Partida Rol por web

Eran las 7 de la mañana. Después de las pruebas anteriores habían citado a los candidatos óptimos para el empleo en la misma instalación donde realizaron la última prueba. En esta ocasión habían sido citados todos al mismo tiempo, por lo que pudieron ver a su competencia por primera vez. Solo había 5 de ellos. Al parecer habían sido bastante estrictos ya que afirmaban que habían comenzado con 50 posibles candidatos. Solo quedaban 4 hombres y una mujer, allí, esperando sentados en unos bancos a que les dieran alguna instrucción. El silencio y la tensión entre ellos se podía notar a simple vista. Después de todo estaban compitiendo entre ellos...

Finalmente una mujer entró en la sala y les pidió que todos le siguieran. La mujer, decidida, se dirigió al exterior de la instalación y señaló un furgón que había en la entrada.

-Por favor, suban. El vehículo les llevará al lugar donde se realizará la última prueba.

El grupo, sin discutir nada, se subieron todos a la parte trasera del furgón y tomaron asiento. Tras eso la señora les deseó buen bien y cerró las puertas. El vehículo comenzó a moverse y el silencio se volvió a formar en el pequeño espacio donde se encontraban.

Tras un buen tiempo de silencio, finalmente uno de los presentes decidió romperlo:

-Creo que deberíamos presentarnos. Me llamo Pedro Castillo. Encantado.

El hombre que se presentaba era moreno, con el pelo castaño y corto. Llevaba una pequeña perilla que casi parecía que no se la afeitaba por pereza. No era muy alto ni tampoco parecía muy atlético, por lo que posiblemente estaría allí por el resultado en las otras pruebas.

-¿Y por qué deberíamos presentarnos?- dijo otro chico. Este chico tenía el pelo tintado de blanco y corto, y en su cara podía verse una cicatriz que le atravesaba la mejilla izquierda. También llevaba unos pendientes en la oreja derecha.- Se supone que estoy compitiendo contra vosotros. No necesito hacer amistades.

-Porque tal vez la prueba es de cooperación... O quizá contraten a más de uno... Nunca dijeron a cuantos iban a contratar-​ volvió a contestar de nuevo el primer chico.

-Alger... Alger Goldstein...- Y con una cara de pocos amigos se quedó de nuevo callado.

-Vaya exquisito nos ha salido el chico.- Alger simplemente ignoró el comentario de la chica.- Yo soy Elissa Williams. Encantada.

La mujer no era tan corpulenta como el resto, pero aun así parecía estar en buena forma. Tenía el pelo tintado de rojo fuego y medio rapado por la izquierda. En la oreja que no le tapaba el pelo se podía observar una serie de piercings y un pendiente. 

- JJ, encantado. – miro alrededor evaluando a cada unos de mis compañeros / competidores.

«Supongo que cada uno de ellos tendrá algo que ofrecer, si no, no estarían aquí. No nos parecemos en el estilo para nada, seguro que hay dos o tres puestos disponibles y parece que el mío está asegurado»

El gigante negro, sonríe.

Cuando llega mi turno de presentarme según estamos sentados realizo una pequeña reverencia respetuosa hacía mis compañeros. – Soy Taguchi Zira, un honor conocerlos.

El que nos disputemos unas plazas de trabajo no implica que no deba tratarlos con respeto y honorabilidad.

Durante el resto del viaje apenas se dirigieron la palabra entre ellos. Como mucho compartieron de donde eran y se dieron cuenta de el empeño que había puesto la empresa en la búsqueda de candidatos. Pedro parecía ser estadounidense, con raíces latinas. JJ era español, con raíces africanas. Taguchi era japonés. Alger era alemán. Y por último Elissa era inglesa. Cada uno era de una nacionalidad completamente distinta y sin embargo todos estaban allí. Fue entonces cuando notaron como el furgón comenzaba a detenerse.

Al abrirse las puertas del furgón, un hombre mayor les indicó que bajaran del vehículo. Al hacerlo se encontraban en lo que parecía un aparcamiento con varias furgonetas más iguales. El aparcamiento parecía bastante amplio a pesar de que solo unas pocas plazas estaban ocupadas. El ruido de la puerta cerrándose les llamó la atención. La puerta se cerraba automáticamente mientras que dos personas vestidas de uniforme hacían guardia a los lados, armados con dos fusiles. Desde luego solo con ver eso podían apostar que la seguridad era muy estricta en ese lugar.

En ese momento, el hombre que les había indicado que salieran les llamó la atención y los puso firmes.

-Supongo que vosotros sois los únicos que han mandado en esta ocasión... Soy el capitán Brown. VUESTRO capitán. A partir de ahora os dirigiréis a mi como tal. Al menos si pensáis trabajar aquí. Y ahora, seguidme.- El hombre comenzó a caminar en dirección a una puerta con lo que parecía un escáner. Sacó lo que parecía una pda de su chaqueta y la puso delante del aparato. Tras un sonido de confirmación la puerta se abrió.- Adelante. Como podéis comprobar en las instalaciones disponemos de mucha seguridad. Y después de la última prueba quizá forméis parte de ella.

Al cruzar la puerta el grupo se encontraba en un enorme pasillo con algunas intersecciones. A los lados se podían ver algunas puertas con distintos carteles algo extraños. Parecía que tenían un código para diferenciar las estancias posiblemente para que fuera más seguro si alguna persona externa entraba en la instalación. El hombre dirigió al grupo por los pasillos hasta llegar a una puerta con el cartel "L0-32". De nuevo el capitán sacó su pda para abrir la puerta.

La nueva habitación estaba llena de casilleros y bancos, y al fondo se podían ver unas duchas. Parecía ser el lugar donde los guardas se cambiaban. Fue entonces cuando el capitán les comenzó a explicar.

-Muy bien, novatos. En esas cinco taquillas- señaló a un grupo de taquillas- están vuestros uniformes y vuestra pda. En cada pda se encuentra la ficha individual que rellenasteis al presentaros al trabajo. Por lo tanto si queréis poder moveros por las instalaciones será mejor que no la perdáis. Todas las pdas tienen acceso al nivel 0, es decir, esta planta. Por lo tanto podréis moveros libremente. Además cada pda tiene algunas funciones que os pueden ser útiles para el trabajo. Poneros el uniforme y mientras os explicaré en que consiste la prueba.-  Elissa por un instante vaciló, pero acabó cediendo y dirigiéndose a las taquillas junto al resto. Mientras todos comenzaban a cambiarse con ese uniforme que parecía más de militar que de guardia de seguridad, el capitán prosiguió con su explicación.- La última prueba consistirá en un día de trabajo donde os iremos poniendo a prueba con distintas situaciones. Vuestro trabajo consistirá en evitar que entre en la instalación nadie que no esté autorizado o que salga. Además tendréis algunos problemas...

De pronto un ruido agudo retumbó por la sala y comenzó a sonar una alarma. En ese momento la voz de una mujer, posiblemente automatizada comenzó a hablar:

-Alerta. Brecha en las celdas de contención del nivel 1. Todo el personal autorizado debe armarse y dirigirse allí.

El capitán parecía muy nervioso y la alarma no parecía detenerse. Y cuando parecía que no podía ponerse peor, la voz de la mujer volvió a sonar.

-Alerta. Brecha en las celdas de contención del nivel 2 y 3. Código rojo. Todo personal autorizado debe armarse y dirigirse allí.

Al capitán se le quedó entonces una cara de temor. Se giró hacia el grupo y dijo:

-Mierda. Es una emergencia. Me da igual que aún os quede una prueba que hacer. Estáis contratados. Id inmediatamente a la armería y armaros. Después dirigiros a la puerta principal y esperad ordenes. No pienso mandar a unos novatos a los niveles inferiores.

De pronto un grito se escuchó en el pasillo. El desenfundó su pistola de la bandolera y salió corriendo de la habitación tras pasar la pda. El silencio se hizo en la sala a excepción de la alarma que todavía seguía sonando. El grupo se había quedado algo pasmado ante la situación. ¿Sería en realidad la prueba que les iban a hacer? Y de pronto sin previo aviso, la alarma se detuvo.

Al llegar a nuestro destino la empresa pasar a parecer cada vez mas una militar guardias con fusiles, identificarse mediante la pda en todos los accesos. Deben ofrecer un servicio de deposito y si algún cliente quiere ver la seguridad que no deje de contratarnos por eso.

Por mi cultura estoy acostumbrado a obedecer las ordenes de mis superiores sin mostrar exteriormente ningún desacuerdo. En ese aspecto no tendré problemas puede que para otros sea una dura prueba. Sobre todo para Elissa parece especialmente interesado en intentar que proteste no le costaba nada haberle destinado una taquilla en otro pasillo. Me cambio delante de mi taquilla sin darle la espalda ni quedándomela mirando. No sería honorable aprovechar esta situación para intentar que cometa una equivocación a los ojos del capitán.

Cuando nos habla, una vez cambiados, recordándonos que todavía estamos a prueba no acabo de prestar completamente atención, aunque prácticamente nadie lo diría por mi expresión corporal, hasta que nos indica que esperan de nosotros.

Parece que deberemos identificar a todo el mundo verificando si pueden hacerlo.

De pronto nada mas decir que tendremos algunos problemas comienzan a sonar las alarmas y el va preocupándose, o simulándolo.

El que nos diga que estamos contratados y que nos armemos me desconcierta junto con el grito. Me quedo durando unos segundos antes de intentar activar mi pda buscando un plano de esta planta par encontrar donde estamos y donde esta la armería.

Al mismo tiempo digo. – Sea la prueba todavía o no, creo que debemos cumplir sus ordenes.

«O este tío es un gran actor, o está preocupado de verdad, da igual, es hora de ganarse el sueldo»

JJ no puede evitar ponerse junto a Elissa a la hora de cambiarse de ropa y equiparse con lo que encontró en la taquilla que le habían asignado, tampoco pudo evitar lanzarle miradas lascivas mientras ella se cambiaba, esa pelirroja le ponía, siempre le habían puesto las pelirojas…

- Listo,   ¿vamos juntos? – Pregunta mientras mira a Elissa (ahora ya vestida) e intenta poner su mejor pose.

El gigante negro, sonríe.

Elissa se sentía un poco cohibida por la situación. Sin embargo no perdía la compostura y parecía tratar de ignorar cualquier cosa.

-Supongo que sí. Y nos ha dado la orden a todos así que será mejor que vayamos.-Elissa sacó su pda y se acercó a la puerta para abrir.- ¿Has encontrado donde está, Taguchi?

Efectivamente, la pda disponía de un mapa de la instalación, aunque parecía tener solo el plano de la planta donde se encontraban. ¿Podría ser porque no tenían autorización suficiente? La armería estaba marcada con el código "L0-27" y no se encontraba muy lejos de allí.

-Vaya... Es una pena que en el fondo no tengamos que competir entre nosotros...- Dijo Alger mientras terminaba de atarse una de las botas.- Me abría gustado darle una paliza al grandullón...- Por un instante, a Pedro pareció hacerle gracia y sonrió, pero rápidamente volvió a ocultar su sonrisa.- Pero bueno, si dice el capi que estamos todos contratados ya no hay ninguna oportunidad...

Alger cogió su pda de la taquilla y se la guardó en un bolsillo. Después se dirigió hacia la puerta detrás de Elissa.

-Venga chicos. No os pongáis a pelearos que se supone que somos un grupo.- Pedro trataba de contenerse la risa. No se sabía muy bien si era por la prepotencia de Alger o porque sabía que iba a molestar a JJ.- Vayamos rápido a la armería. Si la alarma era de verdad es posible que necesitemos armas pronto.

Finalmente Pedro le dio una palmadita en la espalda a JJ posiblemente para levantarme los ánimos o bien por como le había ignorado Elissa o por lo que había dicho Alger. Después se dirigió hacia la puerta también.

Al comprobar la pda se pudieron ver algunas aplicaciones en el menú principal bastante útiles. La primera, como había comentado el capitán, era la ficha personal del dueño de la pda. De esa forma era difícil equivocarse de dueño. La segunda era un mapa de la instalación como bien había comprobado Taguchi. El tercero parecía un chat, pero no parecía tener conexión. Posiblemente todavía no había sido activado. Y la última parecía ser una aplicación para organizar documentos. En ella solo había un documento dando la bienvenida a la empresa y deseándoles suerte en la prueba.

Asiento a la chica. – Si la acabo de encontrar esta aquí cerca en L0-27.

Me dirijo hacía la puerta manteniendo la pda activada y me pongo junto a los demás.

– Vayamos sin perder tiempo por si están monitarizandonos y la prueba eliminatoria fuera por grupos completos. Seguro que les interesan mas gente capaz de trabajar en equipo que de forma individual. Mirar las instalaciones es imposible que hayan solamente dos o tres por turno.

Y si realmente es una emergencia mejor ir juntos.

Acabo de colocarme al lado de la chica susurrándole. – Elissa, no se ha deshonrado ha sido el capitán dándole esa orden quien ha quedado deshonrado.

Miro al tipo que dice que quiere darme una paliza, seguramente es el típico busca broncas que conseguiría que nos echasen a los dos, este no es el momento, pero quien sabe, mas adelante igual tendremos tiempo de poner sus habilidades a prueba. Me acerco al tal Alger hasta ponerme a su altura:

 - Vamos, guapito de cara, guarda tus energías para lo que sea que nos espere hay fuera, ya habrá tiempo para dar palizas a quien tú quieras. - Una vez aclarado esto me acerco a la salida.

 - ¿Entonces a la armería? Taguchi, estoy contigo – dejo atrás al beligerante Alger, y sigo a Taguchi.

Elissa se quedó un poco perpleja ante las palabras de Taguchi.

-Emmm... Sí, vale. Lo que tu digas...

El grupo siguió caminando guiados por Taguchi por varios pasillos hasta llegar a la sala de la armería. Tras abrir la puerta se encontraron con una estancia casi vacía y frente a ellos, un mostrador se mezclaba con la pared. Detrás de él, tapado por un cristal blindado, se encontraba otro guardia vestido de uniforme que saludo al grupo con un pequeño gesto.

-Buenos días. Nos han dicho que viniéramos a por armas y...

-Sí. ¿Vosotros sois los novatos? El capitán Brown me ha informado ya.- dijo el hombre del mostrador.-Aquí tenéis.- El hombre comenzó a desaparecer y aparecer del mostrador portando diferentes armas.- Un fusil M16 para cada uno con un cargador extra...- Enseñó un cargador que llevaba una cinta blanca pegada en él.- Una pistola táser, con un único uso... Y por último un cuchillo de combate para defensa personal.- Pudieron ver como el cuchillo llevaba una funda que se podía atar donde fuera más cómodo.

Elissa, Pedro y Alger cogieron sus pertenencias y comenzaron a comprobar las armas y equiparse. Elissa se ató el cuchillo en la pierna derecha, mientras que Alger se lo ató en el brazo izquierdo y Pedro en la cintura.

Parece que le ha molestado que haya pensado que ha podido sentirse incomoda. Mejor no hago mas referencias a ese asunto.

Una vez me entregan las armas debe ser evidente mi sorpresa al entregarnos fusiles de asalto, pensaba mas en porras o un táser y el cuchillo si que me desconcierta, ¿que tipo de guardias de seguridad o policías los usan?

En el momento de darme los cargadores reviso las balas para ver si es la munición real.

Me coloco el táser en el cinturón sobre la cadera derecha y el cuchillo en la espalda atado en sentido horizontal al cinturón con la empuñadura a la derecha para desenfundarla con esa mano.

Compruebo el estado de mi M16, revisión básica de acuerdo al los cursos varios que he hecho en el pasado (y también en los trabajos que he realizado, pero eso no está en mi curriculum, por supuesto…). Cargador estándar de 30 balas,  saco una de las balas del cargador y compruebo que no es de fogueo, es real, hago lo mismo con el cargador adicional, una vez hecho esto pongo el cargador adicional en la pernera izquierda. «Arma revisada, estado correcto».

Paso a revisar el cuchillo, es un buen arma blanca, ideal para el cuerpo a cuerpo, la incorporo a el lado derecho de mi cadera. «Arma revisada, estado correcto».

Una vez equipado, me siento reconfortado, las armas siempre me hacen sentir vivo, la adrenalina inunda mi sistema circulatorio, estoy preparado para lo que sea que nos tengan preparado, aunque…

 - Chicos, hay algo que me resulta extraño, sea lo que sea esta supuesta alerta, el hecho de que nos den de buenas a primeras armas con munición real, es por lo menos poco habitual, ¿qué opináis?

La munición de los cargadores era completamente real, y el cuchillo estaba bien afilado. Desde luego no iban con bromas allí.

-Es cierto. Si lo de la alarma era mentira, dudo que nos dieran armas reales.- Pedro se acercó al mostrador de nuevo.- Discúlpeme, ¿la alarma que ha sonado antes a que era debido?

-Lo siento, no me está permitido revelar nada de información. Si tienen preguntas deben dirigirse a su superior- contestó el hombre del mostrador. Pedro regresó con el resto con cara de decepción.

-Supongo que si queremos saber que es lo que ocurre tendremos que preguntar al capitán. Había dicho que nos dirigiéramos a la puerta principal después de armarnos. ¿Vamos?