Partida Rol por web

Santoku miro el otro edificio.

Por un momento se planteo directamente cargar contra los guardias y entrar, pero la idea es que fueran sigilosos. (Todo lo sigiloso que iban a poder ser llevando al bastardo de Don Corneo a las espaldas) Así que quizás debían de buscar otras alternativas. Saltar al tejado desde el otro edificio y entrar por la azotea podía ser un buen plan, y Santoku recordaba haber hecho saltos mas peligrosos cuando jugaba en los suburbios entre grandes pilas de hierro. Miro a su compañero y señalo el edificio alto.

-¿Crees que podríamos saltar desde ahí a la azotea?, o se te ocurre un mejor plan.

Seguramente fuera lo segundo, Santoku no era de hacer planes elaborados, si no de ver lo primero que se le pasaba por la cabeza y actuar, sin pensar demasiado en las consecuencias, por eso solía preferir una segunda opinión de alguien con un poco más de mollera, que solía ser mucha gente.

Mientras sus compañeros tomaban sus posiciones, Samantha esperó al otro lado del puente, -Bien… Primero hablas o haces lo que sea y cuando se acabe el negocio los electrocutas… Fácil-.

Ahora mientras esperaba le surgieron algunas dudas, se había ofrecido como distracción, pero realmente no tenía muy claro cómo hacer de una, para empezar estaría bien que no se notase que los esperaba por ellos. Al final su idea fue apoyarse en uno de los lados del puente, sin realmente estar en él, mientras hacía como si esperase por alguien.

Cuando llamaron su atención trato de parecer lo más inocente posible, para esto se gira tratando de lucir un poco confundida para luego señalarse a sí misma, -¡Eh!, ¿Yo?... ¿Una fiesta?-, solo podía esperar que su rostro de naturaleza amable ayudará, -Estaba esperando a unas amigas, estaría mal dejarlas tirada, pero... ¿que tipo de fiesta es?-.

Una vez que el grupo se pone de acuerdo, se ubican en posición. Samantha se instala frente al puente mientras Alden y Barestar se sitúan a los lados, fuera de la vista. Los minutos pasan largos y tensos, hasta que ven un grupo de personas que se acercan por la calle que atraviesa el puente. Se trata de un grupo de al menos 5 personas, entre ellos, King. Es fácil reconocerlo a la distancia por su largo cabello con rastas. Viste una túnica larga color marrón oscuro y lleva en su espalda un objeto largo y delgado envuelto en un paño. Sus acompañantes se ven más jóvenes que él y llevan ropa menos llamativa. Vienen hablando alegremente con sorna. King, por el contrario, avanza serio; ajeno al jaleo de sus compañeros. Al parecer, la perspectiva de volver a su guarida y encargarse de Don Corneo era cosa seria. 

El grupo se acerca al puente pero antes de comenzar a cruzarlo, los secuaces más adelantados del grupo se fijan en Samantha, quien espera disimulando.  

-¡Hola, preciosa! -saluda uno de ellos con una sonrisa desagradable. -¡Estás muy elegante esta noche! ¿Te quieres unir a una fiesta? 

¡Eh!, ¿Yo?... ¿Una fiesta?-, solo podía esperar que su rostro de naturaleza amable ayudará, -Estaba esperando a unas amigas, estaría mal dejarlas tirada, pero... ¿que tipo de fiesta es?-

-Oh, una fiesta muy divertida. Tenemos que encontrarnos con un colega importante. -responde entusiasmado el repelente hombre.  -¿Tienes amigas? ¡Podemos ir todos! -declara con aire ocurrente. -¿Son bonitas? ¿Tardarán mucho en llegar? ¿Son bonitas?-le pregunta a Samantha. 

-No tenemos tiempo, Grope. -comenta el otro de los hombres. -El jefe quiere llegar cuanto antes, ¿Recuerdas? 

Después del bombardeo de preguntas soltó una pequeña risa, -Guau, si que hablas rápido-, por otro lado el segundo dejó caer que tenían prisa, aunque eso le importaba poco ella iba a exprimir su distracción los máximo posible, -Oh, debe ser un fiesta realmente buena si tenéis tanta prisa-, al terminar se lanzó hacia el hombre, brazo rodeando su cuello y apretándolo un poco contra ella, que había hablado con ella aunque sin ninguna intención maliciosa aparente o esa era la intención, -Sabes, ellas no deberían tardar demasiado, si esperaras un ratito podrás conocerlas son la ostia, ah y les gusta la fiesta eso es importante-.

Cuando Samatnha se lanzó al cuello de uno de los matones de King, Alden estuvo a punto de saltar al camino, hasta que vio que realmente seguía jugando el papel de chica perdida, y se lo parecían estar tragando. Perfecto.

Cogiendo con fuerza la lanza, y en tensión para actuar en cuánto se diese la señal, Alden le hizo un gesto a Barestar para confirmar que éste también estaba listo para salir a la palestra cuando tocase.

Raven miró por la ventana del auto en silencio. Por su mirada se notaba que estaba pensando en un plan o en las diversas opciones que tenían para entrar. Se quedo en silencio incluso cuando Sentoku propuso saltar de un edificio a otro, pero cuando su compañero habló, Raven volteo a verlo. Pareció procesar la idea por un par de segundos hasta que dejo salir otra de sus sonrisas extrañas y le contesto a su compañero.

- ¡Saltar es divertido! Me gusta esa idea.

Sin esperar respuesta alguna, Raven abrió la puerta del lado de Sentuko y salio escurriendose entre su compañero y estrecho espació de la puerta con relativa facilidad y comenzó a caminar hacia el edificio de departamentos.

Santoku se sorprendió bastante de que le gustase aquella idea, por norma general, poca gente aceptaba sus ideas, más cuando estas implicaban saltar desde una gran distancia y la probabilidad de hacerse bastante daño.

Salió del coche tras Raven, no podía negarlo, le gustaba aquel ímpetu, no se amedrento ante la idea de saltar al tejado, desconocía si aquella confianza que desprendía Raven era valentía, habilidad o simplemente inconsciencia. Pero tampoco le importaba, lo importante es que si aceptaba ese tipo de ideas, podían llegar a ser un gran equipo, siempre que no se matasen en el proceso.

Finalmente la alcanzo mientras se acercaban al complejo de departamentos.

Miro de nuevo la guarida de King, y volvió a mirar el complejo, viendo que había bastante más distancia de la que esperaba, como fallasen se iban a dar una buena ostia, pero valía la pena intentarlo, seguro que nadie espera que alguien intente entras desde el techo.

-Las cosas que me toca hacer por ese bastardo, pero bueno, trabajo es trabajo.

Dijo entre dientes, dándole aun vueltas de que tenían que rescatar a una persona a la que consideraba odiosa.

Santoku y Raven llegan con paso decidido a la puerta. La calle tiene muy poca gente, lo que les da cierta confianza para sus movimientos. Al llegar, detectan que la puerta está trabada. Al costado de ésta se encuentra un intercomunicador, al que podrían llamar para intentar convencer a uno de los residentes de que les permita entrar. Otra opción sería intentar forzar la cerradura para entrar subrepticiamente. Aunque reventar la puerta a golpes también podria ser otra manera, pero ciertamente no subrepticia...

¿Barestar? ¿Barestás? =p

Santoku nunca pensó que su primera actividad como miembro en entrenamiento de los Turcos fuese usar una habilidad que había prometido no volver a usar hace mucho tiempo, como era el tema de forzar cerraduras y allanar edificios.

Suspiro mientras echaba un vistazo a la cerradura… si… la había abierto con anterioridad, metiendo la mano en el bolsillo interior de la chaqueta saco un pequeño estuche con ganzúas.

Y se puso de rodillas mientras introducía la ganzúa, intentando notar como subía los pistones y los dejaba encastrados.

-Le prometí a mi madre que no volvería hacer esto, pero supongo que si es por motivos de trabajo no se enfadara.

Dijo entre dientes mientras continuaba con su faena.

Finalmente escucho el click y pudo girar el tensor en su totalidad, abriendo la puerta con éxito.

Raven es una persona de pensamiento sencillo, no le da muchas vueltas a las cosas y simplemente busca las respuestas mas inmediatas y efectivas, así que cuando se topo con la puerta cerrada, lo primero que le paso por la cabeza fue patearla, pero la verdad, la fuerza bruta no es uno de los fuertes de Raven, así que para eliminar cualquier duda o chace a fallar, Raven alcanzo la pistola dentro de su chaqueta con intenciones de abrir la cerradura a tiros, pero Sentoku se le adelanto y abrió la puerta de una forma mas discreta.

- Eres hábil con las manos ¿eh? -Le dijo mientras abría forzaba la cerradura.

Raven entró al edificio con la pistola en mano simplemente por que no quería guardarla y camino por los pasillos dando los mismos saltitos que estaba dando al llegar al edificio. No era dificil notar que Raven disfrutaba mucho su trabajo.

Santoku se guardó el estuche de la ganzúa en el interior de la chaqueta de nuevo y se ajustó los protectores de nuevo mientras seguía a Raven.

-Sí, tengo unos dedos bastante agiles, gracias a ello he podido sobrevivir todos estos años.

Dijo con una sonrisa de confianza mientras seguía con sigilo a su compañero.

Esperaba no tener que herir a nadie mientras se colaban en el edificio, prefería que no hubiese daños colaterales.

Conforme comenzaban a subir escaleras se hacía una idea de la caída, y menos le gustaba la idea inicial, pero ya habían llegado hasta allí, no iba a rajarse, menos aun después de haber forzado la cerradura.

-Espero que se te dé bien saltar, como fallemos van a necesitar una espátula para recogernos.

Trataba de bromear para quitarse un poco los nervios de encima

Raven y Santoku logran entrar gracias a los ágiles dedos de éste último. El interior está tranquilo. No hay nadie en el pasillo de entrada; al menos de momento. 

El pasillo tiene una luz tenue de color azul. Hay 4 puertas a lo largo del lugar y una escalera ascendente. Cerca de la puerta de entrada, hay un escritorio para el encargado del edificio, pero se encuentra vacío. 

Del otro lado de la calle, Barestar asiente en dirección a Alden con pistola en mano. 

En la parte inicial del puente, Samantha se aferra al matón de nombre Grope, mientras el resto de la comitiva avanza. King pasa a su lado y lanza sólo una mirada a ellos. El compañero de Grope capta el significado de esa mirada y, un poco más impaciente, comienza a tirar de su compañero. 

-Vamos, idiota. No tenemos tiempo para esto. King quiere llegar cuanto antes a su reunión. 

Con decepción, Grope se evade del abrazo de Samantha  y comienza a alejarse. 

-Perdón, muchacha; pero el trabajo es trabajo. Dile a tus amigas que se acerquen a Sector 4.

En este punto, King y los otros dos integrantes de la marcha se encuentran en la entrada del puente. 

Viendo que la distracción se había acabado, Alden pasó a la acción.

- ¡Ahora!

Alden hizo girar la lanza sobre su mano derecha, que se alargó hasta alcanzar su longitud total. Golpeando el suelo con ella y dejando el filo apuntando al cielo, se llevó la mano a la materia engastada en el mango de la lanza. Un brillo grisáceo empezó a recorrer su brazo, y acto seguido una roca surgió del suelo golpeando en el pecho al matón que más cerca se encontraba del puente.