Partida Rol por web

Después de unos minutos dando vueltas con los canapés y los cócteles, los dejo en una de las mesas seguras.

-Aun faltan algunos por subir a cubierta, bah que sirvan ellos mismos, por lentos. Sigh, el jefe debería haber contratado a un camarero, atender a toda esta gente y la cocina a la vez va a ser una putada, menos mal que preparé casi toda la comida de antemano que si nó…

-Si me disculpan, estaré en la cocina acabando de preparar la cena, para cenar esta noche tienen unos entrantes de huevos de codorniz y mejillones a la vinagreta, de primero a escoger entre consomé y sopa de mariscos y de segundo entre cordero a las especias o merluza a la sidra, les dejo una lista aquí para los que no están en este momento y si alguno tiene una alergia mejor díganmelo de antemano.

Empiezo a bajar las escaleras cuando me acuerdo de que no les he dicho a que hora pueden bajar a cenar.

-Ah, se me olvidaba, pueden bajar a cenar en media hora y si lo desean hasta las 12.

-Si bajan más tarde que les de comer su tía, por retrasados.

Bajo las escaleras con una sonrisa lo más "normal" posible.

El Flor de Azahar cuenta con cuatro cubiertas distintas.

La cubierta inferior cuenta con la sala de maquinas, una cabina dedicada a herramientas, la cabina de la tripulacion y el almacen.

La cubierta de los camarotes es donde se encuentran los cinco camarotes, todos ellos cuentan con cuartos de baño propios.

La cubierta del comedor cuenta con la cocina, el comedor cubierto, y una zona exterior con una mesa. Tambien hay una pequeña camara destinada a guardar salvavidas, vengalas y los equipos de pesca, submarinismo y similares.

Por ultimo la cubierta del timon, donde se encuentra el timon de la nave, cuenta con un sofa a cada lado, y es donde se encuentran todos los controles del yate, ademas del GPS y la radio. Esta cubierta es la mas pequeña y esta totalmente acristalada.

Tras mi breve conversacion con Antonio Lopez, opto por refrescarme en el camarote, compartido vaya pienso para mi, tras recolocarme la ropa adecuadamente aunque de un modo mas informal, vuelvo a cubierta y acepto una de aquellas copas que me ofrece el cocinero...vaya...pienso al ver sola y pensativa a la secretaria....acto seguido me acerco a ella. Buenas noches, es un espectaculo increible ¿verdad? siempre es bonito ver amanecer o anochecer desde el mar, da mas....perspectiva, y una buena gama de colores que hay que saber apreciar, lo mismo pasa en el desierto, bueno, supongo que los sitiois aislados y extremos tienen ese encanto, esta noche va a ser muy bonita, se podran ver muchas estrellas con una excelente claridad, ya que aqui, en alta mar, no hay contaminacion luminica....bueno, pero me voy por las ramas...¿que tal?, espero que no se vaya muy pronto a la cama, y disfrute de la noche....
 

Me encontraba disfrutando de la compañía de un mojito cuando vi al señor Tomas acercarse. Le sonreí con simpatía, mientras le escuchaba hablar. Sí, sí, todo esto es magnífico. Es un placer disfrutar de un fin de semana agradable, señor Tomas.  Lo mejor de todo es poder disfrutar del cielo, sin contaminación, como usted dice- me reí unos instantes, mostrando mi dentadura perfecta. Sabía que el maquillaje de los labios aguantaría la bebida y la cena, puesto que era una de esas marcas extremadamente caras que decían durar 16 horas- ¿Irme pronto?- medité unos segundos- Siempre que vea algo interesante que hacer...- le sonreí- podría permanecer despierta más tiempo. Y usted, ¿está divirtiéndose? -Pasé la mano que tenía libre por el pelo. Era una costumbre que tenía y ya me había dado por vencida para intentar corregirla- ¿Conoce a alguno de los presentes?

Bajé a los camarotes para ver lo que sería mi habitación temporalmente. Me tocaba compartirlo con una joven llamada Marina y aunque no estaba acostumbrada a compartir algo tan estrechamente, me alegré de tener compañía.

Después de dejar mi maleta y curiosear un poco volví a la terraza de popa, donde Juanjo estaba sirviendo unas copas. Rechace con educación la copa que me ofreció, no sin antes sentirme un poco tentada a cogerla. Pero no, ni una más. Busqué con la mirada a Miguel, pero no le vi, así que pensé que estaría en la sala del timón. Solitaria, dirigí mi mirada al horizonte. Hasta ahora no me había dado cuenta de la increíble vista que desde allí se podía ver.

 Antonio sube a la cubierta del comedor, el olor de la comida le atrae y se sienta entre los demás comensales a tomar algo mientras espera la cena, busca una botella de Whisky en el bar y pone dos copas, una de ellas se la ofrece a David, para seguir con la charla que antes dejo colgada.

- ¿Una copa David? - Antonio le tutea pues cree innecesarios los formalismos, mas si van a estar todo el fin de semana juntos -¿Bueno como van los negocios? ¿La vida te sonríe? espero que así sea - Antonio da un largo trago a su copa -  que casualidad que hayamos coincidido en el camarote, ya te advierto que ronco como un oso, o al menos eso dicen, jejeje. ¿Tienes mujer?, sabes ese ha sido uno de los errores de mi vida, no haberme casado, nunca me había sentido tan solo como cuando deje de ir a la comisaria, pero en fin ahora estamos aquí disfrutando de los placeres de la vida, un brindis por nuestro anfitrión....por Enrique

Y Antonio vacía su copa de un trago y enseñando el vaso sin liquido a su interlocutor

- ¿Otra compañero de camarote?

Iba a contestar a Julia pero se adelantó Marina. Al parecer Había llegado en un momento interesante, estaban discutiendo apasionadamente sobre gustos literarios. Me eche un wisky con hielo y me volví a sentar.  

- Sí la conozco...una obra verdaderamente interesante, aunque tengo pensado retomarla ya que en su momento quizá no tuve tiempo de ahondar lo que debiera. Es usted entonces escritora? Ha escrito alguna novela o se dedica al ensayo?...no malinterprete a mi amiga Julia es una voraz lectora, aunque ella es más de poesía...no Julia? y me lleve el wisky a los labios.

El constructor se habia quedado momentaneamente dormido en el camarote. Cada vez empezaba a senitrse más y más como esos viejos que se van quedando dormidos en cualquier lugar. La edad no perdonaba y sabia que algun día su destino sería caer en manos de algún otro tiburon más joven y más listo. Peor aun no se sentia preparado para desaparecer y dejar la pista libre.

Con algún jadeo subió a la cubierta del comedor y se encendió otro puro, al parecer otros dos de los invitados ya se encontraban ahi. Los saludo y se dejo caer en uno de los asientos. Conocia a Benjamin pero no al otro, Antonio creia que lo habia llamado la secretaria, pero no andaba seguro.

No se si su compañero de camarote le aceptará un whisky pero de por seguro que yo si que se lo acepto y agradezco. Por cierto no se si nos conocemos, soy Ernesto Serrano, promotor.

Bueno, ademas de a usted señorita Villanueva, solo conozco al señor Antonio Lopez, por cierto me ha tocado de compañero de camarote....asi que, de momento, no, pero soy optimista y creo que va a ir a mejor la noche....bueno, creo que deberiamos dejar un poco los formalismos aparte, esto es un fin de semana de relax, asi que....David opta por sacar una amplia sonrisa y extender la mano hacia su interlocutora a modo de saludo....hola soy David. Vaya, precisamente hablando del Sr. Lopez por ahi viene y parece que bien pertrechado....ah hola Antonio, gracias por la copa, estaba aqui hablando con la dama sobre la gran noche que nos puede esperar a bordo de un barquito como este....ah los negocios son aburridos y van como siempre...pero dejemos eso para otra ocasion, es momento de disfrutar de la velada, ¿querras acompañarme  en la cena? comenta David mirando a Ana.... 

Al darme cuenta de que Elena no habia visto que la llamaba desde la cubierta del timon, estuve tentado de insistir, pero despues pense que quiza simplemente preferia descansar ahi abajo, y no habia querido ofenderme rechazando mi invitacion, por lo que regrese al timon, y me centre en la conduccion del Yate.

- Marina Muñoz… - hice una pausa tratando de recordar – pues no, la verdad no había oído su nombre, aunque es normal, son ustedes tantos, y yo no soy muy aficionada a su… profesión – lance la palabra al aire con una leve expresión de desagrado – Suelo estar ocupada en asuntos mas mundanos señorita Muñoz, como cuidar mi aspecto, aunque su trabajo también debe ser gratificante, supongo. En cualquier caso dejemos de hablar de cosas tan nimias y aburridas como su trabajo, hemos venido para divertirnos ¿verdad?

 El Sr. Ortega ha demostrado una gran diplomacia, además de proporcionarme, quizá involuntariamente, un comentario inteligente. Definir a Dña Julia Vidal, la  señora de Serrano, como “lectora de poesía” podría suponer uno de los mejores titulares en prensa.

-Efectivamente, tiene toda la razón, disfrutar, disfrutar mucho- da un último sorbo a su dry martini y pierde por un instante la mirada en la tarde que se va escapando hacia línea del horizonte. En esa pausa de apenas segundos Marina llega a parecer muy frágil, casi como una adolescente; sin embargo el instante pasa pronto, y en seguida se recupera para sonreír  ampliamente a sus interlocutores - Y ahora si me disculpan, también debiera dirigirme a mi camarote para vestirme para la cena. Julia, Benjamín - dice esto con otra leve inclinación de cabeza y su característica dulce mirada- Espero Dña Julia que, en estos días, que prometen ser muy interesantes, mi rostro cobre familiaridad para usted.

La temperatura a descendido sensiblemente según os adentráis en el mar, un poco de frió, pero resulta un cambio agradable respecto del caluroso clima levantino.

El tiempo pasa mientras os vais acomodando y disfrutáis de las vistas y casi sin daros cuenta se hace la hora de cenar. La comida que ha preparado Juanjo tiene un aspecto apetitoso, tanto que casi hasta se os olvida el hecho de que parece estar siempre de mal humor y refunfuñando en voz baja.

El único que no acude a la mesa es Miguel, que os saluda desde la cubierta del timón, y al que Juanjo le ha subido la cena para que no tenga que dejar los mandos. Hasta el momento la travesía a resultado muy agradable, y la apacible oscuridad del mar, con el manto estrellado que cubre el cielo, es un bello tapiz para una agradable cena.

Miré con simpatía al hombre, que me estaba respondiendo. Le devolví el apretón de manos con una sonrisa en el rostro. Interesante... muy interesante. Parece que la cosa mejorará.

-Está bien, David. Entonces llámame Ana, si no te importa- asentí  y me eché el pelo hacia atrás, peinándolo. Yo estoy en una habitación sin compañero, en una con literas. Me reí levemente y entonces apareció el señor López, que empezó a interactuar con David. Sonreí a ambos, y di un paso atrás dispuesta a dejarles hablar, pero entonces volvió a dirigirse a mí- Claro, sin duda, nos veremos en la cena- mostré una sonrisa perfecta y di un par de pasos hacia atrás- Si no os importa, iré a ponerme algo más apropiado para la cena. Hasta la cena- Me fui a mi camarote, me di una ducha y me puse un vestido blanco y negro de tirantas que me llegaba hasta las rodillas, acompañado de unos zapatos negros con un ligero tacón. Tampoco es que vayas a arreglarte en exceso para una cena aqui, pero siempre debes estar presentable. Cogí una chaqueta debido a que empezaba a refrescar, aunque esperaba no tener que usarla.

Fui hasta la zona donde se hacía la cena, miré al resto con una sonrisa en el rostro, como siempre- Buenas noches a todos- me quedé unos segundos en silencio, mirando la comida-  La comida parece apetitosa- asentí un par de veces, con gesto de aprobación-  Es usted un gran cocinero, señor Pérez.

Me senté en una de las sillas, esperando a que el resto de invitados hiciera lo mismo. La noche estaba siendo tranquila, y me alegraba de estar allí.  Ahora mismo no estaría haciendo nada en casa... seguramente me estaría preparando para dar un paseo, o ir a cenar. Está bien esto de estar rodeada de hombres...

El tiempo pasa fugazmente mientras estoy sumergida en mis pensamientos. Casi sin darme cuenta ya es la hora de cenar.

Me acomodo en la mesa, esperando al resto de invitados y al poco llegan los demás. Parece que las mujeres han optado por cambiarse de ropa y ponerse unos bonitos vestidos. Miro mi ropa un segundo. La verdad es que no estoy muy de acuerdo con esos protocolos femeninos, eso de cambiarse de ropa en cada ocasión, me parece demasiado vanidoso. No obstante, rezo para que nadie se de cuenta de que yo no los he seguido, pues no quiero ser objeto de comentarios.

Nos sirven la comida y está exquisita. Parece que el chico es un gran cocinero. Miguel nos saluda desde el timón y le respondo con una gran sonrisa y con otro saludo con la mano. Es una pena que no nos acompañe, me gustaría estar hablando con él. Pero como no está, es hora de socializarse con los demás.

Me aclaro la garganta un poco - Bueno, y ¿a qué se dedican ustedes?

Baje al camarote poco antes de que sirviesen la cena, y me puso un bonito vestido largo de satén azul con chaquetita de encaje transarente y zapatos de tacón alto a juego, que quedaban ocultos por la larguísima falda. Todo esto aderezado con el regalo de cumpleaños que me había hecho Ernesto, collar y pendientes de oro blanco con esmeraldas engarzadas. Unas gotas de perfume de 1872 for women, de Clive Christian y estuve lista para subir a cenar.

Me sentenentre Ernesto y Benjamin, y aunque la comida era buena, dedique mas tiempo a conversar que ha cenar. Una de las invitadas pregunto a que nos dedicábamos, y decidí respondedor con una amplia sonrisa:

- A mi misma, cariño y es un trabajo a jornada completa, aunque creo que con buenos resultados - deje la ultima palabra en el aire y me gire hacia Benjamin, esperando que diese su opinión sobre la "calidad" de mi trabajo

 Nos quedamos sentados Julia y yo mientras la periodista se alejaba. Me quede contemplando sus piernas y luego la mire a ella.

- Querida, eres un encanto.

Poco después vino el cocinero anunciando que estaba lista la cena. Bajé y volvimos a encontrarnos todos en el comedor. Estaban hablando de profesiones. De los presentes solo había dos que aún no sabía a que se dedicaban. Seguramente serían ricos o empresarios, aunque no me interesaba lo más mínimo comprobarlo. 

- Y Enrique, ¿sigue siendo abogado, no? ¿o se dedica ahora a sus placeres?

Desde mi conocimiento de Enrique, diré que siempre se ha dedicado a las dos cosas, con bastante exito por cierto, la verdad sabe disfrutar de los reditos que le da su exito profesional, de hecho, creo que eso es parte de su exito, por cierto, soy un maleducado incorregible mi nombre es David Tomas Jimenez, es posible que no me conozcan pues intento no salir a la palestra publica. Dirijo el negocio familiar, pero es algo bastante aburrido como tema de conversacion de una cena...levanto mi copa de vino tinto...A su salud damas y caballeros. 

Marina responde al brindis propuesto por David con un gesto alzando la copa levemente.

El vestido de cocktail deja entrever gran parte de la delicada espalda de Marina, por lo que se estremece. El color negro resalta el rubio de su cabello y las atrevidas pecas asoman en sus hombros.

 Se recuesta antes de contestar dirigiendo una suave y dulce sonrisa. Se siente cómoda en ese tipo de eventos.

- Me presentaré, mi nombre es Marina Muñoz Campos, y estoy encantada de compartir esta velada con ustedes, gracias a la cortesía de nuestro anfitrión, D. Enrique. Quizá a algunos de los presentes les suene mi nombre. Me dedico al periodismo, pero a ese inofensivo periodismo al que llaman "periodismo cultural". Aunque como la Señora Vidal – se vuelve hacia Julia con una amplia sonrisa -me ha recalcado hace un momento , no les aburriré más con los detalles de mi profesión, y dejaré que continúen con las presentaciones.- 

- Gracias querida - respondo a Marina mientras me levanto para unirme al brindis - Yo, si alguno de ustedes tiene la desgracia de no conocerme, soy Julia Vidal Alvarez, y espero que todos pasemos un tiempo agradable juntos. A la salud de Enrique - Añado con mi copa en alto y una sonrisa "cereza exuberante"

¿Pero no nos habíamos presentado ya? Oh Dios!

- Benjamín Ortega, político, para servirles a ustedes y al pueblo...por Enrique y lo que nos tenga preparado!