Partida Rol por web

Ooji entró al gran armario como un depredador que estaba a punto de caer sobre su presa. Cuando actuaba para el Pétalo de Rosa se dejaba llevar por sus instintos más primitivos. Y si alguien como Eliza le animaba a dejarse llevar... él no era nadie para negarse un placer como aquel. Shia parecía reacia, pero una pequeña parte de ella deseaba saber más, perderse en todo aquello.

- No te preocupes, preciosa. Es mucho mejor de lo que te imaginas... - dijo el joven acercándose a ella. La tomó de la mano y la levantó hasta ponerla frente a sus labios, besando sus dedos con suavidad. Su cuerpo ya ardía y todo aquello no había hecho más que empezar. Entonces llevó sus manos a la camisa de Shia y se inclinó junto a su oído. - Gírate y cierra los ojos. -

Procedió entonces a abrir su camisa, botón a botón, tomándose su tiempo y disfrutando de ver su temor. La liberó de la prenda de ropa y llevó las manos a sus pechos, colando sus manos por su ropa interior y comenzando a acariciarla. - No te arrepentirás de nada si te entregas al placer... -

Shia temblaba como un conejito ante el suave tacto de Ooji. Se resistió un poco cuando el empezó a desvestirle, pero su miedo no le permitía reaccionar más. -N-no, por favor...

Eliza, por su parte, posicionó el celular que ahora filmaba en donde este pudiera captar mejor toda la acción sin tener que andarlo sujetando, y ella se sentó en un rincón a disfrutar del espectáculo.

Los pechos de Shia son realmente enormes, la palma de Ooji, que era grande, no alcanzaba para contenerlos. Su ropa interior blanca de encaje que ahora no los contenía protegía sus delicados y rosados pezones. El conjunto de sus pechos y sus pezones eran una imagen deliciosa, y por la forma en que ella temblaba y lentamente buscaba alejarse, era la primera vez que eran acariciados por alguien más...

Ta-takano sempai...p-por favor...no....

Shia cruzaba sus piernas, tiezas, protegiendo su tesoro, tensa, temiendo el momento, ocultando su intimidad....o tal vez era su excitación lo que quería ocultar...

- Quisiste seguir a Eliza, ser como ella... todos te desearán, como a ella. Querrán estar a tu lado, que les mires, que les sonrías... poder hacerte todo lo que yo te voy a hacer. - susurró en su oído, depositando varios besos tras su oreja y bajando poco a poco por su cuello. Apartó sus manos de sus pechos para terminar de deshacerse del sujetador y lo lanzó a un lado, para masajearla durante unos segundos más y sin apartar sus ojos de los de Eliza, aprovechando que Shia estaba de espaldas. Quería que aquello no fuese un simple espectáculo para ella, quería que ella también deseara todo eso.

- Entrégate a tus pasiones, Shia-chan... y descubrirás que es la mejor decisión de todas. - su mano comenzó a bajar, reptando por su vientre y colándose por el interior de su corta falda. Apenas pasó sus dedos por el exterior de su intimidad, buscando tentarla y hacerla desear más y más - Y serás una de nosotros... -

Las piernas de Shia tiemblan al tacto de Ooji en su intimidad, y su sexo empieza a titilar, a ponerse cálido y muy lentamente, húmedo. La pequeña no para de temblar, pero sus pezones ya están duros y sus pechos firmes, y grandes se vuelven aun más grandes. Unas lagrimas caen de sus ojos, por sus mejillas sonrojadas. En un arranque de valor, ella intenta empujar a Ooji -NOO!- Pero entonces Eliza se levanta y le da un cachetaso.

-Mala Shia! No te presto a Ooji para esto! Tonta!- Eliza toma unas sogas de entrenamiento y luchando contra Shia logra atarle las manos. Luego le sonríe a Ooji.- Lo siento, el juguete que traje es molesto y ruidoso. - le da un pañuelo a Ooji- Por si tienes que callarla, aunque incluso si grita, nadie la escuchara. jijiji.... - Acariciando el pecho de Ooji, le da un beso, irrumpiendo con su lengua en la boca de Ooji, mientras acaricia su pecho...Luego del beso, regresa a su lugar de espectador privilegiado.

El nadador no pudo evitar reír ante el inútil ataque de Shia, dando un paso hacia atrás. Eliza se encargó de corregirla y ató sus manos para luego acercarse a él. Ooji devolvió el beso a la rubia, acariciando su lengua con la suya propia y agarrándola de la ropa para mantenerla ahí unos pocos segundos más antes de que volviera a sentarse.

Ooji se acercó de nuevo a Shia, mientras su sexo clamaba por liberarse. Cogió las manos atadas de la joven y con una mano libre se encargó de quitarle la falda, dejándola únicamente con la ultima pieza de ropa interior que le quedaba.

- Ahora agachate... Y no hagas mas tonterías. Me gusta que las nuevas tengan garra... Pero no te dejaré pasarte más de lista - dijo él mientras se desabrochaba el pantalón y lo dejaba caer, para comenzar a bajar su propia ropa interior

Shia solloza mientras Ooji le saca la ropa. Debajo de su falda una tierna pero sensual prenda blanca con un moño se deja ver.

La amenaza de Ooji, sumado a la reprimenda que le dio Eliza, hacen que Shia se vuelva más sumisa y, llorando, se arrodille.

Mientras, desde su lugar, sentada, Eliza se muerda el labio, gustosa de ver el miembro de Ooji, exitada por la situación en general.-No llores, tonta...Te gustara. Su verga es grande. Con el tiempo, te encantará el sabor, jujuju- Sus palabras son perversas, y parece disfrutarlo mucho. -Además, esta solo es la primera, esta noche lameras muchas de esas, jajajajaja- Eliza mira provocativa a Ooji, pues sabe que por la noche, el le pertenecerá.

Ooji miró también a Eliza con deseo, sabiendo todo lo que le decía la rubia sin palabras. Tuvo una idea y se tumbó en el suelo, ordenándole a Shia que se pusiera sobre el y le diera placer con la boca. El chico se aseguró de que él quedara mirando hacia E za, observando atento sus reacciones y movimientos. Estaba deseando que no pudiera controlarse más y se satisfaciera ella también.

Cogió la prenda blanca que ocultaba el sexo de Shia y la quito poco a poco, disfrutando del momento. Hasta que no la habia apartado del todo no acercó su rostro al sexo de la muchacha, comenzando a recorrerlo muuuy suavemente con su lengua.

- No pares y continuaré haciendo esto...

A Shia aun le costaba obedecer, así que cuando Ooji le ordeno tumbarse sobre el, Eliza la empujo, para que esta quedara con su cabeza sobra el miembro de Ooji y sus piernas apuntando a la cabeza de este, y sujetándola de la cabeza, le obligo a meter en su boca el miembro de Ooji. Este pudo sentir la húmeda y cálida boca de Shia cubriendo su miembro. Eliza la sostuvo un momento, hasta que tomara ritmo, pero todo el tiempo mirando a los ojos a Ooji, con perversión y lujuria. Luego volvió a su lugar.

Shia chupaba el pene de Ooji con calma, despacio, con miedo. Incluso de forma bastante torpe, pero de todas formas placentera. A medida que ella seguía, Eliza se movía sensualmente, quebrando sus caderas, arrojándose hacia adelante para mostrarle a Ooji sus pechos, mientras se desabrochaba la camisa y mordía la corbata. Se tiraba de nuevo hacia atrás y se levantaba el pelo. Abría sus piernas. Se divertía viendo como Shia reaccionaba ante el crecer del miembro de Ooji.

Luego, a medida que Ooji comienza a corre la prenda de su sexo, rosandolo, el cuerpo de Shia se estremese, y Ooji puede sentirlo en la forma de saborear su pene. Shia no deja de llorar, y Ooji puede sentir las lagrimas cayendo en sus piernas, pero es ese mismo temor lo que hace que presione más sus labios y que su boca se sienta tan bien. El sexo de Shia esta completamente suave y lampiño.

Cuando Ooji comienza a jugar con la lengua, puede sentir la humedad que tiene Shia a pesar del miedo. No es mucha, pero sabe deliciosa, y con el pasar de su lengua, Shia succiona más fuerte la verga de Ooji, que se agranda más y más.

El sexo de Shia se pone tieso, y titila ante el recorrido de la lengua de Ooji. Por su lado Eliza seguía juguetona, y le mostraba su ropa interior a Ooji y con su dedo, jugaba al rededor de su sexo, pero sin tocarlo directamente....

Se le escapó un pequeño gemido mientras lamía el sexo de Shia, llevando uno de sus dedos al interior de la joven con calma, para después ir aumentando el ritmo. Observaba a Eliza mientras se empeñaba en darle placer a Shia, imaginándose a la joven participar en todo aquello.

Cuando Shia estuvo preparada introdujo un segundo dedo en su interior, usando su lengua en la parte mas sensible de su sexo y sus dedos en el interior mientras sentia que el placer le embriagaba.

- Muy pronto va a llegar el momento de la verdad... Espero que hagas los honores. - le dijo lujurioso a la de tercero, con la voz algo cortada por el placer - Haz lo cuando desees...

Cuando Ooji introduce el primer dedo, nota rápidamente el interior apretado de la joven, elevando en temperatura. La joven esta demasiado cerrada, y cuesta entrar, incluso Shia lanza un pequeño gemido de dolor producto de estar pasando cerca de su virginidad, pero Ooji, usando su dedo en el lugar indicado, logra que incluso a Shia se le escape un gemido de placer y que con eso, relaje su boca que aun tiene el miembro de Ooji dentro. La vagina de Shia se humedece cada vez más y más, abriéndose, volviese viscosa y cálida. A medida que su vagina se vuelve agradable, Shia parece aprender a hacer su trabajo oral mucho mejor, como si ahora lo disfrutara un poco.

Un segundo dedo entra en Shia, y esta comienza a gemir aun más, entre el temor y el placer inevitable que el joven le esta dando. Además, la lengua de Ooji empieza a acariciar suavemente el clítoris virginal de Shia, humedeciéndola, haciéndola temblar...

Eliza te observa, aun seduciendote -Oh, no, aun no...Es el gran momento de Shia. Hazla florecer, se merece que estén solos, yo solo me quedaré aquí...cuando termines....ahí me puedo unir....

Se mantuvo unos pocos minutos más haciendo que Shia disfrutase aquello cuando la mandó parar y levantarse. Él mismo lo hizo y se fue quitando la parte de arriba del uniforme que aún llevaba. Tras dejarla caer cogió a Shia y la llevó hasta el montón de colchones, poniéndola boca arriba con las piernas abiertas hacia él. Cogió el pañuelo que Eli le había dado y lo puso en la boca de la chica - sólo muerdelo y te dolerá menos... le susurró, llevando su pene a la vagina de la joven, acariciando el exterior con la punta y disfrutando de aquel maravilloso momento

- Entonces ven aquí y disfruta del show...- y poco a poco, tras esperar por la rubia, comenzó a entrar en el interior de la vagina de Shia, mordiéndose el labio inferior con deseo

Shia obedeció ante Ooji que la llevó a los colchones y la obligó a acostarse, temblorosa, agitada, sonrojada y con su rostro surcado por lágrimas. Eliza por su parte tomo el celular y se acercó para tener una mejor toma de tan sagrado momento. Cuando el joven le hizo morder el pañuelo y le dijo aquellas palabras, solo pudo pensar Por favor, no, por favor!!! Trató de debatirse con Ooji, pero este ya estaba sobre ella y mucho no podía hacer. Eliza dejó el celular en un angulo donde el mismo pudiera filmar el momento en que la pobre Shia perdía su virginidad, y ante la invitación de Ooji, se acercó y tomo las manos de Shia, que intentaban sacarse a Ooji de encima, quien ya jugaba con su pene el exterior de su virginidad, y las coloco tras su cabeza, sosteniéndolas con todo su peso. -Te dolerá, mucho. Pero lo disfrutaras....bueno, tal vez la próxima vez...o...dentro de muchas. El punto es: algún día, jijijiji- dijo la rubia.

Eliza miró a Ooji dándole el visto bueno, y este comenzó a entrar en shia, quien intentó gritar, pero el pañuelo hacía que sus gritos no se escucharan. Sus ojos se cerraron con fuerza ante tremendo dolor, mientras la cámara del celular filmaba el pequeño hilo de sangre que salía de ella, llevándose su inocencia. Cuando el miembro viril de Ooji finalmente alcanzó el fondo, quiso gritar de nuevo, pero una vez más fue inútil. Esta vez, sus ojos se abrieron completos y más lagrimas comenzaron a caer.

Por otro lado, para Ooji, la sensación era increíble. Shia era virgen. Su vagina era super pequeña, cálida, húmeda, y la sensación de romper el himen era sensacional. Podía sentir todo su miembro apretado por la cavidad reducida de Shia, tocando cada punto sensible del mismo. El miedo que la chica tenía hacia que se cerrara aun más.

Eliza gozaba con las caras de placer que Ooji ponía. - ¡Eso! ¡Muy bien! pero no seas tan lento Ooji, embistela con fuerza. Quiero que le acabes dentro pronto, así yo también puedo jugar ~- Dijo y puso carita de niña triste. -Ves, Shia, duele, pero lo disfrutarás con el tiempo. Esta noche más hombres te lo harán, todos al mismo tiempo, mientras Ooji y yo nos divertimos. ¿Verdad que soy buena al dejar que sea el quien te rompa primero? JEJEJE- La rubia mientras sostenía las manos de Shia con sus piernas (arrodillada sobre ella), se quito por completo la camisa, y empezó a sensualmente quitarse la pollera, mientras Ooji seguía jugando con Shia. Solo quería excitarlo más, quería que el se divirtiera con shia como si fuera su juguete.-Disfruta mi regalo, Ooji. _{No todos los días se lo puedes hacer a una dulce virgen....a mi me puedes tener cuando le hayas quitado la virginidad a cada orificio....O puedo ayudarte con los otros....jijiji-} le susurró la rubia al joven.

Aquello que sentía era sublime, sentía su pene aprisionado del todo por la vagina de la chica que parecía no querer dejar escapar su miembro. Por una parte le daba pena, pero aquello ya había empezado y mejor que sufriera eso de su mano que del resto de miembros del club.

Aceleró el ritmo dentro de Shia, azotandola y sintiendo una oleada de placer con cada embestida. No aguantaría mucho más con aquella presión cubriendo su miembro, esa viscosa calidez que le estaba volviendo loco.

-Claro que me ayudarás... Mio ha sido el premio gordo, pero... ah... puedes estrenar conmigo otras cosas de ella también... - sintió entonces un latigazo de placer y alternó la vista entre Eliza semidesnuda y la penetracion a Shia. -Voy...a explotar...

Salió a tiempo de la vagina de la muchacha para ella que su semilla saliese disparada en un fuerte orgasmo que le recorrió todo el cuerpo. Su semen se desparramó por el estomago y los enormes pechos, a disposición de la joven.

- Delicioso... Ahora que no quede una gota de esto en su cuerpo, hazme disfrutar lo que le haces a Shia mientras me recupero para continuar... - le ordenó

Con mucha dificultad conseguí salir del teatro junto a una marabunta de alumnos descontrolados. Las grandes acumulaciones de gente nunca se me habían dado bien, siempre sentía como si me estuviera asfixiando sobre todo cuando toda esa gente estaba pegada a mí. La necesidad de respirar aire fresco me llevó lejos de la salida del teatro donde me detuve unos instantes a respirar. 

Saqué mi libreta para repasar los datos de mi habitación y las anotaciones que había hecho pero al hacerlo me acordé de que con todo el lío del chico en monopatín y lo de mirar la clase de Yuzu no había apuntado el número de mi habitación ni el camino que debía coger para llegar a ella. Miré a mi alrededor por si podía ver a alguien conocido que me dijera el camino pero rápidamente negué con la cabeza y decidí acercarme de nuevo al tablón que tenía los datos. Debía apuntar todos los datos, mi memoria no era buena para ciertas cosas.

Una vez apunté lo necesario empecé a buscar el camino hacia las habitaciones, al fin y al cabo solo tenía unas horas antes de que las clases comenzaran, tenía que darme prisa.

A pesar de que todo lo que estaba ocurriendo no era para nada esperado por Shia, la joven empezó a sentir un profundo calor cuando Ooji la embestía. Con cada azote, el miembro de Ooji tocaba partes de Shia que la hacían estremecer. El miedo y el dolor empezaron a liberar un poco de placer. Indeseado placer, pero placer al fin. El roce del cuerpo de Ooji contra su clitoris le generaba una sensación única de estremecimiento, y cuando el empezó a venirse, su ritmo aumento, haciendo impulsos más grandes, que llegaban aun mucho más dentro de ella misma. Se sentía una idiota. Había perdido algo tan preciado por ser una tonta que quería ser como Eliza, había dejado que ella le acortara la ropa e incluso la había llevado a esto. A ser violada en su primer día de clases. Lo que más sucia la hacia sentir, era saber que en algún punto, aunque muy pequeño, entre tanto sufrimiento, le había gustado...
Su voluntad estaba ya mellada, y para entonces, había aprendido a ser obediente. Después de todo, ya no valía nada. Era ahora solo una zorra más....
Gritó un poco cuando Ooji la embistió al final, y rogó porque el no le acabase dentro. Al menos algo había aprendido.
Por suerte, quien la había tomado desparramo todo su semen sobre ella, bañando cálidamente sus pechos y su abdomen.
Ya no lloraba, ni gritaba. Ya no había nada porque luchar... Ya no soy nada...Ya era solo una puta que había fornicado en el armario de instrumentos. Y sabía que esto no acabaría, ni ahora, ni en mucho tiempo. ¿Para que luchar contra ello?
Prefirió matar su alma y hundir sus pensamientos....y solo obedecer....
 

¡No es justo!¡Tenía que ser dentro!Así no es divertido.-Se quejó Eliza. Sin embargo, tan solo te miro inflando los cachetes y dijo - Lo harás la próxima vez. O ya...no tendrás nada...de mi...- Y en una posición muy felina, en cuatro patas, con las piernas bien altas, marcando su cola muy alto, pero el pecho tocando el suelo y sus manos sobre Shia, empezó a lamer el cuerpo de la chica que tenía delante, bebiéndose todo lo que Ooji había desparramado sobre ella. -Miaaaww! Jijij- Lamió a Shia desde se vagina, casi penetrándola con la lengua para poder lamer lo que en ella había. Siguió con su clítoris, donde se detuvo unos segundos extra al ver como la chica se estremecía con cada caricia de su lengua, luego subió por su pelvis, lamiendo todo al rededor...Lamió el abdomen desde abajo hasta arriba. Allí había mucho para lamer, y parecía disfrutarlo mucho. Lamió hasta llegar a los pechos. Primero, limpio lo que quedaba del semen de Ooji de entre las tetas, y luego empezó a jugar con cada una. Las agarró con sus manos, las masajeó. Al ver que Shia ya no se quejaba, la felicito: Buena niña...ves que es fácil.- La joven no contesto, solo sonrojada desvió su mirada y cerró sus ojos ante el estremecimiento de la lengua de Eliza dibujando círculos en sus pezón derecho, mientras jugaba con su dedo indice en el pezón izquierdo, moviendolo de arriba a abajo y luego estrujándolo y girándolo.
Debajo de su sostén de encaje negro Ooji podía imaginar sus pezones duros y firmes, al igual que su conchita mojada tras la fina ropa interior.

En el trayecto a las habitaciones, Kotone se topo de frente con unos de los jóvenes de tercero: Alexander Itanachi.

-Oh, vaya, ¿Una joven perdida? ¿Puede ser que no encuentres tu habitación? O...tal vez solo sea el destino que nos conozcamos, lindura.

Su sonrisa es realmente encantadora y confiada.

Hizo caso omiso de la molestia de Eliza, sonriendo satisfecho mientras veía como la rubia comenzaba a limpiar todo el cuerpo de la de primero con sus labios y su lengua. Poco a poco su pene comenzó a crecer de nuevo ante la excitación, el poder intuir todo el cuerpo de Eliza bajo su sostén, excitada por el sexo que allí había tenido lugar. Pero aún estaban empezando y Ooji aprovechó cuando Eliza estaba de espaldas a él lamiendo los pechos de Eliza, con todo su trasero reclamando su atención.

- Shia, quiero que te masturbes antes de que me ponga contigo otra vez... lo estás haciendo muy bien. - le dijo para luego volver su vista al culo de Eliza

Acercó su rostro a las mojadas braguitas de la de tercero, cogiendo sus nalgas con las manos y tirando hacia afuera para abrirla más. Hizo una pasada con la lengua por encima de la tela y luego coló su lengua por debajo, lamiendo su exterior para luego penetrarla con su lengua como ella había hecho con Shia. Uno de sus dedos subió un poco para colarse poco a poco por la otra entrada de Eliza, provocándole todo el placer que pudo con aquellas dos penetraciones. Su propio miembro estaba ya duro y rígido de nuevo.

- ¿Y bien? - hizo más presión con su lengua y sus dedos, para luego masturbar el clítoris de Eliza con los dedos de la mano que quedaba libre, poniéndola en tensión - Viendo que pareces estar hoy especialmente mandona... ¿debo trabajar la otra entrada de Shia o volverás a quejarte al respecto? -

Movió la cadera para rozar con la punta de sexo el ano de Shia, mirando también de reojo la reacción de la muchacha.

Estaba inmersa en mi libreta cuando me topé con aquel chico. Miré detrás de mí por si estaba hablando con otra persona pero estaba sola frente a él. Le miré confundida. No era muy común que los chicos se me acercaran sin que yo les hablara antes...

-Estaba...- me fijé en aquellos ojos azules, un color muy raro por aquel lugar que de verdad me gustaron -Estaba buscando mi habitación...- su sonrisa, a pesar de que era bastante bonita y apacible, no me dio buena espina. Tal vez era simplemente un chico amable que quería entablar una conversación con la gente nueva del instituto o bien alguien con quien no debía juntarme. No quise darle muchos detalles sobre cual era mi habitación por si acaso se tratase de un acosador. Kushikawa-sensei estuvo dándome una larga charla sobre acosadores y sexualidad en el instituto que me abochornó durante días, aún cuando la recordaba me sonrojaba. Mis mejillas se colorearon y una sonrisa nerviosa apareció en mi cara -...pero tranquilo, creo que sabré llegar-