cigarrillo mientras os miraba. Os disteis cuenta que todo lo que hacía lo desempeñaba con mucha calma y tranquilidad, era como el hombre con más paciencia del mundo (y también el más extraño).

- Y tú, muchachita... otra que intentaba no romper el cristal... menos mal que tus amigos son más prácticos. Por fortuna sois fuertes y no habéis sucumbido antes de cumplir vuestro cometido - dijo apuntando con su dedo índice a Shedy.

Al cigarrillo de aquel desconocido ya le quedaba poco uso ¿qué hará una vez finalice? 

- Ah... se me olvidaba una cosa... mi querida señorita Bariday, siempre tan leal y eficaz, buena mujer, os lo digo en serio ¿eh? si no confiase ciegamente en ella me hubiera visto incapaz de hacer todo esto, a fin de cuentas las asistentes están para algo - comentó mirando a la colilla.

- No me miréis con esa cara -  soltó con una media sonrisa. - No tenéis NI IDEA del estrés que produce estar encerrado aquí durante décadas ¿a que no sabéis lo que es eso? 

El tipo seguía tranquilo, no sentía que fuerais una amenaza. ¿Pero él lo era realmente para vosotros?

- chico necesitamos una salida, ¿Sientes alguna brisa? - susurró al Moguri. Aquel tipo no le gustaba, acababa de decir cosas que le dolían, claramente hizo alusión a Zerion, su hermano cayó por no romper su cristal. Aún y así él no creía haberse equivocado, si no lo hubieran hecho habrían muerto allí encerrados.

Bariday, ¿les crió solo para que liberarán un sello? No quería creerlo, pero como si no sabría su nombre.

El aura de ese tipo no le gustaba, habían caído en una trampa,... Pero nunca podría haberse negado a creer a quien le crió. No era tan iluso como para pensar en una bondad absoluta, pero sin duda jamás habría podido creer algo que le dolía tanto asimilar. Aún no acababa de aceptarlo, pero sentía que debía huir, llámeme instinto animal.

Tomó su pala y Reb caminó de espaldas hasta su lado. Tomi cogió en brazos a su compañero, esperando que el moguri a su espalda le hiciera alguna señal sobre algún lugar por el que huir.

Miró a Charls y a Shedy esperando que entendieran su intención de huir.

Charls no daba crédito a lo que oía. ¿Acaso ese tipejo había tenido algo que ver con la muerte de Zerion? Había dicho algo de unos planes, y de su "voluntad interna"... La mente de Charls era un caos, pero pronto volvió a la realidad, como si le hubieran lanzado un jarro de agua fría en toda la cara para despertarlo. ¿La señorita Bariday tenía relación con ese tipo? ¿Por qué?

No, no podía creerlo. Ese tipo debía de estar mintiendo. La señorita Bariday los había llamado para salvar al pueblo, porque algo pasaba, ¿verdad? No podía ser que tuviera intenciones ocultas, no los habría engañado. Ella no era así...

Charls sacó las armas, lentamente, sin quitar el ojo de encima al desconocido. Cuando habló, lo hizo entre dientes, siseando casi como una serpiente, mirándolo con ojos entrecerrados.

«No sé quién eres, ni qué planes tienes, pero si intentas hacer algo, estás muerto.» Aquel no era el Charls de siempre. Lo que había dicho ese hombre había dado justo donde dolía, lo hiciera o no a propósito. Por supuesto, con aquella fijación que tenía sobre él, en ningún momento se dio cuenta de las pretensiones de huida de su hermano Tomi. Solamente podía mirar a ese hombre, que con aire tan despreocupado decía cosas tan hirientes para Charls.

Casi se estremeció cuando aquel hombre le señalo, lo sabía desde un principio, no debían romper los cristales -Os lo dije, no era buena idea romperlos y ahora se confirma mi opinión- miro al hombre aun detrás de Charls -¡¡y si hubiese sido por mi no lo habría roto y habrías seguido encerrado por toda la eternidad!!- no sabia que era, aunque parecía humano, y no tenia pinta de ser muy amistoso.

Luego cogió desde atrás el brazo de Charls que portaba el arma y negó con la cabeza -No- no sabían que poder tenia ese hombre, pero sin duda, si lo habían encerrado.... no sería por nada bueno -Si la señorita Bariday sabía esto... sin duda estaría bajo un hechizo o siendo manipulada, ella no nos mandaría aquí... si hubiese peligro- dijo mirando a sus compañeros, no podía, ni quería creer eso, ella los había criado como si fuesen sus hijos, y les había dado una vida que sin su ayuda no habrían podido llevar, era absurdo pensar que ahora los pusiese en peligro.

El extraño miró el arma de Charls y sonrió.

- No me dais ningún miedo, y mucho menos vuestras armas prehistóricas... ahora que tengo de nuevo mi poder... hará falta más que eso para detenerme... ¡mucho más!, así que con vuestro permiso... o sin el, voy a marcharme de aquí con algo de estilo, mi cautiverio ha llegado a su fin y es el momento de terminar lo que he comenzado, y no os preocupéis por vuestra vida, mi recompensa por liberarme es el perdón... y vuestra libertad - lo que más os reconcomía por dentro es que aquel tipo era incapaz de revelar su nombre. Él había escuchado perfectamente vuestras preguntas pero se negaba a contestarlas. Era más que evidente que tenía la situación bajo control.

En un abrir y cerrar de ojos y tras un chasquido de dedos una de las paredes de la cueva se derrumbaba a la vez que una especie de portal arcano se materializó justo a su lado.

Aquella "puerta" desprendía una radiante luz azulada que iluminó por completo el complejo subterráneo, pero lo que ocurrió después fue un acto de brujería puro y duro puesto que aquel hombre desapareció a través del portal zafiro.

Era molesto, será cierto que dudaba poder hacerle nada, pero le repateaba que salir de allí fuera por el capricho de aquel tipo.

- tenemos una salida ahora, pero si quieres ir a por él no te dejaré solo Charls...

Con las palabras de Shedy, Tomi negó - si no las hubiéramos roto, estaríamos muertos como Zerion... No sé si a tí te ha pasado, pero a mí algo me ha dañado en mi mente... Lo que me preocupa es que Bariday tuviera el cristal de Zerion... Si él cayó aquí por esa extraña presión que noté y me dañó... - no quiso acabar la frase, porque no quería creer que Bariday de verdad fuera una manipuladora... Pero le dolía reconocer esa posibilidad.

- la salida es más segura, por otro lado, por el hecho de no saber que hay en ese portal, puede que haya un arma que pueda dañarle... Y vencerle.

Charls miró atónito a aquel hombre que actuaba de una forma tan sobrada. La repulsa que sentía inicialmente por aquel tipejo se había transformado rápidamente en algo que pocas veces en su vida había sentido. Casi lo odiaba, cielo santo. El agarre sobre sus armas se tensó unos instantes al ver que actuaba de forma sospechosa, pero pronto dejó caer sus armas a sus costados, sintiéndose engañado y, de alguna forma, traicionado. El hombre había escapado ante sus narices, y no parecía tener buenas intenciones. Y lo que había dicho sobre Bariday...

«Al romper los cristales liberamos a ese hombre, pero de otra forma no habríamos podido salir. No sé cómo ha hecho para derrumbar la pared tan fácilmente, pero creo que no lo entendería de todas maneras...» Charls sacudió ligeramente la cabeza, apesadumbrado. Sentía que, en aquellos momentos, no sabía nada. Y no entendía nada. Sin embargo, se las arregló para levantar de nuevo la cabeza, adoptando una postura algo más firme. No podía derrumbarse ante sus hermanos. «Si lo seguimos quizá no volvamos con vida. Tomo en serio sus amenazas, y parece que es sumamente fuerte. Pero si nos vamos y no lo seguimos... No tendremos respuestas.» Charls suspiró, posando su mano sobre la de Shedy. Después miró a Tomi. 

«Si queréis dejarlo todo así y volver a casa, yo os acompañaré. Pero creo que, ya que hemos llegado aquí, nuestro deber es deshacer todo este entuerto. Y a saber lo que hará ese tipejo si lo dejamos suelto.»

Negó varias veces con la cabeza -No, esta libre por nuestra culpa, nosotros lo hemos liberado, es nuestra responsabilidad- miro el portal por donde se había metido aquel ser, no sabían a donde iban, ni si era seguro o no, pero ella tenia la firme creencia de que todo lo que hiciese ese ser estando libre era culpa suya, por no ser mas fuerte y haberse opuesto en redondo a romper su cristal.

Por ello avanzo hacia el portal -es decisión vuestra si venís conmigo u os vais por la apertura, no os juzgare- dijo mirando a sus compañeros.

- Está claro lo que haremos - decía sonriendo, acariciando el pompón del moguri - chico ves con cuidado de regreso ¿De acuerdo?

Estiró sus extremidades e hizo unas respiraciones de camino al portal.